Versión estenográfica de la participación de Miguel Landeros, secretario general de la Cámara de Diputadas y Diputados de Chile, en la reunión de trabajo a distancia con la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado de la República, con parlamentarios de Ecuador y representantes de la Organización de los Estados Americanos, OEA.

 

Hola, buenos días. Un gusto.

 

Primero, saludar a la señora Presidenta del Senado de México.

 

A todas las senadoras y senadores que se encuentran presentes.

 

No puedo dejar pasar dar un cariñoso saludo, por este intermedio público, a mi amigo, el doctor Garita, a quien conozco de demasiados años, que ya es una institución en ese bello edificio que tienen en el Paseo de la Reforma, que me ha tocado más de una vez visitar.

 

Y, también por tu intermedio, darle mi cariño a Graciela Báez, a quien también tengo el gusto de conocer de hace algunos años. Así que no se olvida a grandes amigos que me han atendido muy bien cuando voy a México.

 

Y, lo mismo, saludar a mis colegas, Antonio, que no lo conozco personalmente, Antonio Sánchez, pero que tenemos varias reuniones pendientes.

 

A Claudio Prieto no lo saludo, porque nos hemos visto en todas las Webinar y todas las reuniones desde el Ecuador.

 

Decir que nuestro Congreso ha estado tratando de colaborar a través de dos instancias: la Unión Interparlamentaria Mundial, que preside la senadora Cuevas, de México, a quien también tengo el gusto de conocer y saludar. Y, a través de ParlAmérica, que nosotros tenemos una Vicepresidencia, que es Parlamento Abierto, y donde hemos hecho muchos trabajos con México también, a través de seminarios virtuales.

 

Y, que en el caso nuestro el diputado Javier Macalla tiene una vicepresidencia en el tema de transparencia, que ha permitido muchos de estos contactos.

 

Yo, me gustaría compartirles una pequeña presentación, si me lo permiten.

 

Parece que no la estoy pudiendo compartir, así que voy a tener que, desafortunadamente, después se las dejaré. La voy a ir siguiendo.

 

Lo primero que la Cámara de Diputadas y Diputados y el Senado tuvieron que hacer, fue tener un acuerdo constitucional de cómo enfrentar el problema de tener conexiones a distancia, y diputados presentes en nuestro hemiciclo.

 

Rápidamente, en marzo de este año logramos un acuerdo que permite las sesiones telemáticas, y que de alguna manera nos permite cumplir con las tareas constitucionales que la Cámara de Diputados, y en el caso del Senado, le competen.

 

Estableció algunas normas básicas, la primera es que el hacer sesiones en esta manera, completamente telemáticas o de manera mixta, tiene que tener un acuerdo por los dos tercios, en el caso nuestro se llaman jefe de comité; en otros lados se llaman juntas de portavoz, hay distintos nombres, pero son los jefes de los grupos políticos con representación parlamentaria.

 

Se trata de una norma transitoria de la Constitución, que va durar sólo mientras la pandemia se encuentre en estado de emergencia o catástrofe, en el caso nuestro del país. Y, que permite a ambas Cámaras adoptar en sus acuerdos, de manera independiente.

 

Si bien es cierto tenemos normas similares, entre Senado y Cámara, siempre hay en todos los Congresos Bicamerales, siempre hay particularidades, y quisimos dejar en cada una de las Cámaras esas particularidades, que las tratara de manera especial. Y, se aplica tanto a las sesiones de su Pleno y en Comisiones.

 

Eso es, brevemente, lo que fue el acuerdo político.

 

Posteriormente, vino lo que es la adopción de tareas administrativas, para lograr la conexión.

 

Si eres un país muy angostito, pero muy largo, tenemos muchos kilómetros entre Arique y Punta Arena, y teníamos que conectar parlamentarios. Y, ahí tiene que ver con algunas cosas que son propias de las capacidades de los países.

 

Afortunadamente, en el caso nuestro, tenemos una muy buena conexión de internet con muy pocos puntos ciegos, y eso hace que prácticamente todo nuestro país tenga una muy buena conexión.

 

Esto lo digo porque no es la realidad de todo el mundo, entiendo, cada país ha tenido un desarrollo digital distinto, en el caso nuestro afortunadamente había sido antes de la pandemia, con mucho énfasis, con planes y con tareas propias de nuestro gobierno.

 

Lo primero que había que hacer era ver cuáles eran las plataformas que fueran compatibles con los sistemas que ya teníamos, porque la verdad es que debo reconocer que, si bien es cierto, nosotros empezamos los primeros síntomas de la pandemia en febrero de este año, nos demoramos menos de 30 días en tener todo listo para empezar a sesionar de manera telemática.

 

Pero eso obedece a un plan que venía desde muchos años atrás y que había permitido establecer los protocolos y los procedimientos para las conexiones digitales; con otros fines, porque no era precisamente la pandemia.

 

Había pupitres digitales, habían escritorios virtuales habían oficinas virtuales que estaban funcionando, y eso había de alguna manera que conectarlos con las nuestras.

 

Creo que en esto Brasil fue bastante referente de nosotros, no sólo en el cómo ellos enfrentaron el problema, sino además con la prontitud que lo hicieron porque hemos tenido con ellos un trabajo conjunto y un desarrollo importante.

 

Y lo mismo en Ecuador, con quien hicimos las primeras reuniones por allá de febrero, para poder tener planes similares y comunes.

 

La primera decisión era cuál era la plataforma que íbamos a usar para poder conectarnos digitalmente. Hay cuatro o tres, las más importantes para nosotros, hay de software libre y hay otras que son software pagado.

 

Nosotros optamos por Zoom, revisamos (inaudible), Facebook y también la plataforma de Microsoft, es bastante conocida y también usaba (inaudible), y fuimos haciendo un análisis de cuál eran las fortalezas y cuáles eran las debilidades de cada una.

 

Y para nuestros sistemas, la forma de integración era más práctica Zoom y optamos por Zoom.

 

Bueno, Zoom y todas esas plataformas tienen virtudes y defectos, y los técnicos podrán explicárselas; la decisión administrativa tendrá que ver cuál de esas plataformas llenan mejor las necesidades de cada uno de los países.

 

Y la segunda gran tarea era, nuestro sistema de votación poderlo integrar, para que pudiera votarse desde cualquier parte del país.

 

Hoy día yo puedo decir, en el caso chileno, de cualquier parte del mundo.

 

Y aquí también hay dos formas; una es conectarse a los pupitres electrónicos, en la medida en que lo tengan desarrollado, como lo hace por ejemplo Ecuador y que seguramente Claudio Prieto lo va a explicar con mucho detalle.

 

Y la otra forma era la que optamos nosotros y el sistema, que también optó Brasil, que era con dispositivos que usaban en distintas plataformas o sistemas electrónicos. En el caso de nosotros optamos por el teléfono.

 

El teléfono hoy día tiene algunas virtudes. Primero, tiene distintos sistemas de reconocimiento de quienes los ocupan; tiene una “clave”, tiene una conexión digital que es única y se puede rastrear en cualquier parte del territorio chileno y hoy en día un teléfono se puede rastrear en cualquier parte del mundo.

 

Lo que hace esta plataforma es que le envía a cada uno de los parlamentarios cómo ellos manifiestan su voto a través de un sistema de minutas de votación.

 

No quiero entrar en el detalle de cómo se hace específicamente, porque me llevaría tal vez horas explicar, porque tiene que ver con el sistema de votación que tienen los países y que es distinto según a la reglamentación interna, pero muy fácil para hacerlo de manera más sencilla la explicación.

 

Nosotros tenemos votaciones generales y votaciones en particular, en el caso del Pleno, y lo mismo en comisiones; por lo tanto, necesitábamos una aplicación en que los parlamentarios pudieran votar las enmiendas en general o también, perdón, los proyectos en general o las enmiendas en particular.

 

Y el sistema nuestro lo permite, es decir, ellos saben exactamente qué están votando, hay un segundo sistema de respaldo. El sistema tiene la seguridad necesaria para que podamos identificar que quien vota es efectivamente la persona, el parlamentario, y esto después queda registrado en un sistema de tipo…en el cual varias cadenas o secuencias de votaciones que no pueden ser alteradas.

 

Y después está todo lo que es la formalización de las oficinas. Hemos desarrollado firma digital con nuestros parlamentarios desde hacía muchos años, pero aquí hay una cosa que cuesta romper: la política tiene códigos y uno de los grandes códigos de la política es que se hace mirándose a los ojos.

 

Entonces, es muy difícil mandarle una nota a un parlamentario, aunque sea del mismo sector político, para decirle mira, por qué no me firmas este proyecto si esto no tiene una conversación, a lo cual estamos muy acostumbrados, en el pleno, en los pasillos, la política es de pasillos, en fin.

 

Y hacer esto en una oficina virtual, donde yo hago mi iniciativa legal y la comparto con otros colegas, es un poco frío, porque no hay esa discusión propia de las conveniencias y de la oportunidad.

 

Y por lo tanto, si bien es cierto teníamos la oficina virtual desde hacía mucho tiempo, no la habíamos podido formalizar, porque, la verdad, era mucho más fácil en el pleno ir consiguiendo las firmas y después, a través del sistema del papel, presentarla.

 

Es toda una ceremonia, si yo llego a presentar un proyecto de ley a una oficina interna del congreso, con toda la prensa, esto le quita todo el glamour, porque esto es que aprietas un botón, aparece mi firma electrónica, meto una clave y se pierde mucho de esa, un poco parafernalia, pero parafernalia en el buen sentido, que tiene la política para que los ciudadanos conozcan lo que estamos haciendo.

 

Es un poco, como alguien dice por ahí, los huevos, si las gallinas no cacarean, nadie conoce de qué se trata. Y además había que hacer estas aplicaciones utilizables en comisiones, donde además el trabajo es también muy integrado, muy de intercambio, muy de fiel –diría yo- perdón el lenguaje tan coloquial, pero es como nosotros trabajamos en el día a día.

 

Y esto habría que reemplazarlo por una cosa mucho más formal, absolutamente fría en que hago la invitación, la mando a través de un sistema, etcétera.

 

Y por último, la resistencia del enlace con otros órganos constitucionales, Presidencia de la República, Tribunal Constitucional en nuestro caso e incluso el Senado, con prácticas distintas, con sistemas distintos y poder ir logrando todos estos avances, para que el sistema de alguna manera funciones.

 

Yo quiero hacer una última reflexión, estoy tratando de hacer muy breve, las tecnologías llegaron para quedarse. Es decir, yo no veo que vayamos a retroceder, esto es un hecho, en lo que estamos haciendo. Va a tener que, un poco tal vez, regularse algunos problemas que hemos tenido, tienen que dar vista a las noticias hasta en dos o tres días.

 

En el Senado Argentino había un senador, el senador…, quien ponía una suerte de pantalla falsa y todo mundo creía que la persona del Senado estaba ahí, hasta que le dieron la palabra y se generó toda una dificultad.

 

Se me olvidó decirles que nosotros hemos tenido un ejemplo, también nuestro problema, no está exento, no falta que poner de entrada una foto, un poco compleja, en el caso nuestro, un diputado que pone una foto de Augusto Pinochet, que ha causado mucho revuelo para nuestra democracia y se genera toda una discusión hasta qué punto, estar en su casa, no es una extensión del Pleno, etcétera, etcétera.

 

Lo segundo es que, bueno, les permite a los parlamentarios algo que yo creo que he pensado y soñado, el don de la ubicuidad, porque pueden estar en la sala de sesiones, pueden estar en un programa de televisión, pueden estar en muchas partes simultáneamente.

 

Y eso también hay que ver cómo lo regulamos y cómo lo regulamos bien. Nosotros hemos tenido también dificultades. Excepto que facilita muchas tareas internas la nueva tecnología y agiliza los trámites.

 

Por ejemplo, en mi país hacer algunas peticiones dentro del Congreso, implica juntar una gran cantidad de firmas y eso demoraba años. Hoy día con la oficina electrónica eso está en 15 o 10 minutos porque el parlamentario, desde sus aplicaciones móviles, van firmando todo tipo de instrumento.

 

Hay otro punto que es importante, hay mayor contacto con la ciudadanía porque estas aplicaciones, como bien decía nuestro representante de la OEA, nos permiten que todos los ciudadanos que tienen una plataforma, puedan acceder a los órganos del Congreso con mayor facilidad.

 

México es un excelente país y esto de tener que movilizarse, no sé, de algún Estado más al sur hacia la Capital, bastante al centro del territorio mexicano, pero el desplazamiento es complejo, imagínense en el caso nuestro.

 

Una persona que tiene que desplazarse en Punta Arenas se demora tres horas y media en llegar a Santiago, y dos horas más en llegar al Congreso, en Valparaíso, una hora y media más en llegar al Congreso en Valparaíso. Esa persona viaja cinco horas dentro del país para poder ir al Congreso.

 

Esto va a permitir, y en lo cierto los ciudadanos tengan mayor acceso al Congreso, le permitan también al Congreso tener mayor contacto con la ciudadanía. Van a venir otras demandas probablemente, que el desarrollo de esta tecnología y su uso masivo van a generar en nuestro Congreso.

 

De partida, una mayor participación ciudadana, como he dicho, y un mayor contacto con la ciudadanía, pero también una mayor de lo que hacemos porque los ciudadanos van a poder estar más conectados a lo que hace el Congreso.

 

Y ahí viene todo el tema del desafío de la representación, porque cuando nosotros; esto tiene dos monedas, como va hacia los dos lados. Por un lado, está el hecho que la gente, la ciudadanía nos conozca más, pero también está el cómo enfrentamos el problema de la mayor participación de los ciudadanos y cómo eso de alguna manera va a otorgar, porque lo va a hacer, ¿verdad?, el sistema de representación que hoy día tenemos, porque en el fondo lo que hacemos es en la práctica.

 

Miren, yo represento a un grupo de ciudadanos y voy al Congreso, y en el Congreso hablo por ellos, voto por ellos, pero ahora estos ellos pueden también tener una participación más directa y vamos a tener que ver cómo enfrentamos esos desafíos y esas necesidades de la ciudadanía.

 

Nosotros todavía tenemos un largo camino. Quiero decir que gracias a muchos de nuestros presidentes hemos tenido voz, María Fernández, Iván Flores y otros, se hicieron un montón de modificaciones internas y asuntos (corte de audio de origen)… que nos han permitido estar el día de hoy en las circunstancias (corte de audio de origen).

 

Quiero, a mi posición de ustedes, muchas gracias por el tiempo que me han brindado y espero que les haya podido dar una (corte de audio de origen)… de lo que nosotros.