Versión estenográfica del mensaje del senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la inauguración del Taller de Sensibilización en Materia de Transparencia.

SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Muy buenos días tengan todos ustedes, bienvenidos señoras y señores comisionados del Instituto Nacional de Acceso a la Información, bienvenidos al Senado de la República.


Muchas gracias por este tipo de actividades que no solamente son expresión de nuestro ánimo de colaboración, sino también del compromiso de ambas instituciones por implementar la Reforma en Materia de Transparencia, pero sobre todo por hacer de la transparencia una cultura laboral y una cultura institucional.
Debo reconocer que siempre hemos recibido del Instituto Nacional de Acceso a la Información el apoyo, el respaldo a la colaboración, un diálogo fructífero, un diálogo útil, en el sentido de las obligaciones que tenemos, pero sobre todo también en la construcción del andamiaje institucional, legal, normativo a partir de una de las reformas más profundas que ha tenido el Estado Mexicano, en un área sensible para los ciudadanos y sensible para la política.
Quiero agradecer también la presencia de nuestro Secretario de Servicios Administrativos, el licenciado Roberto Figueroa y del Secretario de Servicios Parlamentarios, el doctor Garita, así como de los funcionarios del Senado de la República.
Por supuesto, la más cordial bienvenida al maestro Ricardo Rafael al Senado de la República. En un momento más ustedes lo van a escuchar en una ponencia y quisiera ser muy breve, además de celebrar que el Senado haya organizado estas jornadas de sensibilización, en las que vamos a conocer los contenidos de las nuevas disposiciones en materia de transparencia.
Vamos a revisar los calendarios de cumplimiento que tenemos, vamos a revisar dónde tenemos que profundizar nuestras obligaciones, donde cambian los paradigmas normativos, donde cambian en buena medida nuestros procedimientos, nuestras reglas, pero sobre compartir, sensibilizarnos, como dice el propio título de estas jornadas, sensibilizarnos de una nueva realidad.
Es una reforma verdaderamente de gran calado. Si hay una reforma que merezca el adjetivo de estructural es esta. Por cierto es una reforma que surgió del congreso mexicano y surgió del Senado de la República en sus iniciativas.
Fue la representación popular, fue la representación de los mexicanos quienes asumieron de manera personal directa la exigencia ciudadana, la exigencia social de profundizar en la materia de la transparencia y alcanzar nuevos estadios.
Hasta antes de 2003, un ciudadano no podía acceder a la información generaba por los órganos del Estado. No teníamos ese derecho como ciudadanos.
Podíamos votar, nuestros votos contaban, habíamos pasado ya la primera de las alternancias, nos podíamos afiliar en un partido político, asociarnos con otros para actividades políticas, expresar nuestras ideas; pero no podíamos fungir como controladores, como contralores del desempeño gubernamental.
No podíamos acceder a los contratos, no podíamos saber qué pasaba con las licitaciones, no sabíamos cómo se disponían, administraban, custodiaban o usaban los recursos públicos; vivíamos verdaderamente en un régimen de opacidad.
Dimos un primer paso a nivel legal, un paso que inauguró la primera etapa de la transparencia, se hizo viable ese derecho y después fuimos dando pasos más profundos en esta materia.
Después constitucionalizamos el derecho, en el artículo 6º, creamos y le dimos autonomía al ahora Instituto Nacional de Acceso a la Información y la reciente reforma no solamente amplió las obligaciones, fortalecieron al Instituto; sino que le dio un mandato nacional.
¿Por qué?
Porque nos dimos cuenta que los ciudadanos en nuestro país no tenían las mismas condiciones de acceso y de ejercicio de este derecho. Había, literalmente, ciudadanos de primera y de segunda categoría; había jurisdicciones que habían avanzado de manera clara y contundente en la transparencia y el acceso a la información; y había jurisdicciones donde prácticamente no había andamiaje institucional potente para hacer valer ese derecho.
Vivíamos en una suerte de transición por la transparencia a dos velocidades: una velocidad en el ámbito federal y muchas velocidades a nivel estatal.
Había órganos garantes en los estados, sí, garantes, pero de la consigna de la opacidad; no verdaderamente garantes del acceso a la información.
Y decidimos desde este Congreso, en esta última reforma, que íbamos a igualar a los mexicanos en el acceso a este derecho. Y precisamente por eso pusimos parámetros en la Constitución y le dimos facultades al Instituto Nacional de Acceso a la Información, para poder incidir desde la parte regulatoria, pero también desde el análisis de casos por casos en materia de estandarizar las condiciones de acceso de todos los ciudadanos, independientemente del lugar en el que hubiera nacido o en el lugar en el que residan.
Y creo que esa es una reforma verdaderamente relevante, porque va a permitir que un ciudadano pueda tener acceso a todo tipo de información; independientemente del grado de desarrollo institucional que decida el ámbito local y que tendrá siempre la posibilidad de recurrir a una instancia nacional para poder satisfacer ese derecho.
Pero como redactores, hacedores y promotores de esta reforma, estamos doblemente comprometidos como Congreso. No podemos escribir para otros, lo que no estamos dispuestos a hacer en nuestra propia casa.
Y de ahí la importancia de estas jornadas, pero también ahí la importancia de que el Senado de la República cumpla a cabalidad sus obligaciones y vaya un poquito más allá.
Hay la percepción de que el Congreso de la Unión es una caja verdaderamente de opacidad: los recursos de los grupos parlamentarios, las actividades de las comisiones. Parece, pues, que todavía no hemos avanzado en el Congreso de la Unión en las rutinas de transparencia y de rendición de cuentas.
Es precisamente por eso que el Senado de la República debe dar el ejemplo a otros sujetos obligados. Insisto, no podemos pedir y exigir a través de leyes a otros sujetos obligados, lo que no estamos nosotros dispuestos a hacer en nuestra propia casa.
Y aquí mi compromiso, el compromiso del Senado de la República de que en esta etapa de la implementación no solamente vamos a atender puntualmente nuestras obligaciones, los criterios que nos establezca el Instituto Nacional de Acceso a la Información; sino también con creatividad dar pasos más allá.
Tratar de ganarnos no solamente la legitimidad de haber logrado mejores condiciones de acceso a la información, sino sobre todo la oportunidad de reivindicar a la política y de reencontrarnos con los ciudadanos, porque de eso se trata esta reforma.
Esta reforma no solamente se trata de que un ciudadano pueda acceder a la información que un órgano del Estado genera, esta reforma se trata de recuperar la confianza y la credibilidad de las instituciones frente a los ciudadanos. Se trata de que vuelvan a creer en la política, de que sientan que la política sirve para transformar sus realidades.
Pero también sirve para que el ciudadano se comprometa con la política. Se hace política cada vez que un ciudadano se mete a una página de internet, revisa cómo decidió, cómo votamos, cómo deliberamos, qué hicimos con una determinada iniciativa; porque es un momento en el que el ciudadano se convierte en parte de su comunidad y se vuelve parte también de la toma de decisiones, aunque sea de manera indirecta, aunque sea a través del estudio, del análisis, de la discusión de los asuntos que en la política se deciden.
Esa es la gran relevancia de esta reforma.
Y precisamente por eso, queridas y queridos funcionarios del Senado, debemos cumplir. Debemos cumplir a cabalidad, debemos cumplir las más altas exigencias de la transparencia y la rendición de cuentas; que la pluralidad que se recrea en el Senado de la República no sea obstáculo para la transparencia, sino la oportunidad de la transparencia.
Y así como hicimos las leyes, así como hicimos la reforma, ahora nos tocará a nosotros, nosotros probar con el ejemplo, que sí se puede ser transparente en la política mexicana, y sobre todo que sí se puede ser transparente en la política de los parlamentos.
En consecuencia, les dejo este deseo de que estas jornadas sean útiles para introducir una verdadera cultura organizacional, institucional, laboral, en aras de la máxima publicidad en nuestros trabajos.
Y eso no se concreta únicamente haciendo públicos nuestras decisiones en materia administrativa, el uso de los recursos.
También tenemos que hacer un esfuerzo para transparentar los procesos decisorios y deliberativos de nuestro Congreso.
Recientemente estuvimos con la Cámara de los Diputados. Hemos tomado una decisión de crear una clave alfanumérica para poder, entre las dos cámaras poder identificar el trámite, el curso, el devenir legislativo de una pieza, para que el ciudadano cuando quiere saber qué pasó con una ley no tenga que hacer más que seguir, aplicar dos clics, y no como hoy sucede que prácticamente son ejercicios de arqueología.
Hay que buscar por distintos lados, por distintos lugares, y reconstruir la historia de una decisión es más difícil. Es más difícil callar una tumba en una zona arqueológica.
Por eso estamos dando pasos. Y quiero subrayar esa parte: la transparencia en la política, en los parlamentos, no solamente se mide en cuanto a los recursos públicos; se mide fundamentalmente en la sustancia de nuestro trabajo cotidiano, y la sustancia de nuestro trabajo cotidiano son los procesos decisorios.
Es la forma de que los ciudadanos no solamente se enteren de lo que aquí hacemos, sino también compartan la legitimidad de nuestras decisiones.
La legitimidad que estampa la representación política; la legitimidad indirecta que aquí se estampan a las decisiones pasa necesariamente por que los ciudadanos puedan saber con plenitud, con exactitud qué decidimos, por qué lo decidimos, cuáles fueron nuestras posiciones y cuáles fueron las contribuciones de cada uno al proceso y al resultado.
De ahí que dejo el encargo de que hagamos un esfuerzo por mejorar las condiciones de acceso a la información vinculados a procesos decisorios, y que no nos conformamos únicamente con ser transparentes con respecto a los recursos que los ciudadanos con mucho esfuerzo nos prestan para hacer realidad el mandato constitucional de este Senado de la República de contribuir a las decisiones de nuestra nación.
Por su atención, muchísimas gracias.
Mucho éxito en estas jornadas.
De nueva cuenta mi agradecimiento al Instituto Nacional de Acceso a la Información por su colaboración, presidenta. Las comisionadas han hecho un trabajo muy relevante en el aporte, en la relación con los sujetos obligados, lo mismo que el comisionado Acuña en la parte de los partidos políticos.
Esa es la razón por la cual estamos hoy unidos; estamos hoy en estos espacios deseando todos que la reforma sea no solamente una realidad sino que quien ponga el ejemplo sea en todos los sentidos el Senado de la República.
Por su atención, muchísimas gracias.