Versión estenográfica de la intervención del presidente de la Mesa Directiva del Senado, Luis Miguel Barbosa, durante la sesión, por la efeméride en cumplimiento al acuerdo de la Comisión Permanente del 17 de junio de 2015, en conmemoración del Centenario de vida del señor Enrique Ramírez y Ramírez.

En este final de esta sesión, como presidente del Senado de la República y presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, me sentí obligado a tomar Tribuna y a dar una opinión sobre esta conmemoración y homenaje al periodista, al político, al pensador mexicano Enrique Ramírez y Ramírez.

Celebro y expresamos nuestro respeto a su señora esposa, doña Isabel Cisneros Aguirre; a sus hijos, nuestro respeto y el homenaje que este órgano del Senado le brinda a don Enrique.
Resalto la presencia como invitado, de don Augusto Gómez Villanueva, un parlamentario, un político de verdad del cual hemos aprendido muchos de nosotros. Maestro de muchas generaciones de nosotros.
Don Augusto.
La presencia de su inseparable pensador, Hugo Castro. Bienvenido, don Hugo, él tantas tareas que ha resuelto junto con don Augusto.
Y debo decirles que para nosotros Enrique Ramírez y Ramírez es un hombre que comprometió su pensamiento, su obra, su actuar; fue hombre de obra y pensamiento, y que puede vérsele desde muchos puntos de vista, pero que tiene el respeto de la sociedad y tiene el respeto del Estado Mexicano.
Cómo habría pensado y cómo habría actuado Enrique Ramírez y Ramírez en esta época y en estas circunstancias, es algo que es importante verlo, que nos motiva a reflexión, que podemos hacer extensivo análisis de ello; pero que el recuerdo de Enrique Ramírez y Ramírez es algo que lo tenemos presente y que respetamos mucho.
Cierro mis palabras para que la familia, los amigos se lleven, de verdad, el convencimiento de que para el Congreso mexicano, don Enrique Ramírez y Ramírez ha sido un hombre de México, un hombre de su tiempo, un hombre comprometido.
Nuestro respeto y reconocimiento.
Gracias.

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