Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en el Conversatorio “Derechos Humanos de las Mujeres: Retos ante el COVID-19”. 

 

Primero, quisiera felicitar a Martha Lucía Mícher, por su organización de este conversatorio. Sé que le ha puesto empeño y seguramente será exitoso, como todo lo que hace ella.

 

También quiero trascender la presencia de las autoridades mexicanas. A la Secretaria de Gobernación, una mujer que no tengo por qué decirlo, toda su vida ha sido de congruencia en la lucha de derechos humanos y por los derechos de la mujer. Bienvenida.

 

Canciller Marcelo Ebrard, hombre de mucho talento.

 

Me da mucho gusto también poder contar con la participación de estas dos grandes mujeres, Michelle Bachelet, la Comisionada por los Derechos Humanos; y mi amiga Alicia Bárcenas, Secretaria de la CEPAL. Dos ejemplos de que el techo de cristal que a diario afecta el desarrollo de las mujeres, puede ser derribado; son dos estrellas, dos ejemplos.

 

Dos puntos importantes, a lo que me gustaría dedicar los dos minutos de mi intervención. Primero, en mencionar algunos de los avances que desde el inicio de la actual Administración, se han logrado en materia de igualdad y género, entre las que se encuentran la aprobación de los cambios de ley para que la paridad de género de los organismos del Estado público, sean obligatorios en todos los (inaudible).

 

También otorgar derechos laborales a quienes realizan trabajos en el hogar, en su mayoría son mujeres. Reformas que fueron postergadas muchas décadas y que ahora las hemos aprobado, en beneficio de las trabajadoras del hogar.

 

Y, reformas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia en contra de las mujeres.

 

Estas son algunas de las reformas, de los cambios en los que desde el inicio de la actual Legislatura, hemos podido avanzar. Aún se requiere mucho por hacer y la pandemia causada por el COVID-19 ha mostrado la necesidad de acelerar el cambio, los cambios, las reformas.

 

Por ello, el segundo punto que quiero tocar es la necesidad de reconocer que todas las crisis pueden ser más hondas, más profundas en las partes más frágiles; son las mujeres, niños, la gente vulnerable.

 

La crisis económica derivada de la emergencia sanitaria del mundo, golpea con más fuerza a quienes ya se encontraban en una situación desfavorable, entre quienes se encuentran las mujeres. Pero dentro de los planes de recuperación económica, se tienen que tomar medidas para trazar una ruta que evite que la brecha entre hombres y mujeres se siga agrandando.

 

Al contrario, tenemos que generar las condiciones para que las (inaudible) del COVID-19 mejore la situación de desventaja que experimentan las mujeres y que han sido exaltadas y exacerbadas por la pandemia.

 

Tanto legisladoras como legisladores, habremos de llevar a cabo un esfuerzo para que este proceso de recuperación, se traduzca en políticas que ayuden a erradicar la enorme carga social concentrada en sectores, como las trabajadoras del hogar, las madres, las enfermeras y las víctimas de violencia doméstica, que lamentablemente se incrementaron en el confinamiento de esta pandemia.

 

No debemos dejar pasar la oportunidad de poner estas necesidades políticas en el centro de la recuperación que tendremos que iniciar, una vez que la pandemia sea superada.

 

Quiero también subrayar, por último, que nos enaltece, por eso lo dejé al final, nos enaltece mucho que la Jefa del Parlamento, en el caso del Senado de la República, sea una mujer de gran talento. Una mujer que en lo personal, me ha sorprendido su capacidad y su (inaudible) con todos.

 

Me refiero a nuestra Presidente, que por cierto, tenía décadas, creo que en la historia del Senado solamente ha habido una mujer. Ella también es un ejemplo de que se puede romper el techo de cristal del confinamiento histórico en el que la mujer ha vivido, no temporal, nos ha provocado la pandemia; sino permanente, y un ejemplo de ello es Mónica Fernández.

 

Bienvenida, mi Presidenta.

 

Muchas gracias, Malú. Felicidades.