Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

CONFERENCIA MAGISTRAL “EL PAPEL DE LOS LEGISLADORES EN LA AGENDA URBANA DEL HÁBITAT: RUMBO A LA CONFERENCIA MUNDIAL HÁBITAT III EN 2016”.


PRESENTADOR: Señoras y señores, distinguidas, distinguidos invitados, bienvenidos a la Conferencia Magistral “El papel de los legisladores en la Agenda Urbana del Hábitat”; una conferencia rumbo a lo que es la Conferencia Mundial Hábitat III en 2016.

Para ello y agradeciendo a quienes nos acompañan en el presídium y que ya hemos presentado en la primera parte del evento; habremos de ceder el uso de la palabra al señor diputado Ernesto Gil Elorduy, presidente del Grupo Mundial de Parlamentarios para el Hábitat, pidiéndole sea tan amable de presentar a nuestro conferencista magistral.

Señor diputado, si es tan amable.

DIPUTADO ERNESTO GIL ELORDUY: Buenos días tengan todos ustedes. Este evento tiene una gran relevancia y reconozco el esfuerzo y la iniciativa que tuvo la senadora Ana Lilia Herrera para llevarlo a cabo.

La conferencia se titula “El papel de los legisladores en la Agenda Urbana del Hábitat: rumbo a la Conferencia Mundial Hábitat III en 2016”. Esto nos da la oportunidad de recorrer nuevamente el camino con varios compañeros legisladores en los temas de la Agenda Hábitat.

Quiero referirme ahora a nuestro conferencista. Permítanme decirles que no es casual que Joan Clos tenga un papel relevante en las tareas de la Organización de las Naciones Unidas; en la Sesión Plenaria del Vigésimo Quinto Periodo Extraordinario de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se llevó a cabo en el mes de junio del año 2001 en Nueva York, participó Joan Clos en su calidad de presidente de la Asociación Mundial de Ciudades y Autoridades Locales.

En esa ocasión tuve el privilegio de escuchar el discurso que expresó en la tribuna del salón del pleno de las Naciones Unidas. Con nitidez y decisión manifestó la necesidad de incrementar el poder de los gobiernos locales, el avance de las libertades, los derechos humanos y la democracia.

Dijo –y cito– que ahí estaba “para hablar a nombre de los gobiernos de base, de los gobiernos locales, aquellos que están más cerca de los ciudadanos”. También en esa Asamblea se escuchó la voz del Grupo Mundial de Parlamentarios para el Hábitat.

Este hecho trascendental de permitir que autoridades locales, en este caso alcaldes y legisladores, pudieran expresar sus puntos de vista en la Agenda Hábitat, cambió de alguna manera la posibilidad de que los asuntos de las Naciones Unidas estuvieran cada vez más cercanos a la ciudadanía a través de estas autoridades, y de las cuales es pionero nuestro conferencista Joan Clos, quien tuvo la visión democrática y sensibilidad política para lograr relevantes avances en las elevadas responsabilidades que ha tenido como político local y como funcionario internacional.

Quiero hacer solamente una breve referencia para una feliz coincidencia que augura éxito al Convenio de Entendimiento que se acaba de signar. La actual senadora y presidenta del Grupo Mexicano de Parlamentarios para el Hábitat, Ana Lilia Herrera, como Joan Clos en la alcaldía de Barcelona, tuvo un eficaz desempeño como presidenta del Ayuntamiento de Metepec, en el Estado de México, y enfrentó a cabalidad los retos que implicaba transformar un municipio de acelerado crecimiento poblacional, priorizando el desarrollo sustentable.

Tenemos aquí una combinación de experiencia propia en el terreno de los hechos, y de la gobernanza que seguramente va a dar mejores resultados en esta nueva etapa del Grupo Mexicano de Parlamentarios para el Hábitat, con el solidario y orientación, consejo de las Naciones Unidas a través de la oficina ONU-Hábitat, que dignamente preside el honorable señor Joan Clos.

Contra el desorden territorial que se ha mencionado aquí, y urbano, el orden legal; buenas leyes para un mejor hábitat.

Por su amable atención, muchas gracias. Y escuchemos ahora la conferencia magistral de nuestro invitado, el señor Joan Clos.

Muchas gracias por su atención.

DOCTOR JOAN CLOS: Muchas gracias a Ernesto Gil, Presidente de los Parlamentarios Globales para Hábitat, por tu introducción y también quiero, cómo no, agradecer la presencia de las ilustres autoridades de la mesa:

La senadora Ana Lilia Herrera, la senadora Laura Rojas, el senador Francisco Búrquez y todos los miembros que están en el presídium y a todos ustedes también, señoras y señores, muchas gracias por atender a esta sesión.

Como ustedes saben, Hábitat es una agencia de Naciones Unidas, cuyo objetivo principal es actuar como observatorio mundial de lo que sucede a nivel del planeta tierra en el proceso de la urbanización.

Somos una especie de observatorio urbano mundial y llamamos la atención de los hechos más relevantes que detectamos en el proceso de urbanización del planeta.

Sí hay que resaltar algunos aspectos que cambian la tendencia, aspectos revolucionarios, de alguna forma paradigmas que cambian. Hay que destacar que en los últimos 30 años se ha producido una cosa que nunca la humanidad había visto antes, que es el aceleramiento inmenso del proceso de urbanización, la cantidad de gente que se está urbanizando y el incremento, año tras año, de esta proporción no tiene precedentes.

Esto representa una nueva realidad porque ahora, con las nuevas tecnologías y las nuevas capacidades industriales, etcétera, somos capaces de construir una ciudad en tres años y esto nunca había pasado antes en la humanidad.

Las ciudades siempre las habíamos hecho a base de siglos, era un constructo humano que se iba elaborando y destilando en un proceso entre varias generaciones, en el proceso de su construcción.

Ahora no, ahora podemos diseñar en un papel y pasarlo a los promotores y esto a los industriales y fabricar una ciudad en dos años y hemos visto, por ejemplo, la inmensa urbanización china, que tan sólo en 30 años, menos de 30 años, 20 años, ha urbanizado a 400 millones de habitantes y esto puede continuar acelerándose en el futuro.

Ya antes los que me han precedió en el uso de la palabra, han hecho mención a los números globales del proceso de urbanización y por lo tanto no voy a insistir en ello, la población mundial va a llegar a nueve casi diez mil millones de habitantes, ahora estamos a 7, 7.5 y además de que va a crecer la población, va a crecer la urbanización.

Por lo tanto, la población urbanizada, con esto de doble crecimiento, va casi a doblar la población urbanizada actual. Durante toda la historia de la humanidad que hay urbanización desde el neolítico, hace 10 mil años, hemos llegado a ser 3 mil millones de personas, ó 3 mil 300 millones de personas urbanizadas, pues vamos a doblar esta cifra tan sólo en 50 años.

Imagínense lo que esto representa en términos de demanda de inversión, por ejemplo, la cantidad de recursos que hay que poner en redes de servicios urbanos, etcétera. Esta es una gran oportunidad y también a la vez es un gran reto. Por lo tanto, primer fenómeno observado a nivel de planeta tierra, una ritmo de urbanización nunca visto.

Consecuencia de este hecho, pues buenas y malas, como todo en la vida. Casi siempre todos los avances o todas las evoluciones tienen sus aspectos positivos y sus negativos.

El aspecto positivo es que la urbanización genera crecimiento. La urbanización es factor de crecimiento económico. Esto aún no es suficientemente compartido por toda la población, hay mucha gente que aún no entiende que la urbanización es un factor de crecimiento urbano.

Fabricar, según qué cosas en las ciudades, es más barato que fabricarlo en el campo, por lo que los economistas llaman las economías de aglomeración: el hecho de que los factores de producción están más cercanos y los mercados son más grandes, hace que haya más diversidad de inputs para la manufactura y, por lo tanto, la productividad de la economía incrementa con la urbanización.

A veces todo mundo se pregunta, bueno, ¿por qué va la gente a la ciudad y no se queda tan tranquila en el campo?, con lo bien que se vive en el campo, ¿verdad?; pues la gente no es tonta y aunque a lo mejor no entiende de economías de aglomeración o de especialización de mercados; entiende que en la ciudad hay más posibilidades de tener trabajo y hay más posibilidades de tener trabajo mejor pagado. Y esto es lo que sucede habitualmente en las ciudades; y por esto la gente va a las ciudades, no hay que buscarle razones mucho más complejas que esto, es básicamente posibilidades de desarrollar mejor la perspectiva de vida para uno y sus hijos, y sus descendientes. Por lo tanto, la ciudad produce crecimiento económico.

Hubo unas teorías de hace años, que dieron una especie de idea de que la urbanización era una consecuencia del desarrollo; era un subproducto del desarrollo, que la urbanización venía como consecuencia del desarrollo. Uno hace desarrollo y entonces uno tiene urbanización, y esto no es así, en la mayoría de los casos es al revés: uno hace urbanización y a través de la urbanización obtiene desarrollo.

Porque a través de la urbanización se producen los haps, los núcleos donde aumenta la velocidad de transmisión de la información, aumenta el conocimiento y aumenta la productividad de la economía. Es muy difícil, de hecho, ningún país ha llegado a niveles de desarrollo intermedio auto, sin antes urbanizarse; y esto tiene que ver con la capacidad que tiene la ciudad como artefacto, como estructura de favorecer el intercambio de información, a una velocidad que no tiene que ver con la que se produce en otras formas de vida humana. Por eso nos urbanizamos.

Los aspectos negativos de la urbanización. Muchos, fatalmente bastantes. Estamos viendo, cuando analizamos los problemas de la urbanización, defectos y problemas gravísimos; algunos se han mencionado aquí: la congestión, el consumo excesivo de energía.

Un ciudadano que se pasa del mundo rural al urbano, multiplica por 10 el consumo energético anual. Se pasa de 3 o 4 kilovatios hora, año por persona, a 100, 200 kilovatios por persona. Es decir que la vida urbana genera un consumo energético multiplicado por 10, factorial 10 de otras formas de vida; y esto, claro, demanda fuentes energéticas y como que la que tenemos más es la energía fósil, consumimos más energía fósil.

Ahora, en la crisis de 2008, esta crisis mundial que ha tenido, por cierto, que ver con la urbanización, con las hipotecas subprime, algunos predijeron que a lo mejor con el decrecimiento o la ralentización de la economía se bajarían las emisiones de gases de efecto invernadero: pues en contra de esto han continuado incrementando.

Es decir, la actividad económica ha bajado pero la emisión de gases de efecto invernadero ha continuado incrementando; ¿por qué? porque el nivel de urbanización ha continuado incrementándose porque la urbanización son expectativas de futuro y por lo tanto, la gente no deja de urbanizarse aunque haya una pequeña recesión en los procesos sociales macroeconómicos.

Mi conferencia tiene que ver, dirigiéndome aquí en el Senado a los legisladores, sobre la importancia de la legislación sobre la urbanización. A mí me gusta definir la ciudad como la conjunción de personas, piedras y normas.

La ciudad es un sitio relativamente compacto, donde hay muchas personas compactadamente; luego hay espacio y estructuras y edificios, piedras; y luego hay, nos dotamos de normas para poder convivir en este espacio artificial, a diferencia de las normas que rigen en el comportamiento entre vecinos en el campo, cuando llegamos a la ciudad, las normas que aplicamos para nuestra convivencia con los vecinos cambian, porque la vecindad es muy diferente.

Podemos tener personas que viven por encima nuestro, personas que viven por debajo nuestro, a la mejor tenemos que cuidar el ruido que hacemos, tenemos que cuidar muchísimas cosas, por lo tanto la urbanización es un fenómeno que acaba siendo un fenómeno artificial, es un fenómeno diseñado por los humanos y es un fenómeno regulado.

Muchas veces son reglas no escritas, afortunadamente, y algunas son reglas escritas y finalmente el artefacto urbano es un producto de la ley. Como ha dicho el Presidente del Grupo de Parlamentarios, el imperio de ley es imprescindible para una buena ciudad.

Si resulta que hacemos una ciudad donde campa la ley de que el más fuerte gana, entonces estamos en una ciudad que no va a ser productiva ni eficiente ni justa ni digna ni todo lo que ustedes puedan imaginar en una ausencia de ley.

Por lo tanto, el fenómeno urbano es un fenómeno regulado por ley y esto, en los últimos años, se ha perdido de una forma estática, planetaria, este valor. Ha habido una devaluación de la relevancia de la ley y del imperio de la ley en el fenómeno urbano.

Con las tendencias quizás más simples de aproximación a la vida, como por ejemplo pensar que un mercado lo puede resolver todo a través de la ley de la oferta y la demanda, etcétera, esto también ha penetrado la estructura urbana y el papel de la regulación urbana ha pasado a ser sistemáticamente criticado y sistemáticamente abolido en muchas partes.

Y esto ha dado pie a una urbanización absolutamente caótica, que no es funcional, porque el mercado no produce buenas ciudades. El mercado solo no tiene por qué tampoco producir buenas ciudades, porque las buenas ciudades son, como hemos dicho antes, diseñadas.

Siempre, cuando tú tienes una buena ciudad, rascas un poco en la historia de la ciudad y siempre hay un autor del diseño urbano. Puedes ir a París o a Londres o a Nueva York o a México y buscas y buscas y en cualquier parte de la ciudad, que está bien y que te gusta vivir en ella, puedes encontrar un diseñador.

Esto no ha salido sólo por la coincidencia de factores telúricos, por la suerte o por nada de esto, hay que intervenir en el diseño urbano, porque es un artefacto humano.

Cuando admiramos un volcán, una montaña, un río, no sé qué, admiramos una fuerza de la naturaleza; cuando admiramos una buena ciudad, admiramos la fuerza del diseño humano.

Sin diseño la ciudad es caótica, esto lo estamos analizando con fotografías de satélite a nivel del mundo, a todo el mundo lo estamos vigilando, analizando con las fotografías y vemos que donde la regulación es más baja, el caos urbano es mayor. Entonces, la congestión es mayor, no hay espacio, etcétera.

Centrándome, por lo tanto, no hace falta que insistamos mucho, pero es un principio básico que ustedes, como legisladores, tienen que sentirse orgullosos de él y además responsables, porque a veces, sin quererlo, ustedes pueden ser responsables de cosas buenas que pasan en las ciudades y también de cosas malas que pasan en las ciudades.

Por lo tanto, atención, la legislación no es neutra, no es indiferente al resultado que finalmente va a tener la ciudad.

En términos de legislación también hay que introducir un poco de orden, al menos a nivel conceptual, para que no mezclemos cosas que son muy diferentes. Como que ya todo lo vamos viviendo la gran mayoría en las ciudades y más que vamos a vivir en las ciudades, todo lo que pasa en la vida afecta a las ciudades. Es decir, no hay una legislación que podamos separar: esto es legislación rural y esto es legislación urbana.

La legislación sobre los derechos humanos afecta tanto a la ciudad como al campo; y una mala legislación sobre derechos humanos, lleva a malas ciudades; y una mala legislación sobre los sistemas de la redistribución de la riqueza, tiene consecuencias urbanas. Si uno tiene una legislación sobre la redistribución de la riqueza que impide que haya redistribución de la riqueza, no esperen ustedes grandes igualdades urbanas: esperen más bien evidentes desigualdades urbanas. Y así podríamos añadir.

La legislación de la seguridad, que normalmente en la mayoría de los países modernos la seguridad es una competencia del Estado, el Estado federal o el Estado en su conjunto, pero va básicamente el Estado central es el responsable de las fuerzas de seguridad, es el que tiene la autoridad última sobre el uso de la fuerza.

Por lo tanto, la legislación de seguridad es una legislación básicamente estatal, no culpen ustedes asegún que alcaldes de problemas de seguridad locales, cuando son temas que afectan al modelo de seguridad nacional. Por lo tanto, hay una relación íntima entre la legislación general y lo que sucede en las ciudades.

En la legislación general, claro, la primera que nos afecta desde el punto de vista urbano es la legislación administrativa. No sé cómo la llaman ustedes en sus términos, pero la división del Estado entre federación, estados, metrópolis –si es que existe legislación metropolitana– y administración local; la legislación administrativa es fundamental para el buen funcionamiento o el mal funcionamiento de las ciudades.

Uno se pregunta: ¿tendrá que ver algo en México que los mandatos de los alcaldes sean de tres años, con el output urbano que se da en México?

Es decir, ¿alguien ha hecho alguna vez la correlación –esto es para una tesis doctoral– las consecuencias físicas a nivel urbano, de que el mandato de los alcaldes sea de tres años? ¿Los proyectos de urbanización normalmente quién los hace?

Por lo tanto, curiosamente hay una relación evidente entre la regulación legal administrativa y el output urbano; no hace falta ir a la regulación urbanística para ver causa-efecto entre legislación y urbanismo. En otras legislaciones, como la administrativa, puedes tener ahí aspectos fundamentales que te condicionan la forma urbana.

He dicho la administrativa, pero podríamos decir la legislación sobre infraestructuras: agua, energía, telecomunicaciones, en fin, todo lo que ustedes quieran. Todo esto, que no tiene que ver con la legislación urbana, son otras leyes; pero esto tiene una consecuencia evidente en el output urbano.

La legislación sectorial, la de sanidad, educación, la de políticas sociales, la de seguridad –que mencionaba antes–; estas legislaciones, aunque no lo parezca pueden configurar el output urbano: y normalmente lo hacen.

Y luego otra legislación que no es urbana, pero que es fundamental para el urbanismo, que es la legislación fiscal. ¿Qué poder financiero y fiscal tienen los municipios? ¿Qué poder financiero y fiscal tienen los gobiernos metropolitanos? Etcétera. ¿Qué les vamos a pedir a los municipios y cómo vamos a darles financiación?

Esto tampoco suele ser legislación urbanística, pero en cambio, es fundamental para saber si nuestra administración y nuestras ciudades, administración local y nuestras ciudades, van a funcionar bien o mal.

Por lo tanto, el output de una buena urbanización tiene que ver con lo que ahora trataré, a partir de ahora, que es la urbanización urbanística. Pero antes que la urbanización urbanística, tiene que ver con la legislación general. Y este es un principio que hay que asumir, porque si esto no se tiene claro, entonces uno puede pensar que va a ser la legislación urbanística mejor del mundo, no sé, llamar a los expertos más, en fin, lo mejor en legislación urbanística y luego falla.

Dices, hombre, pues falla porque lo que no hay es una buena coordinación de toda la estructura jurídica, teniendo en cuenta las necesidades del output urbano.

Finalmente, después de la legislación administrativa, la legislación de infraestructura, de la legislación sectorial y de la legislación fiscal, entramos en lo que es específico de la legislación urbanística y en la legislación urbanística también suelen darse, lo estamos analizando en todo el mundo, para captar, que lado la legislación urbanística atiende a los principios básicos de la urbanización.

Y aquí, pues hay de todo. Tengo que decirles que en la organización urbanística encontramos de todo, de literatura, poesía, antropología, sociología, muchas cosas y algunas veces incluso urbanismo, no siempre y de forma evidente urbanismo.

Porque hacer ciudad, hacer urbanismo es una cosa muy especializada, es diseñar áreas urbanas y para diseñar áreas urbanas hay que diseñar primero unas cuantas cosas básicas, que no son muy complicadas.

Lo primero que hay que diseñar es el espacio no edificable separado del espacio que va a ser edificable. No es la primera ciudad, uno cuando entra a lo que no es edificable, que normalmente son las calles y los parques y algunas cositas más, pero muy poco relevantes, lo que no es edificable y luego lo que es edificable.

Uno de los fenómenos más importantes que se dan en el mundo es la proporción entre no edificable y edificable. En las zonas bien planificadas y más eficaces y que da lugar a la ciudad productiva, habitualmente lo no edificable y agárrense ustedes bien a la silla, tiene que estar alrededor de un 50 por ciento del suelo urbano.

Sí señores. Sin un 50 por ciento del suelo no edificable es muy difícil hacer ciudades de valor y este es un tema que es habitualmente poco comprendido.

Y hay mucha oposición a este porcentaje del 50 por ciento, porque la gente inmediatamente reacciona y dice: bueno, esto es expropiatorio, es una tontería, no.

Cuando ustedes tienen una parte agraria, compuesta por varios parcelarios, con varia gente que tiene allí parcelas, y la convierten en zona urbana, lo primero que hay que definir ahí es qué porcentaje y qué estructura va a ser espacio no edificable, van a ser calles y parques.

Una vez esto establecido, la segunda parte es que el resto es edificable, el 50 por ciento es edificable, pero esta edificación del 50 por ciento hay que ordenarla, hay que parcelarla, me parece que en su terminología local, en México, le llaman lotilizarla o algo así, ponerle lotes, hay que definir los lotes.

Este es otro aspecto fundamental de la legislación urbanística. El primer aspecto es la definición y protección del espacio público. Si una legislación urbanística no defiende el espacio público, no es una buena urbanización urbanística, olvídense, tendrán problemas seguros.

La primera obligación de la legislación urbanística es defender el espacio público.

¿Por qué?

Porque hay que defenderlo, porque no es natural, no es obvio que la gente lo defienda por sí mismo.

En estas fotos de satélite que les dije, todo mundo hacemos fotografías de todo el mundo. Por ejemplo, en Manhattan, tengo la fotografía de Manhattan, contamos el espacio público de Manhattan.

¿Cuál dirían ustedes que es el porcentaje de espacio? Ustedes todos conocen Manhattan y han caminado por las calles que se diseñaron.

Manhattan se diseñó en 1811, 1811 antes de que se inventase el coche, la electricidad, el ascensor y no sé qué; y los que lo diseñaron lo diseñaron para que tuviese casas de un solo nivel.

Bien, ¿cuál es el porcentaje de suelo de Manhattan dedicado al espacio público? 20, no, 50 por ciento. Manhattan tiene el 50 por ciento del espacio público, del suelo, es suelo público no edificado. El 36 por ciento está destinado a la calle y el resto está destinado a las zonas verdes y a la línea costero-marítima, estos metros que hay; pero el 36 por ciento es calle.

Y además, Manhattan tiene 100 cruces por kilómetro cuadrado, porque una cosa es tener el 36 por ciento del espacio público destinado a la calle; pero si tienes todo puesto en dos calles muy anchas y luego no tienes capilaridad interna, entonces esto no sirve para nada, no es tan sólo la cantidad, es la forma del espacio público que es importante.

Y este segundo aspecto se mide, bueno, nosotros lo medimos por la cantidad de cruces por kilómetro cuadrado, cruces de calles. Y nosotros recomendamos que no haya menos de 80 cruces por kilómetro cuadrado.

Vamos con estas fotografías por satélite a ver, a estudiar las urbanizaciones espontáneas. Cuando los humanos nos decidimos a ocupar un territorio, y a ocuparlo espontáneamente, sin planificación urbana; ¿cuál es nuestra tendencia natural? Y esto lo analizamos en las zonas no planificadas: las favelas, los barrios.

Cuando analizamos y medimos el espacio de comunicación en las favelas, ¿qué porcentaje dirían ustedes que se dedica de una forma espontánea, cuando espontáneamente ocupamos el suelo?

Si en la ciudad planificada es alrededor del 50 por ciento del suelo; ¿en la no planificada, alrededor de qué cifras puede estar?

Pues ya les contesto: las favelas del mundo están alrededor de 2.5 por ciento de espacio público. Y la mayoría de ciudades de países emergentes, están alrededor del 12, 13, 14, 15 por ciento; y con 12, 13, 14, 15 por ciento de espacio público destinado a las calles y con una estructura de cruces irracionales, es imposible que la ciudad no esté congestionada, ¡olvídense!

Por lo tanto, el espacio público y la configuración del espacio público es un aspecto que la legislación tiene que tener en claro porque no es espontáneo: esto sólo se consigue diseñándolo. Para mí, la legislación urbanística tiene que empezar como primer punto, con la protección del espacio público.

El segundo punto, el control público de la edificabilidad. Esto es otro gran elemento que en muchos sitios está presente y en otras partes del mundo está ausente, no existe. ¿Qué quiere decir la edificabilidad?

En este 50 por ciento de parte edificable de la ciudad donde están los lotes y las parcelas, la autoridad pública tiene que establecer la cantidad de metros edificables. Si no hay una regulación de la edificabilidad, cada uno va a edificar lo que quiera; y si cada uno va a edificar lo que quiera, sin darse cuenta afecta la estructura del conjunto porque si tú tienes unas infraestructuras diseñadas para una densidad –digamos– de 10 mil habitantes por kilómetro cuadrado y empiezan a hacerte torres sin previo aviso, y te doblan o triplican la densidad urbana; las infraestructuras no están preparadas para esta edificabilidad.

Por lo tanto, un segundo elemento fundamental de la legislación urbanística es el control público de la edificabilidad, que en algunas partes lo controlan los de ayuntamientos, en otras partes los estados, en otras partes la estructura general, qué más da.

Pero lo importante es que la edificabilidad tiene que ser una potestad del sector público, porque si la edificabilidad no es una potestad del sector público, se genera una cantidad de distorsiones en el tejido urbano que generan costos comunes para el sector público.

Por lo tanto, la segunda, y además lo digo en orden de prioridad, no tiene sentido controlar la edificabilidad, si antes no has controlado el espacio público.

Y ahora voy a hablar del tercer sector, pero no tiene ningún sentido hablar del tercer sector, si antes no has controlado la edificabilidad:

El tercer sector es la regulación de la lotización o de la parcelación. Esto parece, para mucha gente, y lo estamos explicando en todas partes del mundo y en muchas partes del mundo encontramos dificultad para que se atienda a este razonamiento: el control o la regulación de la parcelación urbana o de la lotización, porque es indiferente la lotización a la forma urbana.

Imagínense ustedes que hacen una extensión urbana, un ensanche urbano, y dicen que la parcela mínima que ustedes autorizan ahí es de 2 mil metros cuadrados y un alcalde vecino hace otro plan igual y pone la parcela mínima a 200 metros cuadrados.

¿La ciudad va a ser diferente, una de la otra?

Sí, claramente. Una parcela de 2 mil metros cuadrados sólo la puede edificar alguien que tenga mucho dinero; por lo tanto, la van a edificar las corporaciones. Incluso puestos a ser vivienda pública, sólo podrás hacer vivienda pública con parcelas de 2 mil metros cuadrados, si pones ahí un mazacote de vivienda pública y, a no ser que te gusten los mazacotes de vivienda pública, a mí no, esto no es bueno para la ciudad.

Por lo tanto, la parcelación que parece una cosa que no tenga que ver nada con la legislación, resulta que predetermina de una forma crucial la forma de la ciudad.

Cuando tú tienes una parcela mínima de 200, 250 metros cuadrados, que es lo recomendable, tú puedes encontrar multitud de inversores que tienen acceso a invertir en estas parcelas, pequeñas compañías familiares, pequeños inversores, puede competir con las grandes corporaciones para hacer estructura urbana; de hecho amplias el abanico de actores urbanos y siempre hay la posibilidad de juntar parcelas.

Esto no impide que haya inversión de las corporaciones, lo que garantiza es que pueda haber inversión de los pequeños actores sociales y si no hay inversión de los pequeños actores sociales, entonces esto pasa a ser el urbanismo corporativo, que es un urbanismo que normalmente no tiene esta calidad entrañable que nos gusta de las ciudades.

Por lo tanto, el tercer aspecto que la legislación urbanística tiene que atender son los temas de la parcelación. Esto no quiere decir que el Estado federal tenga que decir que ni la edificabilidad ni la parcela ni nada, pero tiene que decir quién es responsable y tiene que establecer el mecanismo público del control de la edificabilidad, esto es fundamental.

Y luego, el cuarto aspecto de la edificabilidad fundamental, perdón, de la legislación urbanística fundamental, son las normas de edificabilidad.

Es decir, una vez que tenemos regulado el espacio público, tenemos regulada la edificabilidad, tenemos regulada la parcelación, entonces entramos a regular la edificación. Los edificios sólo son consecuencia a posteriori de la definición del espacio público, de la definición de la edificabilidad y de la definición de la parcelación.

Uno de los problemas que a la mejor nosotros inducimos en Hábitat II cuando estuvimos hablando de la vivienda, vivienda para todos, vivienda asequible, esto indujo a muchos gobiernos a ponerse en la mente. Bueno, hay que fabricar viviendas a todo trapo, como si la vivienda pudiese ser un producto urbano, descontextualizado de la urbanización.

Y entonces ¿qué ha pasado? Ha habido una manía edificatoria de vivienda y esta manía se ha puesto en donde cabía, normalmente donde el precio del suelo era más barato. Claro, esto no es urbanización, esto es desurbanización, esto es generar patologías urbanas.

Para edificar vivienda, incluida la vivienda pública, antes hay que hacer parcela para vivienda pública; antes hay que encontrar la parcela para hacer la vivienda pública, el lote para hacer la vivienda pública, porque si no escoges lote, lo vas a hacer a 50 kilómetros de distancia, en medio de la selva, porque resulta que es más barato.

La regulación de los lotes puede exigir que un tanto por ciento de los lotes, por definición de la autoridad, sea para vivienda pública y automáticamente está garantizada la integración de la vivienda pública en un tejido urbano.

Por lo tanto, la legislación urbanística tiene una importancia fundamental y el problema que normalmente nos encontramos es que, claro, esta legislación urbanística es caliente, es decir, tienes que enfrentarte con mucha gente que no entiende de urbanismo o que tiene intereses, etcétera.

Y entonces muchas veces -cuidado con esto- la legislación urbanística deriva hacia principios generales, derechos humanos, no sé qué, no sé cuántos, y no toca la medula de la legislación urbanística.

Insisto, la medula de la urbanización urbanística, al menos para que conste y no quiero, quiero quedarme tranquilo en mi conciencia, que lo he explicado claro y transparente, escribiendo la definición y protección del espacio público:

Segundo, la titularidad pública de los derechos de edificabilidad. Tercero, la parcelación. Cuarto, la edificación.

Si esto va acompañado con una legislación general que es favorable a la buena ciudad, sanidad, educación, seguridad, redistribución, etcétera; bueno, entonces seguramente haremos ciudades justas, ciudades integradas, ciudades asequibles y ciudades con personalidad cultural, ciudades que huyan de estos modelos urbanísticos internacionales que repiten las mismas formulas, aquí y en la China, cuando nuestras culturas son muy diferentes.

Les deseo, en su empeño legislativo que van a desarrollar en los próximos meses, el mejor de los éxitos en este empeño, que no es fácil, pero que si está bien hecho, puede tener unos efectos muy beneficiosos para la población de los mexicanos.

Muchas gracias.

PRESENTADOR: Una magnifica conferencia, sin duda, por parte del señor Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU-Hábitat.

Señoras y señores, habremos de continuar con el programa. Antes de volver a ceder el uso de la palabra al señor diputado Ernesto Gil Elorduy, para continuar con lo que corresponde a la conferencia y en el marco de la misma, vamos a invitar a hacer uso de la palabra al señor Senador Francisco Búrquez Valenzuela, Presidente de la Comisión de Asentamientos Humanos Sustentables del Grupo Mexicano de Parlamentarios para el Hábitat.

Si es tan amable, señor senador.

SENADOR FRANCISCO BÚRQUEZ VALENZUELA: Yo realmente voy a felicitar y agradecer la presencia de Joan, aquí con nosotros, para que aprovechemos sus quince minutos con preguntas y respuestas.

Estoy de acuerdo en los puntos que nos recomienda, pero tenemos que ir más a fondo en estas recomendaciones y las vamos a tomar muy en cuenta.

El primer punto que nos mencionaste como fundamental que debe de regir la ley, que es el tema de espacios públicos, afortunadamente tuvimos una reciente influencia también y buena aportación de la Universidad de Nueva York, con un libro, que no recuerdo el nombre, por ahí lo tengo, en donde analizaron 4 mil ciudades y concluyeron que ese era el punto que más podía y debía atenderse desde el punto de vista de la legislación.

Y desgraciadamente, por atender tantos temas legislativos y por tratar de legislar a un detalle muy profundo, terminamos dejando de lado lo fundamental.

Y, pues quisiera decirle señor Clos, que muchas gracias de parte del Senado, estamos y esperamos una colaboración muy fuerte con su equipo y pues a las preguntas y respuestas.

PRESENTADOR: Escucharemos a la Senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo.

SENADORA ANA LILIA HERRERA ANZALDO: Un enorme favor.

La agenda del doctor Clos, que viene sólo por tres días a México, está ya muy apretada. Queremos ser muy respetuosos de su tiempo y quisiera sugerirles, con todo el respeto que desde luego nos merecen, que sus inquietudes nos la pudieran hacer llegar y rogarle al equipo del doctor Clos que pudieran, vía correo electrónico, dar respuestas.

Así que, sin más y todavía queremos tomarnos una foto las legisladoras, legisladores, alcaldes que estén aquí, rápidamente la haríamos aquí para ya no llevar más tiempo.

Así que, si me lo permiten, agradecer enormemente estos conceptos, entendemos cuánto nos falta por avanzar en el país y agradecemos muchísimo a todos su presencia.

PRESENTADOR: Señoras y señores, les pedimos un instante nada más para que la senadora Ana Lilia Herrara Anzaldo haga entrega de un reconocimiento por parte de los legisladores mexicanos, del Senado de la República, al señor conferencista, un destacado conferencista, Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU-Hábitat.

Y al recibir este reconocimiento recibe también reiteradamente, nuestro aplauso por esta importante participación.

Muchas gracias señor Joan Clos.

 

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