VERSIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA SENADORA MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO AL INAUGURAR EL PANEL "VOCES DE VENEZUELA"
 

Muy buenos días tengan todas y todos ustedes. Saludamos a toda la gente que nos está viendo a través de las redes sociales. Es un gusto para mí que nos acompañe esta mañana en este presídium Rodrigo Iván Cortés, director de Sinergia Internacional, México, bienvenido nuevamente al Senado de la República; Gustavo Tovar Arroyo, abogado y activista defensor de los Derechos Humanos, bienvenido al Senado; Sandyranny Itriago, abogada funcionaria del municipio de Sucre, estado de Miranda, en el equipo del Consejal Metropolitano de Caracas, bienvenida al Senado.
Y por supuesto saludo también al senador Francisco Salvador López Brito, gracias por acompañarnos esta mañana, y al senador don Víctor Hermosillo.
Bienvenidos también representantes de Venezolanos Unidos en México, y solamente preguntaría si están listos porque vamos a tener videoconferencias. Saludo a los que puedan estar ya listos, no sé si ya estén escuchándonos. Vamos a tener diferentes videoconferencistas desde Venezuela.
Hace unos días dije en tribuna que la situación de Venezuela le duele a ese país pero nos duele a todos, en especial a quienes formamos parte de esta región del mundo, porque no es permisible ni tolerable que en estos tiempos, donde la democracia y sus valores deberían prevalecer, haya quienes se empeñen en reprimir la protesta social, en criminalizar a la oposición, en atentar contra la juventud, en negar el derecho a la información y a la libre manifestación de las ideas.
Nos duele que las protestas y la violencia no cesen en Venezuela, el saldo ha llegado, hasta donde sabemos, a 19 muertos, 260 heridos, y mil detenidos, pero más aún que estemos constatando que el camino que se tiene en frente es poco claro y no augura que se generen verdaderos espacios de diálogo para transformar la realidad que se padece en ese país hermano.
Las protestas y la inconformidad en la calle responden a reclamos por la seguridad y la situación económica. El Gobierno llevó la tasa de cambio de 6.30 a 11.30 bolívares por dólar para asignar divisas por medio de un modelo de subasta.
A esta devaluación de la moneda, se suma un índice de escasez de alimentos básicos que en enero alcanzó el 28 por ciento, y una inflación acumulada según datos del Banco Central de Venezuela de 56.2 por ciento en 2013 que la convierte en –la más alta del mundo-. El desabasto es grave porque hacen falta insumos tan elementales como el azúcar, la leche, la carne, la harina, el aceite o el papel higiénico.
Se ha llegado al absurdo, algunos medios han expuesto la respuesta gubernamental llamando a sus ciudadanos a que ante la falta de suministros, “bajen el consumo”, es decir, que coman menos para salir de esta situación.
Nos preocupa también que desde septiembre del año pasado Venezuela ya no forma parte de la Convención Americana de los Derechos Humanos, por lo que la actuación y el rol que pueda desempeñar la Organización de los Estados Americanos (OEA) a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Organización de las Naciones Unidas es fundamental debido a que todavía existe interlocución. Desde la óptica de los senadores del PAN, ante esas instancias México debe intervenir activamente para que se detengan los atropellos.
Sabemos que nuestros invitados el día de hoy junto con otros liderazgos de oposición, han solicitado apoyo de los organismos internacionales. Quiero compartirles que también, desde la tribuna en el Senado mexicano, pedimos a nuestra Cancillería que llevara el tema al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Alarma especialmente que el Canciller venezolano haya expresado la negativa del Gobierno del Presidente Maduro de aceptar una mediación internacional y asegurar que “los problemas de Venezuela los podemos resolver los venezolanos”. Yo me pregunto si efectivamente está permitiendo que sean los venezolanos realmente quienes resuelvan sus problemas, cuando a quienes están buscando privilegiar el diálogo o simplemente ser escuchados se les reprime o se les encarcela.
Me gustaría responder a todos aquellos que defienden a ultranza la doctrina Estrada y los principios como la no intervención sin emplear el sentido común, lo que estamos planteando es que se respete el derecho internacional y que al mismo tiempo no seamos cómplices ante violaciones graves a los derechos humanos.
En México sabemos por experiencia propia lo importante que son las voces que en la Comunidad Internacional muestren su solidaridad. México y los mexicanos bajo ninguna circunstancia podemos quedarnos callados, y con ello ser cómplices, ante hechos tan lamentables que están ocurriendo en un país hermano.
El propósito de este Panel es escuchar precisamente a las Voces de Venezuela. Es lograr que tengan eco en otras latitudes porque el pueblo venezolano lejos de enfrentar sólo una crisis económica está viviendo momentos muy delicados que han dado pie a una crisis social y política. Los venezolanos necesitan ser escuchados.
En el Senado mexicano les externamos nuestra solidaridad y respaldo. Condenamos los actos de censura y represión, que los reclamos en lugar de que sean escuchados y atendidos, sean acallados con brutalidad y cobardía. Queremos que sepan –en medio de estos momentos convulsos y en un día especialmente delicado a un año de la muerte de Hugo Chavez - que no están solos.
Bienvenidos al Senado de la República y muchas gracias por su participación a nuestros compañeros que están hoy aquí, en vivo en el Senado, y a quienes platicarán con nosotros a través de videoconferencia.
Qué maravilla que podamos tener estos mecanismos para podernos comunicar. Sabemos que nuestros hermanos venezolanos pues no podías volar a la ciudad de México por los acontecimientos que se están llevando a cabo, pero nos da mucho gusto poderlos tener también a través de videoconferencia.
Yo cedería el uso de la palabra a Rodrigo Iván Cortés, director de Sinergia Internacional. Adelante.

 

--000—