Versión estenográfica del mensaje del senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la firma del convenio de colaboración entre el gobierno de la Ciudad de México y la Cámara de Senadores.

SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Muy buenas tardes tengan todos ustedes. Sean bienvenidos a la vieja Casona de Xicoténcatl, sede del Senado de la República; la casa histórica del Federalismo y desde la decisión constituyente que reforma el artículo 122 y que abre el proceso hacia la nueva y primera Constitución de la Ciudad de México, una de las sedes del poder constituyente de la Ciudad.

 

Sea usted bienvenido, Jefe de Gobierno, a esta su casa.

 

Quiero agradecer y reconocer el esfuerzo que ha hecho el equipo de trabajo, encabezado por el doctor Manuel Granados, en la construcción de este convenio de colaboración, que es el punto de partida de una obligación constitucional, que es justamente que este recinto sirva como sede de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México; pero también para poder facilitar, acercar las distintas aportaciones institucionales que haremos mutuamente para que llegue a buen puerto ese ejercicio.

 

Mi reconocimiento, Jefe de Gobierno, todo su equipo de trabajo contribuyó a lo que hoy suscribimos y que es una buena noticia para nuestro país. Y es una buena noticia porque hemos logrado una sinergia de instituciones, una sinergia en torno a la aplicación de ciertos recursos bajo el principio de la mayor austeridad.

 

Estamos comprometiendo la utilización de ciertos espacios físicos, pero sobre todo la participación de muchos funcionarios públicos, del Senado de la República o de la Ciudad de México, que de esta manera van a duplicar sus responsabilidades. No solamente harán sus tareas habituales en el Senado o en la Ciudad de México, sino también se van a encargar de cuidar, de acompañar, de participar en una responsabilidad de la mayor trascendencia histórica, como lo es la construcción de la primera Constitución de la Ciudad de México.

 

Quiero de antemano, agradecer a los funcionarios y trabajadores, tanto de la Ciudad de México como del Senado de la República, su disposición, su compromiso. Este esfuerzo adicional que van a realizar en sus jornadas de trabajo para que en el marco de los recursos limitados, en el marco de las obligaciones que tenemos de buen uso de recursos, este propósito, esta obligación constitucional salga adelante y llegue a buen puerto.

 

Un recinto histórico no solamente es un espacio físico donde un conjunto de personas se reúnen, dialogan, toman decisiones: es también un testigo hacia el porvenir, hacia las próximas generaciones.

 

Esta casa ha sido testigo de innumerables reformas constitucionales y legales; ha sido testigo de la modernización de las estructuras políticas-económicas del país; ha sido testigo del mayor periodo de estabilidad en nuestras instituciones de nuestra historia.

 

Este largo periodo de vigencia constitucional se tiene que explicar desde la perspectiva de la actuación de la vigencia del Senado de la República y en esta casa muchas de las discusiones, muchos de los debates y las decisiones que explican ese largo periodo de estabilidad se han tomado en este recinto con el testigo mudo de estas paredes.

 

Hoy vamos a agregar un nuevo mérito a este recinto, la de albergar a 100 diputadas y diputados de la Asamblea Constituyente.

 

En este recinto se van a quedar a la posteridad los debates, las posiciones, las definiciones, y sobre todo el resultado de un esfuerzo político sin precedentes.

 

Se dice fácil construir una Constitución, pero a final de cuentas lo que (inaudible) una comunidad política son sus reglas de convivencia. ¿Qué queremos? ¿De qué manera nos vamos a organizar? ¿Cuáles son los contenidos mínimos?

 

Lo que vamos a dejar al juego de las democracias de (inaudible) mayorías de coyuntura o aquello que vamos a extraer de las definiciones mayoritarias; qué se petrifica en una Constitución para que a partir de la rigidez de la propia Constitución no pueda ser alterado por voluntades mayoritarias efímeras o de coyuntura.

 

Este es el gran esfuerzo de construcción de una institución, de la institución fundamental de una comunidad política, de la primera y la más fundamental de las normas del principio y fin de un ordenamiento jurídico, pero sobre todo la norma que crea, define los límites del poder y también sus fines, sus valores, sus horizontes.

 

Me da mucho orgullo formar parte de la legislatura que ha hecho importantes reformas para el bien de México.

Me provoca también un profundo orgullo ser parte de la legislatura que conoció esta iniciativa de reforma al estatuto constitucional de la Ciudad de México. Es un cambio fundamental.

 

No se trata únicamente de modificar el funcionamiento de las instituciones de la Ciudad de México, sino de definir la fisonomía institucional de la capital de la República, la sede de los poderes federales de nuestro país.

 

Por eso, qué mejor que en la sede del federalismo discutamos sobre las reglas, las instituciones de nuestra capital, y como decimos quienes por destino vivimos en esta ciudad del corazón de nuestro país.

 

Enhorabuena a todas y a todos.

 

Gracias, de manera muy sentida a todos quienes van a partir de este Convenio de Colaboración a acompañar a los diputados constituyentes, el mejor de los éxitos tanto a ustedes como a los diputados, y sobre todo que lo que construyamos lo hagamos con sentido de bien, que lo que hagamos lo hagamos con sentido de honor y que lo que hagamos sea siempre pensando en los intereses fundamentales de la República y de esta Ciudad de México, el corazón de nuestro país.

 

Por su atención, muchísimas gracias, y creo, Jefe de Gobierno, que vale la pena también decir, a propósito de este Convenio de Colaboración, que el esfuerzo que veremos en los próximos días se va a explicar por el trabajo de muchos de los que van a protagonizar los debates, pero quiero de antemano decir que habrá una aportación crucial de muchos de los rostros que vemos aquí presentes.

 

Quiero destacar también la aportación y el apoyo del sindicato del Senado de la República, porque me parece injusto olvidar que si no hubiésemos tenido su disposición y su colaboración simplemente este Convenio de Colaboración sería impensable.

 

Gracias a los trabajadores sindicalizados del Senado de la República.

 

Muchísimas gracias a todos y muy buenas tardes.