VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA SESIÓN ORDINARIA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA (Parte 11)
Presidente Raúl Cervantes Andrade: Gracias, senador Francisco García Cabeza de Vaca.
A continuación se le concede el uso de la palabra a la senadora Martha Palafox Gutiérrez, del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, para razonar su voto.
Senadora Martha Palafox Gutiérrez: Con su permiso, señor Presidente, señoras y señores senadores.
Ya los expertos en la materia por días, horas, en un interminable desfile de oradores, han debatido el tema de la reforma energética en los artículos 25, 27 y 28, realmente queda poco por decir.
Yo sólo vengo a razonar mi voto en contra de este dictamen y de esta reforma, porque considero que no habrá ningún beneficio para la población como se ha pregonado, aquí se ofrece la gran panacea, se ofrecen aquí cosas que no se van a cumplir, así lo dicen los salvadores de la patria que hoy como aquí ya también lo dijeron, se desgarran las vestiduras para vendernos lo que no tienen en sus manos ni lo van a conseguir.
Ya tuvieron su oportunidad de cambiar al país y nos dejaron más gasolinazos cada mes, el costo indiscriminado de los productos de consumo básico, le han quitado el subsidio al campo, el precio del diesel ahora cuesta igual que la gasolina, y eso que somos los dueños del petróleo.
El incremento de la pobreza es evidente, este tema no se trata solamente de buenos y malos, de maniqueístas o no ni de desgarrarse las vestiduras. Este es un asunto de seguridad nacional, es un asunto de estado sobre los recursos energéticos.
Efectivamente, como aquí ya se dijo por el anterior orador, desde el año 2000 hay un loco afán por abrir las puertas a las grandes trasnacionales y capitales extranjeros para explotar los recursos energéticos de la nación, todos sabemos de los contratos hechos por algunos ex secretarios de energía, otros altos funcionarios y la necedad de reformar la Constitución con eufemismos o subterfugios que más tarde o más temprano lamentaremos.
Porque esta reforma tiene que ver con intereses inconfesables, es un atropello a la nación, al pueblo de México, ese pueblo tan mencionado aquí en este recinto.
Promesas como las de hoy de salvar al pueblo, fueron la constante en los 12 años anteriores y el balance es una República destrozada, casi al borde de convertir a nuestro país en un estado fallido.
Por eso la gran desconfianza de los mexicanos, porque precisamente siempre han sido engañados.
En el año 2000, efectivamente, vivimos el abuso, la ambición  y la impunidad de la familia presidencial, amigos, comadres y compares; con un interminable catálogo de fechorías a nombre del pueblo de México.
Fresco tenemos las actitudes de arrogancia, patanería y cinismo, y por cierto, este personaje nunca le rindió cuentas a la Cámara de Diputados, ni sobre el presupuesto, ni sobre los excedentes del petróleo.
En el siguiente periodo, también igual, le dieron su dulce a los mexicanos, que todos iban a tener empleo. Igual, el país de las maravillas que ofrecieron y que tuvimos un país bañado de sangre, de injusticia, de impunidad, con decretos como el gasolinazo mensual, como la Influenza y muchos etcéteras que sumieron a nuestro país en la pobreza que hoy tenemos.
También hay desconfianza, porque hemos visto cómo en 12 años se beneficiaron a grandes empresarios, político, ex secretarios de energía, de Hacienda, de los bancos y algunos otros inconfesables encubiertos, socios ahora de los grandes monopolios que constriñen a nuestro país.
¿Cómo no desconfiar si con un pacto perverso se sigue la tónica del “gatopardismo” fulminante, el mismo que tiene al país con más desempleo, más pobreza, con un crecimiento mediocre de la economía, con aumento en la inseguridad, el secuestro y la violencia, territorios convertidos en espacios graves de ingobernabilidad y zonas de miedo.
Hay desconfianza en esta reforma, porque no conocemos la estructura actual de este esqueleto orgánico que es Pemex y que caritativamente lo van a rescatar para salvar al pueblo, ese pueblo tan utilizado por los discursos demagogos.
No se menciona que Pemex en 1998 pagaba tres impuestos de la renta petrolera a Hacienda y que del 2000 a la fecha sistemáticamente le vinieron incrementando impuestos hasta pagar ahora 11 caros impuestos que exprimen a Petróleos Mexicanos.
Soy una política de a pie, por eso conozco cómo opina la gente afuera, por eso sé de sus carencias, de sus angustias, de su impotencia, pero sobre todo, la incertidumbre que no todos manifiestan. Por ejemplo, los gasolineros mexicanos de los estados.
En la reforma financiera les quitaron ese subsidio por lo que tenían como mermas. ¿Ahora cuál va a ser su destino? ¿Serán socios o los van a desaparecer?
Coincido con algunos oradores en que la sociedad de afuera, la de a pie, la de a coche, empresarios o no, sienten que esta reforma atenta contra la soberanía nacional.
Yo creo que no necesitamos de pactos vergonzosos o de doble discurso.
Cierto, en el PT no somos mayoría aquí en el Senado, pero a veces las mayorías se convierten en dictaduras. Aquí el PT no somos mayoría, pero allá afuera sí hacemos mayoría con los ciudadanos agraviados y con los que no están de acuerdo en esta reforma energética.
Por esa razón mi voto será en contra.
Muchas gracias.
Presidente: Gracias, Senadora Martha Palafox Gutiérrez.
A continuación se le concede el uso de la palabra al Senador René Juárez Cisneros, del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, para hablar en pro del dictamen.
Senador René Juárez Cisneros: Con su venia, Senador Presidente.
Compañeras y compañeros senadores de la República, olvidar la historia es tan grave como quedarse secuestrado en ella.
Lo que está en juego, es la responsabilidad histórica de convertir al sector energético en la palanca de desarrollo nacional para responder a los desafíos sociales de la República.
La disyuntiva, es actuar contemplativamente o asumir los riesgos que conlleva una decisión de Estado, de esta envergadura, que demanda valor, responsabilidad y determinación.
¿Por qué es fundamental hacer una Reforma Energética? Porque en el contexto internacional que hoy vivimos, exige a nuestro país contar con un marco normativo moderno que le permita ser más competitivo en materia energética; porque pretende alcanzar el máximo potencial energético de México, fortalecer a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad, para que genere en valor como empresas productivas del Estado.
Porque Pemex y la CFE no se privatizan, no desaparecen, se modernizan para competir como cualquier otra empresa productiva y rentable a nivel mundial, para que México sea soberano energéticamente y dejemos de importar gasolinas, gas y derivados.
Porque mantiene la propiedad inalienable e imprescriptible de la Nación sobre los hidrocarburos en el subsuelo.
Porque incrementa la capacidad operativa de Pemex, le da autonomía financiera y de gestión, le permite acceder a tecnología de punta para la explotación de yacimientos en Aguas Profundas.
Porque México aumentará la renta petrolera y contará con un Fondo Mexicano Petrolero que le permitirá que esta renta sea distribuida de mejor, equitativamente y que beneficie a las y los mexicanos.
¿Por qué ahora? Porque llevamos 15  años discutiendo si modernizamos o no el marco jurídico del sector energético para ser más competitivos.
La realidad ya nos alcanzó, no podemos posponer más esta decisión; porque en 75 años, muchas cosas han cambiado en el sector energético. Tenemos que adaptar nuestro sector a los nuevos desafíos, porque México es uno de los países más ricos en hidrocarburos, pero nuestro modelo de industria está rezagado, es urgente cambiarlo.
Para que haya mayor disponibilidad de gas natural, combustibles y productos petroquímicos que impulsen el desarrollo de las regiones, para generar las condiciones que ayuden a las empresas locales a insertarse en el desarrollo nacional, para que la industria energética sea más productiva, a partir de mecanismos de contratación que nos ayuden a aprovechar nuestra riqueza petrolera y ponerla al servicio de los mexicanos, porque crea la figura de contratos de utilidad y producción compartida, así como licencias con plena supervisión y regulación del Estado.
Las modalidades de contrato no son lo mismo que las concesiones. Las licencias no son concesiones encubiertas.
Expresamos, como lo expresa la iniciativa, el reconocimiento y respeto a los derechos laborales de los trabajadores de Pemex, de acuerdo a la ley, y de la Comisión Federal de Electricidad.
Amigas y amigos, se nos señala que hemos construido alianzas vergonzosas, que representamos intereses inconfesables, que actuamos a espaldas y traicionamos al pueblo de México.
Yo preguntaría a quién el pueblo le otorgó la potestad de la verdad absoluta para hacer tales aseveraciones.
Se nos acusa de que actuamos sumisa, obediente, carente de propuestas, que le sacamos, que le rehuimos al debate, que nuestras propuestas no las discutimos ni las traemos a la mesa.
Se nos acusa de todo, de traición a la Patria; se nos acusa que no queremos debatir porque no tenemos argumentos.
Podemos tener puntos de vista divergentes, podemos no coincidir en asuntos fundamentales, pero nadie tiene derecho a la descalificación sistemática e irresponsable.
Le apostamos al diálogo responsable, al diálogo que construye, que edifica, que construye acuerdos, que permite avanzar en la edificación de un país mejor. Pero rechazamos cuando se acusa al Presidente de la República de traidor o de irresponsable.
No puede ser traidor ni irresponsable quien se dedica todos los días a servirle al pueblo de México, con valor y determinación enfrenta las transformaciones que demandan los tiempos de hoy para darle al Estado Mexicano la capacidad de respuesta a lo que  reclaman hoy miles y millones de mexicanos, que reclaman mayor atención en empleo, que reclaman que se atiendan sus asuntos sociales, que quieren empleo, que quieren atención, que quieren que los volteen a ver, y ahí en ese momento de solidaridad a estado el Presidente de la República junto a los más pobres de este país.
No puede ser irresponsable ni traicionar a la Patria quien se dedica todos los días a cumplir con su responsabilidad histórica de servirle al pueblo de México.
Los priistas rechazamos contundente y de manera categórica estas aseveraciones infundadas.
Los priistas reconocemos en el Presidente de México al hombre sobrio, sereno, que conduce con inteligencia, con rumbo, con altura de miras al noble pueblo de México.
El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, demuestra su compromiso con la Nación cuando asume con determinación y valor impulsar las transformaciones que reclama México, que reclaman las y los mexicanos.
Termino, señor Presidente. Termino, señor Presidente, y les expreso a todos mi convicción de que la decisión que estamos asumiendo es una decisión responsable; el juicio de la historia le dará la razón a quien la tenga.
Gracias, amigas y amigos Senadores.
Es cuanto, señor Presidente.
Presidente: Gracias, señor Senador René Juárez Cisneros.
A continuación se le concede el uso de la palabra al Senador Javier Corral Jurado, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, para hablar en contra del dictamen.
Senador Javier Corral Jurado: La reforma que hoy discutimos y seguramente se votará tiene una enorme trascendencia histórica en la vida de México.
Como pocas enmiendas constitucionales ésta toca fibras sensibles de nuestra cultura política. No podemos ignorar que el nacionalismo atravesó todo el Siglo XX Mexicano, cuatro generaciones de mexicanos hemos vivido y crecido en medio de símbolos nacionalistas.
Gómez Morín en su obra 1915 y otros ensayos habla del fervor de su generación por lo mexicano, la aceptación de lo nuestro fue el espíritu que lo animó; se expresaron diversas manifestaciones culturales donde lo mexicano fue motivo de orgullo social, ya fuese la comida, el vestuario, lo indígena, la música, la arquitectura, el cine, la filosofía y la política.
Todos imbricaron conformando nuestra cultura. Con euforia descubrimos que el petróleo es nuestro, escribió Gómez Morín, antes que Cárdenas expropiara los bienes de las compañías inglesas y estadounidenses.
El petróleo tiene ese significado simbólico, esa carga histórica para los mexicanos que hoy al emitir nuestro voto a favor o en contra del dictamen no podemos ignorar ni soslayar, sino prudentemente emitir nuestro voto.
Los hidrocarburos no son sólo una fuente de ingresos para el gobierno, esa visión recaudatoria está arriesgando de manera irresponsable otros enfoques estratégicos y prioritarios para la nación.
Los hidrocarburos son un elemento fundamental de la geopolítica, la seguridad energética, más aún cuando a nuestro lado vive el imperio que siempre nos ha despreciado, pero que siempre ha querido nuestras riquezas.
Pemex tiene otro significado, representa en términos económicos al sector productivo con mayor peso en la economía nacional, la inversión que durante años ha hecho es monumental, el número de empleos directos que genera como los indirectos son millones; los impuestos que el gobierno recauda por la renta petrolera son excepcionales recursos para la economía del país, nada menos que el 32 por ciento.
En aras de la Reforma se ha satanizado a la empresa sin decir las cargas fiscales que se le impusieron y su dependencia directa de la Secretaría de Hacienda.
También Pemex ha sido el botín sinnúmero de pillos de todos los niveles, sindicales o de mandos directivos, de varios partidos pasando por proveedores nacionales y extranjeros; recientemente ha sido víctima del latrocinio de los que ordeñan los ductos para vender la gasolina en el mercado negro.
Pemex fue el financiador de campañas políticas y la pregunta es, nos la tenemos que hacer, ¿qué modelo no se agota así? Además de la rapiña de la que ha sido víctima ha sufrido las consecuencias de malas políticas públicas.
Difícil olvidar la época en que creyeron que iban a administrar la abundancia y nos lanzaron en pos de ese sueño guajiro endeudándonos más allá de nuestra capacidad de pago, cuando la resaca llegó, un sexenio se perdió de evaluación, inflación y recesión, fueron la maldición de la administración Miguel de la Madrid, que decidió no invertirle nada y quitarle todo lo posible.
Se suprimió la adquisición de equipo de reposición, el mantenimiento de las instalaciones se redujo al mínimo y la investigación petrolera prácticamente se abandonó. Las posteriores administraciones la ordeñaron inmisericordemente, en esto ayudó también la postura de la entonces oposición del 2000 al 2012, PRD y PRI que se negaron aumentar impuestos una y otra vez, y lo hicieron por razones de rentabilidad política-electoral y como la decisión permanece de no tocar impositivamente a los grandes capitales de México, se ha decidido obtener ingresos de las compañías extranjeras, teniéndoles que compartir la renta petrolera.
Por eso en Acción Nacional la convocatoria del Pacto por México tuvo acogida, si las principales fuerzas acordaban un mínimo de compromisos, podríamos superar los desafíos de lo que hay que cambiar en el país.
Hoy resulta que lo acordado en materia energética, gira en sentido contrario a lo firmado por el Presidente Enrique Peña Nieto y los dirigentes nacionales de los partidos en el Pacto, ahí se escribió y abro comillas, “se mantendrá en manos de la nación a través del estado, la propiedad de los hidrocarburos y de PEMEX como empresa pública. En todos los casos la nación recibirá la totalidad de la producción de hidrocarburos, me refiero al compromiso 54”.
Si del Pacto al Congreso se caen los compromisos esenciales, qué pasará del tránsito de la reforma constitucional a las leyes reglamentarias que sólo requieren de mayoría simple y, por lo tanto, las negociaciones se reducen a la búsqueda de uso cuantos legisladores.
Por eso, desde el inicio de esta discusión sostuve que tratándose de la reforma constitucional más importante desde 1917 hasta la fecha, era condición sine qua non, tener a la par los contenidos de los proyectos de leyes reglamentarias correspondientes, ahí se escriben los detalles y es un viejo dicho que en los detalles está el diablo, ni más ni menos, que el que nos escrituró los veneros del petróleo.
Conociendo la dinámica que ha prevalecido en las reformas constitucionales, incluidas las promovidas por el Pacto, la ausencia de las definiciones específicas que desarrollen los conceptos fundamentales es muy delicado, ya hemos visto como a la hora en que unen los intereses económicos, reculan los reformadores, incluso termina violando un mandato constitucional para emitir la legislación secundaria en telecomunicaciones.
Cuando el negocio se pone por delante, la Constitución es lo de menos, la única reforma que tenía plazo constitucional es la de telecomunicaciones y se venció el día de ayer.
La reforma energética necesaria debe enfrentar a la corrupción y debe fortalecer a los órganos reguladores, estas dos líneas deben ser el núcleo duro del que salga todo el paquete.
Un hecho palpable, en todo lo ancho y largo del país es la corrupción que crece como hongos silvestres, ya forma parte de nuestra cotidianidad, se le ve como una cosa normal, nos enteramos de la corrupción en hospitales, en el Congreso, en las iglesias, en las empresas, en los sindicatos, todo está infectado de ese cáncer social que día con día crece  geométricamente y se ramifica en todo el cuerpo social.
La corrupción y la ineficiencia debilitan al estado en sus funciones básicas, los hechos nos muestran esta simbiosis de corrupción y debilidad estatal, las privatizaciones del pasado nos dejaron monopolios y duopolios.
La experiencia privatizadora no ha conseguido, ni mejores servicios, ni precios más baratos, no hay una mejor redistribución de la riqueza, ni el país ha crecido como se ofreció. Porque vivimos hoy un capitalismo que hace un siglo se denominó salvaje.
Se dice que las empresas en mano del estado son corruptas e ineficientes y se tapan los ojos de que entre las más depredadoras están varias de las transnacionales de las petroleras privadas.
Los monopolios tienen su anverso en la concentración de la riqueza.
Por supuesto, que estoy de acuerdo con una modernización del sector, pero esa reforma necesaria sólo debía aprobarse si realmente se propusiera erradicar la corrupción en el sector energético.
Esta reforma, como se suele decir, es de gran calado. Entonces deberíamos no escatimar tiempo para sacar lo mejor para el país.
Por eso las prisas que hoy vivimos, surgidas del Pacto por México generan las peores condiciones para dictar y dar leyes que demanda el mexicano y la mexicana de la calle, que ya están hartos de la corrupción y la ineficiencia gubernamental.
Si por las prisas que el Presidente Peña Nieto, que impuso al congreso 100 días para aprobarla, generamos con esta reforma un mercado sin regulaciones, ni supervisión, estaremos propiciando una mayor debilidad del estado.
Estaremos condenando al país a sufrir un capitalismo salvaje, que haga trizas el orden político ya de por sí debilitado.
El estado será incapaz de gobernarse así mismo.
En efecto, en mi caso no suscribí la Iniciativa Energética, mis razones fueron tanto por el contenido, como por la estrategia para presentarla.
Sostengo que no hay en ninguna de las plataformas presidenciales, ni en los documentos básicos del PAN, pasando por el discurso de don Manuel Gómez Morín en contra de la expropiación petrolera que ya fue citado, que plantee regresar el petróleo a los extranjeros por la vía de los Contratos de Explotación Directa.
Este silencio en el pensamiento de Acción Nacional no fue un olvido, sino una decisión deliberada que surgió de una virtud humana y política, la contención.
Cuando la razón prevé las consecuencias que puede traer una decisión, pondera el bien probable ante el mal posible.
El proyecto de reforma energética nada propone para erradicar la corrupción, incluso se terminó cediendo en el dictamen la autonomía de los órganos reguladores.
No obstante que en la exposición de Motivos se asentó con todas sus letras lo siguiente, me refiero a la iniciativa presentada por la bancada del PAN y que yo no pude suscribir.
“No podría entenderse una reforma como la que aspiramos y que la sociedad demanda, sin instituciones fuertes, independientes y autónomas”.
Los órganos reguladores que deben facilitar la competencia y las decisiones técnicas se mantienen en el ámbito del Ejecutivo.
Lo que se avista no es nada prometedor, no hay ninguna rectificación en la corrupción, más bien se diseñan estructuras nuevas para mantenerla, eso sí, con nuevos corruptores.
El dictamen establece licencias y estas son definidas.
Hay, en Derecho Administrativo la opinión extendida que no hay distinción técnica entre contrato administrativo, permiso o concesión.
Son figuras sinónimas; con tener un régimen de concesiones en esta materia, así se les llame licencias para permitir la exploración y explotación directa de los hidrocarburos no está en sintonía con la plataforma con la que competimos el año pasado.
Es falso que hayamos ofrecido reformar la Constitución para abrir al capital extranjero la exploración y explotación de los hidrocarburos.
Lo más que ofrecimos en la propuesta 106 del Capítulo de Energía, fue impulsar una reforma que permita la inversión complementaria a la pública, para que se puedan dar mayores inversiones en transporte, procesamiento, almacenamiento y distribución, tanto en la cadena de gas, como en los distintos petrolíferos. Cierro comillas.
Nunca se discutió, en los órganos del partido que autorizaron la plataforma, una apertura total en el  sector energético.
Con esta intervención agotaré todas mis intervenciones y he ofrecido a la Mesa Directiva que las reservas que haré no las vendré a  exponer, sino sólo se leerán.
Presidente: Le informo efectivamente a la Asamblea que en virtud de eso ha sido la  tolerancia con el Senador Javier Corral Jurado, porque lo comentó antes.
Prosiga usted con su intervención.
Senador Javier Corral Jurado: Nunca se discutió en los órganos del partido que autorizaron la plataforma, una apertura total en el sector energético.
Hubo de nueva cuenta una contención; la contención de mi partido para proponer la liberalización del petróleo me hace considerar que en esta hora debemos tomar el ejemplo de ayer, ser prudentes.
Un ex Presidente de Acción Nacional, Luis Felipe Bravo Mena, declaró que no apoyábamos la iniciativa del Presidente Zedillo en materia de energía, por el desenlace que tuvieron las privatizaciones salinistas, por la corrupción que las enlodó.
Por estos motivos no he compartido el apuro del Presidente de la República de sacar en fast-trak la legislación que nos ocupa.
La suma de mis prevenciones, tiene un solo nombre, prudencia, que según la tradición tomista es la virtud política por excelencia.
Por eso vuelvo a pedir a los integrantes del Senado que nos liberemos del marcador presidencial y le demos a nuestros trabajos legislativos el tiempo y la dignidad necesarios para acompasar la comunicación con la sociedad, para que no haya sombras de dudas en la utilidad de una verdadera Reforma Energética que sea celosa de la Rectoría Estatal construya órganos fuertes, adecuados, eficaces, establezca los candados necesarios para enfrentar con valor la corrupción institucional.
Señoras Senadoras, señores Senadores, dentro de las reglas que nos hemos dado los legisladores de Acción Nacional, que como partido democrático respeta la libertad de conciencia, manifiesto mi voto en contra de la Reforma en lo general.
No he sido presionado, y he tenido respeto a mi postura por algunos de mis compañeros de bancada.
Hago votos desde ahora, desde ahora mismo, para que no se cierren los cauces democráticos a la inconformidad social o a la impugnación por esta Reforma.
Las fibras que toca, dieron origen a una revolución que se concretó en un gran principio. El subsuelo es propiedad de la Nación.
No cometan el error de tratar de atajar con manipulaciones, amenazas, chantajes o intolerancias, las visiones diferentes. No den pie a los radicalismos que se vuelven violencia cuando el Estado toma decisiones a espaldas de la Nación.
Por su comprensión y atención, muchas gracias.
Presidente: Gracias, Senador Javier Corral Jurado.
A continuación se le concede el uso de la palabra al Senador Salvador Vega Casillas, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional para hablar en pro del Dictamen.
Senador Salvador Vega Casillas: Muchas gracias, Senador Presidente.
Vengo aquí a defender esta Reforma con la convicción de que tendrá un paso trascendental para un futuro mejor para México.
Y debemos y debo empezar reconociendo el gran servicio que Pemex y sus trabajadores han prestado a este país.
Esa es la razón por la cual estamos haciendo los cambios que permitan fortalecer a las empresas del Estado, hacerlas más competitivas, hacerlas más productivas y hacerlas más transparentes.-
Mucho se ha hablado también no sólo de los bienes que tiene Pemex y la Comisión Federal, también de sus males.
Muchos de estos males son producto del sistema que tenemos actualmente. Son los males de los monopolios del Estado.
Eso es algo que debemos de cambiar.
Es tiempo de dejar de manejar las empresas del Estado desde la política y desde la burocracia, es tiempo de darles la oportunidad de competir en condiciones ventajosas para el bien de México.
Esta Reforma también contempla un sistema de órganos reguladores fuertes y autónomos que nos permitan tener la seguridad de que la competencia se dará en igualdad de circunstancias y si abuso por parte de ninguna de las empresas competidoras.
Pero también lo más trascendental que tiene esta Reforma es la creación del Fondo Mexicano del Petróleo. Es tiempo ya de que los mexicanos reciban beneficios por esta riqueza petrolera que tenemos.
Por eso hemos propuesto que de este Fondo salgan pensiones para los mexicanos, que a la fecha no reciben nada directo de esta riqueza petrolera.
Por eso se destinarán recursos para la infraestructura que permita un mayor crecimiento para este país.
Por eso también se destinarán recursos para el capital humano y las becas universitarias.
Por eso también estamos invirtiendo en este Fondo recursos para tener un país basado su riqueza en el conocimiento y en la tecnología y no solamente en la explotación de sus recursos naturales que un día se terminarán o perderán su valor.
Eso es la parte más trascendental quizás de esta Reforma, el tener para los mexicanos del futuro un nuevo modelo de vida.
Por otro lado también lo que busca esta Reforma es la generación de empleos con combustibles más baratos que les permitan a las empresas mexicanas ser competitivas.
Cuando nosotros nos planteamos esta Reforma nos hicimos varias preguntas que queremos contestar aquí con esta Reforma. ¿Tenemos los mexicanos con toda la riqueza que hay en el subsuelo, gasolinas y combustibles más baratos? La respuesta es no.
¿Tienen los mexicanos en sus casas energía eléctrica más barata que otros países? La respuesta también es no.
¿Tenemos los mexicanos oportunidades de generación de empleos por energía a precios competitivos? La respuesta es no.
¿Reciben los mexicanos pensiones o apoyos directos por esta riqueza petrolera? La respuesta también es no.
¿Estamos invirtiendo en nuestros jóvenes en especialización y conocimiento? También la respuesta es no y no tenemos tampoco fertilizantes baratos porque los combustibles para producirlos son caros. Y la respuesta a todas estas preguntas nunca sería así con el actual modelo y eso lo sabemos todos.
Para eso es esta Reforma, para eso estamos haciendo uno de los cambios más trascendentales en el modelo energético y también en el futuro del país. Y sí tenemos prisa, porque es ahora o no será nunca.
Presidente: Gracias, Senador Salvador Vega Casillas.
A continuación se le concede el uso de la palabra al Senador Raúl Morón Orozco, del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, para hablar en contra del dictamen.
Senador Raúl Morón Orozco: Presidente, antes de iniciar si me pudiera contestar una pregunta. Hace cinco horas y dos minutos, a las 4:36 de la tarde el Senador Zoé hizo una solicitud a la presidencia en turno.
Entonces, ver si hay alguna respuesta, Presidente, para que se transmitiera en cadena nacional este debate. Son cinco horas y tres minutos ya.
Presidente: Le informo que se hizo, de inmediato se dio la indicación para ello y en este momento habremos de verificar el avance que lleva esa petición de ustedes. Con todo gusto.
Continúe en el uso de la palabra, señor Senador.
Senador Raúl Morón Orozco: Gracias, Presidente. Con su permiso.
Compañeras, compañeros Senadores, hoy discutimos una Reforma distinta de magnitud y trascendencia que de ser aprobada trastocaría la esencia del Estado mexicano, el pacto social que nos hemos dado se verían gravemente afectados, severamente se afectarían los intereses de la patria, los intereses de la nación.
Hay que dejar claro que no se trata sólo de una reforma más, se trata del golpe más duro y desastroso que el proyecto neoliberal puede asestar a las naciones en vías de desarrollo.
La privatización del petróleo es la madre de todas las privatizaciones. Se insiste en que la única vía para que el Estado sea eficiente es mutilar funciones que son parte de su esencia, como es procurar un orden social más justo, garantizar que los recursos naturales sirvan al interés público, preservar la soberanía nacional en sus diferentes dimensiones, incluida la energética.
Van más de tres décadas de reformas neoliberales y nos dicen que hace falta llevar el modelo hasta sus últimas consecuencias, para que el país pueda avanzar. Nos proponen intensificar una estrategia que fracasó, que no generó empleos ni bienestar  ni desarrollo, pero sí concentró la riqueza y permitió a unos pocos amasar fortunas descomunales, una estrategia que condena a millones a la exclusión y a la pobreza.
México es el país marcado por los oligopolios, los abusos, los precios excesivos, la corrupción, las desigualdades extremas, esa es la realidad a la que han abonado las privatizaciones que se han construido con la actitud privatizadora de muchas décadas, privatizar el petróleo implica explotación irracional, implica pérdida de seguridad energética, lo más grave, abrir la puerta al saqueo indiscriminado de la riqueza del país que es de todos los mexicanos, implica que un sector estratégico, el de mayor importancia por muchas razones, esté  controlado por las corporaciones extranjeras, que las prioridades estratégicas del país sean definidas por un mercado voraz. Esos son los verdaderos  riesgos que enfrentamos.
Les preocupa mucho la exploración en aguas profundas, aumentar las exportaciones, exprimir hasta lo último las reservas y obtener dinero fácilmente, sin tocar la injusticia, la injusta distribución de cargas fiscales, sin hacer nada por impulsar la reorientación productiva del país.
Lo que proponen en pocas palabras es el desmantelamiento de Petróleos Mexicanos, dejar el camino libre a los grandes oligopolios, el fondo del asunto es que se permite a manos privadas aprovecharse de un recurso vital que es y debe seguir siendo de todos los mexicanos.
Llámese como se llame, eso es privatizar nuestra empresa estratégica, es urgente cortar de tajo la corrupción que se ha enquistado en Petróleos Mexicanos y en muchos otros organismos, aquella que solaparon los gobiernos del PRI en su momento y también lo gobiernos de Acción Nacional.
Las reformas que plantean perpetúan la fórmula perversa de que el petróleo financia los gastos del gobierno y los quebrantos financieros que ustedes mismo han provocado.
Hoy nos proponen que unos cuantos decidan el destino nacional, que unos cuantos decidan el destino de nuestra patria, que unos cuantos decidan el destino de nuestra riqueza nacional. Pero en la democracia el voto popular no significa un cheque en blanco, ustedes saben que el camino privatizador es contrario al pensamiento y a la voluntad de la gran mayoría del pueblo de México y todos y cada uno de nosotros tendremos que rendir cuentas ante el juicio de la historia en todo el país y en los estados que representamos.
Yo soy de Michoacán y en Michoacán este tema es emblemático y los Senadores de Michoacán debiéramos estar preocupados por garantizar que la opinión de los michoacanos sea traída a esta tribuna.
Hoy se impone no la virtud, ni la altura de miras, ni el patriotismo, se impone el pragmatismo extremo, la visión más radical de un pensamiento económico que intenta cercenar a golpe de reformas la soberanía del país.
Hoy se impone la visión entreguista del patrimonio nacional. Ninguna disposición para escuchar la voz de los ciudadanos, ninguna voluntad para incrementar los canales democráticos, ninguna intención de resarcir el gran rezago en el que viven millones y millones de mexicanos y mexicanas.
Fue ignorada la propuesta del PRD para apuntalar una industria energética competitiva, con vocación nacionalista, responsable con el medio ambiente y con los derechos de las futuras generaciones.
Se negó el derecho constitucional a participar en los asuntos de trascendencia nacional, como es el tema que estamos discutiendo a través de la Consulta Popular.
Este proceso culmina tan mal como empezó.
Anunciaron en el extranjero lo que no se había discutido aún con los mexicanos, se gestaron acuerdos en lo obscuro, se pretendió distorsionar la historia y simular un debate público que no existió. Todo para tratar de legitimar una decisión que se tomó en otro lado, no aquí en esta representación popular, no aquí en el Senado de la República.
Que quede claro para el juicio de la historia, el gobierno de Enrique Peña Nieto, con sus aliados, comprometió la riqueza petrolera nacional en detrimento el bienestar y el futuro de los mexicanos.
Hoy, compañeras y compañeros, se requiere del patriotismo de cada uno de nosotros para la conservación del patrimonio nacional.
Los mexicanos no se dejarán engañar.
La última palabra la van a tener los ciudadanos y los Senadores, los representantes populares progresistas estaremos de lado del pueblo de México, estaremos de lado de nuestra patria, estaremos del lado de nuestra historia y de nuestra memoria histórica.
Por su atención, muchas gracias y gracias por la tolerancia.
Presidente: Gracias, Senador Raúl Morón Orozco.
A continuación se le concede el uso de la palaba al Senador Pablo Escudero Morales, del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, para hablar en pro del dictamen.
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