Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión estenográfica de la Sesión Solemne con motivo del cierre de los trabajos ordinarios de las LXII Y LXIII Legislaturas.

 

Versión estenográfica del mensaje del coordinador parlamentario del Partido Verde Ecologista de México senador Carlos Alberto Puente Salas,

 

Muy buenas tardes, honorable Senado de la República.

 

Saludo con respeto y con el permiso de la Mesa Directiva a su presidente, Ernesto Cordero Arroyo.

 

A sus vicepresidentes Graciela Ortiz; Octavio Pedroza Gaitán; David Monreal Ávila; Adolfo Romero Laines; y a las secretarias y secretarios Itzel Sarahí Ríos; Rosa Adriana Díaz Lizama; Gerardo Flores; y Miguel Enrique Lucia.

 

De igual forma, con respeto, a la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Ana Lilia Herrera Anzaldo.

 

A la sociedad mexicana. A los invitados especiales. A los medios de comunicación, muchas gracias por acompañarnos el día de hoy.

 

El día de hoy vengo a hacer uso de la voz, a nombre de mis compañeros que integramos el Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, en este Senado de la República.

 

A nombre de la senadora Ninfa Salinas Sada; de Martha Vianey Luque Inzunza; de María Elena Barrera Tapia; de Jorge Emilio González Martínez; de Gerardo Flores Ramírez; de Pablo Escudero Morales; de Jorge Aréchiga Ávila y de Luis Armando Melgar.

 

Expreso nuestro más amplio reconocimiento al trabajo de todas y todos, las mexicanas y mexicanos que integramos este Senado de la República.

 

El día de hoy puede ser un día de las últimas intervenciones en esta Tribuna, en la cual acudimos –creo que habremos de coincidir– con sentimientos encontrados. Con nostalgia y tristeza, ante la conclusión de esta Sexagésima Segunda y Sexagésima Tercera Legislatura.

 

De tantos momentos trascendentales que vivimos en estos casi seis años, para México y en lo personal.

 

Con gratitud, a todas y todos nuestros compañeros, por tantas enseñanzas, por cada momento compartido y aprendizaje, y por cada una de las experiencias compartidas. Gracias, senadoras y senadores.

 

Pero también acudimos con gran satisfacción, con esa satisfacción que nos da el haber cumplido, el haberle cumplido a México por lograr cada una de las metas que nos trazamos en este Senado de la República y sobre todo, con gran orgullo de haber podido servir a México.

 

A mis compañeras y compañeros, gracias por esta oportunidad.

 

Quiero reconocer a cada una de las instancias de este Senado, que lo integran y lo conforman, que sin ellos sería muy difícil su desempeño.

 

A todo el personal de la Secretaría General de Servicios Administrativos, en la figura de Roberto Figueroa. Gracias por el acompañamiento, el apoyo y el respaldo.

 

A la Secretaría General de Servicios Parlamentarios, al doctor Garita y a todo su equipo, que están detrás de este muro. Un equipo que pocas veces se ve, pero que sesión a sesión se siente y que tenemos que hacerles un amplio reconocimiento.

 

A todo el personal. Al personal de limpieza y resguardo parlamentario; a choferes y valet parking; a las secretarias y asistentes; a camarógrafos; fotógrafos; reporteros y periodistas; a los estenógrafos y taquígrafos, que sesión a sesión de manera incansable iban dando testimonio de todo lo que acontece en este Pleno del Senado de la República.

 

Al personal de atención a senadores y de decanía; al personal médico y de protección civil; al personal administrativo; asesores; secretarios técnicos y a todas y cada una de las personas que permiten el funcionamiento de esta Cámara de Senadores.

 

También importante e imprescindible hacer un reconocimiento al liderazgo de quienes, con institucionalidad llevaron muy en alto la representación de este Senado de la República.

 

A nuestros presidentes, del primer año, el senador Ernesto Cordero Arroyo y segundo año Raúl Cervantes Andrade; el tercero, Miguel Barbosa Huerta; cuarto año, Roberto Gil Zuarth; quinto, Pablo escudero Morales y el sexto, nuevamente para cerrar esta legislatura, Ernesto Cordero Arroyo.

 

Nuestro más amplio reconocimiento y gracias por el compromiso con el Senado de la República y con México.

 

A los presidentes de la Junta de Coordinación Política, a Emilio Gamboa Patrón, Jorge Luis Preciado Rodríguez, Fernando Herrera Ávila, Ana Lilia Herrera Anzaldo, con quienes logramos construir, día a día, una agenda en la que se privilegió el consenso, la apertura y el diálogo y pudimos construir una agenda a favor de México.

 

A los coordinadores parlamentarios que contribuyeron al desempeño de estas dos legislaturas, al senador Jorge Emilio González, quien fuese mi coordinador al inicio de los trabajos de este Senado.

 

Al senador Manuel Barttlet, con quien mantuvimos una vecindad de escaños siempre con un buen ánimo, de respeto y de colaboración, don Manuel.

 

A la senadora Dolores Padierna Luna y el senador Luis Sánchez, quien siempre con respeto, con diálogo, estuvimos trabajando a favor de México.

 

A Miguel Barbosa Huerta, que siempre lo caracterizó su humor muy especial.

 

Al senador Cordero Arroyo, un amigo de todas y todos los senadores, a quien le reconocemos su liderazgo.

 

A Jorge Luis Preciado y Fernando Herrera Ávila, con quienes reconocemos la oportunidad de dialogar y de construir a favor de México.

 

Y hacer un reconocimiento muy especial, a un amigo, creo yo, de todas y todos los aquí presentes, a un hombre que siempre con sensibilidad, con apertura, tenía el tiempo para dialogar, para buscar el cómo sí y siempre el cómo podernos acompañar para construir mejor a favor de México, al caballero de la política, a mi amigo Emilio Gamboa.


Muchas gracias y el mayor reconocimiento, Emilio.

 

Y a cada una y a cada uno de mis compañeras y compañeras senadores, por su profesionalismo, dedicación, trabajo cotidiano y sobre todo el profundo amor a México de cada una y cada uno de nosotros.

 

Más allá de visiones y de colores de partidos logramos construir consensos para trabajar, insisto, a favor de México.

 

Esta LXII y LXIII Legislaturas son y serán históricas. Estas legislaturas pasarán a la historia como las más trascendentes del México contemporáneo. En estos seis años se logró la transformación institucional más grande e importante desde mediados del siglo pasado.

 

En este proceso participamos todos, todas y todos los mexicanos, sociedad civil, especialistas, académicos, universidades, empresarios, servidores públicos de los tres órdenes de gobierno, legisladores federales y legisladores locales.

 

En todas las mesas coincidíamos durante mucho tiempo en México, que México requería una transformación institucional, que México necesitaba un cambio para quitarle esas amarras y esas ataduras que le permitieran crecer y verdaderamente llegar a ser esa potencia que está llamado a ser.

 

Eso lo veníamos discutiendo hace más de 20 años y todos coincidíamos, gente de izquierda, de derecha, de centro, gente involucrada en la política y no, en cada mesa, de familia, de amistad, que debía venir una transformación institucional.

 

Ahora nosotros, cuando llegamos como senadores a esta Sexagésima Segunda y Tercera Legislatura, en el Verde analizamos cuál debía de ser esa agenda y decidimos que la agenda del Verde tenía que ser la agenda de México, para dar un nuevo rumbo al país, más allá de aspiraciones personales, más allá de creencias y compromisos que trajéramos en lo individual.

 

Con este ánimo renovador y modernizador todas las fuerzas políticas nos pusimos de acuerdo, en algunas reformas, en una transformación institucional por lo más controversial que fueran.

 

Logramos construir una Reforma Energética con Acción Nacional.

 

Logramos sacar una Reforma Fiscal seria y de manera responsable, con la izquierda y el PRD, con diálogo, con apertura, con tolerancia, y con respeto a la pluralidad, a esa pluralidad que aquí se privilegió, logramos esa transformación de nuestro país.

 

Y sin el fantasma de una crisis económica, o una inestabilidad política, todas y todos construimos los consensos para modernizar a México, para liberar su potencial de crecimiento, ser más competitivo a nivel internacional.

 

El Legislativo y el Ejecutivo, trabajaron de forma respetuosa y coordinada para transformar a México.

 

Y aquí aprovecho para expresar mi más amplio reconocimiento al Titular del Ejecutivo, a nuestro Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

 

A la Secretaría de Gobernación, la figura del señor secretario Alfonso Navarrete Prida, y también reconocimiento a ex secretario Miguel Ángel Osorio Chong.

 

Saludado y reconociendo la labor de los subsecretarios Felipe Solís Acero, Manuel Cadena.

 

Y a todo el Gabinete Legal y Ampliado, hoy presentes, los secretarios de Desarrollo Social, de la Función Pública, y la Dirección General de INFONAVIT, Eviel Pérez, Arely Gómez y David Penchyna. Gracias por estar el día de hoy aquí con nosotros.

 

Este Senado, también, trabajó en el formato de Parlamento Abierto, con transparencia, apertura, participación activa de la sociedad civil, después de intensos y acalorados debates teniendo, en estas legislaturas, la sesión más larga, con 23 horas y 35 minutos de manera ininterrumpida.

 

Negociaciones, cabildeos, logramos la transformación de lo que ya se hará una relatoría puntual por nuestro presidente del Senado de la República.

 

Todo esto es producto del intenso trabajo de todos los que integramos, que debemos sentirnos orgullosos de este senado y del legado que hoy dejamos a nuestras niñas, a nuestros niños, a nuestros hijos, a nuestras familias, a los adolescentes, jóvenes y a las próximas generaciones.

 

Dejamos un Senado de vanguardia, para los próximos 128 senadores que integren esta Cámara, tendrán que estar a la altura de las circunstancias y retos del país.

 

Compañeras y compañeros:

 

Hoy México está frente a un momento decisivo.

 

Tenemos la oportunidad histórica de decidir el futuro de nuestro país. La visión debe de ser hacia el futuro, de aprovechar esta transformación institucional que hemos logrado, y de esta forma ser más competitivos en este mundo global y competir, convertir a México en potencia.

 

En este momento histórico, tenemos que construir puentes para un futuro mejor.

 

No derribar ni tirar los pilares que hemos fijado en el México del Siglo XXI.

 

Es cierto, hay muchos retos y muchos pendientes. Entendemos la molestia, el malestar de los ciudadanos.

 

Por ello es muy importante hacer la reflexión para que ese enojo y desencanto no se convierta en la pesadilla del mañana.

 

México requiere certidumbre, y para ello hemos trabajado.

 

México tiene un gran futuro.

 

Quiero hacer un reconocimiento puntual a las fuerzas armadas de nuestro país, a militares, a marinos y a las policías, que con gran compromiso siguen dando la lucha y la batalla por nuestro país.

 

Quisiera terminar por agradecer la oportunidad a cada una y a cada uno de ustedes de construir a favor de nuestro país.

 

Hoy los mexicanos, en unidad, somos invencibles. Mucho se habla entre los ciudadanos que el súper poder que tenemos es el de ser mexicanos.

 

Aprovechemos esta oportunidad histórica para que, unidos, en equipo, sigamos con esta transformación del país, para dar ese gran salto de llevar a México a otro nivel de desarrollo.

 

Es nuestro tiempo, es el tiempo de México.

 

Enhorabuena.

 

Muchas gracias y muchas felicidades.

 

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL MENSAJE DEL COORDINADOR PARLAMENTARIO DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA, SENADOR LUIS SÁNCHEZ JIMÉNEZ,

 

Muchas gracias, señor presidente Ernesto Cordero.

 

Saludo, señor secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida.

 

Saludo también, por supuesto, a nuestra presidenta de la Junta de Coordinación Política, Ana Lilia Herrera Anzaldo.

 

Saludo a nuestras compañeras y compañeros senadores que, con licencia y hoy ocupan otros cargos, nos acompañan el día de hoy. Gracias por estar presentes.

 

Acudo a ustedes, compañeras senadores, compañeros senadores, en representación de las y los senadores de la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática en este Senado de la República.

 

Arribamos a la clausura del Periodo Ordinario de Sesiones del Tercer Año de la Sexagésima Tercera Legislatura, la última de nuestro mandato.

 

Es la ocasión para efectuar un balance sobre lo realizado en los casi seis años de trabajo legislativo. También es tiempo de reconocer aciertos y erros, pendientes y omisiones.

 

Hacer un balance de nuestro trabajo legislativo y de sus efectos e incidencia en la situación actual del país, no es sólo un asunto de hacer bien las cuentas; se trata más bien de confrontar las experiencias y los objetivos de quienes nos eligieron, con lo realmente alcanzado y logrado desde este recinto parlamentario.

 

Hace seis años se percibía con claridad que la violencia y la inseguridad, eran el principal desafío de nuestro gobierno. La gente en las calles pedía paz y seguridad.

 

Este Gobierno comenzó concertando un pacto con miras a lograr un cambio, fijando condiciones para el crecimiento y el desarrollo integral. En contraste, dentro de unos meses este Gobierno concluirá dejando una insatisfacción generalizada, distante de un pueblo falto de justicia, agobiado por la violencia, la corrupción y la impunidad.

 

Las dos legislaturas en las que participamos, serán ubicadas en la historia legislativa como impulsoras de transformaciones del país. Ciertos. Las posiciones y argumentos políticos, así como los efectos positivos o negativos de nuestro actuar, serán juzgados por la sociedad mexicana en lo inmediato.

 

En los casi seis años de trabajo legislativo, las diversas fuerzas políticas mostraron voluntad y madurez para acordar sus coincidencias y afirmar sus diferencias, en el marco del respeto irrestricto a un ejercicio democrático, el cual es nuestro mayor activo.

 

La fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática, fijó siempre su postura en cada una de las iniciativas, minutas y reformas constitucionales discutidas.

 

Entre los temas que más importan a las y los mexicanos, se encuentra la lucha contra la corrupción y la impunidad. Aquí hubo avances significativos como la obligación para todas y todos los funcionarios públicos, dejen constancia de su patrimonio; el conflicto de interés en que puede incurrir y el pago de sus impuestos, conocido como 3De3.

 

Sin embargo, hoy –hay que decirlo– no es obligatorio.

 

Sin regateo, debemos reconocer que esto fue un logro ciudadano, de ese espacio de la sociedad acusado hoy como “fi-fi”, al conseguir que se incorporara la ley y se aplicara para todo servidor público.

 

Se construyó el andamiaje necesario para tener instituciones autónomas que investigaran y castigaran las actuaciones al margen de la ley, hasta diseñar y construir un sistema nacional para hacerle frente a la corrupción. Un instrumento aun perfectible.

 

No obstante estos avances, como ejemplo del contraste en las expectativas y realidad, esta Legislatura concluye sus trabajos ordinarios sin haber nombrado al Fiscal General de la República, y al Fiscal Anticorrupción. Y de último minuto se nombró a dos nuevos comisionados integrantes del INAI, con marcado sesgo partidista, vulnerando la confiabilidad y credibilidad de ese organismo constitucional, autónomo, que es coadyuvante vital para que el Sistema Nacional Anticorrupción funcione en verdad.

 

Por otra parte, en seis años la desigualdad, marginación y pobreza, no se enfrentó con la determinación necesaria para emprender un cambio de fondo. En su lugar, se privilegió un diferendo técnico respecto a la medición de la pobreza y se aprobó un polémico nombramiento en la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el INEGI.

 

El bajo impacto de las políticas que asientan los esfuerzos en apoyos asistenciales hace necesario un cambio profundo del enfoque asistencialista, por uno de derecho a un ingreso básico ciudadano, como forma efectiva para ejercer la libertad individual.

 

Esto contribuiría, además, a eliminar la dádiva clientelar que corrompe la política y debilita a la democracia.

 

Si las mismas políticas aplicadas desde hace cuatro décadas hubiesen funcionado, México no tendría tantos millones de personas sumidas en todas las clases de pobreza existente.

 

Por otra parte, de entre todas las reformas llamadas estructurales, la que más destacó el Gobierno Federal y nos diferenció de él, es la Reforma Energética.

 

Se confió en que sería el detonante de la inversión productiva, daría mayor impulso a la industria petrolera e impulsaría la transformación energética del país.

 

Los que nos opusimos señalamos la falacia del cúmulo de bondades con que se vendía esta Reforma al pueblo de México.

 

Señalamos que no hacía falta privatizar a PEMEX y a CFE, ya que el plan era desmantelar su infraestructura y limitar su operatividad, restringiendo sus proyectos y servir, con su experiencia, y estudios, y fuerza laboral, al negocio privado de la energía, sin recibir nada a cambio.

 

Es cierto, no se vendió un solo tornillo de PEMEX, pero se deja que la empresa se oxide para que no pueda competir con los monopolios internacionales.

 

Hay acciones que hoy se aplican a PEMEX, que no están en esa Reforma, como son el desmantelamiento de la empresa por la falta de inversión en exploración, extracción y refinación del petróleo.

 

En este rubro, como en tantos más, tampoco podía estar ausente el componente de la corrupción, mientras en varios países se acusa y sentencia a funcionarios, legisladores, y hasta caen presidentes a consecuencia del más grande escándalo de la red de corrupción por el caso de la empresa petrolera Odebrecht.

 

En México, no se procesa a ningún funcionario de alto o bajo nivel. Se avala el proceder del ex Director de PEMEX, señalado de recibir 10 millones de dólares para asegurar contratos en beneficio de esa empresa.

 

Compañeras y compañeros senadores:

 

Como legisladores, no sólo nos corresponde presentar iniciativas, puntos de acuerdo y dictaminar y aprobar decretos.

 

También somos la voz de quienes nos eligieron, de la representación política que nos postuló para ocupar un lugar en este Recinto Parlamentario.

 

En los casi seis años de ejercicio legislativo que está por concluir, las distintas fuerzas políticas aquí representadas, nos esforzamos por privilegiar el diálogo, el acercamiento de puntos divergentes mediante argumentos y conciliación.

 

Logramos consensos en muchas materias, destacadamente el avance en la protección de los derechos humanos, de niñas, niños, jóvenes, adolescentes y mujeres, así como los migrantes y también contra la desaparición forzada, contra la tortura.

 

En este Senado, se condenó de manera unánime toda violencia ejercida contra las mujeres, la trata de personas, el vergonzoso avance de los feminicidios en el país y en los casos de acoso y hostigamiento que siguen sin poderse erradicar en México.

 

El avance legislativo en materia de derechos humanos, se le debe reconocer, en gran medida, a nuestras compañeras senadoras de las diversas fracciones parlamentarias.

 

Gracias compañeras senadoras, por ese especial énfasis en la materia.

 

Muchas gracias.

 

El derecho a la información ocupará la atención de los últimos días de este periodo ordinario, producto de una omisión legislativa, una de tantas en las que este Congreso de la Unión incurrió.


La Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo que intervenir para subsanar la ausencia de ley secundaria en materia de propaganda gubernamental.

 

El Congreso de la Unión cumplió con expedir la ley, pero su contenido no refleja el sentido de lo establecido en la Constitución en esta materia.

 

La sociedad mexicana experimenta daños irreparables que laceran profundamente el tejido social, la libertad de expresión y la democracia misma. Me refiero a los asesinatos de periodistas, de defensores de derechos humanos, de jóvenes, de integrantes de las fuerzas del orden, de presidentes municipales, funcionarios y dirigentes políticos, así como miles de personas muertas en una espiral de violencia, de la que el país debe salir para construir de frente un futuro mejor para México.

 

Nuestro momento como legisladores está próximo a concluir, pero la responsabilidad como mexicanas y mexicanos por hacer de México un lugar mejor, nunca debe terminar.

 

Asumí la coordinación de mi grupo parlamentario seguro de que la congruencia mantenida en los cinco años previos eran la mejor carta de credibilidad para conducir a mis compañeras y compañeros en un momento crítico.

 

En la representación legislativa del PRD prevaleció la calidad. En nuestro grupo parlamentario permaneció la consistencia, esta fracción parlamentaria ha sido congruente hasta el final.

 

A cada quien lo marcará la historia, más por sus hechos que por sus dichos, de modo que en estos seis años el balance como expresión política nos sólo será colectivo sino también individual.

 

En lo particular agradezco la disposición para dialogar y arribar a acuerdos cuando fue posible, a los coordinadores de los grupos parlamentarios y a cada una y cada uno de ustedes, que me permitieron servir en ambas legislaturas como vicepresidente de la Mesa Directiva durante cinco años.

 

Mi alta consideración al presidente del Senado, Ernesto Cordero y a la presidenta de la Junta de Coordinación Política, senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo.

 

Sería mezquino si no reconociera la labor de quienes están siempre en apoyo de nuestro trabajo parlamentario, al equipo técnico, al administrativo del Senado y a las y los asesores, secretarias, personal sindicalizado y trabajadores en general. Gracias por desde su responsabilidad hacen de este Senado una gran institución.

 

A los representantes de los medios de comunicación y a las y los trabajadores del Canal del Congreso.

 

Termino mi intervención con una paráfrasis del célebre primer ministro inglés, Sir. Winston Churchill: en democracia el triunfo nunca es definitivo, ni la derrota suele ser fatal. Lo que la verdad cuenta es el tesón para seguir luchando.

 

Muchas gracias, compañeras y compañeros.

 

¡Que viva México!

 

 

 

INTERVENCIÓN PT-MORENA. SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ.

 

El Partido del Trabajo se integró como Grupo Parlamentario en la Sexagésima Segunda legislatura con cinco senadores elegidos en una alianza encabezada por Andrés Manuel López Obrador. Concluimos siendo diecinueve, la tercera fuerza, por la valerosa y valiosa incorporación de senadores de otras fuerzas a morena y a nuestra fracción parlamentaria, nos han fortalecido. Mi reconocimiento.

 

El PT ha sido, desde el primer día hasta hoy, oposición a la representación legislativa del gobierno neoliberal, antisocial y antinacional del Presidente Enrique Peña Nieto.

 

La oposición es indispensable en un régimen democrático, deriva de un mandato expresado en las urnas que debe representarse nítidamente en el debate y las decisiones del legislativo. Lo hemos hecho. Nuestras intervenciones que sustentan está intervención están registradas en Diario de los Debates del Congreso de la Unión y listas para publicarse íntegramente.

 

Inicio el análisis del trabajo del Senado con el acuerdo fundador del sexenio, el llamado Pacto por México, suscrito por el PAN y el PRD con el PRI, en franco apoyo al Presidente Peña Nieto. Catálogo de “compromisos” neoliberales determinados por la OCDE, organismo internacional, instrumento de los poderes hegemónicos.

 

El “Pacto” construyó una mayoría en el Senado, ajena a sus propios electorados e ideologías, que permitió a sus cúpulas imponer reformas constitucionales y legales, disolventes de principios esenciales de la nación mexicana para crear un entramado jurídico acorde a intereses transnacionales y oligárquicos nacionales.

 

Piezas determinantes, las llamadas reformas estructurales, bajo la pretendida defensa del libre mercado, la competencia, el combate a los monopolios, la inversión extranjera, instauran una estructura de apertura total del territorio y patrimonio nacionales con garantías exorbitantes a la operación de intereses foráneos, sin defensa de los nacionales, sometidos al “poder” hegemónico del mercado”.

 

Reforma Energética: privatización de los hidrocarburos, no solo extracción, toda la industria petrolera (ductos y demás instalaciones petroleras); el deterioro de la refinación para importación y entrega del mercado nacional de las gasolinas. Entrega de la electricidad y sus instalaciones Las ahora llamadas empresas productivas del Estado, Pemex y de la CFE través del tramposo modelo corporativo, diseñado por la OCDE, quedan ya prácticamente como empresa privadas.

 

Las Telecomunicaciones y la radiodifusión: abiertas cien por ciento a la inversión extranjera, abriendo el espectro radioeléctrico y el espacio aéreo, al alcance ya de los grandes oligopolios mediáticos, en detrimento de la información y la cultura nacionales.

 

La Reforma Educativa: conforme al designio de la OCDE orientada a la privatización, la conversión del servicio educativo en negocio privado nacional y extranjero; relegando el principio humanista, social y nacional del artículo 3º, subordinando las relaciones laborales en el sector educativo a supuestas evaluaciones.

 

La Reforma Laboral: Reconoce mecanismos que precarizan del derecho al trabajo: contratos a prueba, outsourcing, abaratamiento del despido laboral, rompiendo el equilibrio entre los sectores de la producción.

 

Transparencia: reforma centralista donde son sujetos obligados los partidos y sindicatos; los poderes mediáticos y económicos quedan intocables.

 

Corrupción: desde el Pacto, Peña Nieto comprometió un sistema anticorrupción, nos vamos y no existe; en el proyecto presentado, primó la simulación: los organismos y funcionaros del sistema son todos empleados del Presidente, con concesiones a sus aliados. Aun así, el sistema quedó inconcluso, pero no el desenfreno de la corrupción como sistema político.

 

Reformas fiscales: promotoras del endeudamiento desbocado, favorables a la concentración del ingreso. Desmantelamiento del Estado, reducido al mínimo para favorecer al mercado. Privatización del derecho público, incremento de instrumentos del derecho privado y esquemas público-privado para penetrar los servicios públicos.

Seguridad pública: el combate al crimen organizado y al narcotráfico corresponde a la estrategia norteamericana, aceptada por el presidente panista Calderón, continuada por Peña Nieto: guerra encomendada a las fuerzas armadas, en detrimento de policías federales, locales y municipales. La continuidad es la instrumentación de un Estado político-militar, sin ninguna prevención ni políticas para remediar el rompimiento del tejido social como apoyos al campo, a los jóvenes desempleados, nada, guerra. Crecimiento exponencial del presupuesto militar, armamentismo innecesario, tanques, helicópteros; letalidad creciente; aceptación de la Nueva Doctrina de la OEA que sostiene que los “riesgos y amenazas” no provienen del exterior sino de un “enemigo interno”: terrorismo, crimen organizado, migración… mexicanos. Código Militar de Procedimientos Penales, expansión de las responsabilidades castrenses; militarización de todos los puertos; Ley de Seguridad Interior, militarizado flagrantemente la seguridad pública.

 

Al margen del Poder Legislativo, con base en el llamado el Aspan, el Plan Mérida y sucesores, Calderón acordó con Estado Unidos la “guerra contra el narco”, estrategia continuada y profundizada por Peña Nieto. Con el pretexto de cooperación en seguridad, Estados Unidos indujo compromisos inconstitucionales con la actuación abierta de todas las agencias de seguridad estadounidense en México. Con nuevo nombre, Dialogo Económico de Alto Nivel (DEAN), Peña Nieto y el Vicepresidente de Estados Unidos tomaron Acuerdos que abarcaron todos los campos de la acción pública, afectando nuestra política económica, social, e internacional, todos inconstitucionales. Advertimos al Senado, sin ninguna reacción.

 

Nombramientos. Corresponde al Senado emitir una amplia gama de nombramientos: Ministros de la Suprema Corte, Magistrados del Tribunal Federal Electoral, la Judicatura Federal, Procurador la Republica, integrantes del Banco de México, del INGEI, de la Comisión Nacional de Energía, de la Comisión Reguladora de Energía, Consejeros de Pemex, CFE, comisionados de Derechos Humanos; 484 en el sexenio. Función de altísima responsabilidad del Senado, sometida al mercado de los intereses de los partidos en el Senado, de las alianzas en negociaciones ocultas para la distribuirse los nombramientos, asegurándose su control. Denunciamos reiteradamente estos acuerdos que corrompe a las instituciones, por buenas que fueran las personas, quedan inexorablemente atrapados en una red de dependencias, como –recientemente- el Tribunal Electoral y el inefable Bronco. Planteamos otros mecanismos que garantizaran la independencia y calidad de los nombrados, sin éxito. Tenemos registradas las votaciones por partido de dichos nombramientos a lo largo del sexenio.

 

Conforme a la Constitución, Secretarios de Estado y funcionarios diversos deben comparecer ante el Senado. En estas presentaciones que significan obligaciones de los comparecientes ante el Senado como cuerpo de control se trastocan. En lugar de ser el Senado el tribunal y el funcionario, el obligado, se colocó éste por encima del Senado, en el estrado de la Presidencia de la Mesa Directiva, jura decir verdad so pena de ser castigado pero protegido por el formato, dice lo que quiere y no contesta nada. Una simulación que hace de las comparecencias un teatro, una exhibición favorable del funcionario y una sumisión del Senado de la República, los medios se encargan del engrandecimiento concertado. Los cuestionamientos de la oposición no fueron contestados.

 

 

La Reforma Energética fue impuesta, violando flagrantemente todos los requisitos que establece el artículo 134 para reformas constitucionales, además de los reglamentos internos: las iniciativas y dictámenes llegaron de la Presidencia, las comisiones -sin debate- simplemente las suscribían y remiterían al Pleno; aprobaciones mecánicas evitando al máximo el debate. Violaciones denunciadas vía amparo, un juez de distrito les dio entrada, pero el Pleno de la Suprema Corte se negó a atraerlas, pese a su trascendencia. En un proceso sigiloso, tramposo, un Colegiado resolvió fraudulentamente la no-procedencia del amparo contra reformas constitucionales cuando el agravio consistía en violación del procedimiento. Presentamos el caso ante la Comisión Interamericana, la resolución está pendiente.

 

La política de Migración se cedió a los intereses norteamericanos que impusieron sus normas: criminalización del migrantes, cárceles similares a los Estados Unidos y trato brutal trato a los hermanos centroamericanos, perseguidos por agentes migratorios mexicanos. La injerencia externa impuso toda clase de medidas para limitar la movilidad hacia los Estados Unidos; llegando, el Senado, al extremo de aprobar la presencia de agentes norteamericanos, en nuestras estaciones migratorias, armados.

 

El TTP aparentemente suspendido por el Presidente Trump, establece nuevas restricciones para el desarrollo mexicano, prohibiciones para nuestras políticas sociales, industriales, agropecuarias, fue aprobado por este Senado, sin discusión alguna como si se tratará de un instrumento intrascendente.

 

Ley General de Comunicación Social. La Suprema Corte de Justicia amparó a la ONG Articulo 19 por no haberse legislado la materia de propaganda gubernamental, ausencia que auspició la discrecionalidad, el gasto incontrolado, la compra de medios y la censura. La ley aprobada mantiene el sistema sin cambios, 50 mil millones gastados por el gobierno de Peña en su sexenio, y otros más más ocultos que alimentaron una dictadura mediática durante todo el sexenio, manipulando a la opinión pública, desinformado, engañando. Nada se corrigió con la ley.

 

Ante las iniciativas y dictámenes contrarios a la soberanía nacional y a la justicia social sostenidas con la vestimenta neoliberal, argumentamos y votamos en contra. Está en el registro histórico oficial.

 

Podemos reconocer que la mayoría y sus aliados, controlando los órganos de gobierno del Senado, así como lo senadores en general, respetaron nuestras intervenciones, con algunas estridencias lógicas de un parlamento. Sin embargo, nuestras iniciativas y puntos de acuerdo, como la abrogación de la reforma educativa, nuestra iniciativa alterna a la Ley de Seguridad Interior y puntos de acuerdo relativos a diferencias con el Ejecutivos, sus acciones y funcionarios, entre ellos altos mandos de las Fuerzas Armadas, nunca fueron siquiera discutidos, vulnerando el respeto a la minoría, elemento fundamental de la democracia. Los medios de comunicación minimizaron nuestras intervenciones o las ignoraron.

 

Senadoras y senadores:

 

El entramado jurídico que la mayoría con sus aliados integrantes del Pacto por México tejió en las legislaturas Sexagésima Segunda y Tercera, contiene la impronta de la ideología, los intereses y compromisos externos del Presidente Peña Nieto y fue el sustento de sus acciones. Las leyes no son entelequias elucubradas por los legisladores, son proyectos ideológicos que impactan a la sociedad, a 130 millones de mexicanos. ¿Qué sociedad tenemos?, ¿qué se entrega?, ¿en qué se benefició a los obreros, los campesinos, las clases medias, las familias, los jóvenes?, ¿a México? Graves resultados que la sociedad reprueba hoy: corrupción generalizada, pérdida de soberanía, un Estado debilitado que gobernó para la élite, abandonando a la mayoría; impúdica concentración de la riqueza, cincuenta millones de pobres –un millón cada año-, nulo crecimiento, ínfimos salarios para atraer al inversor, desempleo, juventud sin esperanzas. Tragedia nacional: inseguridad, terror, violencia –hasta hora- sin esperanza. Este es legado del régimen que se extingue, apoyado en la legislación, sin correctivos, del Senado de la República.

 

Muchas Gracias.

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL MENSAJE DEL COORDINADOR PARLAMENTARIO DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA, SENADOR FERNANDO HERRERA ÁVILA

 

 

SENADOR FERNANDO HERRERA ÁVILA: Muy buenas tardes, Senadoras y Senadores.

 

Distinguidos invitados especiales en esta ocasión.

 

Compañeros de la Mesa Directiva y, desde luego, también de la Junta de Coordinación Política.

 

Antes de iniciar permítanme expresarles a todos los grupos parlamentarios, a nombre de las Senadoras de Acción Nacional y los Senadores de este instituto político, nuestro más profundo reconocimiento por haber compartido con ustedes esta apasionante etapa de nuestra vida.

 

Felicidades por el trabajo realizado.

 

Honorable Asamblea:

 

El Poder Legislativo de la Federación concluye el día de hoy sus períodos ordinarios de sesiones.

 

Esta etapa de fin de mandato coincide también, como cada seis años, con la coyuntura de la renovación de los poderes de la Federación.

 

La nación se encuentra en un proceso de deliberación para elegir a las nuevas Cámaras de Diputados, Senadores y, desde luego, al Titular del Poder Ejecutivo.

 

La deliberación popular es indispensable para contrastar los dichos con los hechos, las promesas con los resultados, comparar el discurso oficial con el sentir popular.

 

La tribuna parlamentaria entra en receso para que la sociedad mexicana pueda expresarse con claridad y contundencia en este proceso electoral.

 

Nosotros, al igual que los ciudadanos, estamos obligados a la reflexión y al análisis.

 

En julio de 2012, el Partido Acción Nacional con total madurez política reconoció el resultado electoral, producto de ese proceso electivo.

 

Como consecuencia de esa definición ciudadana las Senadoras y los Senadores de Acción Nacional aceptamos entonces trabajar como oposición constructiva a favor de un México de libertades, de valores y con futuro.

 

El México de hoy ciertamente es diferente al de diciembre de 2012, pero no está mejor, sólo aquel que se atreva a transitar por el sendero de la demagogia pudiese afirmar algo distinto.

 

En el GPPAN jamás utilizamos la lisonja como instrumento para ensalzar al funcionario a sabiendas de que no estaba bien, ni tampoco fuimos la oposición mezquina, esa que se opone a todo por mero cálculo político.

 

Fuimos Senadoras y Senadores que no regateamos reconocer lo correcto y no criticamos sin propuesta.

 

Cercanos al 30 % de la conformación de esta Cámaras buscamos siempre que nuestro trabajo en comisiones se distinguiera por ser un trabajo de calidad, que las participaciones de las Senadoras y los Senadores de Acción Nacional siempre fueran propuestas con calidad.

 

Sabíamos que éramos menores en cantidad.

 

Hoy al término de estos períodos, en la vida cotidiana como en la vida parlamentaria, podemos afirmar con orgullo que la calidad siempre, siempre se impone a la cantidad.

 

Al final de un trabajo legislativo el único discurso que habla con verdad es el discurso de la ciudadanía que se expresa en su voto.

 

El Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional está listo para que la ciudadanía premia o castigue.

 

Buena parte de los propósitos de nuestra plataforma política y nuestra agenda legislativa pudimos plasmarlos en los acuerdos, dictámenes y decretos del Senado y del Congreso de la Unión.

 

Logramos avanzar en legislación de competencia económica, en telecomunicaciones, en materia laboral, en atención a víctimas, desaparición forzada, equidad de género.

 

La reforma política que construimos juntos está en marcha.

 

El sufragio será más fuerte con la reelección legislativa consecutiva.

 

La apertura a la posibilidad de gobiernos de coalición dará mejores gobiernos y México podrá dejar de ser un país de un solo hombre.

 

Este Senado de la República logró amplios consensos en materia internacional tanto a la hora de ampliar el horizonte multilateral del país como cuando hubo que levantar la voz por la dignidad nacional.

 

Valoramos logros, también señalamos los grandes temas que han quedado inconclusos.

 

La l en materia de energía fue modernizada, pero la tóxica política hacendaria y de hidrocarburos disparó la inflación más alta en lo que va del siglo y afecta gravemente la economía de las familias.

 

Avanzamos en legislación educativa, pero su aplicación, en voz de muchos, ha sido errática.

 

Legislamos sobre disciplina financiera, pero el manejo discrecional de la economía ha llevado a un grave sobreendeudamiento que compromete ya a la próxima generación.

 

El fortalecimiento institucional y el Estado de derecho son todavía las principales necesidades del país, se han debilitado importantes instituciones nacionales.

 

Fue lamentable que se haya avalado mantener la discrecionalidad en el gasto de propaganda gubernamental.

 

El Ministerio Público está en una profunda crisis entre la violencia más grave de la historia, las verdades históricas cuestionadas por la realidad y el uso faccioso de sus indagatorias.

 

Aún con eso se ha impuesto la negativa a concluir las reformas para tener una Fiscalía General con verdadera autonomía.

 

En la primera alternancia avanzamos hacia la transparencia, ahora se opina en diversos círculos que se ha dado un retroceso al integrar el órgano garante de acceso a la información.

 

La República vive azorada por los constantes escándalos de corrupción de la clase política, sin embargo, algunos han pretendido perder la credibilidad antes que permitir a un Fiscal Anticorrupción autónomo e independiente.

 

Este México del 2018 es diferente de aquel que se generó en el 2012, pero no está mejor.

 

Fuimos una oposición responsable, constructiva y madura, que aportó para una mejor legislación, pero hay pendientes.

 

Por eso en esta ocasión las Senadores y los Senadores de Acción Nacional convocan a todas las fuerzas políticas para que de manera inmediata su convoque a un Período Extraordinario y se legisle y se vote por la minuta que aprueba el fuero en nuestro país sin mayor dilación.

 

A los avances legislativos les ha faltado un gobierno eficiente.

 

Hemos puesto buenas reformas en manos que quizá no las han aplicado con la suficiente diligencia, por eso nuestra economía crece menos que la brecha de la desigualdad.

 

Por eso nuestra economía crece menos que la brecha de la desigualdad. Está claro que para que el país avance se requiere una mayoría gobernante con vocación republicada. México necesita un Congreso de la Unión que reestablezca los equilibrios de la república.

 

Clausuramos hoy el Período Ordinario de Sesiones de esta LXIII Legislatura del Senado de la República.

 

De este Senado han emanado gobernadores para nuestros Estados: Pavlovich, Fayad, Tello, tres por el Partido en el Gobierno; Orozco, Mendoza, Rosas Aispuro, Cabeza de Vaca, Javier Corral, cinco por Acción Nacional.

 

Ayer como hoy en la tradición parlamentaria de Acción Nacional, hicimos eco de lo expresado por uno de nuestros fundadores: “Es virtud esencial en política encontrar por graves que sean las diferencias un campo común de acción y de pensamiento y llegar a él sin reservas, para construir lo que sea mejor para México. Nuestra recompensa debe ser en honor de estrechar la mano en señal del deber cumplido”.

 

He citado de manera textual a Manuel Gómez Morín y citaré textualmente también a un compañero que llegó al Senado de la República debatiéndose precisamente en esa gesta más difícil por la cual todos tendremos que atrasar y él decía: “Luchando por mi vida he tirado el estorbo de mi prisa por vivirla”.

 

Con reconocimiento y emoción para nuestro compañero Alonso Lujambio.

 

Braulio Fernández, hombre serio, caballero de la política, nos acompañó un largo trecho en este Senado de la República.

 

Él ya no está, pero queda presente su don de gentes entre cada uno de nosotros.

 

Mónica Arreola, participó de manera decidida en los cambios más importantes que se discutieron a mitad de este encargo popular en el cual todos participamos. Y, desde luego, nuestro amigo, Manuel Camacho Solís, hombre duro en el debate, pero tierno en el corazón.

 

Ellos ya no están, pero han dejado su ejemplo y nos nutre a todos de emoción por estar presentes aún en la ausencia.

 

Señoras y señores, ha llegado la hora del sufragio efectivo, nos sometemos al veredicto de la soberanía popular con la certeza de que el voto ciudadano premiará el esfuerzo responsable por las causas justas y sancionará la ineficiencia, la corrupción y la impunidad.

 

Hacemos votos para que todos nosotros, legisladoras y legisladores de todos los partidos políticos en el ejercicio pleno de la ciudadanía sigamos realizando el mayor esfuerzo cívico para hacer de México un país más grande, próspero y justó; para garantizar con la participación de todos conseguir esa patria ordenada y generosa, esa vida mejor y más digna para todos que anhelamos.

 

A mis compañeros de Acción Nacional agradezco la oportunidad que me otorgaron para acompañarlos.

 

Reconozco el talento de cada uno de ustedes, la generosidad y sentido de equipo con el cual participaron.

 

Yo les garantizo que pueden regresar a sus entidades con la frente en alto, con la satisfacción del deber cumplido, ver a los ojos a sus hijos con orgullo de haber participado en esta etapa del país al cual le dieron lo mejor de sí.

 

Pueden saludar al militante con emoción. Ustedes han demostrado que más puede la institución que el esfuerzo individual, más puede la lealtad que el protagonismo, más puede el valor que la componenda, porque juntos llegamos, porque juntos estamos, juntos podemos.

 

No tengan la menor duda, compañeros Senadores, compañeras Senadoras, de toda esta Legislatura, de que juntos pensaremos.

 

Muchísimas gracias.

 

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL MENSAJE DEL COORDINADOR PARLAMENTARIO DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA, SENADOR EMILIO GAMBOA PATRÓN,

 

Muy buenas tardes. Con el permiso del señor Presidente del Senado de la República.

 

Saludo al secretario de Gobernación, al maestro Alfonso Navarrete Prida, que viene con la representación de un gran mexicano, como es Enrique Peña Nieto.

 

Saludo también a la presidenta de la Junta de Coordinación Política, nuestra amiga y compañera, Ana Lilia Herrera Anzaldo.

 

A toda la Mesa Directiva, que han hecho un papel impresionante durante estos seis años.

 

Y me da mucho gusto saludar a dos expresidentes aquí presentes, a Roberto Gil y, sin duda alguna, que jugó un rol importante en este Senado de la República; y a Pablo Escudero, que jugó también un rol importante.

 

Y me da mucho gusto saludar a mis compañeros senadores que se dieron su tiempo de venir el día de hoy, que son personajes de la vida política de este país y que algunas están jugando una candidatura, y que les deseo el mejor de los éxitos.

 

Sin duda alguna, mi reconocimiento primero a una gran Mesa Directiva. Hemos transitado tranquilos, hemos transitado pacíficamente en un Senado turbulento, complejo, difícil; no es porque queramos decir que trabajamos mucho, pero lo hicimos. Y verán el resultado de lo que cada una de ustedes y cada uno de ustedes hicieron.

 

Hubo desvelos, hubo 6 de la mañana, 7 de la mañana, 9 de la mañana; y regresábamos a trabajar al Senado de la República. Por eso reconozco a todas las mesas directivas y en especial, a esta última, que es muy probable que sea la última vez que nos dirijamos a ella.

 

Pero quiero advertirles a mis compañeras y compañeros, si hay un dictamen de aquí al 31 de agosto, que es el último día en el que debemos trabajar, habrá periodo extraordinario y aquí estaremos como siempre, discutiendo, debatiendo, analizando y aprobando lo que se nos someta.

 

Hoy tengo un sentimiento encontrado con mis compañeras y mis compañeros, ¿por qué?

 

Hoy los integrantes de la LXII y LXIII Legislaturas, es el último día del periodo ordinario. Nos vamos y dejamos parte de nosotros en el Senado de la República. No tengan duda, lo hemos hecho y lo hicimos mucho muy bien, en el ciclo parlamentario más productivo que ha habido en la historia de nuestro país.

 

Y aquí han venido compañeros a decir que todo lo que hicimos fue malo. No, no se equivoquen. Hicimos cosas muy importantes para el futuro de nuestro país. Nuestros hijos y nuestros nietos nos lo van a agradecer, no tengan duda.

 

En toda mi trayectoria política al servicio de mi gran país, de nuestro amado México, ser senador en estas dos Legislaturas ha sido una de las experiencias más gratificantes, más hermosas, más retadoras y aquí entregué parte de mi vida junto con 127 senadoras y senadores de la República.

 

Dos Legislaturas históricas en las que, de la mano de un Presidente visionario y valiente, como es Enrique Peña Nieto, pudimos sacar todo lo que se presentó ante este Senado de la República.

 

Reconocemos que quedaron pendientes:

 

Quedó pendiente el Fiscal General. Yo hice mi mejor esfuerzo para que lo pudiéramos sacar.

 

No se llega a consensos, no es el único espacio donde no se dan los consensos en el mundo.

 

En España, no se dieron consensos, los legisladores, para que en un año pusieran, ni más ni menos, al presidente de España.

 

Y qué quiero decirles. Que nosotros trabajamos siempre con enorme seriedad.

 

El fuero, no me puedo quedar callado. Yo lo dije y lo declaré -hoy sale en todos los medios-: mi Bancada, de la cual me siento muy orgulloso, dijo, vamos al fuero, pero vayamos a un fuero que tenga una profunda responsabilidad en las acciones que va a tener el próximo presidente de México, o la presidenta de México, porque tenemos una candidata.

 

Yo no tengo más que reconocimiento a un hombre que sacrificó su popularidad, pero vio con visión de Estado lo que le faltaba a este país.

 

Y lo hizo con contundencia, con inteligencia, con capacidad y con carácter.

 

Por eso, mi enorme reconocimiento a Enrique Peña Nieto.

 

Logramos, en estas legislaturas, aprobar la agenda de reformas más grande y compleja en toda la historia de nuestro país.

 

En estas aprobaciones, hubo siempre diferencias, hubo discrepancia, hubo momentos complejos y difíciles en el Senado de la República, hubo desencuentros, pero nunca faltó, y lo digo con gran orgullo y satisfacción, nunca faltó voluntad política de todos los coordinadores, para llegar a acuerdos y construir la gobernanza de nuestro Senado.

 

Hicimos siempre a un lado nuestros intereses personales para trabajar, siempre, en las coincidencias y así fortalecer a las instituciones de México, que con mucho orgullo digo, debemos defenderlas.

 

Quien piense que puede llegar a la Presidencia destruir las instituciones de México, va a destruir a México, no a las instituciones. Reflexionemos muy bien esto.

 

Así aprendimos que en la democracia vale más sumar que restar y menos dividir.

 

Y reafirmamos a la política, y así la entiendo, como la mejor y el mejor instrumento que tenemos en la vida, para servir a nuestros semejantes.

 

La política es nuestra pasión, pero el sentimiento juega un gran papel y un papel fundamental aquí el día de hoy.

 

Y en ese Senado, la vida me dio la oportunidad de construir grandes amistades con mis compañeras, con mis compañeros, de todos los partidos.

 

Ciento veintisiete compañeras y compañeros a quien les estreché la mano, o les di un beso en el cachete y les dijo: trabajemos siempre por este país. Bien vale la pena lo que estamos haciendo.

 

Y hoy, me voy muy satisfecho de todo lo que se ha hecho y de todo lo que hicieron cada una de ustedes y cada uno de ustedes.

 

Quiero decirles que las y los llevaré como algo muy importante de mi vida: mujeres y hombres talentosas, serios, preparados, capaces, estudiosos, convincentes, de garra, muy aguerridos, respetadas y respetados.

 

En fin, un Senado del cual me siento profundamente orgulloso.

 

Gracias, de verdad, por brindarme su amistad y su confianza.

 

Nunca los voy a defraudar.

 

Hoy recuerdo mi primera reunión de trabajo, con el hoy presidente del Senado, Ernesto Cordero; y con Miguel Barbosa. Nos sentamos a dialogar y dijimos: Primero, no faltemos a la palabra, vamos a respetarnos, vamos a hacer que haya un Senado serio y profesional, y discutimos ese día quién sería el presidente de la Mesa Directiva y discutimos también todas las comisiones. Y lo digo aquí frene a mi grupo parlamentario, sacrifiqué comisiones con una intención, la intención es que llegáramos a este día y dijéramos: Misión cumplida.

 

El Senado tenía números muy claros de cuántas comisiones le correspondía a cada grupo parlamentario, sin embargo, no tuvo mi grupo parlamentario ni yo el empacho de otorgarles cinco comisiones que no les correspondían a los otros partidos, pero que con eso hacíamos la gobernanza, y hoy me siento muy satisfecho de ello.

 

Yo quiero reconocer, y ya lo hicieron mis compañeros, pero no puedo dejar de hacerlo, yo quiero reconocer a Ernesto Cordero, a mi amigo, que en sus dos periodos distintos mostró siempre su institucionalidad, su capacidad, su carácter, su profesionalismo y sus méritos en la conducción de los trabajos del Senado en esta segunda etapa. Todo mi reconocimiento y mi felicitación.

 

A Raúl Cervantes, por su docto conocimiento, su indiscutible vocación por hacer valer nuestra Constitución y nuestras leyes, además de su incansable trabajo para sacar avante y adelante las reformas estructurales que, sin duda alguna, México pronto estará siguiendo viendo los grandes resultados.

 

A Miguel Barbosa, un hombre con un sentido común muy especial, que supo respetar siempre la pluralidad que caracteriza y sigue caracterizando al Senado de la República.

 

A Roberto Gil, por su invaluable conocimiento jurídico y su capacidad conciliadora. Hombre reconocido por su profesionalismo en todo México, y un hombre que cumple siempre con su palabra y que cumplió como Presidente del Senado de la República.

 

A Pablo Escudero, por su visión innovadora que estuvo a la altura de una sociedad cada día más demandante de un parlamento abierto, lo que mereció que el Senado obtuviera el tercer lugar en transparencia a nivel nacional de entre más de 862 instituciones. Mi reconocimiento, mi amistad y mi cariño.

 

A los coordinadores, a Ernesto Cordero, Jorge Luis Preciado y Fernando Herrera, con quienes pudimos tener un respetuoso diálogo durante estos cinco años, ocho meses. Estoy seguro que siempre lo hicieron con altura de miras, construyendo acuerdos y buscando consensos para transformar a México.

 

Manuel Bartlett, compañero de muchas luchas. Un hombre que jamás titubea en decir en lo que cree y en lo que piensa. Usó esta Tribuna cuantas veces así lo deseo, y hoy en su crítica, en lo que él cree, que yo no estoy de acuerdo con él, pero en lo que él cree aquí demostramos una vez más, frente a personajes muy importantes de la vida nacional, que esta Tribuna cumplió con su deber.

 

Aquí estaban los verdaderos adversarios del presidente Enrique Peña Nieto, no los enemigos, los adversarios, y mi grupo parlamentario y el grupo del Partido Verde Ecologista de México siempre los escuchamos, los reflexionamos y se tomaban las decisiones. Y que no nos asuste, se tomaron las grandes decisiones siempre a favor de grandes reformas, y quién es el que vota y quiénes son las que votan, las y los senadores. Ahí está el tablero electrónico y ahí dejábamos la huella, si estábamos de acuerdo o estábamos en contra.

 

Sin duda, un hombre congruente consigo mismo. He sido su amigo durante muchos años. Difiero, y lo digo públicamente, en su pensamiento y en lo que cree que le puede pasar a México. México es la catorceava economía del mundo. México es la sexta potencia en turismo hoy del mundo. México es algo que nos llena de orgullo y de satisfacción y aquí arriba tenemos la bandera mexicana que nos estimula todos los días a luchar por este gran país.

 

A Miguel Barbosa, a Dolores Padierna y a Luis Sánchez, líderes de izquierda sensibles, con apertura siempre a escuchar y a sumar su esfuerzo por un México mejor. Cuando no estaban de acuerdo con lo que se planteaba aquí, no hubo nunca la negación nunca de que subieran a tribuna, y puedo, sin temor a equivocarme, que Dolores Padierna fue la mujer que más se subió a esta Tribuna en la LXII y LXIII Legislatura. Felicidades.

 

A Jorge Emilio González, que estuvo un rato trabajando como coordinador y como senador de la República, y tomó una decisión, una decisión de ir a trabajar por su partido, al cual lo reconocemos y que supo construir siempre acuerdos en beneficio de su país.

 

A mi amigo Carlos Puente, un político joven, sensible, que en todo momento acompañó los esfuerzos del Senado de la República. Siempre aliado del Partido Revolucionario Institucional; a él mi respeto, mi cariño, mi admiración y siempre mi amistad. Muchas gracias, Carlos.

 

A los senadores independientes, que juegan un rol muy importante en este Senado de la República y que fue creciendo en número. Defendieron en esta Tribuna siempre sus ideas, sus ideales, sus convicciones y los escuchamos siempre con enorme atención. Mi respeto a las senadoras y los senadores independientes.

 

A mi compañera y amiga Ana Lilia Herrera, quien en este último año ha presidido la Junta de Coordinación Política, lo ha hecho con un enorme talento, siendo la primera mujer en encabezar este importante órgano de Gobierno del Senado de la República. Mujer amiga, mujer talentosa, inteligente, con gran capacidad, que siempre ha puesto en la mesa el privilegiar el diálogo antes que cualquier cosa. Siempre buscó los acuerdos y a quien le reitero mi cariño, mi amistad y mi felicitación. Muchas gracias.

 

Quiero reconocer a todos los reporteros y fotógrafos de la fuente, quien con seriedad y profesionalismo cubrieron los trabajos realizados durante estos casi seis años en esta Cámara. Ellos son testigos de todo lo que hicimos en la Cámara.

 

Hoy leía: “Queda la Cámara con rezagos”. No ha habido en la historia de México, ninguna Cámara que no quede con rezagos. Que no nos preocupe ni nos ocupe, que digamos cuando estemos fuera, lo orgullosos que fuimos de pertenecer a la LXII y LXIII Legislatura.

 

Quiero, señor Presidente, si me lo autoriza, guardar un minuto de silencio por nuestros senadores fallecidos, que no están aquí, pero siempre están con nosotros: Alfonso Lujambio, Manuel Camacho Solís, Braulio Fernández, Luciano Borreguín y Mónica Arriola.

 

Les pido un minuto de silencio.

 

(MINUTO DE SILENCIO)

 

Muchísimas gracias, señor Presidente.

 

Señor Secretario de Gobernación:

 

Dígale al señor presidente Enrique Peña Nieto, que el Grupo Parlamentario del PRI, su grupo; y del Partido Verde, nos sentimos muy orgullosos de haber trabajado por todo lo que se hizo aquí en el Senado.

 

Cuando quisieron ofender a México, en unidad señor Secretario, en unidad todo este Senado no sólo respaldamos al Gobierno de la República en la defensa del interés y de la soberanía nacional; sino que fuimos voceros propositivos y sujetos activos en la defensa de los derechos de nuestros connacionales.

 

Aprobamos 38 reformas constitucionales, 754 reformas a diversos ordenamientos legales y la expedición de más de 80 nuevas leyes y decretos.

 

No quiero dejar pasar esta oportunidad para agradecer a mis compañeras y compañeros del Grupo Parlamentario del PRI, por la confianza que siempre depositaron en un servidor; que siempre me apoyaron, que siempre me escucharon y que siempre me aconsejaron.

 

A ellos quiero decirles que les reconozco su talento, su seriedad, su responsabilidad, y que hicieron de esta Bancada, una Bancada que trabajó por el bien de México.

 

Muchísimas gracias a cada una de ustedes y a cada uno de ustedes, compañeros.

 

Fueron fundamentales, y les quiero decir aquí, en esta Tribuna: los quiero mucho y los seguiré queriendo toda la vida.

 

Esta administración, cuando se dice que no se ha hecho nada, alcanzará el récord en materia de empleos, cuatro millones de empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social y en el INFONAVIT. Si eso no es nada, que me digan qué es mucho; más de lo que pudieron hacer dos administraciones anteriores.

 

Va a ser, cuando termine, la inflación más baja en promedio, en los seis años del presidente Peña.

 

La moneda mexicana, es la mejor que se ha defendido frente al dólar. Si no es mucho, explíquenme qué puede ser mejor.

 

La Energética, que tiene dos años y medio, que se dio un enorme debate, seis meses nos llevó aprobar esta Reforma.

 

Hoy, tiene asegurados 180 mil millones de dólares de inversión que, qué representan: representan mejores empleos, representan mejor salario, y representa mayor contribución al Gobierno de la República para hacer mejores carreteras, mejores escuelas, mejores hospitales, cuidar la ecología, cuidar a los niños y a los jóvenes. Eso es lo que hizo esta Reforma.

 

La Educativa, que pudieran ya haber aprobado su examen, de si aprobaban su capacidad para enseñar a los niños y a los jóvenes de México, y que ya no se heredan las plazas, y se heredaban antes por ser una Ley que la mamá o el padre podía heredarle a su hija, y aunque no supiera leer, daba clases a los niños. Si eso no es nada, explíquenme qué hay mejor que una Reforma Educativa, como la que tenemos.

 

Compañeras y compañeros:

 

Debemos estar orgullosos de lo que juntos hemos logrado durante los últimos seis años.

 

Seis años de intenso debate, pero, sobre todo, de privilegiar el diálogo y la política.

 

De saber que aquí podrá haber opiniones distintas y posturas completamente radicalmente opuestas, pero jamás, aquí, hubo enemigos.

 

Hoy, gracias a las decisiones que hemos tomado como senadores de la República, nuestro país está creciendo a una mayor velocidad que el promedio de las economías emergentes.

 

En estas legislaturas, privilegiamos una visión de Estado, lo que nos ha permitido crear leyes, impulsar reformas y modificar nuestra Constitución.

 

Aquí se discutió, no va a haber reforma a la Ciudad de México. Y le hago un reconocimiento a Alejandro Encinas.

 

Se pudo, porque hubo capacidad de diálogo, de negociación, de conciliación y de llegar a acuerdos.

 

Se puede cuando uno quiere que se pueda, que los mexicanos podemos hacer de México un mucho mejor país.

 

No existen soluciones sencillas o fáciles, los problemas del desarrollo de las naciones son complejos y difíciles. No es con la varita mágica que alguien pueda traer y cambiar un país, es un país que le ha costado 200 años de lucha, de haber creado instituciones que nos llenan de orgullo y satisfacción.

 

No puedo entender a México sin la Universidad Nacional Autónoma de México. No puedo entender a México sin el Instituto Mexicano del Seguro Social. No puedo entender a México sin el Banco de México y sin muchas instituciones que hemos logrado construir y que muchos compañeros y compañeras diputadas federales y senadoras y senadores, pudieron lograr estas instituciones.

 

Quiero, para terminar, decirles desde esta Tribuna, que quiero reconocer y agradecer el trabajo, la dedicación y el compromiso de todas aquellas personas que, sin ser legisladores, son parte protagonista de los cambios de este México que estamos viviendo. Me refiero a todo el cuerpo técnico y administrativo de este Senado, sin ustedes estos logros jamás hubieran sido posibles.

 

Al doctor Arturo Garita, permítame reconocerle, porque es usted un pilar de la labor legislativa, y un ejemplo de que el servicio público es profesional y es honorable.

 

A Roberto Figueroa le reconozco su incuestionable capacidad para garantizar que ejerciéramos nuestra actividad cotidiana en las mejores condiciones y con plena transformación y absoluta transparencia.

 

El trabajo de todas y todos los que trabajan en el Senado de la República, el trabajo de los equipos técnicos de mis compañeras y de mis compañeros senadores que siempre estaban pendientes para que pudiera salir un dictamen y se trajera al Pleno del Senado. Para ellos también nuestro reconocimiento y también para los empleados administrativos y para las mujeres y hombres que trabajan en FONATUR y que logran que siempre esté inmaculado, no sólo este Salón de Sesiones, sino todo el Senado de la República. Muchas felicidades, compañeras y compañeros.

 

Permítame terminar diciéndoles, sigamos siendo referente de diálogo, tolerancia y vocación democrática a cualquier lugar al que vayamos. Sé que todos nos llevamos de esta legislatura grandes experiencias y grandes conocimientos, pero sobre todo grandes amistades.

 

La vida transcurre, los años pasan y los años pasaron. Las personas se acercan, las amistades surgen y se construyen todos los días y con el tiempo perduran.

 

Hemos compartido grandes momentos que siempre nos estrecharon más.

 

Más allá del color o de la ideología, nos unen lazos de amistad y de fraternidad, así como a los primeros amigos de la infancia se llevan por toda la vida un recuerdo en la vida de nosotros, mi mejor recuerdo para mis amigas y amigos senadores es que soy su compañero, seguiré siendo su compañero hasta el último día de mi vida.

 

Que la Patria siempre sea primero.

 

Muchísimas gracias.

 

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL MENSAJE DE LA SENADORA ANA LILIA HERRERA ANZALDO, PRESIDENTA DE LA JUNTA DE COORDINACIÓN POLÍTICA DEL SENADO,

 

 

Gracias presidente Ernesto Cordero.

 

Saludo al Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, quien asiste con la representación del presidente de todos los mexicanos, Enrique Peña Nieto.

 

Saludo también al señor ministro, Constancio Carrasco, por su presencia.

 

Queridas compañeras.

 

Queridos compañeros:

 

Inicio con una cita de Emilio Rabasa, en “La Constitución y la Dictadura”.

 

Cito:

 

“Entre el absurdo de suponer, que basta una Constitución para hacer un pueblo, y el extremo de afirmar, que la influencia de las leyes es nula para organizarlo, hay un medio que es el justo: la ley es uno de los elementos que contribuyen poderosamente no sólo a la organización, sino al mejoramiento de las sociedades con tal que se funde en las condiciones del Estado Social, hoy Estado Constitucional y Democrático de Derecho”. Emilio Rabasa en “La Constitución y la Dictadura”.

 

Acudo hoy a esta tribuna quizá por última vez en las dos legislaturas para las que fuimos electos y en un México subrayadamente distinto al que teníamos cuando rendimos protesta como senadoras y senadores hace apenas seis años.

 

Y sí, México ha cambiado.

 

Cuando rendimos protesta, sabíamos que el Legislativo tenía una deuda con México. La realidad de nuestro país exigía transformaciones de fondo, y la discusión era impostergable: un país generoso en recursos naturales, en ubicación geográfica, en clima, en fuerza laboral, está obligado a remontar con la fuerza de la sociedad, pero también con la firmeza de sus instituciones, el dolor de la pobreza y la falta de oportunidades; la creciente desigualdad que a nadie beneficia, así como la corrupción y la inseguridad que tienen, hay que decirlo, en la impunidad su principal aliada, y reconozcámoslo, son la principal causa del enojo social.

 

Avanzamos pues, en la construcción de un andamiaje legal cuya implementación está en marcha en el ámbito federal, aunque debemos advertir que las soluciones de fondo que requerimos, no se dan por decreto, sino que exigen la participación decidida, sin pretextos, de los tres poderes y de los gobiernos estatales y municipales en el ámbito, por supuesto cada uno, de sus competencias.

 

Sabíamos, pues, que la situación del país no daba para otros seis años de parálisis, de inercias o de sabotajes. El desarrollo de México no podía posponerse a costa de los intereses de unos cuantos; era menester tomar decisiones, y así lo hicimos, para dignificar lo público, para la inclusión, para lograr un país más justo y más igualitario.

 

Entendimos, desde el primer día que llegamos a este Congreso, que no hay voluntad política que esté por encima de nuestras leyes y de nuestras instituciones, y que sólo a través de éstas México puede ajustarse a las exigencias y a los retos de un entorno internacional.

 

Actuamos con audacia, pero también con responsabilidad; defendiendo nuestras convicciones y acercando nuestras posiciones en un Senado donde los acuerdos más relevantes tienen un doble mérito, no sólo por la riqueza de incorporar visiones distintas y complementarias, sino porque ninguna fuerza política, así lo decidió la sociedad, ninguna fuerza política, en el Senado, tiene mayoría, y eso nos obligó, y qué bueno, a escuchar y a dialogar para alcanzar resultados.

 

Es así que, la voluntad y la altura de miras de los integrantes de este Senado evitaron que la parálisis legislativa entrara a este recinto.

 

En la Junta de Coordinación Política, los desacuerdos se discutieron con civilidad y respeto hasta alcanzar consensos. Mi reconocimiento a cada uno de mis compañeros y compañeras que durante estos seis años integraron este órgano de gobierno.

 

Cumpliendo con nuestra responsabilidad ética y legal, nos mantuvimos abiertos al escrutinio. Conscientes de que los ciudadanos, la sociedad, merecen saber cuáles son los motivos que están detrás de nuestras decisiones, optamos -y aquí está nuestro querido amigo y ex presidente Pablo Escudero-, optamos por el parlamento abierto, por la máxima publicidad en cada discusión, poniendo especial énfasis en los temas polémicos o de alto interés público.

 

La transparencia y el acceso a la información pública llegaron para quedarse.

 

No quiero dejar pasar esta oportunidad sin recordar que dejamos pendiente la Iniciativa que en 2013 presentamos los integrantes de la Mesa Directiva para regular el Cabildeo: blindar el quehacer legislativo de los intereses ajenos a la sociedad, también implica modificar nuestro reglamento para regular y transparentar los asuntos legítimamente promovidos por particulares o por dependencias, pero que nosotros tenemos la obligación de traducir en el interés público.

 

En lo que toca a nuestra relación con el Ejecutivo, el Senado mexicano, y que se oiga muy claro, ejerció como nunca antes, su facultad de contrapeso. Muestra de ello es que reformas constitucionales como la de Transparencia y Acceso a la Información Pública o la Energética, por mencionar solamente dos, tuvieron en comisiones innumerables cambios.

 

Reconozcamos que el interés y la disposición del Legislativo y del Ejecutivo, fueron mutuos. Con la apertura del Ejecutivo y gracias al profesionalismo de un grupo plural de compañeras y compañeros, dimos seguimiento puntual en las rondas de negociación de la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; por lo que la labor del Senado no se reducirá a su ratificación, pues acompañamos de forma crítica y propositiva a la delegación mexicana, en aras de alcanzar los mejores acuerdos para nuestra nación.

 

En un logro sin precedentes desde 1995, alcanzamos los acuerdos necesarios para completar a cabalidad las representaciones diplomáticas de México en el extranjero. En suma, ejercimos nuestra facultad exclusiva de analizar la política exterior, en congruencia con lo dicho recientemente por el Presidente Enrique Peña Nieto:

 

Convencidos –cito– de salvaguardar ante todo, el interés nacional, nuestra soberanía y nuestra dignidad; sin miedo a negociar, pero nunca negociando con miedo. Unidos siempre, partiendo de la base del respeto mutuo y con la certeza de que nada ni nadie está por encima de la dignidad de los mexicanos y las mexicanas.

 

La Junta de Coordinación Política reconoce que, ante la opinión pública el disenso es más notorio que el consenso, porque este último se asume como un componente natural de nuestra labor. Sin embargo, haciendo un balance de nuestro desempeño, podemos estar convencidos de que le cumplimos a México; que la ley siempre es perfectible, pero que hicimos nuestro mejor esfuerzo en cada uno de los temas que nos convocó a legislar.

 

Hoy México es un destino más atractivo para la inversión, más abierto al mundo, donde se fomenta la competencia en beneficio de los consumidores.

 

Hoy entendemos que la educación, para ser un factor de desarrollo y movilidad social, un verdadero factor de desarrollo y movilidad social, debe ser educación de calidad. Si queremos un México donde el esfuerzo de nuestros hijos valga, si queremos un México donde el mérito se reconozca, debemos empezar por mejorar las condiciones del magisterio y aspirar a que un día, las maestras y los maestros de este país, puedan dedicarse sólo a la docencia; porque todos los días hacen mucho más, todos los días están haciendo gestión para la infraestructura educativa, todos los días tienen cargas administrativas que solventan con la convicción, la pasión y por supuesto la enorme vocación social que los caracteriza.

 

Concretar las reformas a la legislación secundaria en materia educativa, fue el único momento que nos llevó a legislar, a sesionar fuera de este recinto. Desterremos pues, la posibilidad de que la educación esté en manos del chantaje, la corrupción o el privilegio de unos cuantos.

 

Hay que decir que esos cuantos tuvieron secuestrada por décadas la educación pública en este país y eso es un lujo que no podemos volvernos a permitir. Que sean las y los mejores docentes, quienes estén frente a nuestra niñez y a nuestra juventud, pues para evitar que sea la voluntad o el capricho de una persona, creamos incluso un organismo constitucional autónomo: el Instituto Nacional de Evaluación Educativa.

 

Hoy las fuentes de ingresos del Estado se han diversificado, hemos sido capaces de atravesar un entorno internacional muy complejo, manteniendo un crecimiento insuficiente, sin duda, pero sostenido.

 

Hoy tenemos controles más estrictos para evitar el endeudamiento irresponsable de los estados y los municipios.

 

Hoy tenemos un régimen institucional más fuerte, que permite la participación de candidatos ciudadanos en los procesos electorales y la formación de gobiernos de coalición. Tenemos un Instituto Electoral con mayor capacidad de actuación y vigilancia de la equidad en los procesos electorales.

 

Hoy tenemos también un marco constitucional más robusto en materia de transparencia, regido bajo un Sistema Nacional y con un órgano garante, autónomo e independiente.

 

Hoy vivimos en un México donde los partidos políticos y sindicatos son sujetos obligados a transparentar y permitir el acceso a su información. Logramos una reforma constitucional para transformar la PGR en una Fiscalía General autónoma, y reconocemos en la legislación secundaria y el nombramiento correspondiente, uno de los temas de mayor apremio. Y reconozco también la voluntad que todos tenemos para trabajar hasta el último minuto en el que fuimos electos.

 

Logramos, en suma, pactar y desarrollar una agenda de gran trascendencia para la consolidación de una sociedad de derechos y libertades, basada en el crecimiento económico, fortalecimiento al empleo, la competitividad, la transparencia, la rendición de cuentas, el combate a la corrupción y en materia de seguridad, justicia y derechos humanos.

 

En lo político, materializamos la paridad de género en las candidaturas a cargos de representación popular. Y sin embargo, reconozcamos que nos falta un largo trecho por avanzar para ser un país igualitario, que aproveche el talento y respete los derechos de quienes representamos más de la mitad de la población. Ni más, ni menos.

 

Fue, sí, la iniciativa enviada a esta soberanía por el Jefe del Ejecutivo, la que rescató esfuerzos previos y detonó un proceso que, sin importar ideologías, defendimos y enriquecimos.

 

Pasamos de ver, y hay que decirlo, a quien en pleno siglo XXI y en este mismo recinto, se abstuvo de votar esa reforma constitucional, para ver también a compañeros convencidos, como nosotras, de avanzar hacia la igualdad; como mi coordinador Emilio Gamboa, quien desde los primeros días de la pasada Legislatura se comprometió con sus compañeras del grupo parlamentario del PRI, a construir los acuerdos para que una de nosotras encabezara un órgano de gobierno; y debo reconocer también la voluntad política de los demás coordinadores de los grupos parlamentarios, que en circunstancias sui géneris, sí, se sumaron a esta iniciativa que hoy permite que por segunda vez una mujer presida este órgano de gobierno.

 

Al ser la única mujer que usa la Tribuna en esta sesión solemne, tengo el deber moral de subrayar que en estos seis años he atestiguado, y lo digo orgullosa, la inteligencia, el talento, la pasión, la perseverancia y la capacidad de conciliación, no solamente de mis compañeros, que lo reconocemos; también de cada una de mis compañeras senadoras de todos los grupos parlamentarios.

 

Por primera vez, mujeres senadoras presidieron Comisiones de gran relevancia, como Gobernación, como Justicia, como Derechos Humanos, entre otras. Podemos decir que casi la totalidad de las Comisiones de Relaciones Exteriores en el Senado, tuvieron al frente a una mujer.

 

Además de presidir la Junta de Coordinación Política, logramos que dos grupos parlamentarios promovieran a las cuatro mujeres que fuimos Vicepresidentas de la Mesa Directiva, y sentimos orgullo al saber que además de nuestros compañeros que hoy son gobernadores, la única mujer gobernadora en México emanó de uno de nuestros escaños. Por supuesto, nos enorgullece saber que en el Gabinete federal hay compañeros muy valiosos, también que surgieron del Senado y nuestra muy querida Arely Gómez, que también orgullosamente salió de nuestras filas.

 

Gracias a las nuevas reglas en materia electoral, seguramente en las próximas legislaturas veremos capitalizado el anhelo de la paridad en la representación de los órganos de Gobierno del Congreso de la Unión y en las Legislaturas de los Estados; así como paulatinamente en cada uno de los Ayuntamientos y organismos constitucionales autónomos.

 

La participación decidida de todos y todas, nos permite dejar en el Senado la Unidad Técnica para la Igualdad de Género, y ojalá que las siguientes legislaturas logren implementar proyectos como el de una estancia infantil en beneficio de las madres, y los padres, por qué no, que laboran en este Senado.

 

Hay que reconocer que sin su trabajo no podríamos haber entregado los resultados que hoy podemos enumerar.

 

Quiero hacer un reconocimiento especial para los presidentes de la Mesa Directiva, que siempre respaldaron todas estas iniciativas, y en particular al tesón de mis compañeras integrantes de la Comisión de Igualdad de Género, que preside mi querida compañera Diva Gastélum.

 

Compañeras y compañeros:

 

Hemos demostrado que México puede, y debe siempre transformarse por la vía institucional. Por eso falta a la verdad aquel que pretenda poner en entredicho o echar para atrás, los avances que hemos conseguido por la vía del consenso en la pluralidad.

 

México, señoras y señores, ya no es terreno fértil para el fundamentalismo, para el paternalismo o para el mesianismo. Para fortuna de nuestra nación, el caudillismo quedó atrás hace mucho tiempo.

 

Pretender regresar al pasado es una idea irresponsable. Exijamos juntos, sí, la justicia por la que hoy clama una sociedad agraviada; erradiquemos los privilegios indebidos de la clase política, pero garanticemos certidumbre, garanticemos tranquilidad al trabajo honrado de millones de familias mexicanas.

 

La época en que el poder era unidireccional, quedó muy atrás. Por eso miente quien afirma que puede cambiar el destino de México por su sola voluntad.

 

Permítanme, justamente a propósito de esto, retomar una cita de Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Cito:

 

“México no ha avanzado hacia un régimen parlamentario, pero sí ha ido dejando en el camino al presidencialismo con poderes metaconstitucionales y constitucionales, que durante un buen tramo del siglo XX lo convirtieron en un ejemplo de régimen hiperpresidencialista. La presidencia actual, en oposición a lo que sigue gravitando en buena parte del imaginario colectivo, es una institución con poderes limitados, con atribuciones concurrentes. Un presidente, pues, más republicano, pero también institucionalmente, más débil”.

 

Eso es lo que hemos construido y ese es el contrapeso que el Poder Legislativo ha venido ejerciendo durante los últimos años.

 

En medio de un agitado proceso electoral, ni la ocurrencia ni el discurso del odio deben mirar con nostalgia al pasado. Los retos que tenemos no podrán ser resueltos si no es a través de las leyes y la solidez de nuestras instituciones.

 

México merece un futuro próspero, plural, sustentable. México merece y demanda respeto en el concierto internacional.

 

Hago votos, compañeras y compañeros, porque desde donde estemos, actuemos en congruencia y velemos por los valores de la democracia para beneficio de las generaciones por venir.

 

Cuando invocamos el Estado de Derecho nos planteamos salvaguardar la integridad, física y patrimonial de cada persona. Es momento de impulsar una reforma social que eficiente presupuestos, que cierre el paso no solamente a la corrupción; sino a las ocurrencias y al populismo.

 

Trabajar por quienes menos tienen, debe ser consigan de una sociedad y obligación irrenunciable de un Estado que apueste a ganar-ganar.

 

Eslabones de una misma cadena en el servicio público, tan importante el primero como el último.

 

Quiero agradecer el trabajo comprometido de cada uno y de cada una de nuestros compañeros y compañeras en las áreas de servicios administrativos, parlamentarios. Por supuesto de todo el gran equipo de medios de comunicación, del que hace muchos años formé una pequeñita parte, aquí mismo en el Senado; que nos permiten difundir el quehacer y hasta el no hacer del Poder Legislativo.

 

Quiero agradecer a cada uno y a cada una de mis compañeros senadores, porque luego de seis años no sólo enriquecimos nuestra experiencia. Luego de seis años cada uno de nosotros puede tener una visión más profunda de lo que es México a través de sus regiones, a través de cada una de las entidades que aquí representamos.

 

Ha sido un honor servir a México desde la más alta Tribuna y un verdadero privilegio ser su compañera.

 

Gracias, siempre.

 

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL MENSAJE DEL SENADOR ERNESTO CORDERO, PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA DEL SENADO DE LA REPÚBLICA

 

Doctor Alfonso Navarrete Prida, secretario de Gobernación, en representación del titular del Poder Ejecutivo Federal, Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

 

Magistrado Constancio Carrasco Daza, en representación del Poder Judicial.

 

Senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo, presidenta de la Junta de Coordinación Política de nuestro Senado.

 

El día de hoy, el Senado de la República culmina los trabajos ordinarios correspondientes a la LXII y a la LXIII Legislatura. Sintámonos orgullosos de estos seis años que pasarán a la historia como los que sentaron las bases para hacer frente a los retos que nos plantea un mundo cada vez más global e interconectado y a las demandas de una sociedad más participativa e informada.

 

Esto nos permite consolidar así un México plural, moderno, respetuoso de los derechos y de libertades, que asume la vocación de liderazgo regional y global que le corresponde. Fuimos partícipes de uno de los períodos de cambio más importantes del país.

 

El mayor acierto de nuestro paso por el Senado es, sin duda, su consolidación como contrapeso real a otros poderes. La pluralidad de voces y expresiones políticas, culturales y sociales representadas en esta Asamblea, siempre se les reconoció el derecho de expresar su opinión, su disenso y su propuesta.

 

Hoy es más que claro que nuestra democracia es mejor en la medida en que hay pluralidad, reflejo de nuestra identidad nacional.

 

Debatimos los temas de trascendencia nacional y se procesaron los más complejos en momentos difíciles, siempre con madurez y responsabilidad política.

 

Aprendimos que llevarnos bien en un órgano deliberativo va más allá del compañerismo, implica apelar a nuestra disposición de transigir para reivindicar que la política y la legislación no son cuestiones inflexibles sino ideales alcanzables.

 

Por esta razón, agradezco a quienes fungieron en algún momento como Coordinadores de los Grupos Parlamentarios y actuaron en favor de la gobernabilidad en nuestra Cámara.

 

Gracias a los Senadores con licencia Jorge Emilio González Martínez y Luis Miguel Barbosa Huerta; así como a los Senadores Carlos Puente Salas, Dolores Padierna Luna, don Luis Sánchez, Jorge Luis Preciado, Fernando Herrera, Manuel Bartlett y Emilio Gamboa patrón.

 

Aprovecho también para agradecer a la Junta de Coordinación Política y a su Presidenta, la Senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo, quien en todo momento apoyó a esta Mesa Directiva e impulsó los acuerdos que permiten cumplir con nuestras facultades.

 

La visión de Estado nos condujo a una buena coordinación con la Cámara de Diputados y a un intercambio constructivo con los Poderes Ejecutivo y Judicial, así como con los organismos constitucionales autónomos y las 32 entidades federativas, con pleno respeto a la división de poderes y al federalismo.

 

Fuimos capaces de atender diversos reclamos de la sociedad. Trabajamos por el respeto y protección de los derechos humanos, lo que nos llevó a aprobar leyes inspiradas en el respeto a la dignidad de las Niñas, los Niños y los Adolescentes, las personas mayores, las que tienen alguna discapacidad, así como los migrantes.

 

Uno de los avances más importantes que conseguimos fue reforzar la protección de las mujeres frente a todo tipo de violencia.

 

Para mejorar la seguridad y combatir la impunidad, consolidamos el nuevo sistema de justicia penal con leyes que unifican los procedimientos penales y mejoran los mecanismos de impartición de justicia, velando por el respeto a los derechos de las víctimas y apostando por la readaptación social.

 

Asimismo, logramos establecer las bases de los sistemas nacionales de transparencia, combate a la corrupción y para una mejor fiscalización de los recursos públicos.

 

Para afrontar los retos de este mundo globalizado, altamente automatizado y con importantes innovaciones tecnológicas, establecimos bases que nos ponen en el camino correcto para modernizar el sistema educativo, los sectores energético, financiero y de telecomunicaciones, facilitar la movilidad laboral, atraer inversiones y potenciar el desarrollo en las regiones más rezagadas del país, a través de las zonas económicas especiales.

 

También buscamos construir un país con mayor responsabilidad ambiental, sensible a las problemáticas y retos globales, como el cambio climático y la consecución de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.

 

Aprobamos durante estos seis años, 31 reformas constitucionales y 75 nuevas leyes, de las que destaco:

 

Once en materia de seguridad pública y justicia; 4, educativas; 5, político-electorales; 2, de telecomunicaciones; 11 que componen el nuevo marco legal energético; 18 para regular las relaciones económicas; 3 encaminadas a brindar mejores condiciones de salud y mejorar al medio ambiente y 6 para mejorar la transparencia y combatir la corrupción.

 

Asimismo, con 840 reformas buscamos mejorar la regulación en materias como equidad y género, grupos vulnerables, trabajo, medio ambiente, seguridad social, pueblos y comunidades indígenas, educación y cultura, justicia, salud y temas económicos.

 

Realizamos 519 nombramientos para ocupar importantes cargos de la vida pública del país; ratificamos 1031 grados militares y 857 navales. De igual modo, concedimos a seis grandes personalidades la Medalla Belisario Domínguez. Todo esto en 437 sesiones celebradas.

 

Mención especial merece la creación de la presea Elvia Carrillo Puerto a fin de rendir un homenaje a mexicanas destacadas en la lucha social, cultural, política y económica en favor de los derechos humanos y la igualdad de las mujeres.

 

La vocación internacional del Senado fue consolidada durante estos años al aprobar 133 instrumentos internacionales. Desplegamos una intensa labor en diferentes frentes, siendo lo primordial, la protección de nuestra soberanía y la defensa de nuestros connacionales, principalmente a través de las 175 personas que ratificamos como embajadores, cónsules generales y representantes permanentes.

 

La extensa labor de diplomacia parlamentaria que realizamos nos permitió recibir el encuentro de los presidentes de los congresos de las 20 economías más importantes del mundo.

 

Que compañeras y compañeros como Gabriela Cuevas, Marcela Guerra, Miguel Ángel Chico, Blanca Alcalá y Rocío Pineda Gochi encabezaran, respectivamente, la Unión Interparlamentaria, el Foro “Parlamentarios por las Américas”, la Confederación Parlamentaria de las Américas, el Parlatino y la Comisión de Seguimiento Parlamentario a la Alianza del Pacífico.

 

Recibimos a 10 Jefes de Estado, 3 Jefes de Gobierno, 49 Presidentes de Parlamentos, 12 titulares de organismos internacionales, así como a diversos representantes de gobiernos locales extranjeros.

 

Al tiempo que refrendamos los lazos de amistad con nuestros socios y amigos alrededor del mundo, este Senado fijó una postura contundente y fuimos los primeros para defender el interés nacional en el momento más crítico de la relación con los Estados Unidos de América.

 

Todos estos logros, detallados rápidamente en toda la agenda pública, fueron posibles gracias al liderazgo y empuje de nuestras compañeras y compañeros senadores, quienes encabezaron en estos 6 años las 64 comisiones en este Senado.

 

Muchas gracias a todos ustedes.

Reconozco a quienes tuvieron el privilegio de haber sido elegidos para ocupar esta presidencia. Desde aquí saludo a los Senadores con licencia Raúl Cervantes Andrade, Miguel Barbosa Huerta, Roberto Gil Zuarth y Pablo Escudero, quienes, con una sólida visión de Estado condujeron la asamblea con objetividad, certeza, eficacia y pulcritud y supieron reforzar la posición que tiene el Senado de la República en nuestra democracia.

 

También les agradezco profundamente la confianza de todas y todos por darme el privilegio de encabezar este Senado en dos periodos de esta legislatura.

 

De igual manera agradezco y reconozco a la y los senadores que ocuparon las Vicepresidencias durante este sexto año de actividades. Graciela, Octavio, David y Adolfo, gracias por su consejo, imparcialidad, profesionalismo y sabiduría para conducir la Asamblea.

 

Asimismo, gracias a las y los Senadores que tuvieron la importante función de las secretarías, Itzel, Rosa Adriana, Lorena, Miguel, Gerardo y Martha, por la tolerancia durante las votaciones y la pulcritud en el registro de los temas; gracias por estar siempre dispuestos a servir a esta Asamblea.

 

Podremos no compartir la forma en que queremos lograr un mejor futuro para México, pero nunca vamos a disentir sobre el futuro que queremos, con más libertades y oportunidades para todas las personas, con prosperidad y con desarrollo sostenible.

 

Ante los clamores fatalistas, la determinación de un país que ha logrado en los últimos treinta años consolidar un régimen de libertades no debe ser abandonado de la noche a la mañana.

 

No demos dar por sentado que todo lo que se ha ganado llegó para quedarse. Décadas de avance se pueden perder en tan sólo un abrir y cerrar de ojos, siempre será más sencillo destruir que construir un proyecto de Nación.

 

Nuestro país vive un intenso proceso electoral que definirá el rumbo que habremos de seguir en los próximos años.

 

Algunos ven cómo la marea política sube y el oleaje generado por los intensos vientos electorales amenaza con hacer encallar el orden político que han construido años de acuerdos entre las diversas fuerzas políticas.

 

Frente a esta visión expresamos con toda claridad: son las instituciones las que garantizan que ni la democracia naufrague, ni a la democracia se le ahogue con la voz de la legítima disidencia.

 

Por eso debemos ser contundentes: o defendemos y fortalecemos nuestras instituciones, o la confrontación cegada por la mutua descalificación de las fuerzas políticas limitará nuestra capacidad para sacar adelante a nuestro país.

 

Confiamos en que el calor del debate, la confrontación de ideas, de propuestas y en ocasiones el encono, propio de épocas electorales, no podrán derretir los pilares de nuestras instituciones, y, por ende, de nuestra democracia.

 

Nuestras Instituciones no están blindadas. Defenderlas y procurarlas es un trabajo diario y continuo. No se debe bajar la guardia ni un instante. El retroceso acecha en cada esquina y es deber moral de todo demócrata, proteger a nuestras instituciones republicanas, como lo hicimos por seis años en este Senado de la República.

 

Desde el 1° de septiembre de 2012, ocuparon estos escaños 193 mexicanas y mexicanos, 78 mujeres y 115 hombres, que tuvimos la gran distinción de integrar esta Soberanía. Trabajamos con vigor, determinación, responsabilidad y profundo amor a México para construir acuerdos y tomar las mejores decisiones para nuestro país.

 

Este Senado será recordado también por la sólida trayectoria de sus integrantes, que conjuntó experiencia y juventud, reflejo de ello es que de estos escaños salieron nueve gobernadores –Omar Fayad, Claudia Pavlovich, Martín Orozco, Carlos Mendoza Davis, Javier Corral, José Rosas Aispuro, Francisco Domínguez, Francisco García Cabeza de Vaca, y Alejandro Tello–; también de este Senado salieron presidentes municipales y servidores públicos que reforzaron la administración del Presidente Enrique Peña Nieto –Arely Gómez, David Penchyna, Raúl Cervantes, Eviel Pérez, Mely Romero, René Juárez, Blanca Alcalá, y Arturo Zamora–

 

Actualmente, varias de nuestras compañeras y compañeros participan en procesos electorales en búsqueda un cargo de elección popular.

 

Estamos muy orgullosos de ellas y de ellos y allí estaremos apoyándolos, sin importar el color del partido, porque nuestro país se verá muy bien servido con su talento político y con su liderazgo.

 

Recuerdo también a nuestros compañeros que murieron durante estos años y dejaron un gran vacío en nuestros corazones. Quisiera rendir un breve homenaje a la Senadora Mónica Arriola Gordillo y a los Senadores Alonso Lujambio, Manuel Camacho, Braulio Fernández, Luciano Borreguín. Nos despedimos de ellos, pero nos seguirán acompañando con sus ideas, sus propuestas y su liderazgo.

 

Agradezco a las compañeras y compañeros de la Secretaría General de Servicios Administrativos, de la Secretaría General de Servicios Parlamentarios, de la Contraloría Interna, de Comunicación Social, del Canal del Congreso, del Instituto Belisario Domínguez, del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, del Centro de Capacitación y Formación Permanente y de las Unidades de Género y de Enlace para el Acceso y Transparencia de la Información, así como al personal sindicalizado, al servicio técnico y a quienes integran las Comisiones, los Comités y los órganos de gobierno por su importante función y compromiso institucional.

 

También reconozco a las compañeras y compañeros de los servicios de limpieza y mantenimiento, meseros, edecanes, personal de resguardo y de cocina y asesores que cumplieron cabalmente y con responsabilidad su tarea para consolidar una institución abierta, democrática, plural, transparente y eficaz.

 

La labor legislativa implica grandes retos y dificultades, que ameritan una respuesta pronta y oportuna. Gracias al consejo y asesoría de la Secretaría General de Servicios Parlamentarios, encabezada por nuestro amigo Arturo Garita Alonso, logramos desempeñar adecuadamente nuestra labor.

 

Asimismo, estamos por entregar un Senado presupuestal y financieramente sano, con mayor transparencia y rendición de cuentas, como nunca antes, gracias a la destacada gestión de Roberto Figueroa, al frente de la Secretaría General de Servicios Administrativos. A los dos, muchas gracias.

 

Reconozco también al equipo que me acompañó en la gran responsabilidad de conducir la Cámara durante su primero y último año de actividades. Su esfuerzo y apoyo fue de gran importancia para lograr una presidencia responsable y a la altura de los retos que enfrentó en cada etapa.

 

Amigas y amigos:

 

Iniciamos este camino, jurando guardar y hacer guardar la Constitución Política de nuestro país.

 

Desde nuestras posiciones, tomamos decisiones con base en principios personales, pero sobre todo honrando el mandato que recibimos como senadoras y senadores de la República.

 

Nuestra responsabilidad como Senadores y Senadoras de la República llegará a su fin el 31 de agosto, pero estoy seguro que éste ha sido uno de los más altos honores de nuestra vida pública. Sintámonos orgullosos de cada palabra, de cada debate, de cada acción, y de cada voto emitido por el bien de México.

 

Cada uno de nosotros buscará nuevos rumbos y estoy seguro que nos volveremos a encontrar, siempre luchando por un mejor México, más justo, más libre, más próspero y más incluyente.

 

Muchas gracias a todas y a todos.

 

¡Hasta pronto!

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