Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL


altEspecialistas se pronunciaron por concrete la reforma energética y plantearon la integración del Estado con empresas privadas y grupos sociales --con figuras como las cooperativas--, a fin de salvaguardar temas de seguridad nacional, como la soberanía en  el abasto de combustibles y la autosuficiencia alimentaria.
Maurizio Covarrubias Piffer, presidente de la Asociación Nacional de Comercializadores de Fertilizantes, estimó que se debe dar prioridad a la disponibilidad de gas natural para la industria de fertilizante, pues ello permitirá garantizar el abasto de alimentos.
Al exponer el tema “Energía e inversión privada”, en el foro que sobre las diversas iniciativas en materia energética se han presentado en el Senado, explicó  que los fertilizantes se fabrican a partir de petroquímicos, como la urea, fosfatos y amoniaco; sin embargo, este sector registra una severa debacle debido la desaparición de Fertimex, a finales de la década de los noventa.
Lo anterior ha derivado en el aumento de importación en altos precios  de productos como la urea, particularmente de Estados Unidos, no obstante que en México se contaba con la suficiente capacidad para su producción.
Por ello, subrayó, “generar las bases para reintegrar la industria nacional será el verdadero reto de la reforma en este renglón, es la parte fundamental que hay que anotar… Si no se generan las bases para que la industria se integre en forma mixta,  esta industria --de los fertilizantes--  va a desaparecer”.
Destacó que el fertilizante ha sido plenamente financiado por el sector privado, con enormes inversiones en terminales portuarias, almacenes de distribución, bodegas de venta al detalle, etcétera.
Opinó que de integrarse esta industria secundaria dentro de la reforma energética, para la elaboración de fertilizantes,  se lograrán beneficios como  alimentos más nutritivos;  mejora sustancial de los ingresos del agricultor y ello coadyuvará a la disminución de la migración, una agricultura más rentable de largo plazo y, sobre todo, alcanzar autosuficiencia alimentaria.
No podemos permitir que el alimento venga de fuera, pues al menos un porcentaje de nuestro fertilizante debe hacerse en el país y esto sólo lo vamos a lograr si se generan estas bases”, concluyó.
Manuel Barquín Álvarez, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,  propuso la integración, para la producción y autoconsumo, de figuras como las cooperativas.
Explicó que la crisis del modelo de industria eléctrica  deriva de un sistema centralizado con tarifas altas, pese a los subsidios existentes, con una creciente participación de particulares para proporcionar energía eléctrica a la población que pueda pagarla,  dejándose a empresa pública el control de la red nacional interconectada, la operación de las grandes presas hidroeléctricas, macro proyectos con impacto nacional y la provisión del servicio a los consumidores de bajos ingresos.
“México tiene una tradición milenaria en organizaciones colectivas y acción comunitaria, que no se ha utilizado en la industria eléctrica para el auto consumo y la pequeña producción: Ejidos, comunidades y cooperativas, permitirían que núcleos importantes de la población fueran autosuficientes, cuando no incluso pudiera participar en mayor o menor medida en la generación de energía, por medio de recursos renovables, fundamentalmente a través de la energía eléctrica, la solar y la mini hidráulica”, aseveró.
Indicó que para alcanzar el éxito de este sistema, el Estado debe intervenir  en la a inversión inicial y mantenimiento, lográndose con ello beneficios por partida doble.
“Por una parte, se evitaría el pago de tarifas por parte de los miembros de la comunidad u organización, cuando no incluso podrían procurarse recursos adicionales para por la venta de los excedentes a la red y, por otra, las comunidades y cooperativas, dejarían de gravitar en la generación de energía con base en la quema de hidrocarburos, lo que aumentaría nuestra provisión de hidrocarburos”.
Adicionalmente, enfatizó,  estos esquemas podrían contribuir a que el gasto social no fuera meramente asistencial e improductivo, pues fomentará  una actitud proactiva, en vez de una dependencia pasiva de la población.
La urgencia de una reforma energética fue abordada por Alfredo Elías Ayub, ex director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), al advertir que México va ya tarde en la reforma energética, pues se enfrenta un proceso real de desabasto, altos precios “y una riesgosa dependencia de los mercados externos”.
“Hay que decir con toda claridad: la necesidad de una reforma se ha convertido en un asunto de seguridad nacional, entendida en la importante vertiente de seguridad energética”, aseguró.
De ahí, refrendó, la necesidad de tomar decisiones que permitan asegurar el abasto de energía con certidumbre, suficiencia, oportunidad y precios competitivos, al tiempo de sugerir las características que debe tener la reforma energética, para alcanzar éxito:
1.-Debe ser gradual, a fin de proporcionar los tiempos de maduración a cada paso
2.-Habrá de fomentar la competencia, en beneficio de los consumidores
3.-Es necesario mantener y reforzar el exitoso sistema de planeación de largo plazo registrado en el sector eléctrico en su esquema de cogeneración con la IP, a fin de garantizar el abasto
4.- Es indispensable fortalecer “de manera muy importante” a los órganos reguladores, especialmente a la Comisión Reguladora de Energía.
Por su parte, Víctor Figueroa Aeyon, presidente del Comité Ejecutivo de la Asociación de Distribuidores de Gas del Interior, apuntó que la participación de la industria secundaria dentro de la reforma energética, representaría otros beneficios sociales como el apoyo a la salud.
Esto, argumentó, porque una mayor competencia permitiría abaratar costos y tener la posibilidad de trasladar combustibles como el gas a comunidades en pobreza, donde actualmente se consume leña que es causa de enfermedades como tuberculosis, efisema pulmonar, cataratas y bajo peso al nacer, entre otras.
“En los últimos años que el uso de la leña ha llegado a ser de las primeras causas de muerte para la población mexicana. Tenemos muchas enfermedades asociadas por la emisión de partículas sólidas en ambientes cerrados y, desde luego, lo más triste de la situación es que son precisamente las madres y los niños, que están presentes en ese lugar donde se está haciendo esta cocción de alimentos, quienes más se perjudican en su salud”, destacó al referirse al incremento del consumo de leña en zonas rurales.
Bajo estos argumentos, propuso la focalización del subsidio tanto en gas como gasolinas, basándose en “un censo especial para las personas que están en esa necesidad  y que se les pueda dar el apoyo, podría lograr efectos positivos importantes, por un lado,  desde luego, evitar esta cifra que les estoy enseñando en la quema de la leña, pero también por otro lado, un ahorro importante para el subsidio que se está pagando”.
Ello, concluyó,, tendría otro efecto positivo, liberar los precios “que puede ser algo importante para nosotros como industria, para los usuarios que puedan empezar a pagar ya y que tengan esa capacidad para pagar precios de mercado y sin  desproteger, desde luego, a los usuarios con menor poder adquisitivo”.
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