Las obras del Gobierno federal son pocas, caras y oscuras, el Programa Nacional de Infraestructura es la espina dorsal de la corrupción en México y una catástrofe administrativa, sostuvo el senador Luis Humberto Fernández Fuentes.

“La infraestructura es un eje de la corrupción política, de los gigantescos recursos que se expolian, un porcentaje importante se destina al financiamiento de campañas políticas; hay un puente sólido entre las empresas, el bloque gobernante y las elecciones”, afirmó.

El legislador del bloque PT-Morena señaló que los dolorosos hechos derivados de los homicidios por corrupción en el socavón del Paso Exprés muestran el desastre de impunidad y de daños para la nación que representan los contratos para la construcción de infraestructura.

“La realidad es que el Programa Nacional de Infraestructura es la espina dorsal de la corrupción en México y una catástrofe administrativa. De los 223 proyectos que incluye, al 2016 menos de la tercera parte se encontraba concluido, 61 proyectos tenían menos del 10% de avance y en un 38% no había definido su proceso de contratación”, dijo.

El modus operandi es visible, agregó, se asignan contratos en procesos sospechosos, se dan grandes anticipos, luego se hacen ampliaciones de contratos que no tienen racionalidad económica.

“Es aquí donde se dan las irregularidades más grandes y cínicas. Prácticamente todos los contratos otorgados por la SCT han sufrido modificaciones, ampliando montos y términos de entrega, sin que la Secretaría haga válidas las fianzas que la ley obliga para proteger al Estado de estos daños”, expuso.

Como ejemplo explicó que la autopista Jala Compostela pasó de 539 mdp a más de mil millones de pesos; o la Carretera Atizapán-Atlacomulco fue adjudicada en el 2014, con incrementos en el costo de ejecución, sin que existan avances sensibles en su construcción.

Fernández Fuentes destacó que esto no es un secreto, pues la Auditoría Superior de la Federación ha advertido que los principales proyectos infraestructura realizados por diversas entidades fiscalizadas tuvieron modificaciones recurrentes respecto de las previsiones originales que generaron incrementos importantes en el monto de inversión y prorrogas en el plazo de contratación, ejecución y puesta en operación.

“La corrupción y la ineficiencia tienen terribles consecuencias para todos los mexicanos: distorsionan la democracia y tensionan la gobernabilidad, pero también tienen un impacto en la competitividad, las economías regionales y las finanzas nacionales. Con los sobrepagos realizados alcanza para realizar casi el doble de la obra contratada o para financiar otros proyectos que detonarían el desarrollo nacional”, dijo.

Lamentablemente, frente a este daño brutal, añadió, la complacencia o la condescendencia del Presidente es absoluta, una mirada cercana a los intereses y alejada del interés nacional; y “la pregunta que subyace es si el próximo Duarte despacha hoy por el rumbo de Eje Central”.