Versión estenográfica del mensaje del senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la firma del Convenio Marco de Colaboración con el Fideicomiso del Centro Histórico.

 

SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Muy buenas tardes tengan todos ustedes.

 

Quiero, en primer lugar, destacar la presencia esta tarde del Presidente de la Comisión Bicameral del Sistema de Bibliotecas del Congreso de la Unión, del senador Óscar Román Rosas González, del senador Adolfo Romero Lainas, integrante de la Comisión Bicameral del Sistema de Bibliotecas del Congreso de la Unión, de la senadora Rosa Adriana Díaz Lizama, Vicepresidenta de la Mesa Directiva, que nos acompaña para servir de testigo de esta suscripción de un convenio importantísimo.

 

Por supuesto darle la bienvenida, agradecer este esfuerzo, agradecer la oportunidad, la iniciativa al Fideicomiso encabezado por el doctor José Mariano Leyva Pérez Gay, Director General del Fideicomiso Centro Histórico; a los colaboradores del Fideicomiso, sean ustedes bienvenidos a la Cámara de Senadores, bienvenidos al Congreso de la Unión.

 

Este propósito, este convenio es de la mayor relevancia.

 

Decía hace un momento el doctor Leyva que los mexicanos tenemos que empezar a encontrar soluciones y salidas a la irritación, a nuestro enojo, pacificar una sociedad cada vez más plural, con tensiones, con contradicciones, con una enorme y profunda desigualdad que no solamente se expresa en lo económico sino también se expresa en el acceso a condiciones de vida digna, donde quienes tienen mucho desplazan a los que tienen poco, y donde no es posible que cada quien pueda resolver por sus propios méritos y sus propias decisiones su futuro.

 

Donde les cuesta mucho más trabajo a quienes nacen en una circunstancia diferente, que a quienes por la lotería natural pueden obtener la posibilidad de salir adelante.

 

Y una de las soluciones para pacificar a nuestra sociedad, para salir de ese enojo, de esa irritación, es justamente reconquistar los espacios públicos.

 

La pacificación del país pasa precisamente porque la sociedad, los ciudadanos regresemos a los espacios públicos. Los espacios públicos entendidos como esos parques donde se recrea la tolerancia, donde se recrea el entendimiento, la convivencia, donde nos reconocemos unos y a otros como parte de una misma comunidad a pesar de nuestras diferencias, a pesar de nuestros distintos tonos de piel; a pesar de la forma distinta de entender el mundo, de entender nuestra realidad, pero en los cuales no significamos en función de nuestro común denominador, que es la condición de nuestra propia dignidad.

 

Por supuesto que las bibliotecas son esos espacios públicos. Son espacios donde nos encontramos con otros, pero también donde nos encontramos con nosotros mismos; donde tenemos el acceso al conocimiento, a las sensibilidades artísticas, donde podemos revisar la historia, donde podemos aprender de las generaciones futuras donde alguna vez podemos incluso imaginar mundos alternativos ante soluciones a nuestras propias condiciones, donde tenemos posibilidad de imaginar pero también de hacernos de la ciencia y de la frialdad de las condiciones técnicas que resuelven nuestras propias realidades de convivencia.

 

Este convenio trata de crear un gran espacio público de conocimiento, el gran espacio público de las bibliotecas del Centro Histórico, de las bibliotecas que están por distintas razones y por distintos esfuerzos institucionales en la Ciudad de México.

 

El esfuerzo de crear bibliotecas en el Congreso de la Unión inició paradójicamente con la pluralidad democrática.

 

Hace algunos años, antes de 1997, las bibliotecas del Congreso de la Unión eran simplemente espacios para resguardar libros, la reserva legal, las publicaciones habituales del Congreso de la Unión, donde incluso no había diversidad alguna, donde no había otras formas de pensamiento en competencia.

 

Pero justamente con la pluralidad democrática, y específicamente con aquella emblemática Quincuagésima Séptima Legislatura, la primera sin una mayoría de un partido político, se creó el Sistema de Bibliotecas del Congreso de la Unión.

 

Ese sistema tenía como propósito no solamente albergar conocimiento. Hoy diríamos plataformas de información, porque la evolución tecnológica nos ha llevado a que ya no necesitamos resguardo de papel o de impresiones, sino que las nuevas bibliotecas son fundamentalmente virtuales.

 

Donde no solamente se albergara información editada, documentada, impresa, sino también donde se generase información valiosa para la toma de decisiones, debate sobre nuestras realidades y sobre las soluciones a nuestras realidades, y también se generase conocimiento.

 

Y las bibliotecas del Congreso de la Unión empezaron a hacer eso: sistemas de investigación, formas de apoyar el trabajo legislativo y de recrear y de representar la pluralidad que había llegado de lo social a lo político gracias al avance democrático en nuestro país.

 

Este esfuerzo implica crear un espacio virtual, donde cualquier persona que visita la Ciudad de México, que vive en la Ciudad de México a través de mecanismos de enlace institucional podrá saber qué existe en cada una de las bibliotecas que integran esta red.

 

Que si tiene interés de conocer una información específica, alguna información que genera alguna de las instituciones o que tiene albergada algunas instituciones, podrá saber con claridad dónde encontrarla, cómo consultarla y, lo más importante, acceder a ella en condiciones de oportunidad, de prontitud y de fácil acceso.

 

Vivimos en la época no solamente de las tecnologías, sino también en la época de la transparencia. En la época en la cual tenemos que garantizar todas las instituciones públicas el debido acceso de los ciudadanos a la información que se genera en la interacción pública, se genera en el espacio público.

 

Pero es impensable la garantía de ese derecho subjetivo, de ese derecho individual si no hay un esfuerzo institucional por sistematizar, por archivar y por poner a disposición de los usuarios de manera amigable, de manera accesible, de manera fácil y sobre todo aplicando el enorme esfuerzo y el desarrollo tecnológico para que podamos precisamente garantizar que cualquier persona tenga esa posibilidad de acceder a nuestros acervos bibliográficos, hemerográficos y a todo el gran conocimiento que ha generado la humanidad, que genera nuestro propio país y que sin lugar a dudas es la plataforma, el trampolín de desarrollo de nuestro propio país.

 

Quiero felicitarlos a todos por este esfuerzo, a los senadores que han encabezado esta iniciativa, por supuesto al Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México.

 

Es una de las pequeñas muestras de colaboración, de corresponsabilidad, de sinergias entre las instituciones, de sinergias incluso entre órdenes de gobierno, donde quizá, si a alguno de ustedes no se les hubiese ocurrido esta posibilidad, no estaríamos aquí sentados y quizás muchos miles de ciudadanos no podrían obtener los beneficios que a partir de este convenio, estoy seguro que vamos a poder ofrecer a quienes viven en la Ciudad de México, a quienes habitan la Ciudad de México o que por alguna razón visitan nuestra ciudad, el corazón del país.

 

Además de agradecerles este esfuerzo, también decirles que en el marco del desarrollo institucional del Senado, estamos por construir una nueva biblioteca, ya tenemos autorizados los fondos, estamos trabajando en los proyectos ejecutivos, en la vieja casona de Xicoténcatl, que se convertirá en el Centro Cultural del Senado de la República.

 

Renovaremos la actual biblioteca, la haremos muchísimo más grande, mucho más atractiva. Aprovecharemos que ese recinto ya no tiene funciones habituales, rutinarias, ya no es la sede rutinaria del Senado; sí es la sede oficial del Senado donde celebramos algunas ceremonias conmemorativas o sesiones solemnes, pero aprovechando la nueva dimensión histórica y cultural de la Casona de Xicoténcatl, instalaremos ahí una nueva biblioteca.

 

Una biblioteca que no solamente albergará el enorme acervo bibliográfico que tiene el Senado de la República, que comparte con la Cámara de los Diputados, en el marco del sistema, sino que también haremos un esfuerzo por albergar, hospedar nuevas tecnologías.

 

Precisamente por eso me congratulo de que este Convenio llegue en el momento oportuno, cuando daremos un nuevo paso a fortalecer nuestra presencia, la presencia de nuestras bibliotecas, como el espacio público, nuestra contribución a generar espacios públicos, donde el Senado, el Congreso de la Unión, la Cámara de los Diputados tengan una posibilidad de encontrarse con los ciudadanos, de reivindicar la tarea institucional que tenemos, pero sobre todo para cumplir el propósito, la finalidad esencial de todo espacio público, que es crear tolerancia, pacificar, entendimiento y muy buena, subrayo, muy buena convivencia entre los diferentes.


Por su atención, muchísimas gracias y bienvenidos al Senado de nueva cuenta.