Número-158

  • Pide restructurar gasto público para 2016 y realizar el Presupuesto de Egresos desde “base cero”.
  • Reducción del gasto aplicada por el gobierno federal fue una “medida política adecuada”, señala.

El Banco de México (Banxico) informó al Senado de la República que debido a un entorno externo menos favorable, a la disminución que ha registrado la plataforma de producción petrolera y a la debilidad que prevalece en algunos componentes de la demanda interna, se ajustaron a la baja las previsiones para el crecimiento del Producto Interno Bruto para ubicarlas entre 2.5 y 3.5 por ciento para este año.
Lo anterior, se explica en el informe que analiza la inflación, la evolución económica y el comportamiento de los indicadores económicos del país en el trimestre octubre-diciembre de 2014, que esa institución envió a los senadores para su análisis.
En el documento, se precisa que Banxico tenía previsto un crecimiento del PIB para este año de entre 3 y 4 por ciento; sin embargo decidió ajustarlo a la baja a causa del deterioro en el entorno externo y la evolución de los mercados financieros en México y la caída significativa de los precios del petróleo.
Asimismo, se subraya que en dicha situación hizo evidente que era necesario un eventual ajuste en la postura macroeconómica en el país, por ello, el gobierno federal decidió ajustar de manera preventiva la política fiscal, a través de una importante reducción en el gasto público de 2015; acción que el banco central calificó como “una medida política adecuada”.
Este ajuste, junto con otras medidas de responsabilidad fiscal anunciadas, contribuirá a evitar un deterioro en la confianza de hogares, empresas e inversionistas y fortalecerá las condiciones para hacer frente al entorno externo, se indica en el informe.
Para Banxico el ajuste fiscal, acompañado de una postura monetaria congruente con la convergencia de la inflación, “fortalecen los fundamentos de la economía mexicana y contribuyen a generar un entorno propicio para mayor crecimiento con inflación baja”.
Del mismo modo, considera que este cambio facilitará la transición de la economía mexicana a una nueva circunstancia externa y ayudará a evitar una posible situación de astringencia financiera, derivada de dudas en torno a la sostenibilidad de la deuda pública y de las cuentas externas.
Por otro lado, esta institución financiera estima que en 2015 se registren déficits en la balanza comercial de 6 mil millones de dólares y en la cuenta corriente de 28.7 mil millones de dólares; además de que se revisan a la baja las previsiones para el crecimiento en el número de trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Del mismo modo, anticipa que la inflación se mantenga en 3 por ciento durante los próximos meses y que cierre el año ligeramente por debajo de dicho nivel.
El Banco de México señala que para hacer frente a la compleja coyuntura externa es indispensable preservar la estabilidad macroeconómica, y ello depende en buena medida de asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, consolidar un entorno de inflación a la baja y mantener la estabilidad del sistema financiero.
En este sentido, hizo énfasis en que es necesaria una reingeniería del gasto para 2016, por lo que para el proceso de elaboración del Presupuesto de Egresos del siguiente año se prevé una revisión integral de la estructura del gasto público, de modo que en su planeación deje de hacerse de manera inercial y en ese año parta de una “base cero”.
Indicó que el presupuesto “base cero” consistirá en evaluar cada uno de los renglones del gasto, partiendo siempre de cero; es decir, se elaborará como si fuera el primer presupuesto que realiza el gobierno, donde se evaluará y justificará el monto y necesidad de cada rubro.
De esta manera, la elaboración del presupuesto se basará fundamentalmente en las necesidades reales de las erogaciones para el año siguiente, sin utilizar referencias de los años anteriores, lo que implicaría una reingeniería del gasto público.
Esta medida, se considera en el documento, es una oportunidad para corregir la inercia que lleva a que exista una baja flexibilidad en la planeación de Presupuesto, debido al alto nivel de gasto destinado a las erogaciones regularizables, como los servicios personales y el gasto de operación de los organismos y empresas públicas.
Con ello, se buscará eliminar duplicidad en funciones, estructuras y priorizar los proyectos de inversión con mayor impacto social y económico, se puntualiza.
El documento se remitió a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

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