Número-453

  • La senadora de Nueva Alianza señaló que el método simplista de la evaluación docente como amenaza ha sido históricamente fallido.
  • Presentó una iniciativa para garantizar actualización y profesionalización de maestros

La senadora Mónica Arriola Gordillo rechazó que los maestros sean “un lastre en el progreso educativo del país” y consideró que cuando se garanticen las herramientas e infraestructura adecuada que requieren para su formación profesional se cumplirán los objetivos dirigidos a elevar la calidad de la enseñanza.
Ante el Pleno del Senado de la República, la legisladora del Partido Nueva Alianza hizo énfasis en que el método simplista de la evaluación docente como método de amenaza ha sido históricamente fallido en todos los países.
“Debemos --dijo-- acabar con la insuficiencia en la regulación de las escuelas normales que ha causado el establecimiento de entidades que degradan a esas instituciones de reivindicación social”. Agregó: “Educar es redimir y los maestros también necesitan de una educación de calidad”.
Reconoció que las modificaciones constitucionales y legales en este sector consolidan una política que busca la evolución del sistema educativo, pero “estas reformas fueron incompletas y olvidaron quizá una de las partes más elementales: las escuelas normales”.
Arriola Gordillo presentó una iniciativa que considera al docente como promotor, coordinador, facilitador y agente directo del proceso educativo.
De acuerdo con la propuesta, las autoridades deben proporcionar los medios para permitir a los docentes realizar su labor de manera eficaz, que contribuyan a su permanente actualización y profesionalización y reconozcan aquellas actividades co-curriculares que éstos realicen para mejorar su desempeño académico.
“Queremos la implementación urgente de programas permanentes de actualización sobre contenidos y métodos para docentes y directivos, que cumplan con los requisitos que nosotros mismos les hemos exigido a los maestros en las evaluaciones”.
El proyecto plantea modificar la Ley General de Educación y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, a fin de que --entre otros objetivos-- los particulares que busquen instituir escuelas normales estén obligados a cumplir con los requisitos para la formación de maestros.
Además, propone que la autoridad educativa federal sea responsable, en forma exclusiva, de hacer efectiva una política de actualización de los planes y programas de estudios de la educación normal y para la formación y actualización de los maestros de educación básica.
“Si comprendiéramos con profundidad la tarea diaria que cumplen los docentes, si comunicáramos correctamente ese espíritu a la sociedad mexicana, ellos serían concebidos como los héroes modernos, no de capas ni antifaces, pero de lápices y de libros”.
“¡Basta de posicionar a los maestros como un lastre en el progreso educativo del país! Los únicos responsables de la situación actual y del porvenir de nuestro país somos nosotros como Estado y como servidores públicos”, plantea en el texto de la iniciativa que se turnó a las comisiones unidas de Educación y de Estudios Legislativos.

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