Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión estenográfica de la presentación de Martha Bárcena Coqui, designada por el Gobierno de México como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de México en Estados Unidos de América, ante Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y Relaciones Exteriores América del Norte del Senado de la República.

Muchísimas gracias, señor senador Vasconcelos. Senadora Cruz.

Honorables senadoras y senadores integrantes de las Comisiones Unidas del Senado de la República:

Comparezco hoy ante ustedes, a efecto de que se considere mi ratificación como Embajadora de México ante los Estados Unidos de América.

En atención a lo dispuesto por la fracción II del artículo 76 de la Constitución y, con base en el nombramiento con el que me ha honrado, en ejercicio de las atribuciones que le confiere el artículo 89 constitucional, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador.

Después de casi 40 años de servicio diplomático, es un privilegio presentarme ante ustedes, representantes de un Senado resultado de un voto claro y decisivo por parte de los mexicanos, un voto que nos compromete a todos a una profunda transformación del país.

Ser la primera mujer en ostentar el cargo de Embajadora ante los Estados Unidos de América, representa una gran responsabilidad. Ser miembro del Servicio Exterior Mexicano es no sólo un gran orgullo, sino ratifica el compromiso del Presidente López Obrador con el Servicio Civil de Carrera más antiguo del país, que ha estado siempre en la primera línea de la defensa de los mexicanos del Estado mexicano en el exterior.

Ser la representante del Presidente y contar con su confianza, es un privilegio y un gran honor, que me permitirá explicar y defender ante las autoridades y sociedad estadounidenses, los objetivos del Gobierno del Presidente López Obrador para hacer de nuestro país, un México más justo y equitativo.

Sin la colaboración indispensable del Senado de la República, mi tarea no tendrá éxito. Por eso, es tan importante este primer diálogo con ustedes que, espero sólo sea el inicio de una constante durante los años de mi gestión en los Estados Unidos.

Envié a su consideración, el programa de trabajo que buscaré desarrollar al frente de la Embajada de México en los Estados Unidos, en los próximos años.

Tiene ocho líneas de acción. La primera es la articulación, profundización y ampliación de la interlocución política institucional con todos los actores de la rica sociedad estadounidense.

¿Esto qué quiere decir? Que no concentraremos solamente nuestra actuación con la Casa Blanca o con el Departamento de Estado, sino con todas las Secretarías del Poder Ejecutivo; con el Legislativo, para lo cual el acompañamiento del Senado será indispensable; con las autoridades estatales y locales, con la sociedad civil estadounidense, especial énfasis en las asociaciones de mexicanos residentes en los Estados Unidos y de la comunidad mexicano-americana; la Academia, el sector privado, los medios de comunicación y el vibrante mundo de la innovación y la cultura en los Estados Unidos.

Esa interlocución y esa profundización, tiene como objetivo justamente, combatir la propaganda racista y antimexicana que hoy difunden los sectores más conservadores de los Estados Unidos.

Y enfatizar la importante contribución de los mexicanos y mexicano-americanos a la sociedad y economía estadounidenses.

El fortalecimiento de los lazos con el Congreso estadounidense, que desempeña un papel rector en los temas de comercio, migración y política exterior, será una de las prioridades. Las elecciones de medio término nos arrojaron un nuevo panorama del Poder Legislativo, con el cual tendremos que trabajar en sinergia.

El diálogo continuo y fluido con las autoridades estatales y locales, en particular con los estados fronterizos con México; y me da mucho gusto ver que parte de estas comisiones son senadores de los estados fronterizos, son indispensables en la instrumentación de políticas que afectan a nuestro desarrollo y a los mexicanos que radican en el país vecino.

Por eso, es tan importante ese diálogo, que se ejemplifica por ejemplo, con el acuerdo firmado ayer entre los estados de Sonora, Nuevo México y Arizona, para una interconexión gasera.

El segundo tema o línea de acción, es el tema del comercio e inversión. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, como ustedes bien lo saben. En 2017, el comercio rebasó los 521 mil millones de dólares, con un superávit para México, tema que es lo que justamente ha causado algunas discusiones con los Estados Unidos.

Pero no sólo eso. Hay un profundo desconocimiento en los Estados Unidos, de la importancia de México en materia de comercio e inversión.

De los 50 estados de la Unión Americana, en más de 30 México es el primer o segundo socio comercial y, las economías de esos estados dependen del comercio con México.

Y no sólo eso. Estados Unidos es el principal inversionista en México, pero a muchos se les escapa que las empresas mexicanas son ahora también una de las principales inversionistas en los Estados Unidos, fuente de creación de empleo y fuente de vitalidad en sus sociedades.

La presencia de empresas como CEMEX, GRUMA, BIMBO, Envases Universales, hace la diferencia en muchos lugares de la Unión Americana.

¿Cuáles van a ser los retos justamente en esta línea de acción en los próximos meses? Es quizás esta área la más urgente, porque tendremos frente a nosotros la ratificación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá, que se someterá a los poderes Legislativos de los tres países, pensamos, en febrero del próximo año.

En Estados Unidos tendrá que ser ratificado, tanto por el Senado como por la Cámara de Representantes. Y el Senado controlado por los republicanos y la Cámara de Representantes por los demócratas, nos presenta un doble reto.

De esta manera, México tendrá que actuar unido para fortalecer la imagen de la importancia de México en el Congreso de los Estados Unidos. Tenemos que hacerlo no sólo el Ejecutivo, sino en total cooperación con el Legislativo y con el sector privado mexicano.

Ya hemos venido trabajando con el sector privado mexicano, con el cuarto de al lado de manera muy estrecha. Pero la presencia de ustedes, senadores, en los Estados Unidos, su interlocución con sus contrapartes para este proceso de ratificación; la interlocución no sólo con el sector privado sino también con los sindicatos de los Estados Unidos, las labores que vamos a tener que hacer para la modificación, y que ya estamos haciendo de las leyes laborales en México; hacen del Poder Legislativo, y en especial del Senado, un actor muy importante en este proceso de ratificación.

Una vez lograda la ratificación, que sabemos que los escenarios no son fáciles, pero que esperamos se pueda concluir antes del periodo vacacional de agosto del Congreso de los Estados Unidos, nos corresponderá enfocarnos en la instrumentación de este Tratado y las oportunidades que ofrece.

Y las áreas que no están incluidas en otros tratados internacionales, como es el comercio digital y, a la vez, reforzar todos los aspectos de las otras áreas tradicionalmente incluidas en tratados de este tipo.

La tercera línea de acción, y quisiera enfatizar que esto hace una gran diferencia en la política o que buscamos que haga una gran diferencia en las relaciones bilaterales con los Estados Unidos y en la Política Exterior del Presidente López Obrador, es el énfasis en el desarrollo.

El concepto de desarrollo, como un concepto sombrilla que está por encima o que está vinculado con los conceptos o con las realidades de migración, de seguridad y de violencia, sin desarrollo humano y sustentable, no podemos pensar que se va a combatir las causas profundas de la migración.

La migración, lo ha dicho el Presidente López Obrador, y yo lo escucho o lo había escuchado en Roma, hasta ahora constantemente, debe ser una opción y no una necesidad. Para ello, tenemos que garantizarles a los ciudadanos, tanto de México como de Centroamérica, en este caso particular para México, pero de otros países y de los países del mundo, un desarrollo humano y sustentable.

Estas políticas de desarrollo del Gobierno del Presidente López Obrador, estarán basadas en la Agenda 2030. Ustedes saben que el propio presupuesto que se está considerando ahora, tiene ya como objetivo la Agenda 2030, el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero también basándose, dando una importancia fundamental al desarrollo del sur-sureste de México, para poner al sur-sureste de México al nivel del desarrollo de otras regiones del país.

El reto de la desigualdad es uno de los grandes pendientes del Estado mexicano, de los gobiernos, de todos nosotros los mexicanos y el inequitativo desarrollo regional, es uno de los temas que debemos afrontar.

Pero también, la política de cooperación al desarrollo con los Estados Unidos atenderá, primordialmente, las acciones conjuntas en Centroamérica. Antier mismo se anunció la Declaración Bilateral sobre cómo va a cooperar México con los Estados Unidos, en Centroamérica.

No se crean instrumentos nuevos, y eso hay que reconocerlo, pero sí se enfatizan dónde están los instrumentos existentes y por qué no se han aprovechado hasta la fecha, por qué si había créditos disponibles no los hemos aprovechado.

Entonces, tenemos que trabajar con el sector privado para el diseño de proyectos que sean viables y aplicables. A la vez que esto es un primer paso, no va a acabar ahí, porque lo que trataremos es de articular estos esfuerzos y estos proyectos de inversión y de cooperación, con el documento que firmamos con los países centroamericanos, basado en el diagnóstico de la CEPAL y, a la vez incorporar a otros socios que pueden ser Canadá, que puede ser la Unión Europea, que puede ser Alemania, a estos esfuerzos, y también a los organismos internacionales.

Déjenme decirles aquí que los tres organismos con sede en Roma, la FAO, el Programa Mundial de Alimentos, del FIDA, no sólo tienen ya proyectos con Centroamérica, sino que tienen un enorme entusiasmo de alinear sus esfuerzos con los que estará haciendo el Gobierno de México en Centroamérica.

Porque, de acuerdo al diagnóstico de estos organismos, el 60 por ciento de la migración de Centroamérica, proviene de las áreas rurales.

Por lo tanto, habrá que dar una atención especial a las áreas rurales y al combate a la pobreza rural.

La cuarta línea de acción es el tema de migración. Ahí, sin duda, tenemos enfoques muy diferentes con los Estados Unidos.

Mientras que los Estados Unidos favorecen una política migratoria cada vez más restrictiva, el anuncio que apenas se hizo en días pasados por parte de la Secretaría de Gobernación, de la política migratoria de México, que está basada en dos conceptos claves: el respeto a los derechos humanos y el desarrollo.

Ahí, seguramente tenemos visiones diferentes, pero creo que una de las funciones de la Embajadora y de la Embajada, será explicar por qué para México tenemos esa política migratoria, basada en derechos humanos y desarrollo.

¿Por qué para nosotros es central el respeto a los derechos humanos? ¿Por qué tenemos esa solidaridad con otros países? Porque responde a nuestra historia y a nuestras convicciones y valores más profundos.

Pero, a la vez, seguiremos insistiendo en que la migración no puede ser criminalizada ni debe ser criminalizada.

Sin duda alguna, se podrá abrir un diálogo con las diferentes autoridades y actores de la sociedad americana en materia de migración, y este diálogo tendrá que estar basado en las nuevas realidades.

Muchas de las percepciones que hay en Estados Unidos sobre la migración mexicana son equivocadas, porque siguen hablando de una llegada masiva de mexicanos, cuando esta llegada masiva ya no se está produciendo.

Por el contrario, tenemos casi una migración cero, están regresando más mexicanos de los que se han ido, y por cierto tenemos una gran responsabilidad hacia los mexicanos que han regresado, que se cuentan entre medio millón y 800 mil, para integrarlos a este país y aprovechar todas sus capacidades.

Entonces, las bases del diálogo en Estados Unidos en materia migratoria deberán basarse en esta nueva realidad y en una migración mexicana que es cada vez más legal, que va por los canales legales y más capacitada; lo cual significa también un reto para el país, porque quiere decir que este país ha invertido muchísimo dinero en educación y Estados Unidos los usó para esos mexicanos, educados.

Entonces, esas deben de ser las bases del diálogo y creo que por ahí contaremos con gran apoyo de la Academia estadounidense, de centros como Migration Policy Institute, que conocen muy bien las características de la migración mexicana.

Y por supuesto en el área, en la línea de acción de migración, el tema principal y fundamental es la protección a los derechos de los mexicanos en los Estados Unidos.

En este sentido, si queremos que los Consulados actúen como procuradurías de defensa del migrante, fortalezcan sus labores de protección, que realmente podamos detectar cuáles son los casos en donde se requiere una acción conjunta de defensa de los mexicanos.

A la vez que seguimos dando asesoría y a través de la Red de Abogados Consultores que tiene el Gobierno de México, que actúa en pro bono, que demos asesoría a casos individuales, pero que también podamos ubicar cuáles son los casos generales que requieren una acción más concertada.

La quinta línea de acción es el tema de seguridad.

Debemos estar conscientes de que para los Estados Unidos el tema de seguridad es fundamental. Pero, lo que ha habido a raíz de los atentados de las Torres Gemelas, ha sido una securitización de la agenda de política exterior de los Estados Unidos.

Y, otra tendencia a la securitización de la agenda de política exterior de los Estados Unidos ha impactado de manera muy fuerte a la relación bilateral; de tal manera que hubo un momento que parecía que toda la agenda con los Estados Unidos era una agenda de seguridad.

Y esto, creo que no conviene a los intereses nacionales de México porque deja fuera de la discusión, del diálogo, del debate y de los acuerdos, temas muy importantes para el país, entre ellos, para mí un tema fundamental y sexta línea de acción, es el tema de frontera.


La frontera debemos proyectarla como un área de innovación, de creatividad, de optimismo. Hay que ver nada más todo lo que ha hecho Tijuana en los últimos años, lo que se ha hecho en Ciudad Juárez, a pesar de los problemas, para saber que la frontera debe ser, para el resto del mundo, un ejemplo de lo que puede ser la colaboración en el futuro.

Es una de las fronteras más transitadas, sino es que la más transitada el mundo, en materia de comercio, de cruces de personas. Pero tenemos que darle un énfasis prioritario en los próximos años, al desarrollo de la infraestructura en la frontera, al cuidado del medio ambiente, porque es un medio ambiente frágil, hay cuidado y administración del agua, el cauce del Río Tijuana, por no decir el Río Colorado y el Río Bravo y al gran desarrollo que se puede detonar en la frontera, con base en la propuesta del Presidente López Obrador, de darle un tratamiento diferenciado a la frontera norte del país.

Y también dentro de estos temas de frontera estamos ya empezando las conversaciones con los Estados Unidos en materia de recapitalización del Nadbank o el Banco Norteamericano de Desarrollo.

Esas van a ser unas conversaciones interesantes. Los Estados Unidos nos han hecho saber que están dispuestos a incrementar sustancialmente la recapitalización del Nadbank y probablemente a ampliar su área de acción, tanto en temas como en cobertura geográfica.

Finalmente, la línea de acción número siete es la profundización de las relaciones con las comunidades mexicanas y mexicano-americanas.

Ustedes lo saben y no estoy diciendo nada nuevo, que de los más de 50 millones de hispanos en Estados Unidos, cerca de 35 millones son de origen mexicano o mexicano-americano; y 11 de ellas son mexicanos de primera generación, de los cuales cerca de la mitad están en situación indocumentada.

Esto se puede leer como un problema. No lo es, es una grandísima oportunidad y es una grandísima oportunidad, porque nos refleja claramente el cambio del perfil demográfico de los Estados Unidos y la creciente importancia que ya tenemos, pero que tendremos aún más los mexicanos en Estados Unidos.

El futuro de los Estados Unidos no se puede explicar sin la fuerza y el impacto de la cultura mexicana, de la contribución a la economía, la industria de la construcción, la industria de los servicios, de la hotelería, no puede existir en los Estados Unidos sin el concurso de los mexicanos.

Y tendremos que relacionarnos, porque a veces, y eso nos los han hecho saber mucho los mexicano-americanos, sobre todo, no se sienten reconocidos por parte del Gobierno de México, por parte de la embajada, en toda la potencialidad que tienen y en todo lo que han aportado tanto a México como a los Estados Unidos.

Creo y me gustaría mucho que pudiéramos trabajar en conjunto, aun más con las comunidades de mexicanos y con las comunidades de mexicano-americanos.

Y finalmente, la línea de acción número ocho es la imagen de México. Ahí creo que todos coincidimos con el Presidente López Obrador que, si las cosas no mejoran internamente, por más que hagamos campañas de comunicación la imagen de México no cambiará.

Si en México se combate la corrupción, si en México disminuye la desigualdad, si en México podemos crear un ambiente de armonía, esa imagen se proyectará en el exterior, porque el cambio de la imagen de México dependerá de los cambios internos.

Pero también debemos hacer un gran esfuerzo para actuar con todos los mexicanos en Estados Unidos, para difundir, no cansarnos de difundir todas las contribuciones de México para aprovechar los mexicanos que están teniendo ahorita un papel destacado en los Estados Unidos.

Creo que el ejemplo más trillado, pero no por eso menos importante, es el de los cineastas y camarógrafos mexicanos, qué sería ahora en Hollywood sin ellos, son la fuente realmente de creatividad.

Y haremos un gran esfuerzo de trabajo en las redes sociales, porque ese es un tema que tenemos que aprovechar más, con todos los 50 Consulados que tenemos en Estados Unidos, el esfuerzo será conjunto de la Embajada y los 50 Consulados, en materia de articulación política, en materia de protección de derechos humanos, en materia de difusión de las oportunidades de comercio e inversión en México, pero sobre todo también en materia de imagen de México.

Que tengamos un mensaje unificado, que tengamos este mensaje de este México optimista, de este México que vamos a trabajar unidos, en este México que aún en estos debates tan acalorados, son una muestra de la democracia y de la pasión que tenemos los mexicanos por el cambio.

Con esto terminaría yo y, sobre todo, me pongo a su disposición para preguntas y más que preguntas, para sus consejos, porque dependeré mucho de ustedes y de sus consejos, para poder realizar una labor adecuada el frente de la Embajada de México más grande, que ahorita cuenta con 205 personas.

Muchísimas gracias a todos por su atención.

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