Comunicado-207

  • Segob remitió al Senado recomendaciones del organismo internacional.
  • Establece también nuevo listado de enfermedades profesionales y accidentes de trabajo derivados de agentes de contaminación.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomendó a México se realice una consulta nacional que, a través de un diálogo social efectivo, de pauta a la construcción de mecanismos que permitan ampliar la cobertura en seguridad social.

Así lo notificó la Secretaría de Gobernación al Senado, mediante oficio sobre la Recomendación Relativa a los Pisos Nacionales de Protección Social de la OIT, emitido en 2012, junto con otros exhortos de renovación del catálogo de enfermedades profesionales y accidentes del trabajo provocadas por agentes contaminantes, así como el fortalecimiento de las cooperativas, entre otros.

La OIT considera que dichas consultas permitirán extender la cobertura social al mayor número de personas, lo antes posible, con niveles de protección más elevados.

Sugiere también consultas nacionales periódicas, a efecto de dar seguimiento y evaluar los avances de cobertura y, en su caso, examinar las políticas tendentes a obtener la extensión horizontal y vertical de la seguridad social.

El objetivo de esta recomendación es que la población no enfrente dificultades ni un riesgo mayor de pobreza debido a aspectos financieros de las instituciones médicas públicas, así como que se permita que las pensiones permitan a los derechohabientes vivir con dignidad.

Por ello, abunda el organismo internacional, los niveles de garantías básicas deben ser revisados periódicamente mediante un procedimiento transparente establecido por la legislación, que asegure la participación tripartita entre trabajadores, empleadores y autoridad.

La OIT también recomienda, por separado, se consideren aspectos de contaminación como factores de enfermedades profesionales y accidentes del trabajo, como es la exposición a agentes químicos, como berilio, cadmio, mercurio, plomo, flúor, hidrocarburos aromáticos, nitroglicerina, alcoholes, sustancias asfixiantes como monóxido de carbono, amoniaco, plaguicidas, óxido de azufre, látex y cloro, entre otros.

También se contemplan enfermedades profesionales por agentes físicos, como el deterioro de la audición; trastornos de músculos, tendones, huesos, articulaciones, vasos sanguíneos y nervios, a causa de vibraciones; padecimientos del sistema respiratorio causados por aire comprimido o descomprimido; radiaciones ópticas (ultravioleta, luz visible, infrarroja y láser).

Incluye padecimientos causados por agentes biológicos, infecciosos o parasitarios, como hepatitis, VIH, tétanos, tuberculosis, ántrax y otras, además de diversos tipos del llamado cáncer profesional, causados por asbesto, bencidina, éter, cromo; brea, carbón u hollín, benceno, emisiones de hornos de coque, polvo de madera, arsénico, etcétera; además del nistagmo de los mineros.

En otro tema, la OIT recomienda que se establezca en México un marco institucional que permita fortalecer las cooperativas, a partir de mecanismos que permitan su registro de forma más rápida, sencilla, económica y eficaz.

Plantea que la promoción de políticas que permitan crear fondos de solidaridad, a la par de la adopción de medidas de supervisión, que respeten la autonomía de las cooperativas las cuales deben poder adherirse entre si.

Al catalogarlas como pilares del desarrollo nacional e internacional, la OIT establece que el Estado debe proporcionar a las cooperativas respaldo financiero, programas para el desarrollo de recursos humanos, asesoría en gestión, acceso al financiamiento e inversión, servicios de contabilidad y autonomía, asesoramiento jurídico, fiscal así como apoyo en mercadeo y comercialización.

De igual forma emitió recomendaciones en cuanto al desarrollo de recursos humanos en educación, formación y aprendizaje permanente; así como de la relación de trabajo para la protección efectiva de los empleados, acorde a estándares nacionales e internacionales; y sobre el VIH/Sida y el mundo del trabajo.

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