Lo anterior, en el marco de la lucha contra la delincuencia organizada que libra el gobierno mexicano.
Además, sugirió remitir un comunicado a la Cámara de Representantes y al Senado de la unión americana, donde se mencione “la escasa voluntad política e institucional de esas instancias por detener el enorme tráfico ilegal de armas de aquel país al nuestro”.
El tráfico de armas, consideró el legislador del PT, es un problema mayor, pues para los Estados Unidos es un negocio multimillonario difícil de dejar, ya que tiene una derrama económica que representa más de 30 mil millones de dólares anuales y más de 100 mil distribuidores y vendedores al menudeo.
“Los hechos --afirmó-- demuestran el cinismo y la poca voluntad política para mitigar la difícil situación de violencia y muertes por las que atraviesa México”.
Dijo que el gobierno de Barack Obama no ha endurecido la legislación que regula la compra de armas y sólo destina 550 agentes a vigilar el tráfico, cifra que contrasta con los más de 25 mil elementos de la patrulla fronteriza que intentan evitar el ingreso de indocumentados.
Asimismo, señaló, no ratificó la Convención de Palermo contra la Delincuencia Organizada, firmada en 2000 y que establece prácticas en contra del crimen organizado, ni la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas, ratificada por 30 de los 34 países que integran la OEA.
El senador por Zacatecas agregó que “la guerra contra las drogas ha sido la consigna retomada por los gobiernos a lo largo y ancho de todo el mundo, cuyo comandante en jefe es el gobierno de los Estados Unidos, a fin de erradicar los plantíos ilícitos, la facilitación de las extradiciones y militarización de la lucha antidrogas”.
A finales de los noventa, la estrategia represiva contra las drogas se agudizó sin resultados, pues la oferta y demanda de estupefacientes aumentó y “la producción, el consumo, los precios en los principales mercados y hasta los traficantes se incrementó”.
“Hoy tenemos más violencia, más corrupción, más recursos económicos y humanos destinados a su combate, más militarización, mayor desgarramiento del tejido social y hasta dinamismo en la perdida de soberanía en algunos países”, argumentó.
Expuso que el pasado 19 de febrero, los integrantes de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobaron con 277 votos a favor y 149 en contra, una iniciativa que prohíbe al gobierno de ese país solicitar informes sobre la venta de armas de alto poder cerca de la frontera con México.
“Este asunto parece haber pasado de noche en la mayoría de los medios de comunicación y, en lo que respecta al gobierno federal, éste se hizo de la vista gorda”, asentó.
El punto de acuerdo se turnó a la Comisión de Relaciones Exteriores, América del Norte.
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