Número-324

  • Plantean modificar Ley de Hidrocarburos para que los precios de gasolina y diésel se determinen bajo las condiciones de mercados.
  • La propuesta se turnó a las comisiones unidas de Energía y de Estudios Legislativos, Primera.

Con el aval del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, el senador Francisco Búrquez Valenzuela, propuso modificar el artículo Décimo Cuarto Transitorio de la Ley de Hidrocarburos, con relación a la fijación de los precios máximos de gasolina y diésel.
Explicó que existen condiciones legales para que el gobierno federal ajuste el precio de las gasolinas como lo hacen los mercados internacionales, por lo que la iniciativa propone que “el gobierno federal saque las manos de la política de precios y del manejo de los combustibles”, para que estos se determinen bajo condiciones de mercado a partir del 1 de enero de 2016.
Los ciudadanos quieren el dinero en su bolsillo no en el del gobierno ni en el de los políticos, aseguró.
Para ello, propuso adelantar la determinación del precio de la gasolina y el diésel para que a partir del 1 de enero de 2016 los precios sean bajos y se determinen bajo condiciones de mercado. No hacerlo sería muy grave para el país, ya que se estaría siendo irresponsables y omisos para enfrentar la crisis de petroprecios y el fortalecimiento del dólar en el mercado mundial, expuso.
En este contexto, el legislador advirtió que de continuar con la mala política de precios, se continuará ocasionando una presión inflacionaria de efectos inmediatos para el bolsillo de todos los consumidores, principalmente para los grupos más vulnerables.
Desde la tribuna, Búrquez Valenzuela no omitió mencionar que las gasolineras de Pemex no expenden litros completos, y que a pesar de ser del conocimiento público “no pasa nada”. A esto se le ha llamado “el robo del siglo”.
Explicó que la determinación de los precios de gasolina y el diésel en Estados Unidos responde a un sistema competitivo, por lo que, ante un colapso en los petroprecios su ajuste es automático. Actualmente, agregó, Estados Unidos compra petróleo y exporta gasolina como nunca y, su moneda es más fuerte también.
Asimismo, detalló que en los Criterios Generales de la Política Económica de 2015, se estableció que a partir de 2015 se adoptará un esquema transitorio de precios máximos al público para gasolinas y diésel; que en el periodo 2015-2017 los precios máximos aumentarán de manera consistente con la inflación esperada, y que a partir de 2018, se adoptará un régimen de precios libres, que reflejarán las condiciones de mercado.
El senador panista también precisó que, para este ejercicio fiscal, la política de precios y tarifas de los bienes y servicios que ofrecen los organismos y empresas del sector público federal se definirá tomando en cuenta criterios como la relación precio-costo, los precios de referencia nacional e internacional y la tasa de inflación.
Aunado a esto, para evitar impactos abruptos en los niveles de inflación, los ajustes a los precios y tarifas que se apliquen serán periódicos y graduales, y la regulación de precios máximos de las gasolinas, del diésel y del gas LP se delinea en la Ley de Hidrocarburos, de forma que los ajustes de estos precios sean congruentes con la evolución de la inflación y de la dinámica de precios en los mercados internacionales.
Todos esperan “con buena fe” el devenir de esta reforma histórica para México. Sin embargo, enfatizó, esa “buena fe” parece no existir, pues la Ley de Hidrocarburos establece que a partir de enero de 2015, los precios de la gasolina y diésel se ajustarán únicamente al inicio del año, de acuerdo con la expectativa de inflación y se mantendrán constantes durante el resto del año.
Por esto, el 1 de enero se incrementó el costo de la gasolina en un precio más alto que el del año pasado, lo que se traduce, al igual que la reforma fiscal, en un impacto directo en los bolsillos de las familias mexicanas y de los emprendedores.
Agregó que México importa la mitad de la gasolina desde Estados Unidos, cuyo litro cuesta el doble de lo que cuesta en esa nación, por lo que dicho incremento en los precios de los combustibles es injustificable, argumentó.
Asimismo, subrayó que el gobierno deja de ganar con Pemex lo que obtiene con el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, IEPS. En enero de 2015, de acuerdo con el informe mensual publicado por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, el ingreso del gobierno federal por gasolinas y diésel significó 24 mil 137.6 millones de pesos, un crecimiento mayor de 500 por ciento respecto al año 2014, de tal forma que el gobierno tiene mayores ingresos gracias a la caída del petróleo.
Tomando en cuenta esto, representaría ingresos aproximados para la federación por 290 mil millones de pesos para este año, los cuales serán sustraídos directamente del bolsillo de las familias y los emprendedores del país, impactando negativamente en el desarrollo del mercado interno, finalizó.
La propuesta se turnó a las comisiones unidas de Gobernación y de Estudios Legislativos, Primera.

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