PRESENTADOR: Buenos días. Les damos la más cordial bienvenida a esta Junta de Coordinación Política, en el informe de labores del Segundo Año de Ejercicio de la LXII Legislatura.

Nos honran con su presencia el señor senador Jorge Luis Preciado Rodríguez.

Saludamos de igual manera, al señor senador Raúl Cervantes Andrade.
Al diputado José González Morfin. Senador Emilio Gamboa Patrón. Senador Miguel Barbosa Huerta. Senador Manuel Bartlett Díaz. Senador Carlos Alberto Puente Salas. Senadora Arely Gómez González. Senador Miguel Romo Medina. El señor senador Juan Gerardo Flores Ramírez.
Asimismo, tenemos el honor de saludar al señor licenciado Gustavo Madero, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional.
Señor gobernador del estado de Puebla, licenciado Rafael Moreno Valle.
Al licenciado Arturo Escobar Vega, representante del Partido Verde Ecologista.
Saludamos también al licenciado Luis Salazar, representante del Partido Nueva Alianza.
Al licenciado Hugo Félix Climaco, representante del gobierno de Oaxaca.
Señores representantes de organizaciones empresariales nacionales y estatales.
Saludamos la presencia del presidente del Colegio Notarial de México, licenciado Rafael Martín Echeverri González.
Tenemos el honor de saludar a las diputadas y diputados federales que nos honran con su presencia.
De igual manera, saludamos a los excelentísimos señores embajadores y representantes de Alemania, Argentina, Austria, Bélgica, Costa Rica, República de Cuba, República de El Salvador, Bolivia, Francia, Guatemala, Irlanda, Panamá, Paraguay, República Dominicana, de Rusia, Tailandia, así como de Vietnam.
Distinguidos asistentes todos, señoras y señores, sean bienvenidos.
Les invitamos a presenciar el siguiente video para dar inicio a esta Junta de Coordinación Política.
(Proyección de video)
PRESENTADOR: A continuación tiene el uso de la palabra el señor senador Jorge Luis Preciado Rodríguez, Presidente de la Junta de Coordinación Política.
SENADOR JORGE LUIS PRECIADO RODRÍGUEZ: Gracias. Decía Eduardo Galeano: “Somos lo que hacemos, pero fundamentalmente lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Quiero agradecer la presencia de mis compañeras y compañeros senadores de la República, así como de los compañeros diputados federales y de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. En especial, quiero destacar la presencia del Presidente de la Cámara de Diputados, el diputado José González Morfín; y del Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en la Asamblea, el asambleísta Federico Döring Casar, bienvenido.
En especial, reconozco y agradezco la presencia de mis compañeros coordinadores de los grupos parlamentarios en el Senado de la República, integrantes de la Junta de Coordinación Política.
Del senador Emilio Gamboa Patrón, del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional; del senador Miguel Barbosa Huerta del Grupo Parlamentario de la Revolución Democrática; del senador Jorge Emilio González Martínez, que en esta ocasión es representado por el senador Gerardo Flores: bienvenido, del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México y, por supuesto, del senador Manuel Bartlett Díaz, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo.
Nos honra con su presencia el Presidente del Senado de la República, el senador Cervantes, a quien le agradezco su presencia en este acto.
Asimismo, quiero destacar la presencia del Presidente del Partido Acción Nacional, el licenciado Gustavo Madero Muñoz, amigo entrañable y gran dirigente.
Agradezco la representación de los gobernadores de las entidades de la República, dignamente ostentada por el Presidente de la Cooperación Nacional de Gobernadores, el gobernador Carlos Lozano. Y por supuesto, quiero agradecer la presencia del gobernador de Puebla, el gobernador Rafael Moreno Valle.
Permítanme destacar la presencia de los respetables embajadores y embajadoras de Austria, Alemania, Bélgica, Irlanda, Panamá, Paraguay, República Argentina, República de Cuba, República Dominicana, Rusia, Tailandia y Vietnam. La solidaridad y amistad entre nuestros pueblos se fortalece y enriquece con esta presencia.
En general, agradezco muy sentidamente la presencia de todos y cada uno de ustedes en este acto, que significa la terminación del segundo año de ejercicio de la LXII Legislatura del Congreso mexicano.
Cuando llegamos al Senado teníamos la disyuntiva de impulsar un periodo de cambios radicales que cambiaran a país o, como mucha gente lo esperaba e incluso demandaba, convertirnos ahora nosotros en una oposición paralizante de la modernización y el progreso del país. En realidad, éramos expresión de una gran parte del debate de las fuerzas políticas nacionales que, junto con nuestras dirigencias nacionales, debíamos resolver.
En algunos momentos de la historia de los pueblos, éstos se transforman de manera radical. En estos meses, nuestra patria ha vivido uno de los procesos de cambio más profundos de su historia.
En el Congreso Federal hicimos eco de las profundas transformaciones que han tenido lugar en prácticamente todos los rincones del mundo, trayendo consigo nuevas realidades, nuevos desafíos y retos y nuevas causas.
En tan solo tres décadas hemos pasado de un bipolarismo que dominó la mayor parte del siglo XX, a un reacomodo mundial centrado en regiones económicas y políticas, a partir de similitudes o identidades económicas y culturales, proximidades geográficas o conveniencias estratégicas.
En América Latina, por ejemplo, dejamos atrás una larga era de regímenes autoritarios nacidos de recurrentes golpes de Estado o simplemente regímenes de facto, así como lustros de movimientos político-sociales que mantuvieron en constante inquietud su vida como Estados.
Por otra parte, experimentamos nuevas realidades demográficas. La continuidad de viejos conflictos y el cambio paulatino del modelo industrial, a la vez que un portentoso e incesante desarrollo de la ciencia y la tecnología en todos los espacios de la vida cotidiana.
Quizá por la velocidad en que se manifiesta, hoy como nunca vemos en toda su intensidad la vigencia de las leyes de causalidad, lo que pasa aquí afecta allá y viceversa.
Por lo mismo, más y más vivimos una era de globalización legislativa, donde las transformaciones de muchas de las causas de la humanidad han derivado en que, con arreglo a sus propias realidades, circunstancias e intereses, las naciones hayan venido buscando marcos jurídicos comunes en temas diversos, tanto del pasado como lo que podríamos denominar “nuevas causas de la humanidad”.
¿Hacia dónde se dirige el mundo en el resto del siglo XXI?
No creo que exista una sola respuesta firme, porque simplemente no lo creo posible. Podemos, sí, revisar los hechos destacados y las transformaciones del pasado, las del mundo y las de México.
El resultado es asombroso, alguien pudo en su tiempo imaginar lo que sucedería. Por decir algo, solamente en los siglos XIX y XX: guerras mundiales, desmantelamiento de antiguas formas de gobierno en regímenes o imperios milenarios, de crecimiento de la población mundial; el surgimiento de la democracia como forma imperante de gobierno; globalización económica; integración racial, exploración espacial, desarrollo portentoso de la medicina y las comunicaciones, por mencionar sólo algunos casos.
Así como la tierra, en su sentido filológico, no cesa de moverse y reacomodarse; observamos en los diversos países y regiones del mundo la aplicación cotidiana de la regla del continuo cambio, del incesante surgimiento de nuevas realidades y, por tanto, del imperativo de reorganizarse para enfrentar con éxito los nuevos desafíos.
Como parte de esta realidad global, México no podía quedarse atrás. Ciertamente nuestro país ha experimentado una enorme transformación en décadas pasadas. Son de mencionarse principalmente los avances en cobertura de la educación, el desarrollo de la infraestructura y la apertura económica, así como la consolidación de nuestro régimen democrático.
No obstante, debemos reconocer que siendo un país con inmensos recursos naturales y una estructura demográfica envidiable, hemos venido acumulando grandes deudas sociales y rezagos diversos que han dificultado nuestra expansión económica y desarrollo.
Si a esto sumamos lo único cierto de los pronósticos acerca de nuestro futuro, el que para el año 2050 habremos superado la marca de los 150 millones de habitantes, queda claro el imperativo de revisar nuestro modelo de gestión de desarrollo, queda claro el ineludible reconocimiento que no podíamos seguir igual, de que debíamos cambiar.
A partir de las proposiciones de un ejercicio político único, que fue el Pacto por México, el Congreso mexicano asumió el papel que le correspondía valorando nuestras realidades, problemas, insuficiencias y capacidades. Decidió emprender la ejecución de un programa de reformas legislativas sin precedentes, en relación con diversos aspectos de la vida clave para el país.
Este programa produjo, primero, reformas constitucionales en materia educativa, laboral, económica, anti-corrupción y telecomunicaciones; reforma financiera, penal, Ley de Amparo, de Competencia Económica, de Transparencia y de Energía. Y posteriormente, dentro del mismo periodo, en tan sólo 12 meses generó las respectivas leyes reglamentarias.
Para ilustrar el alcance de lo realizado, basta con recordar que si bien la Constitución Política que nos rige se creó en 1917, sus respectivas leyes reglamentarias fueron producidas a lo largo de las décadas de los años veintes, treinta y aun de los cuarenta: las modificaciones que hizo esta Legislatura se llevaron a cabo en tan sólo 365 días.
Tal proceso constituye una página única de la historia del Congreso mexicano, pero sobre todo significa –dado el alcance y la profundidad de las reformas realizadas– el inicio de un enorme salto en la historia del desarrollo nacional, en la vida de cada mexicano.
México no será más el mismo y confiamos en que empezará a experimentar una progresiva y trascendente transformación.
Hoy, gracias a las reformas, los mexicanos tenemos la posibilidad de asumir y construir un nuevo futuro, un mañana acorde con aquello que merecemos y habíamos postergado; un país con mejores oportunidades económicas y más empleo; un Gobierno más transparente, con mecanismos que combatan firmemente la corrupción; un sistema judicial más justo; unas elecciones más competitivas y por supuesto, una economía mucho más abierta, contraria a los monopolios y capaz de ofrecer a todos y cada uno los beneficios de la riqueza que se genera en nuestra patria.
Esta transformación, a diferencia de otros cambios ocurridos en México, no resultó de la violencia ni del autoritarismo: ocurrió en un marco democrático, dialogante, capaz de respetar las opiniones de todos.
Así, estamos ante un cambio que ofrece un nuevo futuro y que también nos muestra cómo somos: una nación democrática con instituciones sólidas; donde todas las voces son escuchadas, todas las opciones son valoradas y donde las mayorías deciden con plena legitimidad.
Las reformas son una invitación, un llamado al esfuerzo, un reclamo de participación para que en breve den lugar a los resultados que todos esperamos. Ha llegado el tiempo de convertir la ley en realidad y eso, sin duda, nos corresponde a todos: al Presidente de la República, a los legisladores, a empresarios y trabajadores, a los partidos y a la sociedad en su conjunto.
Los acuerdos no fueron absolutos, ni tenían por qué serlo; las naturales diferencias entre los grupos parlamentarios se mostraron con toda su fortaleza y, en algunos casos, fueron mantenidas hasta la votación final.
En la creación de las mayorías y de consensos parlamentarios, la Junta de Coordinación mostró a lo largo de este año su enorme importancia y utilidad. Como dijera uno de los clásicos: “Su trabajo es de aquellos que no se ven, que no se tocan, sólo se sienten”; y ello se debió a la prudencia y al talento de cada uno de sus integrantes.
En cada acuerdo y en cada desacuerdo refrendamos nuestra vocación democrática, los caminos del diálogo y de la negociación permanecen abiertos y se fortalecieron. Ahora el compromiso es seguir transitando por ellos; el diálogo y la negociación deben continuar, fortalecerse y seguir siendo la máxima de nuestro trabajo. Sin duda, con ello haremos de México un lugar cada vez mejor para vivir.
Así pues, quisiera concluir aprovechando esta oportunidad para expresar mi más sincero reconocimiento a cada uno de los integrantes del Senado; a nuestros respetados colegas coordinadores de los grupos parlamentarios; a los integrantes de la Mesa Directiva, quien sin distinción han cumplido un papel extraordinario en la conducción de tan complejo proceso de debate y construcción parlamentaria; y a su presidente, el senador Raúl Cervantes Andrade, quien supo en todo momento conservar para sí y sembrar la mesura y la altura del debate a lo largo de todo el año de ejercicio.
Y por supuesto, agradecer a mis respetados y queridos compañeros de mi grupo parlamentario, quienes en todo momento respaldaron, en ocasiones no sin grandes debates, los acuerdos que finalmente se expresaron en acuerdos de la Junta de Coordinación Política.
Resumir en solo unos minutos las reformas realizadas a 12 de los más importantes cuerpos de ley del país, es casi una tarea imposible. Me limito a decir, por ejemplo, que para realizar la Reforma Energética fueron necesarias 172 horas de debate sólo en el Pleno del Senado y de la Cámara de Diputados.
Otro tanto igual de horas fueron en comisiones, con más de mil oradores. Todo ello para crear nuevas leyes, modificar otras existentes, abrogar otras en relación con más de mil artículos.
Ese es el tamaño del trabajo realizado por este Senado, en coordinación con los diputados federales y los diputados locales y, por supuesto, con el Gobierno Federal.
Por todo ello, como decía el Quijote: “No digo más, aunque pudiera”.
PRESENTADOR: Cedemos la palabra al senador Juan Gerardo Flores Ramírez, del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista.
SENADOR JUAN GERARDO FLORES RAMÍREZ: Senador Jorge Luis Preciado, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República; senador Raúl Cervantes, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República; diputado José Luis González Morfín, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; senador Emilio Gamboa Patrón, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional; senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Partido de la Revolución Democrática; senador Manuel Bartlett, coordinador del Grupo Parlamentario del Grupo del Trabajo.
Gobernador Rafael Moreno Valle, gobernador constitucional del estado de Puebla; licenciado Gustavo Madero, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
Senadoras y senadores; diputadas y diputados que nos acompañan esta mañana; embajadoras y embajadores acreditados ante el Gobierno de nuestro país, sean ustedes bienvenidos.
A nombre del coordinador de mi grupo parlamentario, y desde luego, de mis compañeras senadoras y senadores del Partido Verde, extiendo una calurosa felicitación al senador Jorge Luis Preciado por este informe que hoy ha presentado en su calidad de Presidente de la Junta de Coordinación Política, correspondiente al segundo año al ejercicio de esta LXII Legislatura.
No sólo se trata de una calurosa felicitación, se trata también, por supuesto, de un reconocimiento por su papel al frente de este importante órgano del Senado de la República. La Junta de Coordinación Política durante este fundamental año que, estoy seguro, ya nadie duda, será registrado como un año, como un parteaguas en la historia moderna de nuestro país. Es el año de las reformas, estoy seguro que así será recordado.
Sin dejar de reconocer la voluntad de los coordinadores de los grupos parlamentarios que conforman el Senado de la República, a quien también hago un reconocimiento por su destacado papel en este segundo año de la LXII Legislatura y, por supuesto, a los demás senadoras y senadores integrantes de la Junta de Coordinación Política que integran este importante órgano.
Es importante destacar que el senador Jorge Luis Preciado tuvo un papel preponderante como facilitador de los acuerdos que permitieron destrabar muchas de las discusiones que tuvieron lugar en este importantísimo año en esta soberanía y que, por supuesto, como mexicanos hoy podemos estar orgullosos y podemos presumir no sólo ante nuestros propios compatriotas, sino ante el resto del mundo.
Por ello –y no quiero utilizar más tiempo–, a nombre del Grupo Parlamentario del Partido Verde, hacemos un reconocimiento a nuestro colega y amigo Jorge Luis Preciado, y reiteramos nuestra felicitación por este informe que hoy ha presentado.
Muchas felicidades.
PRESENTADOR: Tiene la palabra el senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.
Le vamos a rogar al senador Bartlett Díaz, tenga a bien hacer uso de la palabra. Señor senador.
SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ: De las reformas y planteamientos que hizo nuestro compañero y muy estimado Presidente de la Junta de Coordinación Política, no puede pasar desapercibido a los asistentes, todos expertos en política, que estamos en total desacuerdo con lo que él dijo.
Ha sido un año en realidad de grandes transformaciones que no consideramos, y lo hemos hecho público siempre, que sean en beneficio del país, sino todo lo contrario.
Esta lista obedece a principios conservadores, a intervención de la OCDE, de poderes extranjeros que no auguran un futuro promisorio para este país; sino al contrario: grandes problemas económicos, políticos, de soberanía nacional incluso.
Estas enormes diferencias, enormes diferencias que ustedes, todos, conocen y han escuchado, obligan a que en el Senado, en donde se dan las diferencias, las profundas diferencias que hemos comentado brevemente, se logre mantener un ritmo de trabajo.
Esas son las funciones de dos organismos que gobiernan al Senado de la República y al Congreso en general: la Mesa Directiva, que tiene la obligación de mantener el orden, el debate, la discusión; y la Junta de Coordinación Política.
En la Junta de Coordinación Política se han fijado una serie de posiciones que en otros tiempos tenía un órgano que ya desapareció, la Gran Comisión de la Cámara de Senadores, recordarán algunos, y hoy es un cuerpo plural en donde tiene que definirse, discutirse y plantearse las diferencias con una sola condición esencial, que es el respeto a las mayorías, la comprensión de que se dan acuerdos como este, al celebrar un pacto por algunos. Y también, y lo hemos dicho muchas veces, la obligación de las mayorías de respetar a las minorías.
En ese equilibrio es en el que se puede dar la democracia en el ejercicio parlamentario y la posibilidad de que la opinión pública, que debe estar atenta, si los medios de comunicación lo permiten –cosa que no ha sucedido–, estar atenta la opinión pública al debate interno; porque es ahí en donde se tienen que esclarecer las grandes diferencias y que la opinión pública, a través de escuchar estas diferencias y planteamientos, tome su postura: que encuentre quién representa a quién en este país.
Reconozco en el senador Preciado el esfuerzo que ha hecho, porque no es fácil, es complicado; y espero que sigamos en esta línea. Hemos dicho en innumerables ocasiones que cuando la mayoría no respeta a la minoría, o nos encontramos con una frase religiosa, por cierto, una banda de malhechores, la mayoría tiene que respetar a la minoría, permitirles la expresión, no utilizar la mayoría para aplastarle y permitir el debate.
Viene un cambio, se renuevan los mandos en el Senado y en el Congreso, y esperemos que esa sea la regla que siga imperando, que los medios de comunicación informen y no desinformen; que permitan que las diferencias salgan a la opinión pública y no las ahoguen, porque estaríamos viviendo lo que hemos comentado, para más adelante, una grave situación que sería el silencio de la oposición, la sordina a nivel de opinión pública y a final de cuentas, estaríamos viviendo una dictadura.
Es preciso –termino diciendo– que se respeten las normas internas. Tenemos ante la Suprema Corte un amparo en contra de la Reforma Energética por graves violaciones al proceso; esperemos que asuma la Suprema Corte de Justicia su responsabilidad de atraer ese asunto por su trascendencia y que no busque que algún juez o magistrado la resuelva, sin que se comprometa el Pleno de la Suprema Corte. Porque también es importante que ningún cuerpo, ningún cuerpo esté exento del control de la constitucionalidad, que sería el caso.
Pero como hoy es un día de fiesta, no sigo, como decía Preciado: “porque aún hay más”, como dijo él. Yo lo felicito, ha hecho un gran esfuerzo, no es nada fácil y le doy un abrazo público por todos esos comentarios que lo acompañaron.
Muchas gracias.
PRESENTADOR: Tiene la palabra el señor senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.
SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: Gracias. Yo, siguiendo el comentario de don Manuel Bartlett, mi paisano, más allá de estar en contra de todo; quiero construir las condiciones para formar un acuerdo con todos y de todo.
Saludo la presencia, primero, de quien nos concita en este lugar, al senador Jorge Luis Preciado, presidente de la Junta de Coordinación Política. Al presidente de la Mesa Directiva, a don Raúl Cervantes, honra usted este lugar y su presencia y su trabajo.
Al presidente de la Cámara de Diputados, José González Morfin, apreciado amigo. Ya estuvo acá también.
Al senador Emilio Gamboa Patrón, coordinador del Grupo Parlamentario de senadores del PRI. Saludos, don Emilio.
Al senador Gerardo Flores, representante del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista.
A don Manuel Bartlett, estimado amigo, paisano, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo.
Al señor Gustavo Madero, presidente nacional del Partido Acción Nacional.
Al joven Ricardo Anaya, un orgullo tenerte como amigo, eres una joven promesa de la política mexicana. Bienvenido, Ricardo.
A todas y todos ustedes, compañeras senadores, compañeros senadores, compañeros asambleístas, a todos. Es un placer poder dirigirme a ustedes, y dirigirme en esta casa del Senado de la República: quienes ya lo han sido, quienes lo somos, quienes lo serán, muchos de los que están aquí presentes, comparten la hermosura, la belleza de esta arquitectura, de estos patios vigilados, cuidados por Belisario Domínguez, ¿verdad?
El senador de siempre, el héroe civil a quien todos queremos honrar cada vez que hacemos una labor constitucional de senadores de la República. Bienvenidos todas y todos ustedes.
Hoy asistimos al Informe de Actividades de la Junta de Coordinación Política que presenta su Presidente, Jorge Luis Preciado, persona que pudo transitar durante este año legislativo con cuidado, con prudencia, con paciencia, para poder contribuir a que la labor del órgano que preside cumpliera su función de establecer los acuerdos en medio de una pluralidad complicada. Fue un año de intensa productividad legislativa.
La mayoría de las iniciativas, de las minutas, de los acuerdos que se votan en las cámaras se hacen de manera unánime. Muy pocas son las cosas que se votan de manera diferenciada. Eso hay que destacarlo, como para ver que la pluralidad sí es efectiva y sí produce.
Así es que en este año, la Junta de Coordinación Política desempeñó una labor importantísima para la construcción de los acuerdos. Los coordinadores parlamentarios supieron articular las posiciones de su grupo y hacerlas ver con el énfasis que en todo Parlamento debe existir: el énfasis de la pluralidad, el énfasis de la diversidad, el énfasis de la política.
Yo creo que en este Congreso mexicano, en la Cámara de Senadores y en la Cámara de Diputados; el trabajo en cada una de ellas ha hecho gala de los principios del parlamentarismo de México y del parlamentarismo del mundo. Los principios que deben de regir ese trabajo:
El respeto a la ley.
Respeto a la pluralidad.
Respeto al debate político.
Cortesía parlamentaria.
Respeto y cumplimiento de los acuerdos asumidos.
Esto es lo que le da vida al Parlamento. Es lo que orienta su eficacia, su eficiencia, porque el reto de todos nosotros, de todos ustedes, el reto de una clase política mexicana de este tiempo, de esta época, es que podemos ser útiles a la sociedad, que podemos servir a México.
Capacidad existe, voluntad existe. Ahora hay que hacer que nuestros actos, los hechos de nuestro desempeño puedan generar toda una condición favorable para la sociedad mexicana.
Hay que acreditar –repito– que la política sirve, hay que acreditar que podemos ser útiles. Debemos de mejorar la relación entre Estado y sociedad. Debemos de hacer más eficiente, más fácil, mucho más entendible nuestro desempeño. Debemos generar una mejor comprensión y una mejor percepción de la gente hacia nosotros.
Reconozco la labor de Jorge Luis Preciado, de verdad, un esmerado Presidente de la Junta de Coordinación Política; del talento de Raúl Cervantes; del manejo de la política del caballero Emilio Gamboa; de la fortaleza en sus dichos de don Manuel Bartlett y de todos ustedes, compañeras y compañeros senadores. Sobre todo, ha prevalecido el respeto entre nosotros; sobre todo ha prevalecido la definición de que somos diferentes, pero que conformamos un órgano del Estado del cual nos sentimos orgullosos.
¡Qué honra de ser senador de la República!
Gracias. Buenos días.
PRESENTADOR: En uso de la palabra el senador Emilio Gamboa Patrón, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.
SENADOR EMILIO GAMBOA PATRÓN: Muy buenas tardes a todos los presentes y bienvenidos al Senado de la República.
Saludo con afecto al presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, al senador Jorge Luis Preciado, y al mismo tiempo coordinador del Grupo Parlamentario de Acción Nacional.
Saludo a mi amigo, el senador presidente de la Mesa Directiva, licenciado, doctor Raúl Cervantes Andrade.
Bienvenido al Senado, señor diputado José González Morfín, presidente de la Cámara de Diputados.
Saludo, como siempre, a mi amigo el senador Miguel Barbosa, coordinador de la Fracción Parlamentaria del PRD en el Senado; al representante del Partido Verde Ecologista, Gerardo Flores; a mi amigo el senador Manuel Bartlett, que en cualquier tribuna hace uso de la libertad de expresión que existe en el Senado de la República; con mucho gusto lo saludo, senador Bartlett.
Saludo también al Presidente y al Secretario General del Partido Acción Nacional; al señor Gobernador del estado de Puebla, que son bienvenidos.
Y saludo a mis compañeros que son miembros de la Junta de Coordinación Política, y a mis compañeras y compañeros de la Mesa Directiva.
Pero con enorme satisfacción a todas las senadoras y a todos los senadores de todos los partidos. Aquí se demuestra que en México hay pluralidad, hay democracia y han profunda libertad de expresión.
Hoy venimos al informe de mi compañero Jorge Luis Preciado, como Presidente de la Junta de Coordinación Política, Junta que tendremos que renovar en los próximos días. Pero sería de mi parte no ser franco con mis compañeras y compañeros, de decirles que los 60 acuerdos a los que llegamos en la Junta de Coordinación Política, presidida por Jorge Luis Preciado, hicieron posible que transitara el Senado a través de su Mesa Directiva.
La Junta, como la Mesa Directiva, son los dos grandes órganos de gobierno del Senado de la República; cada uno con sus facultades y sus responsabilidades; cada uno –sin duda alguna– con una profunda convicción de que lo que queremos la mayoría de los senadores; y yo digo los 128, es que a este país le vaya bien, a eso le estamos apostando en el Senado en esta LXII Legislatura.

Podemos tener diferencias, como se ha dicho aquí. Lamento mucho escuchar que haya compañeros senadores que creen que porque les dicen de fuera, que le va a ir mal a México. La gran mayoría, y el senador Bartlett también, quieren que le vaya bien a este país. Puede estar de acuerdo con nosotros o no en muchas reformas, lo manifestó con plena libertad, con su voto, en todas las votaciones que hubo en el Senado de la República.
No fueron martes y jueves, como se acostumbraba en el Senado, las sesiones de este periodo ordinario; tuvimos como históricamente nunca se había hecho, cuatro periodos extraordinarios de gran intensidad, de gran debate, de gran diálogo.
No se puede decir que los medios no transmitieron lo que pasaba en el Senado de la República, me parece que hicieron su papel serio y profesional, como lo desarrollan todos los días.

Pero quiero decir que tan hay libertad de expresión, que en una ceremonia donde venimos a escuchar el informe del Presidente de la Junta de Coordinación Política, se use esta Tribuna para decir lo que uno piensa.
Este es el Senado de la República que hemos formado, es el Senado de la República que queremos los 128 senadores. Por eso, mi felicitación al presidente de la Junta de Coordinación Política, porque este es un órgano fundamental para que pueda caminar el Senado; aquí están presentes los coordinadores, aquí están presentes los miembros de la Junta; cuantas veces fuimos convocados, ahí asistimos y libremente tomamos la decisión de lo que creíamos que era mejor para el transitar de esta Legislatura que, estoy convencido y lo digo en esta casa donde yo tuve el privilegio, igual que muchos compañeros que veo aquí, que fueron senadores y trabajaron y vinieron y cumplieron con su deber; esta casa histórica que hoy la dejamos como parte de la historia de México, pero como parte de nuestro trabajo, de nuestra dedicación y de nuestro profundo amor a México.
Eso es lo que nos motiva en el Senado de la República: que a este país le vaya bien, que acabemos con la pobreza, con la marginación, que no podamos tolerar que nadie esté atrasado, sin escuela, sin educación, sin agua potable, sin una vivienda digna, sin una atención hospitalaria; y eso es lo que hemos venido legislando.
Se dijo muy fácil, pero muy rápido y muy bien hecho, en un magnífico trabajo de la Junta: once reformas constitucionales hemos podido sacar a escasos dos años que vamos a cumplir el próximo 1 de septiembre. Y yo no podría decir, como coordinador del grupo mayoritario, del cual me siento profundamente orgulloso de mis compañeras y de mis compañeros, yo no podría decir que hubiéramos caminado en este sentido sin la comprensión y el apoyo del coordinador de Acción Nacional; sin la coordinación y el apoyo del coordinador del PRD; sin la comprensión y el apoyo del Partido Verde Ecologista; y sin la comprensión y el apoyo, aunque estemos en diferentes rutas, creyendo que México debe ir por un camino y nosotros por otro, la opinión siempre respetada, del senador Bartlett; no sólo en la Junta de Coordinación Política, sino en el Pleno del Senado. Por eso yo, el día de hoy no puedo más que aplaudir, aplaudir el trabajo de 128 compañeras y compañeros; reconocerles lo mucho que hemos hecho, pero decirles que aún falta mucho por hacer; decirles que empezaremos otra etapa, que cerramos una etapa de reformas estructurales que requería México y que lo sabemos todos los mexicanos:
Hoy le toca al Gobierno implementar estas reformas; hoy estas reformas se tienen que traducir en acciones públicas, en políticas públicas que el Gobierno Federal, estatales y municipales tienen que implementar.
Por eso, como coordinador del grupo parlamentario quiero, Jorge Luis, felicitarte; felicitar a todos los miembros de la Junta de Coordinación Política.
Y también aquí, felicitar el brillante trabajo del presidente de la Mesa Directiva, de mi compañero Raúl Cervantes. Fue evidente que fue profundamente imparcial en su conducción, que nunca jugó con la institucionalidad del Senado: no se lo hubiéramos permitido y estoy seguro que jamás lo hubiera hecho.
Este es el gran Senado que hemos configurado, a eso le apostamos por el bien de este país.
Muchísimas gracias.
PRESENTADOR: Para concluir este importante evento, donde el presidente de la Junta de Coordinación Política, senador Jorge Luis Preciado Rodríguez, ha rendido el Informe de Labores del Segundo Año de Ejercicio de la LXII Legislatura; escucharemos las palabras del senador Raúl Cervantes Andrade, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE: Buenas tardes a todos y a todas. Sean bienvenidos y bienvenidas a la casa del federalismo mexicano.
Le agradezco mucho al senador Preciado, presidente de la Junta de Coordinación Política, la invitación y dejarme dirigirles unas palabras.
Con su permiso, señores coordinadores, senadoras y senadores.
Me gustaría recordar qué significa dentro de una Junta de Coordinación Política, y en específico en el Senado de la República, la naturaleza jurídica y política de lo que es el voto ponderado:
La forma de construir los acuerdos en un órgano específico dentro de un Parlamento es la esencia de la construcción, de la eficacia del sistema parlamentario en el mundo.
Cuando se desarrolló el voto ponderado, eso significa siempre como tema subyacente el respeto profundo a las mayorías y a las minorías. No es un tema de votos la construcción de la democracia: la democracia se construye con ideas, con posiciones, con acercamiento y con la habilidad; siempre con la habilidad y el respeto de entender que la opinión de los otros debe de ser respetada, como la opinión propia también lo debe de ser.
Los senadores y senadoras de la República representados hoy, los 128, sus grupos parlamentarios, sus coordinadores reflejados en esta Junta de Coordinación Política, están dándole cumplimiento a la democracia representativa que significa traer las voces de los mexicanos y las mexicanas, todas con respecto a lo que quieren para mejorar su vida.
México, su enorme mosaico y su riqueza, es la diversidad de ver la vida y la forma de diseñar institucionalmente México y la democracia mexicana. Por eso el respeto en el Senado de la República, en específico en la Junta de Coordinación Política y, sin duda, en el Pleno, siempre ha sido y será el que la idea del otro tiene que ser respetada, porque en cumplimiento es la idea de varios miles y a veces de millones de mexicanos en una visión específica para mejorar su vida.
Este Senado en este Segundo Año de Ejercicio de la LXII Legislatura, hizo un análisis importante sobre los temas transversales en que México necesitaba cambiar. Generó una agenda de común acuerdo con el sistema bicamaral constitucional, de cuáles eran los temas que podrían transitar y necesariamente se tenían que desarrollar para la mejora de los mexicanos.
En la Junta de Coordinación Política también de la Cámara de Diputados hicieron el mismo esfuerzo, con la misma dinámica, en alinear las necesidades de México a través de una agenda que se tradujera en marcos jurídicos adecuados.
En el mundo hay un decrecimiento del PIB mundial. En todo el mundo se ha demostrado que la disciplina financiera no es suficiente para la construcción de un estado mejor para sus ciudadanos o ciudadanas.
La diferencia del análisis mundial es: los países que se atreven, aparte de su disciplina fiscal, el generar una agenda articulada de reformas específicas que pueden transformar su realidad. De eso se trató el segundo año de ejercicio; de eso se trató el trabajo de todas las senadoras y senadores en lo individual, en las comisiones; pero en específico en sus grupos parlamentarios, que condujeron y mandataron a sus coordinadores y ellos, con su habilidad en la Junta de Coordinación Política pudieron realizar los acuerdos para realizar esta agenda.
Hoy México cuenta con un nuevo marco y un nuevo paradigma constitucional y legal. Hoy tenemos el enorme reto de implementar todas y cada una de las reformas. Hoy el Senado de la República tiene que seguir caminando en las mejores prácticas parlamentarias; perfeccionando los sistemas de transparencia; generando mejores ideas en su dictaminación; escuchando en la audiencia pública a los ciudadanos; construyendo cada vez más un Parlamento Abierto.
Por eso me siento orgulloso de haber contribuido con mis compañeros de la Mesa Directiva y agradezco enormemente a la Junta de Coordinación Política, la invitación permanente al Presidente del Senado para ser testigo de la forma de cómo se construían los acuerdos para facilitar la gobernabilidad del Senado en el Pleno.

Gracias a todos y cada uno de ustedes, gracias a los senadores, gracias a México.
PRESENTADOR: Agradecemos profundamente la presencia de todos y cada uno de ustedes, a este Informe de Labores del Segundo Año de Ejercicio de la LXII Legislatura.

Les deseamos la mejor de las tardes.

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