Versión estenográfica de la participación del senador Martí Batres Guadarrama, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en el panel “80 Años del Exilio Español”, en el Auditorio Octavio Paz de la Institución.

 

 

Muchas gracias.

 

Ya Consuelo Sánchez me dijo que no sea tan abundante, no porque yo sea muy largo en los discursos, sino porque hay muchos ponentes. Y también tienen muchas cosas que decir.

 

Quiero comentar lo siguiente:

 

Primero, saludar a todos, a todas. Ya mencionaron a todas las personalidades y me daría pena que se me fuera alguien; pero quiero agradecer al embajador Juan López-Dóriga que esté aquí con nosotros.

 

Y a los amigos y amigas que están en la mesa, a José María Espinasa, a Eduardo Vázquez, a Consuelo Sánchez, a Elvira Concheiro, a Arturo Pérez Claudín, a Fabricio Mejía.

 

De manera especial, también quiero saludar la presencia de Rosa María Catalá y de Gerardo Ferrando Bravo; así como de Julián Atilano Atilano.

 

Muchas gracias a todas y a todos, y a los que se me olvide mencionar, también. Muchas gracias.

 

Yo me vine preparado, traje la corbata más morada que encontré; no tengo una más morada actualmente, pero vine ad hoc.

 

El otro día que vino el rector de la UNAM, traje mi corbata de la UNAM. Así es que estoy preparado. Y también tengo una del Poli, y no hay contradicción entre ninguna, por cierto.

 

Ahora, estamos el diputado Porfirio Muñoz Ledo, que es de justicia mencionarlo, y un servidor, platicando desde hace meses prácticamente, de los necesarios homenajes al exilio español.

 

Hace unos días, un par de semanas, el diputado Porfirio Muñoz Ledo presentó una iniciativa para imponer letras de oro en los muros de honor de San Lázaro, de la Cámara de Diputados, que también es el espacio del Congreso de la Unión en su conjunto, que digan “Al Exilio Español”.

 

Fue turnada a comisiones esa iniciativa. Por supuesto, le pedí al diputado Muñoz Ledo que me permitiera suscribirla también, me parece que siempre es importante hacer esta reflexión y este homenaje.

 

Realizamos ahora esta mesa, pero habrá otras actividades. Yo he presentado una propuesta a la Junta de Coordinación Política del Senado para que, entre los temas que se van a abordar en el Periodo Extraordinario, que iniciará 18 o 19 de junio, se incluya una Sesión Solemne del Senado de la República en homenaje al Exilio Español.

 

Eso quiere decir que tendremos varias actividades en el Congreso de la Unión, más todas las que se realizarán en la Academia desde la sociedad civil y desde la política.

 

Considero que hay muchas razones por las cuales reflexionar sobre el exilio. Una de ellas es que parecería, si en un arrebato positivista trasladamos las reglas de las ciencias naturales a las ciencias sociales; que ocurrió una especie de biopsia histórica y, parece que algo de lo mejor de España de los años 30’s fue trasladado e implantado en el tejido social de México.

 

Al paso de los años, de las décadas, resulta impresionante la enorme influencia del exilio español en la cultura, en la academia, en la política, en la economía, en las artes. Es decir, en una serie de espacios de la vida de México. No podríamos, sino estar agradecidos.

 

Yo he escuchado muchos discursos de amigos del exilio español, que han agradecido a México, y especialmente al Presidente Lázaro Cárdenas del Río, esa apertura que hubo en los años 30’s.

 

Muchas personalidades mexicanas llevan como timbre de orgullo indeleble, haber participado en algún momento del proceso que llevó a esta hazaña diplomática a finales de los años 30’s.

 

Aquí, el Instituto que aborda los temas internacionales se llama Gilberto Bosques, y también es recordado don Narciso Bassols por muchos méritos académicos, pero también por su intervención en este proceso, y don Daniel Cosío Villegas, entre otros mexicanos ilustres.

 

Sin embargo, además de escuchar estos agradecimientos a las autoridades mexicanas de aquel entonces que con gran visión y humanismo se abrieron y abrieron las puertas de México, yo creo que también nosotros tenemos que estar muy agradecidos como nación con el exilio español que enriqueció nuestra vida y nuestra cultura.

 

Hay infinidad de nombres. Podemos mencionar nombres y nombres y saldrán más nombres.

 

Nada más y nada menos que, en una visita a la Cineteca Nacional me encontré en la librería de la Cineteca un libro sobre los arquitectos del exilio español, nada más por mencionar una profesión. Decenas y decenas y decenas de nombres de arquitectos, de hijos de arquitectos o de arquitectos hijos de exiliados españoles que nutrieron nuestra vida profesional.

 

Muchas de las obras, incluso grandes íconos arquitectónicos, fueron diseñados por ellos.

 

Y recordamos entonces con cariño, nombres referenciales como los de León Felipe, Luis Buñuel, José Gaos, Ramón Xirau, Adolfo Sánchez Vázquez, Aurora Arnáiz, Luis Recasens Siches, Eugenio Imaz, Remedios Varo, Wenceslao Roses, José Moreno Villa, María Tarragona, Enrique Díez Canedo, para mencionar algunos ejemplos paradigmáticos.

 

En la Facultad de Derecho, algunos maestros nos decían: aquí da clases la maestra Aurora Arnáiz. Y en varias Facultades de la UNAM había núcleos intelectuales, muy sólidos, de exiliados y posteriormente de hijos de exiliados.

 

Pero los nombres son muchos más y habrá que mencionar también a Antonio Sacristán o a los arquitectos Candela, Coll, Ordorica, Rodríguez Miaja, a Carlos Bosch o al abogado Néstor de Buen, a Óscar de Buen, a Francisco Giral, Eduardo Nicol, a Tomás Espresate, a José María Muriá, a José Giral.

 

También a los hermanos Mayo, que no se apellidaban Mayo. Y hay más personajes que se descubren en la vida cotidiana de nuestro país, que no tienen que ver necesariamente con la academia, perdón no tienen que ver necesariamente con las figuras más conocidas, pero sí con diversos ámbitos y que han sostenido diversas posturas en la vida de México.

 

Ahí está Eulalio Ferrer, el de la publicidad Ferrer, o José Puche, Serra Puche, Francisco Barnés de Castro, José Yuste, Sergio Sarmiento, Regino Díaz Redondo, o el que hacía los documentales que aparecían en las películas que nuestra generación veía cuando éramos niños, Demetrio Bilbatúa, para mencionar alguno.

 

O se encuentran también otros nombres como en el ámbito artístico: Pepita Gomís, Ofelia Guilmáin o el actor Andrés García, también hijo de un piloto republicano.

 

Los republicanos españoles en México sembraron y construyeron, hicieron editoriales, como la Editorial Séneca, contribuyeron a la Editorial Era, librerías como la Librería Bonilla, las Librerías de Cristal, las Librerías Robledo u otro tipo de instituciones económicas; empresas como Banca Somex, como Aceites Ibarra o la Cooperativa de Casas Baratas Pablo Iglesias, o la Compañía Lírica o la Industria Gráfica o la Fábrica Vulcano, para mencionar unos ejemplos.

 

Más conocidos son los esfuerzos de muchos de ellos por levantar instituciones como el SIDE, COLMEX, el Colegio Madrid, el IE, el Luis Vives, el Herminio Almendros, el Bartolomé Cossio u otros.

 

Para empezar, quisiera agradecer todo lo que los exiliados españoles y sus descendientes han construido por México y en México.

 

Muchísimas gracias al exilio español.

 

Puede verse el exilio también desde otras ópticas, como un momento impresionante de concentración histórica. Tan importante era el lugar y el momento, que ahí estuvieron, en algún episodio, figuras como Octavio Paz, David Alfaro Siqueiros u otras como George Orwell o Ernest Hemingway.

 

Quiere decir que algo histórico, demasiado importante, se decidía en aquellos años.

 

También se puede ver ese episodio como un momento importante en el que en España se buscaba conjugar esa difícil combinación histórica de las igualdades sociales con las libertades democráticas.

 

Una república con la representación parlamentaria, tan plural que hasta los anarquistas formaban parte de la república, haciendo un matiz al lema de “ni Estado ni amo””.

 

Pero en España se buscaba y lo podemos ver reflejado en su constitución, la combinación de principios sociales con un régimen democrático y de libertades.

 

Po eso también era tan importante lo que sucedía en España y seguramente por eso también, para el general Lázaro Cárdenas era tan importante, porque también en México, en la misma época y de manera muy parecida, se buscaba que pudieran imperar principios de equidad y de justicia social con las libertades democráticas republicanas.

 

Además, creo que la República española nos lleva también a la reflexión sobre la importancia del periodo de gobierno del general Lázaro Cárdenas, cómo es que es un punto tan referencial, al paso del tiempo, ese gobierno, pues podríamos resumirlo en que, porque repartió la tierra, porque expropió el petróleo, porque creo instituciones educativas y porque le abrió la puerta a los a exiliados de España, entre otros.

 

Es también un momento o un tema importante de reflexión por el momento en que vivimos, qué reflexión hacemos de todo este gran tema que engloba exilio, asilo, refugio, pues que, en realidad, si hacemos un análisis de ese momento y de otros parecidos, como el que sucedió en los años setentas, con los exiliados sudamericanos hacia México, encontraremos que estas migraciones enriquecen a las naciones.

 

Si hacemos el estudio de cualquier nación veremos cómo resulta un país enriquecido por las migraciones en momentos críticos de su historia.

 

En México tenemos esta llegada de decenas de miles de refugiados españoles, pero hemos tenido, en momentos previos, la que ocurrió con judíos y libaneses a principios de siglo y en los años setentas, mencionaba, miles y miles de latinoamericanos.

 

Con todas esas migraciones nuestro país resultó fortalecido.

 

En este momento crítico que vive el mundo, que vive nuestro país, me parece importante reivindicar los derechos, entre otros, un derecho humano que es el derecho a la migración y hablar del enriquecimiento que tienen las naciones con estas migraciones.

 

Creo que es importante que reflexionemos también con humanismo y con realismo sobre la gran contribución de las migraciones. En este caso hago este homenaje a la gran contribución del exilio español.

 

Muchas gracias por su atención.