BOLETÍN-1190 Trabajo informal, factor de explotación y pobreza.

El trabajo informal es una de las problemáticas sociales y económicas más importantes de los estados latinoamericanos y factor determinante para la vulnerabilidad a la explotación social y la pobreza de la región.

Al exponer en el Senado las políticas públicas implementadas en Uruguay para abatir este problema, el diputado Alfredo Asti destacó que la desconfianza en las instituciones del Estado ocasiona que muchos ciudadanos opten por la informalidad.

Y lo hacen porque creen que los beneficios que pueden obtener a través de la seguridad social no son suficientes y “entienden que es mejor la no protección que utilizar sus propios medios de sobrevivencia, sin la formalización”, subrayó el vicepresidente de la Comisión de Laborales, Previsión Social y Asuntos Jurídicos del Parlatino.

Al respecto, el senador panista Javier Castelo Parada mencionó que en México “el 50 por ciento de la economía es informal y el nivel de aseguramiento en el Instituto Mexicano del Seguro Social no llega a cubrir ese porcentaje”.

Por eso, agregó, “hace 12 años surgió un programa del gobierno federal, el llamado Seguro Popular, que pretende llegar al 100 por ciento de cobertura médica”.

Pero este Seguro, subrayó, “se ha convertido en un incentivo perverso”, porque si antes se consideraba como una motivación para quienes no contaban con esa prestación, “ahora puedes seguir en la informalidad y tienes el Seguro que te da respaldo médico”.

Eso, enfatizó, “es algo a lo que no hemos encontrado todavía solución”.

En el intercambio de opiniones sobre el tema El trabajo informal, Alfredo Asti explicó que en Uruguay es un derecho humano fundamental, que incluye una red de protección social con políticas contributivas y distributivas del ingreso.

Lo anterior --añadió-- obedece a que “no todos los ciudadanos están en condiciones de obtener los beneficios que la seguridad social les brinda por el pago de impuestos”.

En su concepto, la magnitud de este fenómeno puede ser variable con el nivel de desarrollo económico y tiende a caer con la formalización de la economía y el aumento del empleo y las oportunidades.

Por ello, aseguró, son necesarias intervenciones específicas que salven las trampas de baja productividad e informalidad, a través del apoyo a los pequeños negocios o la existencia de distintos regímenes laborales no discriminatorios.

Mediante estas premisas, dijo, “nuestro país (Uruguay) logró continuar creciendo aplicando políticas públicas que permitieron no sólo evitar la recesión sino aumentar el empleo, el ingreso real de los salarios, bajar la desocupación y los niveles de pobreza”, en la crisis económica internacional.

A diferencia de lo que pasó en el conjunto de América Latina, por efectos de la crisis, “lamentablemente recuperamos, como región, la tendencia a la alza de la pobreza y la exclusión social”, advirtió el legislador.


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