PALABRAS DEL SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE, PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA, EN EL DÍA INTERNACIONAL DE CONMEMORACIÓN ANUAL EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS DEL HOLOCAUSTO Y EN RECUERDO DE DON GILBERTO BOSQUES SALDÍVAR.
SENADOR RAÚL CERVANTES ANDRADE: Gracias a todos y todas por estar este día en la Casa del Federalismo Mexicano; a todos los miembros del presídium:
A mí siempre me gusta, más que dar un mensaje, es dar una reflexión: conmemorar es tener memoria: “con memoria”.
¿Para qué queremos conmemorar un tema en donde la historia de la humanidad, le debe de avergonzar la muerte de tantos millones de seres humanos?
No bastó la declaración del hombre que inspiró la Revolución Francesa y que éste llevó al mejor sistema constitucional, tanto el inglés como el americano. No; no bastó.
Y había instrumentos legales en ese momento, suficientemente fuertes, de historia, para que no se hubiera sucedido esto en el Siglo XX. Pero el ser humano no tuvo la suficiente memoria.
¿Qué hubiera hecho Don Gilberto si no hubiera tenido el instrumento de visar a gente perseguida?  Simplemente aún, y con su gran calidad humana, ni no hubiera utilizado ese instrumento, no hubiera salvado tantas miles de personas.
Por eso me parece que, lo que hace la ONU en el 2005, lo que hizo el Pleno del Senado de la República en el 2010, es cumplir con la obligación de conmemorar, no sólo para que no suceda, sino para que se transforme la humanidad.
Hoy seguimos en varias partes de nuestro planeta con violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Hoy seguimos pensando que hay sociedades en el mundo, en donde no es el principio y el valor que la rige, la tolerancia y el respeto a las diferencias, sino por el contrario: lo que se alimenta son las diferencias, profundas diferencias.
Pero no nos olvidemos: También, a raíz de este fenómeno histórico, desgraciadamente, el ser humano a veces aprende a la mala. Pero hizo cambios substanciales en el orden internacional y después nacional, en donde la mayoría de los países vivimos en paz, con un profundo respeto a los derechos humanos y con un camino en evolución de los mismos, para llegar a lo que todos queremos ser: Un bloque constitucional en los derechos humanos.
Si no, no se entendería la ONU, en su creación, las reglas para llevar la vida en paz, a nivel internacional, ni se entendería el constitucionalismo que nace, precisamente, Alemania, Italia, en respuesta del nazismo y el fascismo; cómo evolucionaron las cortes constitucionales, los sistemas constitucionales y la declaración de los derechos humanos, para que la persona, el ser humano, sea el centro, reconociendo en todos y cada uno las profundas diferencias de raza, creencia, etnias, preferencias sexuales, pero que esas diferencias nos hacen más ser humanos y por lo tanto nos une más esta construcción de los derechos humanos y el respeto a la vida y a la libertad.
México; México, después de tener esta diversidad de instrumentos en donde había la confusión del concepto de derechos fundamentales cuando estaban en una constitución; o derechos humanos cuando estaban en un Tratado Internacional; o garantía individual como instrumento de defensa. En esa evolución que se dieron en los 50’s, en los 60’s, en los 70’s, en Europa, en donde se ha intensificado estos movimientos constitucionales y en otras partes del orbe se han podido emular, México ha evolucionado en el 2011 –y no es casualidad-- sobre lo profundo e interesante que es centrar al ser humano en las políticas públicas y en la construcción de los derechos humanos, en la construcción de una democracia constitucional.
No podría conmemorarse en un Senado de la República, en un país que lo que hace es eventos y no razona la consecuencia y la verdadera fuerza de lo que es conmemorar la muerte de tantos millones en una época de la historia en México.
El compromiso ante nosotros mismos, es seguir evolucionando en los derechos humanos, es impulsando mejores prácticas parlamentarias, es generar mejor marco jurídico.
En suma, que el ser humano sea el centro y que todos y cada uno de los derechos humanos, léase en Tratados Internacionales y descritos en nuestra Constitución, sean una realidad para los mexicanos y las mexicanas en todo lo extenso de su vida.
Sean ustedes bienvenidos y mil gracias.
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