* Versión del discurso del presidente del Senado de la República, Ernesto Cordero Arroyo, durante la Segunda Jornada de análisis y reflexión: “El Sistema General para la Garantía de Derechos y los Sistemas de Asistencia Social y Protección Especial de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia: Diferencias e interacciones”


Muy buenos días a todos. Me da mucho gusto estar con ustedes, me da mucho gusto que en el Senado de la República se siga trabajando y se siga hablando de los temas importantes, de las cosas que importan y me da mucho gusto que así sea; para eso existen los parlamentos y los congresos y estamos haciendo un muy buen trabajo.

Quiero saludar a todos nuestros distinguidos invitados el día de hoy. A nuestro amigo Javier Álvarez, representante de la UNICEF; a mis compañeros y compañeras diputadas, diputados, senadores. Con mucho cariño, a la senadora Martha Elena García, presidenta de la Comisión Especial de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia.

Y, bueno, mencionar muy brevemente que en el Senado de la República, como lo mencioné, estamos muy conscientes de que se deben tomar acciones prioritarias en los temas relacionados con la niñez y la adolescencia para poder garantizar el ejercicio pleno del interés superior de la niñez, así como los principios fundamentales previstos en nuestra Carta Magna y en los instrumentos suscritos por el Estado mexicano y el acuerdo legislativo rumbo a una legislación integral para promover y garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes, el cual fue suscrito el pasado 19 de marzo del presente año en esta institución.

Es de reconocerse el trabajo conjunto que realizaron las colegisladoras, la Cámara de Diputados y el Senado, para consolidar esta segunda jornada de los trabajos para garantizar los derechos, la  asistencia social, así como la protección especial para nuestras niñas y para nuestros niños.

Cabe destacar que aquí en el Senado legislamos para garantizar los derechos de la salud, a una educación de calidad, el derecho a participar a través de las libertades de pensamiento, conciencia, religión, expresión y la reunión de los niños y niñas adolescentes, así como sus derechos a opinar, a ser escuchados y, por supuesto, estar informados.

Nuevamente, les doy la más cordial bienvenida; ésta es su casa y reitero que el Senado de la República siempre está abierto a las mejores causas como es la causa de las niñas, los niños y los adolescentes.

Enhorabuena, muchas felicidades, están en su casa.

Gracias.

 

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