Versión estenográfica de las palabras del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, al recibir previo a la Sesión Solemne al Presidente de la República Argentina, Alberto Fernández.


Muchas gracias.

Bienvenido, ciudadano presidente Alberto Fernández. Señor canciller.

Señor presidente de la Cámara de Senadores, señores coordinadores de los grupos parlamentarios y coordinadores. Invitados especiales.

Muy buenas tardes, señor presidente de la República Argentina, don Alberto Fernández. Le extiendo la más cordial de las bienvenidas a la casa del Federalismo mexicano, y saludo a la comitiva que lo acompaña, así como al embajador, el señor Carlos Alfonso Tomada.

El día de hoy, durante la conferencia matutina en la que acompañó al presidente Andrés Manuel López Obrador, el presidente Fernández expresó que el futuro de Latinoamérica pasa por la unidad de los esfuerzos, algo con lo que coincidimos plenamente.

En efecto, con esta nueva relación binacional se abre una veta de esperanzas para América Latina: dos titulares del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández, convencidos de que América Latina unida saldrá adelante de esta pandemia y perseguirá un proyecto común con altitud de miras.

Dos jefes de Estado que heredan países azotados por el pasado. Dos líderes progresistas que se nutren de la historia y tienen su mirada puesta en el futuro con justicia social para sus pueblos.

Dos naciones que, gracias a estos liderazgos, sumarán sus capacidades para construir ciencia que sane y que fortalezca las capacidades de investigación, para crear bienestar para su población.

Una Argentina que reconoce en México un país de asilo, que abre sus puertas a las y los perseguidos del mundo.

Un México que abrió sus fuerzas, sus brazos, sus fronteras al hermano pueblo argentino, perseguido por la injusticia.

Mañana, ambos líderes estarán presentes en el homenaje al Plan de Iguala, el plan de independencia de nuestra América.

Pero, asimismo, la visita del presidente Fernández coincide con una fecha importante para la historia de su país, cuando el 23 de febrero de 1958, Arturo Frondizi fue electo presidente, en sustitución del dictador Pedro Aramburu.

No obstante, las dictaduras militares en Argentina se resistieron a darle paso a la democracia, y fue hasta 1982 cuando el pueblo, después de años de lucha, logró iniciar la construcción de las bases de una nación democrática.

Al igual que el pueblo argentino, las mexicanas y los mexicanos creemos en la democracia, y queremos el bienestar de la gente, por eso el cambio de régimen es uno de los ideales de la mayoría de nuestro país.

Este andar ha sido una larga travesía.

En el caso de México, fue hasta 2018 cuando pasamos a formar parte de los países latinoamericanos que gobiernos de izquierda los encabezan, momento en el que paradójicamente muchas otras naciones de la región dieron un giro hacia gobiernos distintos, aplicando recetas distintas.

En este movimiento del péndulo político, las coincidencias entre Argentina y México se vuelven aún más importantes.

Por eso, la victoria de la izquierda en Argentina en 2019 creó, de manera automática, un puente ideológico muy sólido, desde la Patagonia hasta la frontera norte de nuestro país.

Este momento de coincidencia ideológica, no puede ser más oportuno.

La contingencia sanitaria nos exige realizar todos los esfuerzos posibles para aumentar la disponibilidad de vacunas anti-COVID-19 en el mundo, sobre todo ante las dificultades que supone una distribución democrática de los antígenos, tanto a nivel internacional como al interior de las fronteras.

Basados en los principios de ambos países, hemos sostenido en esta batalla contra el coronavirus, todas y todos debemos alzar la voz e insistir para que se proteja a los países más vulnerables, evitando el acaparamiento de las vacunas, y pugnando por que éstas se conviertan en un bien global.

Pero también se debe recordar que, más allá de la agenda que marca la emergencia sanitaria, existe una agenda social en nuestras respectivas naciones hacia una sociedad más igualitaria.

La pugna política entre la transformación y el statu quo, implica el enorme reto de vencer las inercias, la resistencia de las estructuras sociales y jurídicas del poder, algo que necesariamente requiere de la cooperación internacional con países que comparten estos principios.

En el caso de México, parte de la agenda consiste en separar el poder político del poder económico, lo que se traduce en el combate a la corrupción como eje transversal de todas las políticas públicas.

Estos esfuerzos están en consonancia con la manera de que el actual gobierno de Argentina está actuando.

Tales similitudes generan condiciones propicias para una relación bilateral pacífica y benéfica para ambos países, la cual tiene por delante una amplia agenda política, cultural, comercial, parlamentaria y de colaboración.

La cooperación comercial entre nuestras naciones ha mejorado. Hemos realizado también importantes inversiones de manera recíproca; sin embargo, nuestras relaciones comerciales se deben intensificar, y los mecanismos de cooperación, como la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR, deben de ser reforzados.

No olvidemos que al igual que en Argentina, en México el gobierno recibió una pesada herencia de sus antecesores, que requerirá mucho trabajo y mucha perseverancia para vencer inercias y resistencias de los sectores distintos al que gobierna en una visión que ahora estamos enfrentando.

Se trata de retos distintos, hoy enfrentamos de manera conjunta, conscientes; sin olvidar de que se deben ofrecer resultados a la ciudadanía que confió en el viraje político hacia un Estado de bienestar social.

También es preciso intensificar nuestra cooperación interparlamentaria, a través de foros parlamentarios internacionales, como la Unión Interparlamentaria mundial, el Parlamento Latinoamericano y Caribeño, y ParlAméricas.

Me alegra que el presidente Fernández pueda visitarnos para iniciar las celebraciones de la Independencia nacional y la grandeza mexicana, que sucederán durante este año 2021.

El día de mañana conmemoramos los 200 años de la proclamación del Plan de Iguala en México, un día que marca un importante antecedente para nuestra independencia y el origen de nuestra bandera nacional; un momento que nos recuerda la historia y la inacabada lucha del pueblo mexicano por su libertad y por alcanzar justicia.

A su vez, este año representa la suma de esfuerzos y de solidaridad para que demostremos que juntos podemos atender y enfrentar responsablemente el reto sanitario actual, y salir fortalecidos hacia un mejor porvenir.

Debemos continuar con la construcción de puentes de cooperación y diálogo, que serán indispensables en la nueva configuración de la región latinoamericana y de la comunidad internacional.

Señor presidente Alberto Fernández, le reitero nuestra cordial y cálida bienvenida al Senado de la República, casa del Federalismo.