* Versión del discurso de la senadora Marcela Torres Peimbert, durante la presentación del libro "Los Derechos en los Tiempos de Género" (Mujeres, Feminismo y Derechos)


Muy buenos días a todas y a todos.

Creo que el día de hoy tenemos además una coincidencia muy afortunada, y es la entrega a Elena Poniatowska, escritora mexicana, este premio Cervantes, que es la máxima presea que se entrega a quien escribe en castellano en el mundo, y lo hace una mujer, una mujer periodista que tiene una frase que cae –creo yo- como anillo al dedo, ella dice: “Las mujeres son las grandes olvidadas de la historia, los libros –este que tenemos aquí- son la mejor manera de reivindicarlas”.

Esa es la frase principal que dijo cuando se le otorga, cuando sabe que se le otorga este premio; y creo que, Santiago te cae así como un regalo, este premio a Elena Poniatowska, mexicana, mujer, y que diga esta frase que además, pues en la publicación de un libro pues queda mucho mejor.

Yo quisiera saludar a mis compañeras senadoras, dar la bienvenida, desde luego, a mi paisana a quien admiro y respeto, a la licenciada Yolanda Elías Calles Cantú, que es la presidenta general del Instituto Electoral de Querétaro, bienvenida al Senado de la República, esta es tu casa.

Agradecer el espacio a las integrantes de las comisiones para la Igualdad de Género y de Derechos Humanos del Senado de la República, en particular a mi amiga, también muy admirada, la senadora Diva Gastelum y a la senadora, muy querida y admirada también, Angélica de la Peña, muchas gracias presidentas por permitirme estar aquí.

Felicitar al Instituto Electoral de mi estado, Querétaro, y, por supuesto, al autor del libro, al doctor Santiago Nieto Castillo, por el ejercicio democrático que representa la publicación de este libro, de este ensayo, que hoy las comisiones de Igualdad de Género y de Derechos Humanos presentan; libro “Los Derechos en los Tiempos del Género”, y que esperamos poder tener una segunda edición, ¿verdad?, junto con el Senado de la República, lo cual consideraremos un honor, y bueno pues depende mucho de las compañeras que están aquí presentes, sí ya se comprometen pues un aplauso por ello.

Con esta publicación el Instituto Electoral de Querétaro reconoce, como parte de sus fines, el fomento a una cultura político- democrática con equidad de género, y lo que me parece relevante es la difusión de los criterios judiciales en esta materia, y que la acción de publicar el ensayo es una actividad del Instituto Electoral de Querétaro en sintonía con las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para abonar a potenciar la participación de las mujeres en la democracia, acción por demás pertinente y de justicia para toda la sociedad.

Al leer el libro me doy cuenta que está compuesto por tres apartados, de la primera parte que se titula “Notas para una teoría del feminismo jurídico”, me llama en especial la atención que es la parte de la historia y la teoría que es fundamental conocer –creo yo- no nada más para las mujeres que estamos en cargos públicos, que debemos de conocer esta historia, sino para todo el público en general; ¿para qué?, pues para saber que esto es una lucha que continua, para seguir luchando tanto en la parte cultural, ¿no?, esta cultura machista en la que vivimos inmersos y con los estereotipos sociales que tenemos que vivir día con día, ¿verdad?

Esta muy bien planteada en libro esta historia, toda esta parte primera por el doctor Santiago Nieto, y me llama en particular la atención una metáfora interesante y muy didáctica –diría yo- que dice el doctor que: “El camino a la universidad –habla de la de Querétaro, pero me imagino que será el ejemplo en muchas- está pavimentado de piedras, está empedrado”, y tomando en cuenta la diferencia de calzado que utilizamos hombres y mujeres es un camino mucho más complicado para una mujer que para un hombre, entrar a esa universidad por un camino empedrado, lo cual creo que es una metáfora maravillosa, sencilla, clara, que nos deja muy en el corazón cuál ha sido el trabajo y el camino que hemos tenido que seguir las mujeres para lograr acceder a muchas cuestiones, inclusive a la universidad.

Es un camino plagado de estereotipos de género, de cuestiones culturales, como ya mencionamos el machismo, que siempre trata de minimizar y hasta ridiculizar los logros profesionales de las mujeres.

El doctor nos transmite en su ensayo, la importancia de reconocer al feminismo como una teoría política e incluso jurídica, en donde nosotras las legisladoras tenemos mucho que hacer para construir leyes que garanticen la igualdad en los hechos, como él ya lo mencionaba.

Rescato otra cita del autor, que me parece muy brillante, dice: “La lucha de las feministas inició con la construcción de un modelo pensado en igualdad jurídica”, -como él ya lo mencionó- esta igualdad formal, esta igualdad en ley, consiguió grandes espacios para las mujeres, la posibilidad del divorcio, del trabajo, de la educación, pero también al no ser regulado con una perspectiva de género –que es importante- y sólo a partir de una falsa homologación de derechos desencadenó ciertas circunstancias de desventajas fácticas, para nosotras las mujeres –y tenemos ejemplos miles- una de cada tres familias en nuestro país está encabezada por una mujer sola, de cada 100 hombres que tienen que pagar una pensión alimentaria en el país, solamente 20 la pagan, y esos 20 ven cómo le dan vuelta y ponen tres cuentas y los jefes los cubren para que sus cuentas sean menores, desde luego los cargos de elección popular, en fin, tenemos ejemplos fácticos -como dice el doctor- a diario.

En la segunda parte del libro, del ensayo del doctor, nos comparte los debates judiciales entorno a la perspectiva de género en la materia electoral tanto a nivel de Sala Superior como en Salas Regionales y, desde luego toca casos, -como ya lo tocó brillantemente la senadora Angélica de la Peña- de las Juanitas, que a nosotras legisladoras nos ha servido muchísimo para poder proponer mejores formas y reformas con perspectiva de género e igualdad sustancial.

En este apartado, que vale la pena leerlo, el autor tiene criterios que han tenido Salas Regionales muy interesantes, como la de Toluca y la de Xalapa, que vale la pena leerlo y comentarlo.

Y bueno hemos ido mejorando, tenemos ahora ya la propuesta, inclusive del presidente Peña, de la paridad, 50 por ciento, que fue presentada por las senadoras aquí presentes, la senadora Diva, una servidora y ahora retomada por el Ejecutivo federal, lo cual creo que es un motivo de gusto y regocijo.

La tercera parte, que es interesantísima, del libro que hoy presentamos, es una reflexión sobre las cuotas, una pregunta bueno pues recurrida por políticos de todos los partidos -yo puedo hablar del mío-, ¿por qué y para qué tener cuotas?, que compitan por calidad, ¿no?, dicen todos y siempre es como el lema.

Yo le pediría a Santiago -y creo que lo hace brillantemente- que explicara la diferencia entre acción afirmativa y cuota de género, si la segunda es parte de la primera; creo que otra opinión importante que marca el camino muy claro es qué tenemos que hacer las mujeres para lograr cargos de elección popular.

Tenemos que enfrentarnos a tres obstáculos y romper tres paradigmas distintos, el primero es el personal, ¿no?, y es elegirnos a nosotras mismas, es decir, claro que puedo dirigir, claro que puedo ser líder, claro que puedo marcar la senda y no siempre andar por senda marcada, esa es la primera.

La segunda, romper los paradigmas en los partidos políticos, es una lucha terrible contra nuestros propios compañeros de partido, en todos los partidos.

Y finalmente, romper el paradigma del voto popular, del machismo en la cultura mexicana, “¿y por qué una vieja nos va a mandar, no?”, típico que te encuentras en todas las campañas, y lo he vivido.

Y cito nuevamente al autor, que me parece brillante: “Las cuotas no son discriminatorias de los hombres, sino una medida compensatoria; la mayor presencia de mujeres en espacios de representación popular transforma la agenda pública”, y eso queda muy claro en quiénes han sido las autoras de las leyes que protegen a la infancia, a la tercera edad, a la familia en su conjunto y en muchos aspectos, a la discapacidad, a los derechos humanos, a todos los derechos de las personas que se encuentran presas, en fin, hay miles de ejemplos.

Sin duda, el libro -que hoy me honro en comentar con ustedes y de presentar en el autor doctor Santiago Nieto Castillo-, es una gran reflexión sobre el papel que todas y todos jugamos en la construcción de esta sociedad mexicana para que hombres y mujeres tengamos iguales oportunidades y realmente podamos tener una sociedad más justa.

Es un honor estar aquí y muchas felicidades a todos.

 

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