La Comisión Permanente condenó enérgicamente el trato “indigno y discriminatorio” que recibió el presidente de Bolivia, Evo Morales, por parte de diversos gobiernos europeos.
Asimismo, se solidarizó con los pueblos y naciones del Estado Boliviano e hizo eco de la indignación expresada por las naciones latinoamericanas sobre este caso.
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