La nueva Ley General de Aguas deberá ser un instrumento jurídico moderno, competitivo, cuidadoso, sustentable, que una y cohesione a los mexicanos, afirmó el senador Aarón Irízar López, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos.

La nueva Ley de Aguas Nacionales no debe dividir a los mexicanos, y la mejor opción es escuchar al sector productivo, al sector empresarial, a los usuarios, a las familias, a los consumidores, de tal manera que recogiendo sus reflexiones podamos hacer el nuevo documento que tenemos como reto construir en el próximo periodo de sesiones”, mencionó.

Acompañado de los senadores Patricio Martínez y Humberto Mayans, Irizar López inauguró el panel “Reflexión hacia una nueva Ley General de Aguas” y consideró que los legisladores están conscientes que esta ley debe ser una prioridad para impulsarla en septiembre próximo, ante la problemática que enfrenta el vital líquido en el mundo y en México.

“Nosotros vemos como una urgencia construir este nuevo marco jurídico y en esa actitud está el Senado, en una visión incluyente de escuchar a todas las voces de todos los mexicanos porque este nuevo documento no es de izquierda, no es de derecha, no es del centro; el nuevo documento tiene que ser para beneficio de los mexicanos”, apuntó.

En este sentido, el senador por el estado de Sinaloa se comprometió a que en la construcción de este nuevo marco jurídico se alejarán de la coyuntura política para sacar una legislación que beneficie a nuestro país tras alertar que la problemática del agua ha evolucionado en los últimos años.

Por su parte el titular de la Conagua, Roberto Ramírez de la Parra, consideró que la nueva ley debe tener elementos fundamentales como la creación de políticas para fomentar la cultura de cuidado del agua en todos los usos; además ésta, dijo, no debe ser una ley privatizadora, la administración de las aguas debe seguir teniéndola el Estado.

Agregó que se  debe evitar el uso mercantil del agua y deberá contener los mecanismos para evitar la sobreexplotación de los acuíferos, además de tomar en cuenta los usos agropecuarios como uno de los grandes usos del agua en este país,  pues el 78 por ciento del vital líquido que hay en México se usa para este fin, indicó.