Versión Estenográfica del panel cuatro del foro “Prioridades de México en la agenda multilateral 2017”, al que convoca la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Organismos Internacionales, senadora Laura Angélica Rojas Hernández.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO: …general, la votación no se llevó a cabo.

Por otra parte, podemos revisar también lo que ha venido sucediendo en un país como Brasil, en donde el Congreso realizó un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, que terminó con su separación del cargo, que fue señalado también por el secretario general de la OEA, como un acto que no se encuadra dentro de las normas que sustentan ese procedimiento. Y el gobierno de Michel Temer, defendió el proceso.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos anunció una crisis financiera que ponía en riesgo su operación, por lo que solicitó a los Estados parte que hicieran donaciones especiales. Gracias a las aportaciones de Argentina, Chile, Panamá, México, Perú, Uruguay y bueno, la crisis fue superada.

La OEA realizó la primera misión de observación electoral en Estados Unidos durante la jornada electoral del 8 de noviembre. La OEA también amplió el mandato de la misión de apoyo al proceso de paz en Colombia, a petición del presidente Juan Manuel Santos, para que continúe desplegada en los territorios más afectados por el conflicto armado.

En conclusión, yo les diría primero, que vivimos en una región del mundo que es un Continente con enormes desafíos que ponen a prueba la capacidad de los organismos multilaterales, como es el caso de la OEA.

Por eso es tan importante conocer de primera voz, poder escuchar aquí a los expertos para que nos den su visión, para que nos den sus puntos de vista. Y es para mí un gran honor presentar a quien será nuestro primera ponente, el embajador Luis Alfonso de Alba Góngora, que es representante permanente de México ante la OEA.

Diplomático mexicano desde 1983, ascendió al rango de Embajador en diciembre de 2001. El embajador de Alba ha sido representante permanente ante Naciones Unidas en Nueva York; y ante los organismos internacionales en Ginebra.

Se desempeñó también como representante permanente alterno ante la Organización de Estados Americanos y como director general del Sistema de Naciones Unidas, en la Secretaría de Relaciones Exteriores de nuestro país.

Fue electo como primer presidente del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Fue el representante especial de México para Cambio Climático, encabezando las negociaciones para la COP 16 en Cancún, Quintana Roo, en el año de 2010.

Ha participado en numerosas reuniones multilaterales a nivel global y a nivel regional también, adquiriendo un conocimiento sustantivo del trabajo y del funcionamiento de los organismos multilaterales, en particular los de Naciones Unidas.

Es para nosotros un honor recibir en el Senado al Embajador. Es esta su casa y le cedo el uso de la palabra.

Adelante.

EMBAJADOR LUIS ALFONSO DE ALBA GÓNGORA: Muchísimas gracias, senadora Gómez del Campo, y al igual que mis compañeros, quisiera iniciar agradeciéndole a la senadora y casi embajadora, por la actividad tan intensa que ha desarrollado, Laura Rojas, por esta invitación.

Yo tengo el honor de participar en esta ocasión, que es ya la cuarta para mí, dado que me tocó estar en las ocasiones anteriores y desde luego felicito la iniciativa.

Yo quisiera empezar por contarles un poco del escenario en el que se encuentra la OEA y, desde luego, las perspectivas para la Asamblea General número 47, que como ya se comentó a principios de la mañana, se va a celebrar en nuestro país. Y si me da tiempo, hacer algunos comentarios, muy al margen, sobre puntos que han comentado mis colegas y empezando con los subsecretarios; y desde luego muchas de las aportaciones muy ricas que hemos escuchado esta mañana sobre la situación del multilateralismo y sobre todos los retos.

Pero empiezo con la OEA. Quisiera en primer lugar, retomar el orden que había, que acaba de indicar la senadora Gómez del Campo, señalándoles en primer lugar que la organización empieza a superar algunos de los desafíos. Ella ya mencionaba que se había de alguna manera atendido la crisis financiera del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Yo creo que todavía falta un paso muy importante para consolidar eso, porque no bastaba con garantizar las sesiones del 2016 sino darle una estabilidad al sistema. Y, en ese sentido, empiezo por señalarles que el gobierno de México tiene una iniciativa sobre la mesa, y que es una iniciativa que esperamos se concrete en la Asamblea, aquí en la Ciudad de México, para duplicar el presupuesto ordinario del sistema.

Esta propuesta tiene necesariamente que recabar el consenso de todos los Estados miembros, pero seguramente le dará a la Comisión y a la Corte una estabilidad para que no se repitan situaciones como las del 2016.

Además, esta propuesta que ya ha sido hecha suya por parte de la Comisión y de la Corte -es decir, la propuesta mexicana la han adoptado ellos- está asociada también con una revisión del plan estratégico de la propia Comisión y un programa de fortalecimiento y modernización de la Corte.

El sistema es altamente deficiente y lo quiero decir con toda la claridad, independientemente de su enorme prestigio. Yo no quiero poner en duda sus contribuciones a lo largo de la historia y la gran utilidad que ha tenido para los países del hemisferio, incluyendo México, y eso no quita que el sistema trabaja con muy escasos recursos humanos y financieros, y que tiene necesidad de modernizarse, de actualizarse justamente a partir de las experiencias que hemos podido desarrollar en el marco global en la creación del Consejo de Derechos Humanos, en la revisión, sobre todo, del funcionamiento de los procedimientos especiales. Creo que hay un margen de mejoría importante.

Y también quiero, por ello, reconocer el esfuerzo que ellos mismos están emprendiendo. La Comisión está por presentar, yo creo que en una cuestión de semanas un plan estratégico para los siguientes años, y la propia Corte también tiene un programa de reformas.

Tiene que ver con la capacidad que tengan los propios comisionados, en el caso de la Comisión y los jueces, para dedicar mayor tiempo a sus tareas y poder hacer análisis más profundos, más documentados, entre otras cosas.

Tiene que ver con un ejercicio continuo que se requiere en esta materia para que se evite, hasta donde sea posible, la politización y la selectividad, para que se dé un tratamiento equilibrado a los derechos económicos, sociales, culturales vis a vis de los civiles y los políticos, para que se atienda con mayor detalle, particularmente, la situación de grupos vulnerables, tanto grupos que tradicionalmente han sido objeto de atención, como es el caso de los migrantes, como es el caso de los pueblos indígenas, como es el caso de los niños, pero también comunidades como de la comunidad LGTBI que está recientemente muy amenazada en diversas partes del mundo.

También me parece importante que sepan ustedes que la situación general de la organización, por lo que tiene que ver a la claridad de su mandato y a los recursos financieros con los que dispone, va en mejoría.

Primero, porque fue posible acordar el año pasado un plan estratégico para los siguientes años, impulsado, desde luego, por el nuevo Secretario General, el doctor Almagro. Pero también impulsado porque algunos países que tenían un retraso importante en sus contribuciones, y subrayo el caso de Brasil que debía una cantidad considerable dado que es uno de los principales contribuyentes, a finales del año pasado comenzó a pagar sus adeudos, y eso pone a la organización con un plan estratégico y con los recursos financieros suficientes en mejores condiciones.

Habiendo superado estas crisis, yo creo que viene ahora la pregunta dónde está la ventaja comparativa, dónde está la oportunidad para la organización.

En el contexto, yo diría doble, de una nueva administración norteamericana, sin duda, hay que tomarla en cuenta, por un lado y, por el otro lado, las dificultades que se han venido presentando en diversos países de la región y la debilidad de varios procesos de concertación subregionales.

En ese sentido la OEA y la Asamblea de México yo creo que tienen la oportunidad y responsabilidad de buscar un replanteamiento de la Región frente a estas realidades.

La primera que mencionaba yo, que es la nueva administración, porque yo creo que va a ser muy importante que la administración del Presidente Trump defina lo más pronto posible sus prioridades en lo que tiene que ver con los cuatro ejes fundamentales de trabajo de la Organización: la promoción de la democracia, la promoción y protección de los derechos humanos, la lucha contra la delincuencia, contra el tráfico de drogas y, desde luego, la cooperación internacional para el desarrollo.

En estos cuatro temas podemos ver variaciones o matices de la administración del Presidente Obama, pero yo anticipo que no habrá retrocesos importantes.

Yo creo que las agendas que podamos desarrollar con alguna gradualidad y con algunos tropiezos, pero van a ser agendas que van a permitirnos avanzar.

Entre los matices, quizá el que me preocupe ahora más es el que tiene que ver con el tema de migración y por razones evidentes se ha simplificado la discusión.

La discusión no puede, no debe ser sobre un muro muchísimo menos sobre quién lo paga. La discusión tiene que ser mucho más integral, mucho más inteligente.

Hay elementos de derechos humanos, hay elementos económicos, hay elementos de seguridad que son los que determinan los flujos de personas y las maneras en que hay que abordarlos.

Y eso lo sabemos no de hoy, lo sabemos históricamente, eso no es un problema bilateral, ni siquiera es un problema regional, es un problema global. Por ello, le daremos especial atención a ese tema.

En materia de drogas, lo fundamental será preservar lo que se alcanzó en la Sesión Especial de Naciones Unidas y la OEA en principio ya hizo suyo, pero que ciertamente está siendo objeto de ciertas presiones.

La Embajadora Pellicer, a quien quiero mucho, nos daba un panorama un poco sobrio sobre lo que se alcanzó en la UNGASS y yo quisiera ahí sí reivindicar, yo creo que es un gran cambio comparado a lo que se venía haciendo en años anteriores y creo que por ello la defensa de este nuevo enfoque mucho más equilibrado en materia de drogas es una prioridad para el 2019 cuando se revise la estrategia.

En lo que tiene que ver con promoción de la democracia, creo que fundamentalmente la situación de Venezuela va a ser un área en la que podremos tener coincidencias.

Tenemos un ejercicio, podemos desarrollar un ejercicio, quisiera detenerme dos segundos en eso nada más, que viene de la administración anterior pero no involucra sólo a los Estados Unidos sino incluso a muchos países cercanos a Venezuela, que nos han ido permitiendo acercar las posiciones entre todos nosotros y crecientemente trabajar de la mano del Secretario General.

La Organización, no se nos puede olvidar, tiene varios órganos: uno de sus órganos principales es el Secretariado; otro es el Consejo Permanente.

Y el Consejo Permanente, junto con el Secretario General, tiene una responsabilidad compartida para abordar este tipo de temas.

Decía la senadora Gómez del Campo que no se logró una votación cuando el Secretario Almagro hizo una propuesta con base en la Carta Democrática y eso es correcto pero yo agregaría, porque ni el propio Secretario Almagro la propició, no era su intención.

La intención del Secretario General era activar un mecanismo, un mecanismo muy valioso con el que cuenta la Organización, pero no con vistas a excluir a uno de sus miembros, sino con vistas a avanzar hacia la identificación de una solución a las dificultades que se están enfrentando y, particularmente, para darle impulso a los esfuerzos de mediación en curso y ese ejercicio lo hemos acompañado los estados.

México presentó en un momento dado una propuesta y quisiera subrayar que esa propuesta fue acordada por consenso, es decir, incluso el beneplácito de la delegación de Venezuela, y eso nos permitió una resolución el 29 de junio pasado, que nos ha permitido ir haciendo ese ejercicio de acercamiento.

Quisiera también destacar que en el marco del combate al crimen, a las drogas, hemos entrado en un proceso de revisión de la manera en que venía trabajando la Organización. La Organización se había distinguido, yo diría, principalmente en el área del combate a las drogas a través del trabajo de la CICAT; pero de una manera tradicional, de una manera punitiva o privilegiando el enfoque punitivo y hemos logrado en los últimos años, a través de una serie de reestructuraciones, la creación de comisiones nuevas, integrar mejor el esfuerzo, que tiene que ver no sólo con drogas; sino que tiene que ver con delincuencia organizada, que tiene que ver con lucha contra el terrorismo, que tiene que ver con tráfico de armas.

Y al final, todos estos temas en un marco de promoción y de apoyo mutuo a los esfuerzos de desarrollo, protección del Estado de Derecho, promoción de mecanismos mucho más ágiles y mucho más integrados de cooperación.

Tenemos un departamento nuevo que se avoca específicamente a la prevención de la delincuencia organizada trasnacional, y eso nos debería de permitir ver este tema, tal como lo plantea la propia agenda de desarrollo sustentable 2030 de Naciones Unidas, en un contexto mucho más amplio, político, económico y social; y no como un asunto solamente de policías.

En el marco de la cooperación y, con eso concluyo rápido para hacer algunos otros comentarios, de las pocas Asambleas Extraordinarias que se habían realizado en el marco de la Organización, México fue sede de la que le dio creación al Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral. Y ese Consejo había venido sufriendo de una carencia de recursos, como el resto de la Organización y de una cierta priorización dentro de los trabajos.

Es por ello también una de las tareas para la Asamblea de México, recuperar ese ejercicio, nuevamente vinculado ya no sólo a la Agenda 2030, sino yo diría, en particular a los acuerdos de París. No se les olvide que en el marco hemisférico algunos de los Estados miembros, son algunos de los Estados más vulnerables al cambio climático, por un lado, y me refiero particularmente al Caribe y Centroamérica; y también que grandes emisores, particularmente América del Norte, donde nos incluimos, también son miembros de la Organización.

Cierro esta parte de la OEA, señalándoles que por alguna razón que yo mismo desconozco, la Asamblea General que se realiza en México, va a ser la primera en toda la historia de la OEA. Y confieso que desconozco la razón, porque habiendo formado parte de la delegación mexicana en la OEA hace más de 20 años, nunca me había hecho yo mismo esa pregunta del por qué México nunca había ofrecido ser sede.

Pero si en algún momento resulta interesante, coyunturalmente importante, es justamente en éste y, por ello, me congratulo de que hayamos hecho ese ofrecimiento y que vaya a ser en México.

Finalmente una nota, muy rápida, sé que me estoy excediendo, pero se ha hablado mucho de multilateralismo y habiendo pasado ya por prácticamente todas las sedes en Nueva York, Ginebra y Viena; quisiera hacerles una reflexión muy simple.

Mi experiencia en el sistema multilateral parte de una época en donde las potencias pretendían dominar la agenda, eran los que ganaron la guerra, los que tenían el derecho de veto. Eso se ve entre crisis fuerte, particularmente en los 70’s… perdón en los 50’s, 60’s, con el surgimiento de un número muy importante de Estados miembros, sobre todo la descolonización en África.

En el momento en que se mueven los números en los organismos, pasamos de la época de dominio de las potencias, al dominio de las mayorías; y las decisiones se tomaban por mayoría.

Y justamente en los 70’s entramos en una nueva crisis, prácticamente finales de los 80’s, cuando los Estados Unidos imponen el consenso para contrarrestar lo que ellos llamaban “la dictadura de las mayorías”.

Y ese consenso que pretendía, desde el punto de vista de los poderosos, recuperar el control de los organismos, se ha ido transformando en lo que la propia embajadora Pellicer llamaba ahora como “el derecho de veto para cualquiera”; es decir, que cualquier Estado puede paralizar.

Nosotros tenemos una experiencia en ese sentido. Ustedes recordarán que en Cancún se aprobó una decisión trascendental que luego permitió los acuerdos de París, y que se pudo aprobar gracias a que no aceptamos la interpretación del consenso como unanimidad, porque sí había en Cancún una delegación en contra de la propuesta que hizo en su momento la presidencia.

Mi conclusión es muy sencilla: Los consensos no siempre son a la baja, hay consensos a la alta, y algunos muy meritorios.

Yo tengo el privilegio de haber servido como presidente del Consejo de Derechos Humanos y el Consejo no hubiera logrado ni la mitad de lo que logró si no es porque trabajamos sobre la base del consenso.

Pero era un consenso a la alza, un consenso donde eran los máximos comunes denominadores, todos estaban molestos, todos tenían algo que perder con ese paquete, pero también todos tenían algo qué ganar, y por eso se lograron equilibrios. Los consensos a la baja, repito, no son siempre la regla.

Pero aun así, hay temas en los que el consenso necesariamente va a ser el mínimo común denominador, entonces en esos, yo creo que lo que sigue es que recuperemos la capacidad del voto.

Y para que recuperemos la capacidad del voto y no sea simple mayoría, mayoriteo, como acostumbramos decir en nuestro país, yo creo que lo que sigue son liderazgos temáticos y México puede encabezar varios de esos liderazgos temáticos; lo demostramos en Cancún y lo podemos demostrar en otros temas, ahora con los temas de armas nucleares; lo podemos hacer sin duda en el tema, lo hemos venido haciendo en el tema de droga, pero habrá que aprender a desarrollar no sólo esa capacidad de liderazgo sino de trabajar con otros líderes que no son los líderes tradicionales, que no son ya las potencias nucleares o los ganadores de la guerra que van a ser países, algunos, pocos pero algunos de nuestra región y otros de otras regiones.

Y reivindiquemos el derecho a disentir. Y lo quiero hacer sobre todo en el Senado.

Yo quiero ponerles nada más como reflexión la idea de que ninguna decisión de esta casa importantísima se pudiera tomar cuando al menos un senador estuviera en contra. Literalmente sería la parálisis, y eso es lo que nos está pasando.

Las críticas al sistema multilateral, la mayoría de las crisis por parálisis están vinculadas a ese fenómeno.

Rompamos con esa inercia, México lo ha podido hacer en el pasado, lo podemos seguir haciendo.

Muchas gracias.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA: Muchísimas gracias al embajador de Alba por su intervención.

Sin duda alguna, y yo quisiera solamente resaltar, todos esperamos en este Senado de la República y en México que las agendas entre la Organización de Estados Americanos y el gobierno que encabezará el presidente Donald Trump, sí permitan avanzar y que el debate no sea meramente estar hablando del muro, de quién lo va a construir, de quién va a pagar el muro, porque tristemente se han dejado de lado temas importantísimos que tienen que ver con el fenómeno migratorio que al final del día es un tema que deberán tratar en algún momento, los temas en general de derechos humanos, pero también la parte y todo lo que tiene que ver con el desarrollo económico.

Siempre hemos dicho que para que las cosas avancen y para poder frenar poco a poco el fenómeno migratorio, es crucial el desarrollo que se dé también en las fronteras. Y desafortunadamente en la mayoría de los casos los presidentes de los países que hacen frontera con México no necesariamente están en el mismo canal que hemos estado en el gobierno y que ha estado también el Poder Legislativo.

Desde aquí hemos impulsado diversas reformas migratorias. Entre todos los grupos parlamentarios hemos hecho un esfuerzo para ello.

Y celebro también, Embajador, que la Asamblea General se realice en México, qué bueno que así sea y que México comience a recuperar espacios, que desde nuestro punto de vista, también se han perdido, o algunas oportunidades que se han perdido para ser cabeza o para ser negociadores de diversos temas de la Región.

Muchas gracias Embajador.

Y ahora tengo el gusto de presentarles a mi compañera senadora Marcela Guerra Castillo.

Ya la mayoría de ustedes la conocen, la gente que nos sigue por el Canal del Congreso también.

Voy a compartirles una breve semblanza de quién es la senadora Marcela Guerra:

Ha sido legisladora en varias ocasiones en Nuevo León y también en la Cámara de Diputados.

Es licenciada en administración de empresas, egresada del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey.

Cuenta con estudios en historia de la civilización en el Instituto Católico de París y en la Sorbona.

Egresada de la maestría en derecho constitucional por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ha participado en diversos cursos y seminarios, entre los que destacan: el Seminario Ejecutivo Oportunidad y Desafíos del Futuro de México, Estrategias de Liderazgo y Desempeño por la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard.

El seminario de Política Exterior y Agenda Global, impartido por el Instituto Marías Romero de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Y es muy importante decirles que en este momento la senadora Marcela Guerra hará una intervención en su calidad de Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, esto no lo puedo dejar fuera, y de ParlAmericas, Presidenta de ParlAmericas, que es para el Senado de la República que lo presida una senadora mexicana, combativa y que siempre ha estado entre sus prioridades la agenda internacional.

Adelante senadora.

SENADORA MARCELA GUERRA CASTILLO: Muchas gracias compañera Mariana Gómez del Campo.

Gracias a todos por su asistencia aquí en el Senado de la República.

Y por supuesto agradezco a una compañera con quien he entablado grandes debates, buenos y constructivos debates y me refiero a mi compañera Laura Rojas, por la organización de este evento que es muy importante porque nos permite a todos tener de primera mano lo que muchos están haciendo a favor de México en varios ámbitos como es el de la política exterior, de la Cancillería, y por supuesto en este Senado de la República.

Gracias Laura, como siempre, todos mis parabienes.

Hoy por hoy, ya se ha dicho en este foro en varias ocasiones, este año que comienza el multilateralismo será puesto a prueba más que nunca.

No sólo los valores democráticos están siendo mermados sino también las divisiones entre las naciones se están acrecentando.

México siempre ha sido un ferviente defensor de la soberanía nacional, de la libertad, de la autodeterminación de los pueblos, de la paz y de la democracia.

En los diferentes foros multilaterales nos hemos destacado como mediadores en conflicto y nos hemos pronunciado siempre por la vía del diálogo.

Nuestro Continente Americano hoy por hoy no ha sido la excepción. A lo largo de la historia hemos tenido que enfrentar conflictos entre naciones en los que México ha sido un importante actor para la promoción de la resolución pacífica de controversias y generador de ideas innovadoras.

En este sentido, siempre apoyamos la creación de foros multilaterales que fomenta el entendimiento y sobre todo la promoción de los derechos humanos y entre éstos destaca por supuesto la OEA, ya está aquí el Embajador, ya lo dijo muy claramente cuáles son las plataformas, los ámbitos.

Pero la participación de México en la OEA debe ser entendida en el contexto de la evolución de las relaciones interamericanas en los últimos años, sobre todo.

Si bien al principio nos distinguía la distancia y la cautela hoy nuestra posición ha cambiado en años recientes, pero siempre se ha caracterizado por tener una marca propia.

México pesa mucho, México cuenta, México es influyente.

Hoy la Organización pasa por un momento tenso y complicado en el que enfrenta un déficit presupuestario y duras críticas, ya lo dijo el Embajador.

Sin embargo, la Secretaría General de la OEA, a mi gusto, ha estado cumpliendo con la tarea que ha sido encomendada.

El compañero Almagro, el Secretario General ha tenido una cierta valentía a la hora de denunciar, de decir y de activar debates en torno a lo que ocurre por supuesto en las Américas.

La OEA cuenta con un presupuesto de infraestructura física y humana, y así con una capacidad para ejecutar mandatos concretos. En Estados Unidos hay sectores que opinan que ya no responde a los intereses de su país, por lo que no tiene sentido seguir financiándola, y uno de esos es seguramente el presidente Trump, y ese va a ser un obstáculo al cual los países que sí creemos en el multilateralismo, como es el caso de México, tendremos que sacar avante, adelante toda esta posición.

No me refiero a la de Trump, sino me refiero a la posición de salvaguardar este tema, el ámbito multilateral para poder seguir resolviendo los problemas de la región, desde una forma en la cooperación y en la discusión respetuosa de los problemas que nos aquejan.

Por otro lado, los gobiernos de varios Estados latinoamericanos ven en la OEA un simple instrumento de política exterior estadounidense. Parecería que es ni una ni la otra. Como es el caso de Venezuela, Ecuador y Bolivia; que han expresado en varias ocasiones la intención de sustituir a la organización con otros mecanismos multilaterales netamente latinoamericanos.

Por nuestra parte, México, hemos promovido la formación de nuevos mecanismos de asociación latinoamericana, pero que tiene que ver más con la parte económica, como es la Alianza Pacífico, Mariana la conoce muy bien. Aquí tenemos una Comisión especial para Alianza Pacífico, darle seguimiento, que ha sido un instrumento muy importante para el país. Pero desde el punto de vista económico, educativo, y se ha estado profundizando más en esos temas.

Pero también hemos respaldado a la OEA, política y económicamente, recientemente México dio una gran aportación a la OEA. Además tenemos posiciones dentro de la OEA muy importantes, y eso hay que decirlo.

La representación mexicana se ha involucrado incluso en asuntos administrativos, con el objeto de aumentar la eficacia de la Organización.

México debe de continuar en este camino, como un promotor del multilateralismo. Por eso, todos aquellos que estén aliados al multilateralismo, México debe de ir y de acompañar todo ese tipo de iniciativas.

Debemos de seguir apoyando a los organismos netamente latinoamericanos, como uno que incluya el Continente Americano en su totalidad, tomando el papel de articulador de consensos y dada la coyuntura internacional, es imperativo que no permanezcamos al margen.

Una política más activa es necesaria, que se contraponga con los discursos divisorios, racistas y xenófobos y específicamente son los de Donald Trump y la nueva era que nos espera, es decir, en los próximos años México estará, vamos a decir, viviendo tiempos difíciles, sobre todo no para estar esperando a ver si cambia el gobierno de Estados Unidos de América posiciones, y ver si nosotros podemos de una forma pacífica convencerlos.

Creo que tenemos que emplear todos los ámbitos, no sólo el bilateral, sino también el multilateral y me refiero a la OMC, en este caso no vamos a hablar de la OMC; pero sí el multilateralismo en este momento difícil, no sólo en México sino en las Américas, va a ser muy importante tenerlo.

Creo que también todos los demás factores que se requieren para alcanzar una verdadera democracia, como lo ha estado impulsando la OEA, y la primera es la igualdad: con instituciones sólidas, transparencia en el ejercicio del poder público, efectivos sistemas de pesos y contrapesos entre los poderes de los estados, condiciones para el ejercicio pleno de la ciudadanía, ciudadanos participativos y partidos políticos verdaderamente representativos.

Para nosotros tener una participación más activa en la OEA, no es acabar con la tradición de no intervencionista de México; sino es cooperar con todas nuestras naciones vecinas para un mejor futuro.

Ahí los gobiernos de América podemos concentrarnos en construir los mecanismos de gobernanza intergubernamentales, que nos permitan enfrentar más eficazmente los retos trasnacionales.

En el siglo XXI es cada vez más claro que Estados Unidos y el Departamento de Estado ya no pueden concebir la organización hemisférica como un instrumento manipulable, y en los últimos años, la OEA ha tomado varias decisiones que han sido promovidas por países latinoamericanos, ya lo dijo también el Embajador; y no se ajustan a los intereses de Washington.

Hoy vivimos una época donde Estados Unidos es un país muy prominente, sí una potencia, sin embargo ya no es hegemónica.

La OEA aporta un campo de negociación adicional con Estados Unidos y es necesario ahora, más que nunca, para articular respuestas eficaces a los problemas más apremiantes que enfrenta la relación de México con Estados Unidos.

Aunque México y Estados Unidos cuentan con mecanismos de cooperación bilateral, la OEA supone un tercer nivel de coordinación intergubernamental que permita ampliar el alcance geográfico e incorporar más actores. Además, es una fuente de nuevos instrumentos vinculatorios de derecho internacional, lo que México siempre ha valorado en la dinámica de su relación con la potencia del norte.

La Organización de los Estados Americanos no sólo es un foro para el diálogo político y producción normativa, también tiene la capacidad de proveer asistencia técnica a los Estados que la integran. Además recaba información, produce estadísticas regionales, estudios comparativos y estrategias de acción que relaciona también con una red continental de centros de investigación, comités de expertos y organizaciones no gubernamentales.

Divulga las buenas prácticas y las misiones de observación electoral, como ya también se dijo la primera vez, me tocó ser parte de una de ellas, bueno, de esta principal para observar las elecciones en Estados Unidos, a través de la organización PARLAMERICAS, que me honro en presidir, que es una organización internacional que representa una red independiente compuesta por legislaturas, miembros de la OEA.

Y quiero hacer un paréntesis muy importante. PARLAMERICAS es el brazo legislativo de la OEA. Somos 35 países, desde el Yukon hasta la Patagonia, y ahora hemos adoptado a través de un acuerdo específico que firmamos el Secretario Almagro y su servidora, hacer y compartir no sólo los mismos valores democráticos de la Carta Interamericana, sino también otro tipo de foros y de situaciones que la OEA nos ayuda muchísimo en las tres plataformas que PARLAMERICAS tiene hoy por hoy, que son precisamente la igualdad de género, tenemos una red para la igualdad de mujeres; las acciones para mitigar el cambio climático que también es muy importante, que se desprenden del Acuerdo de París; y sobre todo también el parlamento abierto, donde México ha aportado muchísimo a través del Sistema Nacional Anticorrupción.

Y eso obviamente son valores que también compartimos con la OEA, nos ayudan muchísimo y nosotros ayudamos también a la OEA como legisladores.

Es la primera red que cuenta con una organización de esa índole en la OEA y PARLAMERICAS, entonces trabajamos muy hermanados en estos tres ámbitos, en estas tres plataformas.

Y otro de nuestros principales compromisos es fortalecer la agenda legislativa para promover la protección y la conservación de los derechos humanos, los derechos ambientales. Es decir, los derechos de la cuarta generación.

Ya no nada más podemos hablar de las garantías individuales o de la tradicional forma de ver los derechos humanos, sino siempre tenemos que ir más allá en una nueva era con los nuevos derechos para todos y para todas.

Yo nada más, porque ya me pusieron, ah, bueno, tengo cinco minutos entonces ya me comí dos. Nosotros para mejorar nuestro trabajo a través de PARLAMERICAS con la OEA y, sobre todo, el de seguir impulsando la influencia de México en el continente, en los y las américas y el Caribe, nosotros también conscientes de la importancia de hacer y establecer nuevas alianzas trabajamos también directamente con la ONU.

Trabajamos con ONU-mujeres, trabajamos con ONU-ambiente, trabajamos también con la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA por supuesto en todos los ámbitos; con el Banco Mundial, hemos hecho un gran acuerdo con el Banco Mundial; con el BID, con el Banco Interamericano de Desarrollo; y también con el Instituto Nacional Demócrata y el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria.

También, y como ya he mencionado, las misiones de observación electoral de la OEA, ya nos tocó por primera vez observarla de una forma muy general las misiones en Estados Unidos, que ha dado muchos comentarios, sobre todo por la forma en que el presidente ganó y el debate que se ha suscitado en torno a esta elección, y donde el Secretario Almagro dio ya su informe, fue un informe muy completo que valdría la pena que le echaran un vistazo, está en redes sociales, ya está arriba, entonces sí vale la pena que lo vean, porque sí hay cosas que se apuntan hacia la organización especialmente de las elecciones en Estados Unidos.

Ustedes saben que ellos no cuentan, por ejemplo, con un instituto nacional de observación a la organización de las elecciones, cada estado las organiza y eso implica que haya cierto tipo de debate en torno sobre todo a cómo se gana una elección indirecta en Estados Unidos.

En la última asamblea de la OEA realizada en junio del 2016, se adoptó el Programa Interamericano de Desarrollo Sostenible, a lo que se convirtió en el primer organismo regional en contar con una política alineada con la Agenda 2030, ya también ya se dijo, para el desarrollo sostenible.

Y consecuente con esto, y conscientes de que el cabal cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible requieren una respuesta parlamentaria organizada, los legisladores de PARLAMERICAS aprobamos el 8 de diciembre aquí precisamente en este salón, una declaración-compromiso con 13 acciones específicas que también pueden consultar, están ya arriba en redes, titulada: Fortalecimiento de Parlamentos y Construcciones de Sociedades Resilientes para Lograr los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

Los parlamentos tenemos un papel fundamental qué desempeñar en el ámbito global y tanto como interlocutores directos que somos, representantes de la pluralidad en nuestras entidades federativas a lo largo y a lo ancho en nuestros países, nuestra situación es única para promover toda clase de mecanismos de entendimiento multilaterales, bilaterales.

Y por eso el Congreso Mexicano ha contado con una importante agenda centrada en el diálogo hemisférico entre parlamentos.

Quisiera concluir diciendo que la diplomacia parlamentaria se basa hoy en la colaboración para la generación de acuerdos políticos, económicos y sociales y que a partir de la creciente conciencia mundial de que habitamos en un mismo planeta, donde los seres humanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.

De esta forma el Congreso Mexicano y, especialmente, el Senado de la República se comprometen y se seguirá comprometiendo con el ámbito multilateral.

Es cuánto y muchas gracias por su paciencia.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO: Muchísimas gracias a la senadora Marcela Guerra por su intervención.

Pasaríamos a la tercera intervención de esta Mesa y es un gusto presentar al doctor Thomas Legler, que es Director de Investigación y profesor investigador del Departamento de Estudios Internacionales en la Universidad Iberoamericana.

Cuenta con un doctorado en ciencias políticas con concentración política comparada de la Universidad de Nueva York.

Maestría en ciencias políticas también.

Licenciatura en ciencias políticas de la Universidad McGill.

Especialista en Relaciones Internacionales y Política Comparada, incluyendo la política y el desarrollo latinoamericanos, la Organización de Estados Americanos y el Sistema Interamericano, las relaciones Canadá-América Latina, la promoción de la democracia internacional, entre otros.

Ha sido también observador electoral para el Centro Carter, la OEA y organizaciones de la sociedad civil en siete países latinoamericanos.

Es un honor recibir y darle el uso de la palabra al doctor Thomas Legler. Adelante.

DOCTOR THOMAS LEGLER: Buenas tardes.

Muchas gracias a la senadora Laura Angélica Rojas Hernández y la Comisión de Relaciones Exteriores, Organismos Internacionales por esta amable invitación.

Como canadiense emigrante, aquí en este hermoso país, realmente es un honor poder compartir mis ideas y mis percepciones respecto a la OEA hoy en día.

Quiero empezar felicitando al Gobierno de México porque realmente el Gobierno de México ha sido uno de los defensores más importantes de la OEA en años recientes.

Concretamente México ha hecho un aporte muy importante en términos de resolver esta crisis financiera continua que ha sufrido la OEA desde hace muchos años.

Y México hace unos años fue un defensor feroz del sistema interamericano de derechos humanos ante críticas duras de otros países en la Región.

Y actualmente, como ya se escuchó del Embajador De Alba, México está ante una iniciativa para mejorar substancialmente el financiamiento de dicho sistema.

Yo llevo desde 1998 estudiando en la OEA el sistema interamericano.

Con ello empecé a estudiar a este sistema y la OEA pasaba por uno de sus mejores momentos.

Realmente yo no podría decir que los 90’s eran la época dorada de la OEA.

La OEA ha pasado históricamente por una serie de altibajos. Hay ciertos académicos que han dicho que la OEA ha pasado por un fenómeno Sisyphus, tratando siempre de superar la colina pero finalmente llegando otra vez al fondo.

Pero yo creo, que hoy en estos últimos años, podemos percibir una OEA muy distinta. Creo que es una OEA que mi amiga y colega, Natalia Saltalamacchia, la directora general del Instituto y académica y diplomática del Matías Romero, ha descrito como una OEA con una fuerte crisis existencial.

Escuché con interés los comentarios del embajador de Alba, que hay cierto optimismo, que la OEA está superando algunos de estos problemas. Pero lo que yo quiero señalar es que México será anfitrión de la próxima Asamblea General y quizá uno de los momentos más cruciales de la historia de la OEA y no debe desaprovecharse esta oportunidad.

¿Cuáles son algunos de estos problemas que enfrenta la OEA?

Ya hemos escuchado de las dificultades financieras, los cortes presupuestales. Se habla de un secretario general, Almagro, que para algunas personas es un breath of fresh air, refrescante en el sentido de decir las cosas tal cual. Para otros es alguien que ha usado sus buenos oficios de una manera exagerada y entonces hay un fuerte cuestionamiento en este momento del secretario general.

A los que dicen que aunque dice las cosas tal cual, esto ha perjudicado un poco el intento de la comunidad internacional de fomentar un proceso de diálogo en Venezuela, depende con quién uno hable. La carta democrática interamericana no se ha usado en el caso de Venezuela y quede como en este momento, un documento con poco uso.

No sólo la OEA, sino todas las organizaciones de América, incluyendo UNASUR, CELAC, ALBA, etcétera; se encuentran impotentes ante esta situación en Venezuela y la OEA ha sido básicamente excluida de un papel importante frente a la crisis en Venezuela. Pero no por falta de esfuerzo.

El Sistema Interamericano de Derechos Humanos obviamente se encuentra en un momento muy difícil, cabe mencionar que el Gobierno Mexicano el año pasado puntualmente aportó un financiamiento extraordinario para ayudar al sistema, evitar su colapso. Y no olvidemos la integración de Cuba y la mejora que empezó hace dos, tres años en las relaciones hemisféricas; todo esto está en juego este año por razones que todos sabemos.

¿Qué está mal con la OEA? ¿Por qué nunca ha logrado alcanzar su potencial?

Bueno, entre paréntesis quiero señalar que coincido con la senadora Guerra, que la OEA tiene muchos atributos muy positivos, los cuales no debemos perder; pero no podemos negar que existen problemas fuertes y muy profundos en la organización.

Hemos escuchado esta mañana que uno de los problemas con el multilateralismo, y la OEA quizá sea un ejemplo, es la tesis de la burocracia patológica, que son esos malditos burócratas internacionales que impiden mayor eficacia del multilateralismo.

Yo no coincido. Es cierto que durante cierto tiempo se acusaba a la OEA de ser otra burocracia internacional, con todos los problemas que eso implicaba; pero desde los 90 la OEA ha pasado por un proceso de modernización muy importante, yo diría que hay áreas temáticas muy importantes, tales como seguridad multidimensional, donde vemos un papel muy importante por parte de estos servidores internacionales.

Yo diría que la OEA requiere más burocracia internacional y no menos. Necesitamos fortalecer la OEA, necesitamos ceder más autonomía o más soberanía a la organización; pero quizá no sea este el momento oportuno para eso.

Las asimetrías de poder siempre han sido un gran reto para la OEA, desde su nacimiento, y sabemos lo que significa eso, Estados Unidos en su relación y en menor grado Canadá frente a América Latina y el Caribe.

Como dijo Castro, en paz descanse, hace muchos años, para muchos la OEA era un ministerio del imperio. No coincido con esa visión, pero no podemos negar que esta asimetría de poder ha afectado mucho a las operaciones, a la visión y al éxito de la organización.

Yo diría, también el multilateralismo no sólo es sobre concertación, diálogo, la prevención de unilateralismo como se mencionaba esta mañana, también se trata de la construcción de comunidades y eso ha sido un problema a fondo en el caso de la OEA.

El (inaudible) de (inaudible) escribiendo en los 40, nunca se ha logrado exitosamente en el caso de la OEA. Sabemos que existen tensiones o diferencias importantes entre las ideas y los principios, los valores de los distintos países y regiones que constituyen el hemisferio occidental, también hay fuertes diferencias en términos de cómo definir la democracia.

Justo cuando creíamos que habíamos llegado a una definición única de la democracia representativa con la carta democrática, ya tenemos dos cartas, la democrática y la social, y seguimos con este reto de llegar a un consenso en términos de qué es la democracia y cómo defenderla.

También hay un problema en términos de una proliferación continua de mandatos por parte de la OEA. Parece que existe una tentación continua por parte de los líderes de la región de definir nuevos mandatos y eso obviamente con el efecto de dificultar aún más la posibilidad de cumplir y poner en marcha los mismos mandatos.

Hay otra proliferación que ha causado problemas respecto a la OEA y es la proliferación institucional en la región, y México ha jugado cierto papel en ese sentido, fomentando la creación de CELAC y la creación de Alianza del Pacífico.

Ha habido otras organizaciones regionales creadas en estos años, UNASUR, MERCOSUR, ALBA, entre otras.

Y bueno, sin duda, hay posibilidades de cooperación, sinergias, coordinación y colaboración entre una multitud de organizaciones, pero también tenemos que reconocer que ha habido competencia y conflicto entre estas organizaciones.

El ejemplo quizá más importante es cómo la OEA y UNASUR no ha logrado unir sus fuerzas frente a la situación en Venezuela.

Por fin yo creo, hemos visto en estos últimos dos, tres años, que nuevamente han surgido fuertes problemas políticos y domésticos a lo largo de la región; total que los gobiernos de estos países se encuentran otra vez distraídos por lo que está pasando en casa y con menos capacidad de dedicar su tiempo y sus recursos a la sumisión de los problemas regionales y globales tan importantes que enfrentamos todos.

En resumen, hace muchos años alguien sabio me dijo y observó: Las organizaciones internacionales sólo son tan fuertes como quieren que sean sus Estados miembros.

International organization can only a stronger as states wanted to be, y este es claramente el caso de la OEA.

México, sin duda, como ya señalé, es uno de los defensores más importantes de la OEA y el Sistema Interamericano. También, como ya se señaló, cuando los representantes de México hablan en los foros regionales, los demás ponen atención.

Entonces, yo creo que México tiene una responsabilidad particularmente importante este año para no desaprovechar que la oportunidad que representa la Asamblea General aquí, como ya se indicó, a un evento histórico aquí en la diplomacia mexicana.

No desaprovechemos esta oportunidad para enfrentar a estos fuertes problemas de la OEA.

Y como ya se indicó, México ha demostrado ya muchas veces sus liderazgos. Ahora es el momento del liderazgo en el caso de la OEA y el sistema interamericano.

Un último comentario: me llama la atención que todavía no está presente, en los medios, este acontecimiento tan importante que es la Asamblea General aquí, en junio. A mí me gustaría ver mucho más en los medios.

Y en un sentido a propósito positivo y proactivo quiero proponer al Senado, al Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, así como a la Cancillería que unamos fuerzas con la Academia para educar e informar al público mexicano de la OEA y la importancia de que siga jugando un papel tan importante en este Hemisferio.

Muchas gracias.

SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO: Muchísimas gracias al doctor por su intervención.

Me parece muy importante y resaltaría la última parte de su intervención.

Aprovechar que la Asamblea General de la OEA se realizará en México, en los próximos meses, me parecería muy importante el que desde el Senado de la República podamos darle voz a diferentes actores de la Academia, no nada más de México sino también actores importantes de la Región que creo que con gusto podrían estar aquí en un espacio, que creo, debemos abrir a los jóvenes, a los universitarios, a todos aquellos que tengan interés en participar y, además, aquí aprovechando que está nuestro Embajador ante la OEA, me parecería que entre todos podríamos darle el impulso, el empuje necesario para que esto así ocurra.

Yo quiero agradecerles a todos ustedes por su intervención en este espacio.

Me parece muy importante el que a través del Canal del Congreso, a través de las redes sociales podamos darles a conocer a los mexicanos qué significa la OEA, tomar en cuenta que es el organismo regional más antiguo del mundo, que tiene 67 años y que reúne además a los 35 estados independientes de Las Américas.

Siempre hay que recordar los pilares de la OEA, que son la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo y que muchos de los temas de la Agenda de la Región, ya decía hace un momento la senadora Marcela Guerra, que se encargan de estar revisando la Agenda, lo que va ocurriendo en los diferentes países, pues no necesariamente a veces se logra la solución inmediata.

Pero sí es muy importante, muy valioso el que podamos estar escuchando, yo insistiría, a un Secretario General Proactivo, a un Secretario General pues de alguna manera vocero de los temas que interesan a la Región y además poniendo también los temas en la Agenda pública para que hoy podamos estar aquí reunidos y debatiendo cuál fue la posición con respecto a Cuba y la normalización de la relación con Estados Unidos, o el tema Venezuela, entre muchos otros temas.

Agradezco mucho al doctor Legler, también al Embajador y por supuesto a la senadora Marcela Guerra.

Y bueno, daríamos paso a la siguiente Mesa.

Gracias a todos por escucharnos y por estar aquí en el Senado de la República.