Intervención de Leonardo Valdés Zurita, Presidente del IFE, en la presentación del libro “Elecciones y Política en América Latina 2009—2011.
 
Muy buenas tardes a todas y a todos.
 
Con la venia del Señor Presidente del Senado de la República.
 
Me es muy agradable poder participar en la presentación del libro que coordinó mi muy buen amigo, el doctor Manuel Alcántara.
 
Y que refleja, me parece, de espléndida manera el trabajo de un colectivo de académicos, la mayor parte de los países latinoamericanos, que con rigor científico, con objetividad y con dedicación, nos permiten acercarnos a información relevante acerca de las elecciones que se han desarrollado recientemente en nuestro Continente, pero también, acerca de las implicaciones políticas que esas elecciones presentan.
 
Señor Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente del Senado de la República.
 
Diputada Patricia Retamoza, Vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados. Gracias por acompañarnos.
 
Maestra Vanessa Rubio Márquez, Subsecretaria para América Latina y el Caribe, de la Secretaría de Relaciones Exteriores. También, mucho agradezco su participación.
 
Maestro Víctor Alarcón, Presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales.
 
Y, por supuesto, mi muy querido amigo, Manuel Alcántara, Catedrático de la Universidad de Salamanca.
 
Nos acompañan –y también a nombre del Instituto Federal Electoral les agradezco-, los Embajadores de Costa Rica, Chile y Ecuador, así como el Representante Permanente de la Organización de Estados Americanos, en nuestro país.
 
Y por supuesto, saludo con mucho agrado, la presencia de mis compañeros: el Consejero Electoral Lorenzo Córdova, y la Consejera Electoral María Marván.
 
La democracia, podemos concluir a partir de la lectura de este libro, llegó a América Latina para quedarse.
 
Al margen de las complejas situaciones económicas que han vivido nuestros Estados, y de la inseguridad que lamentablemente se registra en algunos países de la región, en América Latina se celebran con regularidad procesos electorales.
 
Así, América Latina vive un clima de normalidad democrática, en el cual los electores asisten a las urnas a ejercer su voto;  eligen entre diversas opciones políticas e ideológicas.
 
En algunos casos, deciden la continuidad de quienes detentan el poder político y, en otros casos, deciden la alternancia.
 
El libro Elecciones y Política en América Latina 2009—2011, muestra el estado de nuestras democracias, las condiciones de la competencia entre diversas fuerzas políticas; la evolución de sistemas de partidos complejos y, además, pone énfasis en los términos de la gobernabilidad democrática en nuestra región.
 
Con la independencia de la situación que se vive en cada nación, el arraigo de la democracia en América Latina, tiene consecuencias importantes.
 
Quizá la más importante –y ya la señalaba el Presidente del Senado-- es la destacada participación de la ciudadanía.
 
La competitividad y la competencia en la selección, la tendencia a la formación de coaliciones que trasciende en lo electoral, se convierten en coaliciones de gobierno, la alternancia de los gobiernos y la construcción de mecanismos institucionales, para resolver las diferencias, tanto en el acceso como en la distribución y el ejercicio del poder político.
 
La participación ciudadana transforma el sistema de partidos en América Latina.
 
Se extiende de la representación política, a formas de expresión de mandatos populares, a través de mecanismos de democracia directa, tanto en los países de Centroamérica, como en los países sudamericanos.
 
Hay un elemento además de la participación ciudadana en nuestras elecciones, que destaca en las investigaciones que nos presenta Manuel Alcántara en este libro.
 
Las mujeres van ganando espacios no solamente como participantes en los procesos electivos, sino también como candidatas y, en algunos casos, incluso, como gobernantes.
 
Hoy, la Presidencia de Argentina, la Presidencia de Brasil, y la Presidencia de Costa Rica, son ejercidas por mujeres, de destacada trayectoria política, en cada uno de sus países.
 
Frente a los desafíos que impone la existencia de gobiernos divididos, América Latina avanza por el camino de la segunda vuelta como una opción para construir mayorías.
 
Es, como bien señaló el Senador Cordero, una asignatura pendiente en nuestro país.
 
La experiencia latinoamericana nos demuestra que en aquellas situaciones en las que no existe y no puede existir el bipartidismo, la segunda vuelta se convierte en el mejor mecanismo para tomar decisiones que legitiman a los gobernantes y crean mejores condiciones de gobernabilidad.
 
En México, hemos venido construyendo un sistema plural de partidos en los que, por lo que se alcanza apreciar, no es posible vislumbrar una situación de bipartidismo.
 
Por eso, el sistema de mayoría simple que hoy tenemos en nuestro país, parece mostrar signos de agotamiento.
 
Sería necesario que los Órganos Legislativos, analizando la experiencia latinoamericano y entendiendo que en México el pluralismo llegó para quedarse, analicen la pertinencia de alguna fórmula de segunda vuelta.
 
Hay muchas fórmulas. En América Latina están vigentes varias de ellas, y en América Latina han servido para construir condiciones de gobernabilidad democrática.
 
En las recientes elecciones de Brasil, de Chile, de Colombia, de Guatemala y de Uruguay, se recurrió a la segunda vuelta y esto permitió que los ciudadanos, en términos muy claros, eligieran a sus gobernantes y les otorgaran un mandato preciso, respecto de sus periodos de gobierno.
 
Hoy, en nuestro país debemos recordar el Centenario de la Decena Trágica.
 
Más de dos décadas de haber concluido las últimas dictaduras en América Latina, resulta importante evaluar los avances de nuestra institucionalidad democrática.
 
Por supuesto que la democracia latinoamericana es perfectible.
 
Pero es importante entender que el transcurso y el trayecto histórico que hemos vivido no puede, no debe tener retroceso.
 
Es importante atender los pendientes, como lo señala Manuel Alcántara, acerca de la representación proporcional, de mecanismos ágiles de recuento de voto, de las situaciones de compra y coacción de voto, que lamentablemente todavía se presentan en algunas regiones latinoamericanas, y avanzar hacia una democracia de calidad, que anteponga la vigencia del Estado de Derecho, el ejercicio pleno de los derechos políticos y libertades civiles;  la participación ciudadana, la gobernabilidad, el desarrollo humano, la transparencia y la rendición de cuentas en México y en toda América Latina.
 
Estoy seguro que la obra que hoy presentamos, será de utilidad en la ruta intelectual, científica, pero también política, de análisis de estas cuestiones, para, con la colaboración de todos: ciudadanos, autoridades, legisladores y partidos políticos, construir mejores condiciones para el desarrollo de la vida democrática en nuestro país, y así colaborar a la consolidación democrática en toda América Latina.
 
Muchísimas gracias por su atención.
 
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