Versión estenográfica de la Conferencia Magistral sobre las Bellas Artes de los Pueblos Originarios, impartida por Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, en el Salón de la Comisión Permanente del Senado de la República.

 

En primer lugar, pido permiso a las energías de cada uno de ustedes, los que están aquí presentes. Pido permiso a sus energías, porque cada uno de ustedes tiene dentro de su ser sabiduría y conocimientos; esa sabiduría que les ha permitido ser un liderazgo y, en ese liderazgo recaen precisamente los conocimientos.

 

Gracias a sus energías, también podemos confluir en esta sala. Si no fuera porque somos compatibles, en una aspiración, en unos sueños, no estaríamos juntos en esta sala. Muchas gracias por su presencia.

 

Señor presidente del Senado, Martí Batres, es un honor haber compartido con usted muchos, muchos espacios en la reivindicación de la dignificación de los pueblos indígenas. Desde los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, usted ha caminado por este sendero, por este viaje en el tiempo, porque lo único que hacemos es dejar una huella para las futuras generaciones, para que ellos tengan con qué armarse de valor para defender su dignidad.

 

El presidente Martí Batres, tuvimos la suerte de coincidir en algunos espacios y conversamos sobre la necesidad, en primer lugar, de hacer algunas iniciativas que fueran modelo, que fuera un paradigma, que fuera algo que trascendiera desde aquí en el corazón de México, para el corazón de la humanidad.

 

Y tenemos suficientes bases para esto. En primer lugar, yo tuve la suerte de conocer al doctor Martínez Báez en el año 82, que era el experto independiente de México en las Naciones Unidas, donde se dio origen al Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas.

 

Y, en aquellos años, yo comprendía menos la dimensión de las instituciones internacionales, las relaciones multilaterales; sin embargo, fueron muchos años de lucha para que se reformara el convenio 107 al convenio 169.

 

En esa reforma, logramos avanzar un poco más en la legislación de los derechos de los pueblos indígenas. Dimos origen, precisamente, al convenio 169.

 

Pero posteriormente, también logramos instaurar en el concierto de las naciones los decenios internacionales de los pueblos indígenas.

 

Hemos elaborado un conjunto de propuestas sobre derechos de pueblos indígenas y, como ustedes saben muy bien, nos ayudó mucho el escenario de la celebración de los 500 años de resistencia de los pueblos indígenas, los 500 años de resistencia de los pueblos de América Latina y los 500 años de resistencia de los afrodescendientes.

 

Y así es como también avanzamos bastante en la propuesta de los derechos y la dignificación de la participación de las mujeres y, en particular, las mujeres de los pueblos indígenas, porque en aquellos años todos los países negaban la existencia de los pueblos indígenas en sus territorios.

 

Éramos prácticamente ya una población muerta para muchos países en el mundo.

 

Afortunadamente, esos pasos de los años 80 y los 90, nos dejó una base importante para plantear hoy la pertinencia del reconocimiento de la creación de los pueblos indígenas y que resume realmente la protección de su propia creación.

 

Bueno, los pueblos indígenas tienen una visión filosófica. Tenemos una filosofía de vida y esa filosofía está allí por miles y miles de años, y es lo que nos hace posible hoy seguir creando, construyendo, enriqueciendo, hasta llegar al arte contemporáneo de los pueblos indígenas; ese arte contemporáneo que reúne ciencias y saberes ancestrales.

 

No es sólo una energía de improvisación lo que empuja a los pueblos indígenas a preservar y a escribir su cosmovisión en su arte contemporáneo, sino es una ciencia y son saberes.

 

También, nuestros conocimientos sobre nuestros ancestros, nos indican que ellos fueron majestuosos en el conteo de la matemática del tiempo, y esto precisamente sea el tiempo que nos invita a introducirnos en esa parte que también por millones de años, tal vez, o por miles de años está allí el conteo del tiempo.

 

Una de las manifestaciones más fuertes del conteo del tiempo, también se plasma en estos sagrados huipiles que cargamos. Cada uno de ellos tiene un significado y es una letra caminando.

 

Pero también los pueblos indígenas somos un ser natural, somos un ser natural espiritual. Nuestra profunda conexión con la tierra, nos permite despejar las ideas para recontruir, construir y plasmar lo esencial de los saberes ancestrales.

 

Hacer una definición de las bellas artes de los pueblos indígenas, nos permite una dosis de humildad, porque si queremos solamente copiar las definiciones, quizá vamos a avanzar un poco más, pero quizá no vamos a crear realmente una alternativa que va un poco más profundo y que puede ser un ejemplo o una necesidad de ilustración para otras naciones del planeta.

 

Especialmente nuestro continente, porque aquí en el continente aun habemos, solamente en Mesoamérica se calculan 30 millones de pueblos indígenas; pero aquí en México hay más de 18 millones, y una buena parte está concentrado también en el concepto mesoamericano; y se visualiza y se palpa todo lo que tienen nuestros pueblos como saberes ancestrales.

 

Entonces, la ciencia para la vida y la ciencia de educación y de escritura que tienen hoy nuestros pueblos, es visible, y por eso es un derecho extraordinariamente para la dignficiación de nuestros propios pueblos.

 

¿Por qué México? porque México su naturaleza es pluricultural, es multiétnico, es multilingüe. México es también un país profundamente construido sobre la base de respeto a mucho de lo ancestral.

 

Si aquí creamos un mensaje para la humanidad, seguramente va a tener un éxito extraordinario.

 

Y por eso este convenio que hoy se firma entre nuestra Asociación Menchú Tum, hacia una Cultura de Paz y el Senado, o el Senado y nuestra Asociación Menchú Tum, hacia una Cultura de Paz, es un comienzo, es un comienzo de empezar a invitar la Academia para que definamos con dignidad lo que serían las artes de los pueblos indígenas, y que tendríamos que separar un poco toda esta visión de artesanía y arte popular; y de esto nos encargaremos porque afortunadamente también contamos con la gran casa de estudios de México, como la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.

 

Tenemos una cátedra extraordinaria que dará el acompañamiento científico de estas definiciones.

 

Pero también tenemos un pueblo mexicano cariñoso, amable, con quien se puede hacer un diálogo, una discusión y se puede ir definiendo poco a poco.

 

Lo más importante es que podamos avanzar un poco más.

 

Cuando yo tenía 23 años, llegue a la ONU; y ahora tengo 60 años, y veo año con año, de 38 años, y voy viendo que los procesos son muy lentos, pero en este momento estamos en una casa máxima, que es el Senado, y vamos a llegar a otra casa máxima, que es el Congreso y las Cámaras.

 

Y seguramente vamos, poco a poco en esto, espero que esta lucha no sea de 38 años, pero tenemos bastante convicción de que lo vamos a acelerar y muy pronto podamos entonces compartirle a toda la sociedad mexicana un nuevo concepto o un concepto digno para calificar la creación, los diseños, proteger los conocimientos, los saberes ancestrales, inculcar la juventud y hacer que nuestra juventud indígena se enorgullezca de nosotros para siempre, porque es para ellos que hacemos este proceso.

 

Yo estoy muy contenta, porque la luchad e los pueblos indígenas nunca cesó, a pesar de las coyunturas, a pesar de las crisis, y más bien nuestro mensaje global sobre la conexión con la madre tierra, los saberes ancestrales y los conocimientos ancestrales están vigentes, y por eso damos una contribución al ser humano, al ser humano integral en todo el planeta.

 

Estoy segura que esto implica también un nuevo acercamiento a nuestra Madre Tierra. La tierra nos da todo, nos da absolutamente todo y eso es lo que hace que los pueblos indígenas construyen, crean y defienden lo que construyen, enseñan, porque muchos de nosotros no aprendimos en una universidad, nosotros aprendimos exactamente con esa escuela de la vida donde interactúan nuestros ancianos, nuestras ancianas y nuestros más pequeños bebés, que también dese que nacen enseñan una vida.

 

Bueno, las luchas que se han dado en México son muchas, yo sé que hay muchos avances en los estados. Yo he recorrido la mayor parte de los estados y veo que en todos los estamos tenemos aliados; aliados políticos, aliados legisladores, aliados empresarios que nos pueden dar la experiencia máxima para avanzar, y aliados en los medios de comunicación.

 

Antes, los pueblos indígenas eran señalados en los medios de comunicación como las víctimas, y solamente si había un acontecimiento doloroso en unas regiones, entonces saldrían en la tele, como dicen nuestros ancianos en Guatemala. Aquí no salimos en la tele porque estamos vivos y porque trabajamos y construimos, pero si hay una desgracia, seguro que sí.

 

Hoy queremos dignificar a los propios pueblos indígenas.

 

Hay mucho trabajo, así como felicito a la senadora Susana por esa iniciativa de la defensa de los conocimientos y la propiedad intelectual de los pueblos indígenas, que ya se avanzó.

 

También felicito, por todo ese trabajo que se está haciendo por el reconocimiento de los afrodescendientes, estoy segura de que los países africanos se sienten orgullosos de nosotros, que les damos un lugar extraordinario a los afrodescendientes, porque fueron nuestros ancestros que también lucharon porque este planeta sea diverso en todas partes.

 

No sé qué más puedo decir, mas que me siento emocionada. Yo firmé, a lo largo de mis 26 años de Premio Nóbel de Paz, tal vez he firmado unos 15 mil convenios y si funcionó dos o tres de ellos, es bueno, pero estoy segura de que este Convenio es el mero Convenio, que inicia un proceso, una lucha, una participación de la sociedad civil, una participación de las propias comunidades, de los propios expertos de nuestras comunidades y también con una visión contemporánea.

 

Es decir, una contribución a los más grandes desafíos que enfrenta la humanidad, como el deterioro de su relación con la madre tierra y el deterioro de sus definiciones en relación a la salud, en relación a la construcción y, por qué no decir, en relación a la felicidad.

 

Porque no somos felices los humanos en todo el planeta y seguramente podemos hacer una lucha común, por los valores y los principios de la humanidad en general.

 

Entonces, los invitamos a ustedes, si tienen una creación, si tienen una idea de cómo podríamos avanzar un poco más, pues unámonos en esta red, porque nada va a funcionar solamente porque tenga el deseo del propio presidente de este Senado, el senador Martí Batres, por Rigoberta Menchú, o algún otro aliado, ¡no!, vamos a hacer una lucha social y participativa, yo creo que es lo más importante, participativo y que demos lo mejor de nuestras ideas.

 

Aprovecho para saludar a la señora Anita Menchú, es la presidenta de la Asociación Menchú Tum Hacia una Cultura de Paz, y ella, pues afortunadamente ya vive en México y por eso pues vamos a vernos seguido.

 

Y a nuestro querido Marco Antonio Mendoza, es nuestro asesor aquí y forma parte de este Convenio que hemos firmado, más bien, son los garantes de este Convenio.

 

Y Gloria Rodríguez, que viene de Guatemala, y la licenciada Gloria Rodríguez es una lideresa que, ya luchado muchos años desde papá y mamá, y ella sigue esa lucha eterna por nuestros derechos y la juventud. Maya Rigoberta no está aquí porque está cerrando su educación en Guatemala, va a tener exámenes.

 

Pero muchas gracias a esta distinguida mesa del Senado, pues muchas gracias a cada uno de ustedes por esta oportunidad, porque tenemos, todos, una oportunidad de aprovechar este tiempo extraordinario en México.

 

Hay apertura, tenemos chance de hacer cosas maravillosas, que quede perdurable en el tiempo y que nuestra amistad con todos ustedes, las organizaciones especializadas del Senado, pues realmente gracias por ser parte también de su equipo.

 

Y, bueno, cuenten con nosotros en lo que podamos y aquí estamos para una batalla por la dignidad de los pueblos indígenas, pero también es la dignidad de los humanos en general, de las mujeres, de los niños y de los jóvenes.

 

Muchas gracias.