IMPULSA PRI REACTIVACIÓN DE LA INDUSTRIA VITIVINÍCOLA
La Comisión Permanente exhortó a los titulares de las secretarías de Hacienda y Crédito Público, Economía y Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, así como a los distintos productores de vino nacionales, para que, en reunión de trabajo, se elaboren propuestas para reactivar la industria vitivinícola nacional.
En opinión del senador Fernando Jorge Castro Trenti, ello permitirá elaborar un proyecto de iniciativa de ley que iguale las políticas públicas nacionales con las internacionales y que los productores nacionales tengan condiciones para competir en el mercado nacional e internacional.
El priista resaltó que en 2010 se llevó a cabo el foro nacional para impulsar la industria vitivinícola y productos de la vid, donde se discutieron los problemas que enfrenta el sector, así como algunas propuestas por parte de productores y asociaciones del país.
Detalló que el Consejo Mexicano Vitivinícola argumentó que lo más efectivo sería recibir estímulos fiscales que lleven aparejada la obligatoriedad de hacer crecer la industria.
Por otra parte, algunos productores insistieron en que el mayor obstáculo al que se enfrentan es la carga fiscal el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), por lo que propusieron eliminarlo o reducirlo a una tasa competitiva internacionalmente.
Con la eliminación del IEPS habría mayor competitividad para el vino mexicano, menores precios al consumidor, crecimiento del mercado y con ello el fisco federal obtendría una mayor recaudación por el IVA y el ISR, subrayó Castro Trenti.
Explicó que la contribución que se aplica a la enajenación del vino –el IEPS- es un tributo que se diseñó como indirecto, monofásico y no acumulativo, que posee una finalidad extra fiscal, al tasar productos que pueden afectar la salud, por lo que se busca desincentivar o moderar su consumo.
Agregó que el artículo 2º de la ley sobre dicha contribución establece los productos y servicios a los que se aplica dicho ordenamiento, entre ellos las bebidas alcohólicas que se contemplan en el inciso A de la fracción I, aplicándose las tasas correspondientes de acuerdo a la graduación alcohólica de la bebida en cuestión.
Sin embargo, el senador priista enfatizó que con esa medida lo mismo entra un aguardiente, que un licor de frutas, la cerveza o el vino, de acuerdo a su graduación, sin importar sus cualidades o sus posibles efectos sobre la salud.
Lo anterior es importante, dijo, pues el vino es una de las bebidas alcohólicas a las que se les han encontrado múltiples beneficios para la salud que derivan de una serie de sustancias no nutritivas que ejercen numerosas funciones en el organismo.
Por eso --subrayó-- “valdría la pena revisar el ordenamiento con el fin de establecer una tasa de alrededor de 10 por ciento, aplicable a vinos nacionales con contenido alcohólico de hasta 20 grados por litro”.
Internacionalmente, finalizó, la carga fiscal para la industria vitivinícola es significativamente menor a la que se enfrentan los productores mexicanos, lo que permite a nuestros competidores subsidiar sus exportaciones a países con tasas de impuestos mayores.
Los integrantes de la Comisión Permanente aprobaron de urgente y obvia resolución esta proposición con punto de acuerdo presentada por el senador Castro Trenti.
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