Versión estenográfica de la intervención del senador Martí Batres Guadarrama, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la Inauguración de la Semana Cultural de las Lenguas y Pueblos Indígenas.


Muchas gracias, amigos, amigas.

Es un evento muy importante, tiene que ver con nuestra historia, con nuestra cultura y me da gusto estar aquí.

No voy a mencionar a todos nuestros invitados e invitadas especiales, porque ya fueron presentados, pero sí a la senadora Leonor Noyola, que es la presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas del Senado de la República, y mis saludos para todas y todos.

Cuando a principios de este siglo, el entonces Comisionado para la Paz en Chiapas, decía: “Lo que quieren los indígenas son frijoles”, una gran cantidad de voces se levantaron de manera crítica para defender una visión muy amplia de las reformas indígenas que se necesitaban.

No eran sólo frijoles, no era sólo lo social, se estaban hablando también de temas políticos y de derecho y cultura; eso hacía del debate algo muy diferente, porque la cuestión indígena no se reduce sólo a una cuestión de pobreza, no es una cuestión sólo de marginación, no es una cuestión sólo social, incluso no podríamos explicar el tema de la pobreza indígena solamente con parámetros económicos sociales.

Quienes defendieron los derechos de los pueblos indígenas en aquellos debates históricos, señalaron puntos muy importantes.

Por ejemplo, los pequeños niños y niñas de comunidades indígenas del país, entran en un proceso de imposición, de destrucción cultural de lo suyo.

Aprenden en su familia una lengua, se comunican a través de ésta, pero para entrar en contacto con la sociedad necesitan dejar atrás su propia lengua y asumir una distinta, porque la radio, la televisión, los periódicos son en lengua castellana, y porque además en el proceso formal educativo no están presentes sino marginalmente las lenguas indígenas en la enseñanza.

Para comunicarse con el mundo, además de la desventaja que ya tiene de por sí, tiene que entrar en un proceso de destrucción de su propia lengua.

Esto tiene mucho significado, tiene que ver con el tema de la igualdad, tiene que ver con el tema de la equidad, tiene que ver con los temas de la diversidad.

En esos debates, recuerdo, que alguien, al exponer otras experiencias en el mundo, decía, por ejemplo, aquí en México, cuando se dice que una persona habla español, lo que trata de decir es que habla castellano, porque en España hay varios españoles.

Porque también en España el vasco es un idioma español, también el gallego es un idioma español, también el catalán es un idioma español y tienen reconocimiento del Estado como tales.

Nosotros, en realidad, cuando aludimos al castellano como español nos estamos refiriendo a una de las lenguas españolas reconocidas, habladas e incluso oficialmente habladas en varias regiones de aquel país.

Ahora lo hemos visto en el conflicto del Estado central Español con Cataluña, hemos visto la relevancia en lo político de la lengua catalana.

En México tenemos una enorme riqueza cultural lingüística. Ya se dijo aquí, más de 60 lenguas, 68 lenguas, algunas en peligro de extinción, peor prácticamente no nos conmovemos.

Es curioso que nos conmovemos más porque si fueron destruidos los grandes budas que se encuentran en Afganistán, a que nos digan que algunas de nuestras lenguas están en proceso de extinción.

Hace 500 años había más de 160 lenguas habladas en estos territorios en los que hoy existe México. eso quiere decir que han desaparecido, más o menos, un centenar.

Hay lenguas ahora como el kikapú, que lo hablan unas decenas de personas en la frontera norte de México. Está a punto de desaparecer.

Creo que es muy pertinente que hagamos el mayor esfuerzo institucional que tengamos para fortalecer las lenguas indígenas. Es nuestra historia, es nuestra raíz, es nuestra diversidad.

Recuerdo que en el Gobierno de la Ciudad de México publicamos, porque además es obligatorio, por ley, el Programa de Desarrollo Social, en náhuatl.

Hablando de ese referente, acabamos de aprobar en la Mesa Directiva también, la instrumentación de una plataforma en los mecanismos de transparencia para que se utilicen, también, lenguas indígenas en la búsqueda de la información del Senado de la República.

Todo lo que hagamos institucionalmente, será muy importante y será muy bueno para defender lenguas, que también son lenguas de nuestro país, tan importantes como el castellano, con que una comunidad las hable, ya es importante, pero las hablan más de 12 millones de mexicanas y mexicanos.

Me parece entonces que, por todas estas razones, es de felicitarse que se realice esta Semana Cultural.

Cada lengua implica una visión, una cosmovisión.

Por ejemplo, a propósito de aquella publicación del Programa de Desarrollo Social de la Ciudad de México en náhuatl, algún maestro nos decía que introducirse la lengua náhuatl, era introducirse en otra visión del mundo.

Si quisiéramos traducir las estaciones del año en náhuatl, no podríamos traducirlas porque los náhuatl no hablaban de cuatro estaciones sino de dos, que eran la kostik, la amarilla, y la xoxoktik, la verde, que en realidad corresponde más a la realidad de nuestras tierras.

La visión de las cuatro estaciones del año, tienen que ver más con Europa y el Occidente.

Entonces, lo pongo como un ejemplo de que cada lengua significa una visión del mundo, una visión de la vida, una cosmovisión.

Defender las lenguas significa, también, defender esas visiones tal vez mucho más humanas y cercanas a la realidad de lo que pensamos.

Muchas felicitaciones senadora Leonor Noyola. Felicitaciones a todas y todos.

Voy a pedirles que se pongan de pie para que inauguremos.

Este día, 22 de abril, a las 13:15 horas, inauguramos formalmente esta Semana Cultural de las Lenguas Indígenas en el Senado de la República.

Gracias por su atención.


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