SENADOR ALEJANDRO ARMENTA MIER: Contamos con la presencia del maestro Arturo Herrera Gutiérrez, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, a quien le damos la bienvenida.

 

Gracias, Subsecretario, por estar con nosotros.

 

Quien, con fundamento en lo dispuesto por la norma correspondiente, explicará los criterios generales de Política Económica y la iniciativa de Ley de Ingresos.

 

En uso de la palabra, hasta por 20 minutos, el maestro Arturo Herrera Gutiérrez.

 

SUBECRETARIO ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: Muchísimas gracias senador, senadoras.

 

En verdad, es una gran oportunidad para mí poder estar aquí con ustedes hoy y presentarles cómo están los criterios generales de política económica y cómo se anclan a ellos la propuesta de Ley de Ingresos de la Federación, la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación.

 

Antes de iniciar con la presentación, propiamente, quisiera hacer un par de acotaciones.

 

México es un país de ingresos medios, es un país de desarrollo medio, es un país que tiene resueltas una gran parte de cosas; pero es un país con muchos retos, en muchos sentidos, con un centro y norte del país que es muchas veces más rico, que el sur del país. Y ese tipo de cosas solamente se pueden atacar, entre otras condiciones, si el Estado mexicano, si el Gobierno mexicano tiene recursos suficientes.

 

Y esa es, probablemente, el Talón de Aquiles de las finanzas públicas mexicanas. Por muchos años, el Gobierno mexicano ha recaudado muy poco; por muchos años, las finanzas públicas estuvieron descansando fundamentalmente, en la recaudación de origen petrolero.

 

Hoy, esto ha mejorado mucho en los últimos años y se recauda cerca del 13 por ciento del PIB…

 

SENADOR ALEJANDRO ARMENTA MIER: Rogamos a los asistentes, poner en modo vibrador y guardar silencio, a efecto de escuchar la intervención del señor Subsecretario.

 

SUBECRETARIO ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: …13 por ciento del PIB, yo creo que fue tanto en materia de administración tributaria como en materia de algunos tipos de reforma fiscal, se hizo un trabajo importante en los últimos años. Pero está muy lejos todavía, de estar cerca de los estándares internacionales.

 

México recauda poco y eso es algo que se tiene que corregir; y eso es algo que desde el equipo de Hacienda, más allá de este ejercicio de la aprobación del Presupuesto y del Paquete Económico para el 2019, nos gustaría trabajar con ustedes.

 

Va a ser muy difícil que el país cambie su trayectoria de crecimiento, si no tiene finanzas públicas que son menos vulnerables, más sólidas y, eso requiere claramente la colaboración del Ejecutivo y del Legislativo.

 

SENADOR ALEJANDRO ARMENTA MIER: Nuevamente, te ofrezco una disculpa.

 

A quienes se encuentran en el fondo de esta sala, les rogamos mantener silencio. Estamos escuchando la iniciativa de Ley de Ingresos y requerimos toda su atención.

 

Si alguno de ustedes tiene algún tema específico, rogamos ocupen los pasillos en el exterior. Pero necesitamos absoluto silencio para escuchar la Ley de Ingresos.

 

 

Muchas gracias por su comprensión.

 

SUBECRETARIO ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: Muchísimas gracias.

 

La primera diapositiva, lo que plantea son los criterios bajo los cuales se presentó el Paquete Económico y, lo primero que quisiera señalar, es que lo construimos sobre dos pilares claros: uno, es un compromiso absoluto con la disciplina fiscal y financiera.

 

Este tema es extraordinariamente importante. Para que tengan una idea de cuáles pueden ser las implicaciones de una percepción de un deterioro de las percepciones del mercado; la volatilidad asociada al otoño de este año, y se reflejó hasta el día de hoy, hoy hubo una corrección, en un incremento del tipo de cambio y un incremento en las tasas de interés, tanto externas como internas.

 

Ese efecto conjunto tuvo un impacto de cerca de 25 mil millones de pesos. Entonces, la credibilidad no es solamente un asunto de que nos vean como alguien responsable, de que perciban que la autoridad tiene una conducción adecuada; sino que tiene un impacto directamente medido en pesos y centavos, y que en última instancia, si hay un deterioro de ellos se va a traducir en menores recursos para los programas de inversión, para los programas sociales, para el programa de desarrollo.

 

Por eso esa era la primera característica, y era una característica muy importante.

 

La segunda, es una observación, no se verá del lado del ingreso, necesariamente, pero una observación muy estricta de los principios de austeridad.

 

La presentación tiene tres partes. Primero, el marco macroeconómico. Segundo, una visión más general de las finanzas públicas y después un desglose de los ingresos presupuestarios.

 

Les voy a tener que contar y, creo que ustedes tienen ahí la presentación, cómo fue hecho el marco macroeconómico. Lo primero que yo diría, es que fue hecho de manera muy prudente; es decir, no hay cuentas alegres en el marco macroeconómico.

 

Hay dos variables que anclan el marco macroeconómico, una de ellas la que todo mundo está observando, es el superávit primario del PIB o el déficit primario, en su caso.

 

Nosotros estamos proponiendo un superávit primario de uno por ciento. Déjenme explicar, y quisiera ser muy claro por qué uno por ciento.

 

A lo largo de los últimos treinta y tantos años, el país ha estado sujeto a diversos vaivenes en términos deuda pública; ahora claramente en los 80’s hubo un problema muy serio y hubo un proceso de desendeudamiento que empezó alrededor del año 89 hasta el año 94.

 

Ahí la pueden ver. Lo que van a ver en esa barra es la parte alta, es la deuda y pueden ver que hay una caída prácticamente hasta el año 93.

 

Y luego, durante la crisis del 94, hay un repunte nuevamente a niveles de deuda que llegaron en el 95 a prácticamente 40 por ciento.

 

Y, desde entonces hasta el 2008, lo que hubo es un manejo muy claro de la Secretaría de Hacienda para tratar de lograr dos cosas: Una, que disminuyera la deuda como porcentaje del PIB, y llegó a tener un piso del 28 por ciento en el 2007, y cambiar la composición de deuda por tipo de moneda; es decir, cada vez tener menos deuda en alguna divisa y más deuda en pesos.

 

Esa pequeña tendencia que ven ahí, se revierte de manera clara a partir del año 2008; como yo decía, en el 2007, llega al 28 por ciento del PIB, hasta un pico que llegó de 49 por ciento, un poco menos del 49 por ciento del PIB en 2016.

 

Déjenme darle mi lectura de este tema y cuáles son las consecuencias.

 

En el 2008, 2009 y, tal vez, incluso en el 2010, esto puede explicarse por la gran recesión a nivel global, con impactos muy claros en México.

 

Esto a mí me parece interesante por muchas razones. Ésta es una crisis que curiosamente y, probablemente, es de las, si uno mira hacia atrás en los últimos 30 años, esta es una crisis que no empezó en México.

 

A lo mejor gran parte de lo que pasó en los 80’s y en los 90’s, nosotros tuvimos alguna culpa en la forma en que se detonaron las crisis, claramente ésta no fue el caso.

 

Esta es una crisis que fue importada de los países desarrollados, pero que, sin embargo, sí tuvo un impacto muy importante en México.

 

La caída del PIB en el año 2009, fue de 5.5 por ciento del PIB; ésta es la segunda caída más importante que hay en el Producto Interno Bruto desde los 30’s. Es decir, en 80 años ésta fue la segunda caída más fuerte.

 

Y por eso en México, como en la mayor parte de los países, lo que se sugirió es que si había espacio hubiera una política contraciclica que, a través del impulso fiscal, se tratara de palear la caída en la demanda agregada. Y eso explica lo que van a ver ahí ustedes, los dos primeros incrementos que hay de la deuda, lo que pasa de 28 por ciento del PIB a 32 y a 36 por ciento donde se estabiliza en el 2010.

 

Es un poco más difícil de explicar y de entender lo que pasó en los siguientes años, donde la deuda llega prácticamente a 49 por ciento del PIB en 2016, y ahí realmente se llegó a un límite, en términos de lo que la calificación del riesgo podía sostener con esos niveles.

 

Y por eso, en los últimos dos años se ha venido realizando un esfuerzo muy importante dentro de la Secretaría de Hacienda para controlar el nivel de la deuda.

 

Aun así, se espera que cierre este año en alrededor de 45 por ciento del PIB.

 

Esto tiene diversas implicaciones. Una, es que el servicio de la deuda es relativamente alto; 750 mil millones de pesos se va a pagar por intereses del costo financiero; pero la otra es que no hay mucho espacio, no se puede hacer mucho cuando se tiene ese nivel de endeudamiento.

 

Lo que tenemos que hacer es tratar de empezar a desendeudarnos poco a poco con superávits primarios; primero para que entremos en una trayectoria descendente, pero también para que los mercados financieros que nos están observando, entiendan que estamos en una ruta responsable y que no haya ningún evento de pánico.

 

Podemos regresar ahora sí al marco macro de nuevo.

 

Esa es la primera característica que ancla el marco macro. El superávit primario del 1 por ciento.

 

La segunda característica, y la van a ver ahí con el crecimiento real, estamos estimando el crecimiento real en 2 por ciento del PIB. Y esto es, al mismo tiempo responsable, prudente, objetivo; pero también es doloroso.

 

Desde 1993 hasta el 2017, el país ha crecido a una tasa promedio anual real de 2.4 por ciento, con una población que crece todavía alrededor del 1.3, 1.4 por ciento; eso quiere decir que el PIB percápita del país está creciendo apenas a niveles del 1 por ciento.

 

Es muy difícil que entremos a una ruta de desarrollo diferente, si no podemos cambiar la tendencia de crecimiento. Eso no quiere decir que lo vamos a resolver cambiando el número; el número tiene que ser el real y esto nos va a tomar algunos años: va a requerir de mayor inversión pública, de gasto social y de políticas prudentes.

 

El otro número que es importante, es el número de inflación, que es el 3.4 por ciento, que determina muchas otras cosas: el PIB nominal, pero también el costo financiero.

 

Este número es completamente congruente y directamente es extraído del estimado que tiene de inflación, de crecimiento en los precios el Banco de México, para el último trimestre del año que entra.

 

Y finalmente, hay una serie de variables que son muy importantes, tanto por el lado del gasto, como por el lado del ingreso. Quisiera centrarme en dos de ellas:

 

Primero, el tipo de cambio. Nosotros propusimos un tipo de cambio de 20 pesos por dólar, que cuando nosotros, y primero hay que hacer una aclaración: el tipo de cambio es una variable extraordinariamente volátil, depende de cuándo la vean es como la están evaluando.

 

Nosotros tomamos aquí una perspectiva de un poquito más de largo plazo. Cuando nosotros presentamos el Paquete, el sábado pasado, y a mí me tocó comparecer el lunes pasado; en la Cámara de Diputados me decían algunos de sus colegas, que por qué lo poníamos en 20 dólares si estaba en 20.5 en ese momento.

 

Bueno, pues hoy está en 19.80, entonces es difícil tratar de estimar cuánto va a ser, a partir del precio spot de un día determinado; pero nos parece que es sensato. Y fue recibido de manera buena por el mercado, no les pareció fuera de línea.

 

Hay, sin embargo, dos variables que sí han venido cambiando mucho más desde que lo hicimos.

 

Los ingresos petroleros dependen de tres cosas: del precio al que se vende el barril, de cuántos barriles vendemos, y como eso está en dólares, eso nos da un ingreso en dólares, del tipo de cambio al que esté prevaleciente.

 

La plataforma de exportación ha venido cayendo y ahora llegamos a producir alrededor de 2.5 millones de barriles por día, hoy estamos produciendo un poco menos de 1.8 millones de barriles. Estamos proponiendo una producción de 1.8, 47 millones de barriles.

 

Pero la parte más preocupante tal vez, y esta es todavía una variable que es muchísimo más volátil que el tipo de cambio, es el precio de la mezcla mexicana del petróleo.

 

Para que tengan una idea, en octubre, hace tan solo dos meses, el precio de la mezcla mexicana estuvo cotizando en 74 dólares por barril.

 

En las últimas semanas ha estado bajando y, hacia el fin de semana o hacia inicios de esta semana, estuvo alrededor de 52 dólares por barril.

 

En los últimos dos días, ha habido una pérdida importante en el precio del petróleo y hoy en la mañana estaba cotizándose acerca de 47.8 dólares por barril.

 

Cada caída en el precio del petróleo representa una merma muy importante de los ingresos petroleros.

 

La exposición del Gobierno mexicano y de los ingresos, en particular a esto, no es completa, porque como es tradicional, la Secretaría de Hacienda, y ese fue, yo diría uno de los primeros acuerdos que hubo en el proceso de transición, empezó hace muchos meses un programa de coberturas.

 

Gran parte de eso ya se ejerció, la cobertura está realizada. El mercado de las coberturas es un mercado extraordinariamente delgado, por eso la Secretaría de Hacienda, y esa es una tradición que nosotros vamos a continuar, es muy vago en términos del tiempo en que empieza la cobertura, cuánto está cubriendo y a qué precio.

 

Esa es información que suele darse mucho después de que se ejecutaron las coberturas, porque si no, para las contrapartes sería muy fácil identificar cuándo está saliendo el Gobierno mexicano a hacer sus coberturas; y el siguiente año los precios que encontraríamos para las coberturas serían en condiciones muchísimo más difíciles. Si quieres, pasamos a la siguiente.

 

Esta, ya hice alguna referencia. Tal vez lo único que valdría la pena ver es, lo que van a ver del lado izquierdo, se ven todos estos déficits del sector primario que han venido incrementando la deuda y por ello, perdón, los déficits son los que hubo entre periodos 2008 y 2010.

 

Lo que tienen son superávits primarios que hubo entre el 88 y el 2008, pero fueron lo suficientemente altos para que ahora se tenga que corregir y es lo que empezó desde el año 2017 con esta corrección.

 

¿Qué tipo de ingresos estamos esperando?

 

Una de las características, yo diría, más importantes de lo que van a ver; bueno, primero, yo diría, van a ver dos cosas, y esto sí quisiera yo aclararlo mucho.

 

Hay una característica de la forma en la que se han venido presentando el paquete económico, que había sido observado tanto por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, incluso por “tin tans” locales.

 

Si adelantamos a la parte de los ingresos, a las curvas de ingresos –esa– lo que van a ver ahí ustedes es, en la línea oscura, es el ingreso presupuestado en la Ley de Ingresos de la Federación, que se propone cada año al Congreso de la Unión.

 

Lo que ven en la línea roja, es el ingreso observado, es decir, lo que efectivamente se recaudó.

 

El pronóstico de ingresos siempre va a ser impreciso, nunca se le va a dar. Yo decía que, si alguien va y compra una sidra para festejar el año nuevo el 31 de diciembre, a las 10:00 de la noche, eso está causando un IVA.

 

Entonces, hasta el último minuto están entrando ingresos y eso hace que el pronóstico nunca pueda ser exacto.

 

Pero si el pronóstico es bueno, y sí es muy bueno en el mediano plazo, a veces estará por arriba, a veces estará por abajo.

 

Entonces, es decir, el observado debería estar alrededor del pronóstico.

 

Lo que van a ver ahí es que tradicionalmente en México, el observado está por arriba del pronóstico, lo cual quiere decir que, o en Hacienda solíamos ser muy cautos o como parte de una, para hacerlo completamente franco, como parte de una negociación que a veces era compleja en el Congreso, se subestimaba los ingresos y luego el Congreso los subía y repartía un poquito.

 

Nosotros decidimos corregir eso. Como pueden ver ustedes, lo que estamos nosotros proponiendo, la última observación de la línea que va para el 2019, tiene un incremento del seis por ciento real con respecto a lo propuesto en la Ley de Ingresos de la Federación del año pasado, pero no es porque estamos pensando que los ingresos van a incrementar seis por ciento.

 

Si se fijan y si trazaran una línea, de la línea roja a la otra, está perfectamente alineado con ello.

 

Es decir, lo que esto quiere decir es que no les estamos escondiendo ningún peso, lo que está en la propuesta es lo que hay.

 

Por eso, ese seis por ciento de incremento en términos reales con respecto a la Ley de Ingresos de la Federación del 2018, y si podemos regresar ahora sí a la parte de la estimación de las finanzas públicas. No ayuda mucho tampoco, está muy chiquito.

 

Lo que hay es una pequeña reducción contra el cierre estimado, y déjenme decirles por qué hay una pequeña reducción:

 

Hay una serie de ingresos no recurrentes que no se van a dar al año que entra porque ya se dieron el año pasado.

 

Probablemente el más importante, o uno de los más importantes, y además sirve mucho para ilustrar este fenómeno es, como ustedes saben, se hizo la renovación de algunos de los espectros de radio y televisión.

 

Esas concesiones duran 20 años, entonces da un ingreso aquí y no se va a volver a dar ese ingreso por los próximos 20 años, y por lo tanto no se va a dar en el 2019 y eso explica esto.

 

Yo, probablemente, lo único que señalaría aquí como un tema importante, es que podrán ver en el rubro de ingresos tributarios, hay alrededor de 13.3 por ciento del PBI, es lo que se recauda. Claramente ahora recaudamos muchísimo más de ingresos tributarios de lo que se hacía antes.

 

Desafortunadamente eso coincidió con que también los ingresos petroleros, tanto por la disminución de la plataforma como por precios que son menos altos, han venido disminuyendo.

 

Nosotros solamente recaudamos el 4.2, 1.2 por ciento de ingresos petroleros, de los cuales una parte se lo queda Pemex y, solamente el 2.3 es para el Gobierno Federal.

 

Pasamos a la siguiente, donde vamos a ver algunas de las características importantes que hay.

 

El ingreso más importante que hay en el país, es lo que viene del ISR tanto empresarial como de las personas físicas, y eso representa 1.7 billones de pesos, esto es alrededor como del 45 por ciento, el 40 por ciento de la estimación.

 

El IVA recauda 995 millones de pesos. Y aquí quisiera hacer una aclaración, yo decía que el país recauda muy poco y, poco a poco tenemos que ir poniendo al país en una ruta donde pueda recaudar montos que vayan más en línea con sus necesidades.

 

Y eso se va a hacer de distintas formas. La forma más obvia es subir impuestos, inmediatamente; nosotros hemos decidido empezar con una estrategia opuesta. Lo primero que estamos haciendo es, dada la misma estructura tributaria, y por eso no estamos proponiendo ningún cambio de ley; dejar la carga de la recaudación en la administración tributaria.

 

Y una vez que nosotros empecemos a eficientar la carga por el lado de la actividad del SAT, para hacerlo muy concreto, vamos a tener que, con mucho cuidado, ir pensando de la mano de ustedes y de la mano de todos los actores, cuál es la estructura tributaria que queremos tener en el futuro.

 

Y esa estructura tributaria va a tener que tener componentes, que no solamente tienen que ver con la recaudación; sino que también tienen que ver con la equidad. La premisa sobre la que se construían, hace muchísimos años –en el mundo, no es un tema de México nada más– las finanzas públicas, era que uno recaudaba por un lado, en el lado del ingreso; y que después el gasto social y las políticas de equidad se atendían por el lado del gasto.

 

Esta filosofía ha venido cambiando, y ha venido cambiando tanto en los países. Pero por ejemplo, organismos internacionales como la OCDE, como el Banco Mundial, etcétera, tienen ahora información muy precisa que permite identificar que parte de la equidad tiene que venir también por los ingresos tributarios.

 

La forma común de medir la desigualdad, es lo que se llama el Coeficiente de Gini, América Latina y México, como parte de América Latina, no es diferente de ello; tiene los niveles de desigualdad más altos del mundo.

 

Si uno mide lo que se llama la desigualdad de mercado, es decir, los ingresos antes de transferencias y de impuestos; la desigualdad en América Latina no es muy distinta de la de Europa. Y lo que uno hubiera esperado, es que más o menos fueran neutrales cuando se aplicara la política tributaria y que cambiaran con la política de gasto.

 

Pero la desigualdad, la diferencia más importante entre Europa y América Latina, entre una región que es muy equitativa y una que es muy desigual, se empieza a dar desde la política tributaria. Así es que, cuando en algunos años tengamos que pensar –y lo vamos a tener que hacer con mucho cuidado– cuál es la política tributaria que el país requiere en el futuro.

 

No solamente vamos a tener que pensar en cómo recaudamos mejor, sino en cómo distribuimos de una manera más equitativa.

 

Déjenme detenerme en el IVA ahora.

 

Dado que no hay ninguna propuesta relevante de cambio a las tasas hoy, lo que sí propusimos, y lo dejamos muy claro en la Ley de Ingresos, es tratar de poner algunos mecanismos que permitieran cerrar algunas de las rutas de elución.

 

Como ustedes saben, a partir del 2013 se permitió la compensación universal entre impuestos.

 

Para que tengan una idea de lo que esto le ha significado al fisco. En el año 2013, se pidieron devoluciones de IVA por el equivalente a 130 mil millones de pesos.

 

Al año 2017, estas devoluciones fueron por 260 mil millones de pesos.

 

La única forma de hacer congruentes estas dos cosas, es que la actividad económica se hubiera duplicado, cosa que no pasó.

 

Muchas de esas devoluciones son legítimas; pero también lo que hemos encontrado, y fue algo que fue motivo de una discusión, yo diría muy interesante, muy enriquecedora con la gente de la Subsecretaría de Ingresos de la Federación, de la Administración que acaba de terminar, es que éste fue fundamentalmente el canal que estaban usando las bandas que hacen fraudes con las facturas para poder explotar.

 

Lo que estamos buscando con cerrar un canal, yo incluso ni siquiera diría de elución, tiene unos elementos de elución pero es un canal de defraudación.

 

Estamos devolviéndole IVA a empresas fantasmas. Eso es lo que estamos tratando de cerrar.

 

Las empresas legítimas van a tener que usar otros mecanismos, pero de todas formas les vamos a poder regresar el IVA. Lo que actualmente prevé ya la Legislación, el Código, es que se les puede regresar hasta en un máximo de 40 días, pero para algunos sectores se puede regresar de manera acelerada, entre 10 días e incluso cinco días.

 

No vemos que va a haber un gran costo para el contribuyente legítimo que está al día, pero sí vamos a poder cerrar un canal para aquellos que están abusando de lo que parecería ser ex post una pequeña laguna fiscal.

 

Antes de empezar a cerrar mi presentación, quisiera referirme al IEPS, al Impuesto Especial de Producción y Servicios, que tiene estimados 437 mil millones de pesos.

 

No es una cifra menor. Por el IEPS se recauda alrededor del 2 por ciento del PIB anualmente.

 

Permítanme recordarles cuál es la naturaleza del IEPS. En el IEPS están incluidos bienes, y el IEPS existe en todo el mundo; el término genérico en la literatura de impuestos es el tax excise, y el IEPS lo que hace es: pone impuestos a bienes que cuando se consumen crean males.

 

Es decir, hay un impuesto a las bebidas alcohólicas, porque bueno, cuando uno lo consume se emborracha, hay alcoholismo; hay impuestos al tabaco; hay impuestos a la gasolina, porque hay contaminación.

 

Hay impuestos a todos esos bienes que tienen una externalidad negativa.

 

En México, aunque hemos venido mejorando, está todavía por debajo de los estándares internacionales; no muy abajo. Los estándares internacionales, la carga de IEPS está alrededor de 2.6 por ciento del PIB.

 

Hay un IEPS que es central y que es muy importante, y que ha tenido una operación y un manejo diferente a lo largo casi de los últimos 25 años y es el IEPS de las gasolinas, y hay una razón muy importante.

 

El precio de las gasolinas es extraordinariamente volátil y cuando uno se sitúa en el año 95, en el año 94, o tal vez en el año 96, cuando la inflación llegó a estar cerca de 60 por ciento, lo que el Gobierno mexicano pensó en ese momento es que había que tratar de quitarle volatilidad al precio de las gasolinas porque si no, impactaba la inflación.

 

Y lo que en ese momento se hizo, se estableció un IEPC contra cíclico, es decir, qué pasaba: que cuando el precio de las gasolinas iba para arriba el IEPS se iba reduciendo, o incluso se volvió negativo en algunos años, en algunos de los años el IEPS se volvió en los hechos un subsidio al precio de las gasolinas para impedir que el precio de las gasolinas se fuera muy por arriba.

 

Y cuando el precio de la gasolina iba para abajo, el IEPS se volvía positivo.

 

Ese mecanismo más o menos de una forma u otra, fue adoptado a partir de la Reforma Energética con una filosofía distinta.

 

El IEPS lo que permite ahora, la gasolina, debe ser fijado por los precios del mercado, pero los precios del mercado fluctúan mucho incluso en el día y el IEPS es la fuente principal con la cual se está suavizando esa tendencia para que los cambios no sean tan abruptos.

 

El nuevo Gobierno ha decidido mantener el precio de la gasolina constante en términos reales. Eso quiere decir que la gasolina va a ir creciendo como crece la inflación, el Índice de Precios al Consumidor, y el IEPS va a seguir cumpliendo con este rubro, con efectos asimétricos.

 

Ahora que los precios del petróleo, como dije hoy en la mañana, han venido cayendo, lo que eso se traduce en un IEPS que es mayor.

 

Ahora, hay que ser muy cuidadoso porque cuando el precio de la gasolina iba para arriba, el IEPS iba para abajo. Entonces, eso quiere decir que había una parte de la recaudación que se iba perdiendo. Entonces teníamos una mayor recaudación petrolera, pero perdíamos recaudación tributaria.

 

Cuando el precio del petróleo va para abajo, perdemos recaudación petrolera pero el IEPS va para arriba.

 

Entonces, es un mecanismo importante no solamente por los efectos que tienen para disuadir el consumo de un bien que produce un mal, sino que genera una cobertura nacional.

 

Un tema que vamos a tener que pensar mucho más de fondo y va más allá del año 2019, es si efectivamente queremos que haya un menor consumo de hidrocarburos y de gasolinas en México, pues vamos a tener que pensar qué se hace por, entre otras cosas, por el lado de la inversión en sistemas de transporte colectivo, etcétera, para que pueda el país ir mudando su matriz de transporte, de una matriz que está centrada fundamentalmente en automóviles, en medios de comunicación, que son menos contaminantes.

 

Voy a terminar ya, parece que me he retrasado mucho.

 

Pueden pasar, yo diría, ya nada más a la última a esa gráfica, y esa tiene que ver con lo que yo estaba señalando en el IEPS de gasolinas.

 

Lo que pueden ver es el monto tan importante que representa, representa más de 200 mil millones de pesos para el año que entra.

 

Con eso cerraría mi introducción.