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l'eda

1202.2018

1Secd6n

La falacia

de

AMLO

(vs

Jesús

Silva-

Herzog)

E

n lógica, se llama argu–

mento

ad hominem

a un

tipo de falacia (argumento

que por su forma o contenido no

alcanza para sostener una tesis)

consistente en negar una

afirma–

ción, argumentando quién es el

emisor de la

misma.

Para utilizar

esta

falacia

se

intenta desacredi–

tar a la persona que defiende una

postura señalandouna

caracte–

rística o creencia impopular de

ella.

La

falacia

ad

hominem

se es–

tructUra

así:

A

afirma

B;

hay algo

cuestionable (o que se pretende

cuestionar) acercade

A;

por lo

tanto,

B

es falso.

El

método retórico es pode–

roso, común ywlgarpara con–

vencer a quienes se mueven por

sentimientos y no por razones

lógicas. Se atacan, así, no losar–

gumentos propiamente dichos,

sino al hombre que los produce

y,

más

concretamente, su origen,

raza, educación,

estarus

social,

:alvador~

NC111a

Gomar

pasado, moral, familia, situación

económica, etcétera. Esto hizo

AndrésManuel

López

Obrador

con Jesús Silva-HerzogMárquez.

Debo decir, primero, que so–

mos muchos quienes conside–

ramos a Silva-Herzog, por lo

que hace al análisis político, el

intelectual más sólido de mi ge–

neración. Hombremesurado en

las formas y agudo, objetivoe in–

formado en

la

crítica, analiza con

profundidad a todos por igual.

Hay

que aclarar, también, que

López

Obrador es muchas cosas,

pero

no un intelectUal

ni

hombre

que

se

c1i.st

:inga

por

la

profundi–

dadde su razonamiento y

argu–

mentación. Que el tabasqueño

descalifique al profesor por sus

consideraciones analíticas es un

despropósito

sin

proporción.

Por desgracia no me refiero a

ideas que se contraponen, sino

a

la

incapacidad del punteroen

las encuestas para confrontar

razonamientos, ofrecer argumen–

tos, plantear cuestionamientos,

señalar rutas,

dialogar

o

disen–

tir.

Peor: AMLO

abusa de su

influencia y conbajeza intentó

descalificar a un editorialista

sencillamente porque no legustó

loque escribió de

éL

Intolerante

frente a

la

frustración que pro–

duce

la

crítica, el políticovuelve

a darmuestras preocupantes de

intransigencia antidemocrática.

Silva-Herzoglo retrató, no lo

calificó. Esalbió con razón que

Morena ha recibido en

S1J.S

filas

a

personas

a

las

que antes consi–

deraba deshonestas, corruptas,

partede la mafiadel podery

merecedores de su cantaletade

siempre, y mencionó,

creo

que

con acierto, que eso los aseme–

jabaal pragmatismo priista criti–

cado porAndrés Manuel.

Ante el artículo,

López

obrador

dijo que Silva-Herzog

se

volvió

"fifi";

y respondió al calificativo

de oportunista, diciendo que

siempre ha luchado por ideales

y principios, no por cargos:

"Él

está

equivocadoporque viene

de una familia

liberal

y

él

es

un

conservador, aunque en aparien–

cia

se

muestra comoprogresista,

es

un

fresa",

dijo

el aspirante a

estadista,

yendo a

la

wlgar

des–

calificación

personal

de quien lo

cuestiona, desde

la

retórica de

unamoral propiaque enardece

a sus seguidores y ahí, falta a la

Éticade su responsabilidad como

líder: polarizaentre quienes quie-

~ El

Financiero

ren el cambio (encabezado por

él)

y el

resto:

la

mafiadel poder,

compuesta por

fresas

o

fiffs.

Tuiteó: "Hace tiempoqueJe–

sús

Silva-HerzogMárquez me

cuestiona con conjeturas de toda

índole. Hoy, enel periódico

Re–

fonna,

me acusa

sin

motivo de

oportunista. Nimodo, son tiem–

pos de enfrentara

la

mafia

del

po–

der, a sus secuaces y

articulistas

conservadores con apariencia de

liberales".

"Conjetura" es

un

juicioa partir

de indicios o datos incompletos,

y

los hechos a

partir

de los cuales

el profesor

analiza las

acciones

deMorena sonpúblicay sobra–

damente conocidos. Huelgadecir

que si

se

lee laobra y opinión del

politólogo, desde un punto de

vista

académico, no aparecen

conjeturas.

La

independencia de JSHMes

flor

escasa.

No

se

rinde

ni

aco–

moda al poder o grupoalguno.

Cualquiera de quienes lo leemos

sabemosque es absurdo incluirlo

en la categoría obradorista de "la

mafiadel poder", lo mismo que

llamarle conservador.

El

mundo al revés: en ténninos

intelecruales, la pobrezadel

más

conservador de nuestros políticos

(no hayevolución

en

sus pos–

tulados desde hace más de dos

décadas) resulta irrisoria para

calificar,justamente de conserva–

dor, a

un

intelectual

hberal (ese

calificativo lo extraigo de sus lec–

turas, node supersona).

Coincidocon el tuit deSilva

Herzogylo hago propio:

"'jalá

aceptara

alguna

vez, don @lope–

zobrador_que la discrepancia no

es inmoralidad. Criticarlo a usted

no es entregarse a la mafia. Si no

aceptamos que hay razones para

el desacuerdo, el diálogo no tiene

sentido".