PALABRAS DE LA SENADORA NINFA SALINAS SADA EN LA SESIÓN 4: LEGISLACIÓN PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO, UNA ECONOMÍA VERDE Y ADMINISTRACIÓN DEL AGUA PARA EL DESARROLLO INDUSTRIAL, LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA GENERACIÓN DE ENERGÍA EN EL IV FORO DE PRESIDENTES DE PARLAMENTOSDE LOS PAÍSES MIEMBROS DEL G-20EN LA CASONA DE XICOTÉNCATL
 

 

Distinguidos Ponentes y colegas del G20,

 

Buenos días,

 

Es un honor para mí dirigirme ante ustedes en este foro tan necesario para promover y compartir puntos de vista sobre, quizás, el problema más grande que enfrenta la humanidad hoy en día: el cambio climático. Este problema que compartimos todos los países del mundo, desarrollados o en vías de desarrollo, no debe ser sólo enfrentado de manera conjunta por los poderes ejecutivos, sino también por los congresos y parlamentos. Somos nosotros quienes portamos las voces de nuestros ciudadanos, quienes, cada vez más,  levantan sus voces para exigirnos que trabajemos a favor de nuestro debilitado medio ambiente.
 
 

El planeta no espera. Los impactos negativos del calentamiento global están en cada rincón del mundo: deshielo de los polos, inundaciones, sequías, heladas tempranas, pérdidas de cosechas, altos precios de los alimentos, hambrunas, desplazamiento de poblaciones afectadas… la lista es larga, cruel y vergonzosa.

 

No podemos darnos el lujo de hacer pausas ni de demorar la acción conjunta. Es por eso que aquí, a los representantes parlamentarios del Grupo de los 20 les digo: “Las soluciones no son fáciles, pero están a nuestro alcance”. Y sin embargo, los escasos avances en las negociaciones parecieran indicar que tenemos más temor de las medidas que debemos implementar, que del cambio climático mismo.
 
 

El año pasado la COP 18, sorprendió al mundo con la llamada “Puerta Climática de Doha” que autoriza otra prorroga más, ahora de 8 años para el cumplimiento de los compromisos plasmados en el Protocolo de Kioto. De no haber sido por esa salida, Kioto habría expirado a finales del 2012. Si, se sigue ampliando el único plan jurídicamente vinculante para combatir el calentamiento global.

 

Se debe cambiar esta dinámica, concentrémonos en lo que podemos hacer unidos. Afrontar el cambio climático genera oportunidades.

 

Ningún país puede, ni debe poner un freno a su crecimiento económico, parte de esto es entender que la ecología no va en contra de una economía sólida.

 

Es necesario hacer una transición hacia una economía verde a nivel mundial, en la cual se mejore la productividad económica y social cuidando el medio ambiente, h aciendo un mejor uso de los recursos mejorando la eficacia técnica, de gestión, sustituyendo las infraestructuras existentes por otras que no dañen al medio ambiente. Esto nos permitirá contribuir a la reducción de la pobreza y al desarrollo socioeconómico global.

 

Pero el cambio climático es mucho más que únicamente los gases de efecto invernadero. Existen un sin fin de acciones que se pueden tomar para combatir el cambio climático. La infraestructura verde, el desarrollo sostenible, la transición a energías renovables, entre otras, son algunas posibilidades que se deben de explotar.

 

Es necesario entender que entre los países del mundoexisten diferentes niveles de desarrollo económico y social. Es nuestra responsabilidad buscar cuales son las medidas que se deben tomar de acuerdo con las capacidades de cada país, y unirnos para aumentar la promoción del intercambio de conocimientos y de desarrollo de tecnologías favoreciendo una discusión que genere resultados a nivel global.
 
 

El año pasado durante la Presidencia de México en el G20 se desarrolló un interesante y enriquecedor dialogo público privado bajo el amparo del B20 (Business 20) y quisiera retomar algunas de las recomendaciones que generó el Grupo de trabajo sobre crecimiento Verde:
 
 
•Se debe hacer crecer las estructuras de financiamiento públicas y privadas para el crecimiento verde y la energía sustentable.
 •Facilitar la identificación y el intercambio de mejores prácticas en mitigación de riesgos y estructuras de financiamiento de coinversión para la inversión verde.
 •Es necesario que gobiernos e iniciat iva privada trabajen de la mano para crear una ambiente de políticas adecuado para el crecimiento verde que permita promover el libre comercio de bienes y servicios ecológicos; establecer un precio fijo para el carbono; finalizar los subsidios ineficientes para el combustible de fósiles; acelerar la innovación de bajo nivel de carbono y aumentar los esfuerzos para lograr financiamiento público para aprovechar la inversión privada.

 

Por su parte el grupo de trabajo sobre seguridad alimentaria señaló que los gobiernos deben crear un ambiente propicio para la inversión del sector privado al establecer marcos de trabajo e incentivos efectivos de política pública y al invertir en infraestructura y servicios esenciales que mejoren los medios de sustento de los pequeños agricultores. Asimismo, se debe promover la provisión de servicios financieros en áreas rurales de una diversa variedad de proveedores, incluyendo organizaciones agrícolas, instituciones de micro financiamiento y bancos comerciales.

 

Queda mucho por hacer; México está dispuesto a seguir haciendo su parte.

 

Somos el cuarto país con la mayor biodiversidad de todo el planeta. Entre el 10 y el 12 por ciento de las especies del mundo se encuentran dentro de nuestras fronteras, es decir, más de doscientas mil especies. Además contamos con más de 17 millones de hectáreas consideradas como Áreas Naturales Protegidas.
 
 

México es un país decidido a contribuir al esfuerzo global de reducir el calentamiento global.
 
 

Es por esto que nos enorgullece anunciarle al mundo que el pasado 2012 entró en vigor la Ley General sobre Cambio Climático, una ley que fortalece nuestro marco institucional y garantiza la continuidad de nuestros esfuerzos hacia un crecimiento sustentable.

 

Me permito hacer un breve recuento de lo que esta Ley General significa, en logros concretos:

 

1.  En primer lugar distribuye competencias específicas entre las autoridades de los tres órdenes de gobierno para el desarrollo de políticas y acciones específicas en este ámbito.


 

2.  Institucionaliza los instrumentos de gestión clave para consolidar la política en cambio climático: la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático; el Consejo Consultivo de Cambio Climático integrado por los sectores social, privado y académico; la Estrategia Nacional de Cambio Climático y el Programa Especial de Cambio Climático.

 

3.  Además establece la obligatoriedad de una Estrategia Nacional a corto y largo plazo. Además de establecer proyecciones de los periodos constitucionales que corresponden a las administraciones federales y estatales, se deben proyectar esfuerzos a 10, 20 y 40 años.

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4.  Crea una obligación y establece periodos concretos para la elaboración  del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero y de la integración del Registro Nacional de las mismas.

 

5.  Finalmente incluye un capítulo de instrumentos económicos (fiscales, financieros y de mercado) que generan la posibilidad de crear un sistema de comercio de emisiones con carácter voluntario, vinculado a los existentes en el ámbito internacional.
 
 

Es tiempo de compartir experiencias, aprendamos del camino andado y busquemos soluciones reales. Dejemos el discurso político del mañana, porque las exigencias requieren de una solución expedita.

 

Hagamos que nuestros países lleguen a Varsovia convencidos de que existe un equilibrio entre el desarrollo, el crecimiento económico y la conservación ambiental. Hoy más que nunca es urgente dar resultados concretos, tangibles y reales por lo que es inminente conjuntar las capacidades sociales y gubernamentales de nuestras naciones en vías de construir un proyecto de largo plazo.
 
 

Es tiempo de darle la espalda a la pobreza de voluntad política. Los resultados de la COP 15 en Copenhague, la COP 16 en Cancún, la 17 de Durban y la 18 de Doha por mencionar las más recientes, nos dejan claro que ya no podemos aplazar más lo inevitable. Es momento de decidir si queremos disfrutar de los beneficios de una decisión responsable o de lo contrario vivir la incertidumbre de la incongruencia y  pagar las consecuencias de nuestra irresponsabilidad compartida.
 
 

Pido que compartan en sus países de origen el llamado urgente que tenemos para actuar de manera responsable en beneficio de nuestros pueblos. Es nuestro compromiso con las futuras generaciones y no los podemos defraudar.
 
 

Muchas gracias.

 

 

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