MENSAJE DE MIGUEL BARBOSA HUERTA, PRESIDENTE DEL IBD, EN LA CENA EN HONOR PARA DELEGACIONES PARTICIPANTES EN EL IV FORO DE PRESIDENTES DE PARLAMENTOS DE LOS PAÍSES MIEMBROS DEL G20

Quiero ser también de los senadores que les dan la bienvenida a Jefes de Estado, a Presidentes de Parlamentos del G20, de las 20 economías más importantes del mundo.
¡Bienvenidos, todas y todos ustedes!
La raza mexicana es producto de una confluencia de lo que fueron los pueblos originales en América; de la gente que llegó de Europa, pero también se agregaron pueblos y razas africanas y asiáticas.
El producto es la Nación Mexicana, una Nación pluricultural, pluriétnica, que tiene pensamiento moderno, que se incorpora al concierto de naciones como una economía que compite, como una raza que se vincula y que quiere influir en las decisiones del mundo, para el bienestar y para el buen concierto de las naciones.
Lo maravilloso del ingenio del Pueblo Mexicano es, desde los sabores de su cocina, los sonidos de su música, la belleza de su arte, la arquitectura de sus construcciones.
Este patio, esta arcada proviene del Siglo XVIII y con este arte de tendencia barroca, es como se embellece lo que en siglos anteriores fue llamada, para México, para hoy México y para España, la Ciudad de los Palacios.
Bienvenidas todas ustedes, todos ustedes, a esta hermosa Ciudad y a esta Nación, con los brazos abiertos de esta raza mexicana.
El Estado Mexicano se ejerce a través de un poder republicano, representativo y popular. A través de Tres Poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Nuestro Poder Legislativo, los pares que somos frente a ustedes, se divide en dos Cámaras: los representantes de la Nación, los diputados y los representantes del Pacto Federal, nosotros, las senadoras y los senadores.
Esa es la estructura, esa es la arquitectura constitucional de México. Por cierto de México, porque el nombre oficial es Estados Unidos Mexicanos, pero en realidad se llama México.
Quiero referirme de manera obligada al momento político que estamos viviendo en este país. Es un momento en donde las fuerzas políticas están dialogando, estamos comprometidos con alcanzar acuerdos, reconociendo la diversidad, reconociendo la pluralidad.
Estamos construyendo un gran Pacto para bien de las mexicanas y de los mexicanos.
Tengan ustedes, representantes de 20 naciones, la certeza que en México hay una gran convicción por dialogar y por construir los mejores acuerdos para su pueblo.
Quiero felicitar a este Encuentro y, desde luego, esta espléndida velada, esta espléndida reunión.
Comentaba con mis compañeros, amigos de mesa, que aparte de ser una recepción a ustedes, observamos en esta reunión un fenómeno cultural muy interesante.
El escuchar los rumores de sus voces, de diversos idiomas, nos lleva a reflexionar sobre lo hermoso del lenguaje;  sobre lo hermoso del lenguaje de cada uno de ustedes, sobre la forma de comunicarnos y sobre la forma de enlazar a las naciones del mundo.
De verdad no es una dificultad tener que tener dos y tres traductores para encontrar la forma de comunicarnos.
Y les contaba ese hecho histórico de cuando llegan a tierras de América, que hoy son México, la gente del Reino de España y, desde luego, más allá de sus pretensiones, tenían que comunicarse.
Acá en tierras de México ya había un español, que había llegado una expedición, cuyas naves habían encallado en las costas mexicanas, en tus costas.
Y estaba alguien que ya hablaba el idioma maya. Pero requerían ir al Imperio que se asentaba aquí en el altiplano mexicano: con los Aztecas, que hablaban el Náhuatl.
Entonces los españoles ya encontraron a otro español, que hablaba español y hablaba maya, pero requerían de alguien que hablara Náhuatl. Y encontraron a La Malinche, a una mujer emblemática, estigmatizada por la historia de México.
Entonces la comunicación era de español a maya; de maya a náhuatl y al revés.
Así estamos viviendo esta enorme experiencia cultural con todas y todos ustedes.
Yo estoy cierto que los trabajos de este IV Encuentro de Jefes de Estado y Presidentes de Parlamentos de los países que integran el G20 ha sido un éxito.
Yo quiero felicitar a la Mesa Directiva de nuestro Senado;  a su Presidente, el Senador Ernesto Cordero, por llevar a cabo este evento.
Celebrar a las senadoras y senadores de nuestro Senado de la República, que estamos comprometidos por cumplir la función constitucional del órgano de Estado que representamos, que es mejorar la política exterior de nuestro país.
Y seremos nosotros los promotores del enlace de las naciones, de la hermandad de los pueblos y del mejoramiento permanente de las razas del mundo.
¡Bienvenidos!  Y yo deseo que su estancia en este país haya sido placentera, lo siga siendo y que pronto nos encontremos en este trayecto, que es la comunicación fácil, a través de los idiomas y a través de las tecnologías.
¡Bienvenidos!  Muchas gracias. Buen provecho.
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