Palabras del presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, senador Miguel Barbosa Huerta, durante el Día Nacional de la Oratoria 2015, convocado por el periódico El Universal.

Es complicado para un orador, intervenir cuando ya se ha hablado mucho y bien; y sin duda cuando testimonian esta ceremonia, gente que ha dedicado mucho tiempo de su vida al tema de la oratoria.
Y aquí se ha repetido mucho el tema de la palabra. Yo sí reivindico todo lo que se ha dicho sobre la palabra; pero quiero referirme, además, al lenguaje, que es lo mismo o pareciera ser lo mismo, pero que sin duda cuando se habla de palabra para un orador o para la oratoria, a lo que nos estamos refiriendo es al uso del lenguaje, al elegante uso del lenguaje, a nuestro lenguaje: la lengua española.
El producto más afortunado del mestizaje, de dos culturas: la española y la de los pueblos originarios que estaban asentados en lo que hoy es México o lo que hoy es América.
Este lenguaje que pronto será la forma más numerosa entre la población del mundo para comunicarse; que ha servido para crear belleza, para desarrollar arte, poesía, literatura. Todos aquellos que teniendo el lenguaje español han hecho gala de la belleza en el uso de la palabra.
Es importante promover la práctica de la oratoria, una práctica que aun cuando la sinergia social es cada vez más amplia, los escenarios para su puesta en práctica son cada vez más estrechos.
Por eso lo importante de esta iniciativa del gran diario de México, El Universal, para hacer una promoción nacional de la oratoria, del buen y elegante uso del lenguaje, de la oratoria. Por eso, lo importante de esta innovadora idea de que el Congreso de la Unión apruebe un decreto para establecer el primer viernes de cada año como el Día Nacional de la Oratoria.
Es el compromiso que hizo el diputado Tomás Torres y que hago yo como presidente del Senado. Él habla como el servidor público, y ya se va; y yo hablo como el servidor público que me quedan tres años más.
Él es un excelente orador, fuimos diputados en la LVIII Legislatura, 2000-2003 y lo recordamos, quienes fuimos sus compañeros, como un excelente tribuno.
De verdad, vamos a asumir esta innovadora iniciativa para poder recoger el talento en el bueno y elegante uso del lenguaje que tienen los jóvenes y las jóvenes de México. Es una buena práctica que tendrá que referir al lenguaje como un arte, como una disciplina que permite comunicar y conmover; que es emoción, idea y palabra; es inteligencia, es congruencia y es responsabilidad.
¿Cuándo un orador o una oradora conmueven? Cuando hablan de lo que sienten. No cuando crean un discurso para transitar en algún momento, sino cuando hablan de lo que sienten, cuando hablan de sus convicciones.
Esos son los oradores y las oradoras que conmueven y crean una situación muy favorable a lo que están planteando.
Las cámaras del Congreso y los congresos en el mundo son los lugares idóneos para las y los oradores. Por eso estos foros, su difusión es muy importante; los discursos de las ceremonias, quienes hoy los escuchan por medios electrónicos o quienes asisten a ellos, lo primero que hacemos es disfrutar de la palabra y disfrutar de la oratoria.
Estaba yo entre la gente del presídium cuando el Secretario de Educación Pública Emilio Chuayffet pronunció su discurso al que refirió don Juan Francisco Ealy Ortiz en el Día del Ejército. Llegó a saludar al Presidente de México, don Emilio Chuayffet y el Presidente de México le dijo: “Secretario, hizo usted uso de los clásicos” y yo estaba a un lado y le dije: “Él es un clásico”, refiriéndome a don Emilio Chuayffet.
Una de las reglas de un discurso es dejar a todos satisfechos. ¡Qué difícil!
Cuando se mete uno a la regla de alabar a alguien, hay que alabar a todos, porque quien no es alabado no se queda satisfecho.
Y no puedo cerrar esta intervención sin referirme a mi maestro, a Porfirio Muñoz Ledo, por quien estoy en el PRD militando desde hace casi 20 años.
¿Quién no ha disfrutado de su oratoria, de la dureza y claridad de sus palabras, de la valentía en decirlas?
De verdad que sí, es un privilegio tratar con él y es un privilegio seguir disfrutando de su oratoria, licenciado Muñoz Ledo.
Finalmente, vamos a sacar ese decreto. No veo por qué haya una razón por la cual se oponga. Los políticos, las políticas, son comprometidos con este tipo de prácticas y de escenarios.
Aquí estoy viendo a un compañero senador que me ha dicho desde su asiento que él va a apoyar: Enrique Burgos.
Gracias, don Enrique.
A todos ustedes, al gran diario de México, a mi casa editorial, El Universal. Felicito y agradezco poder participar en esta mañana, en esta tarde en esta reunión.
Gracias Juan Francisco. Gracias a todos. Gracias.

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