Versión Estenográfica del discurso de presidente de la Mesa Directiva, senador Ernesto Cordero Arroyo, durante el Cuarto Congreso Nacional de Familia y Desarrollo Humano. 

Muy buenos días a todos.

Saludo al senador José María Martínez y Martínez, presidente de la Comisión de Familia y Desarrollo Humano.

Saludo también al doctor José Ovalle Favela;

A la maestra María José Núñez Glennie;

Al maestro Jesús Rodolfo García Lemus;

A mi compañera, la senadora Lisbeth Hernández Lecona y al senador Víctor Hermosillo. Muy buenos días a todos.

Me voy a tardar yo creo que unos 45 minutos, si quieren tomar asiento.

Sean todos bienvenidos al Senado de la República, con motivo del Cuarto Congreso Nacional de Familia y Desarrollo Humano.

Quiero agradecer al senador José María Martínez y Martínez, por la invitación, pero también quiero reconocer la labor que ha realizado durante estos años para introducir al enfoque familiar como una de las prioridades para el trabajo legislativo que resulta fundamental para el desarrollo de nuestro país.

Es en el seno familiar que mujeres y hombres por igual aprendemos a afrontar los retos del quehacer social, a ser solidarios, a escuchar y ser tolerantes y a reconocer nuestras diferencias y trabajar juntos.

Es gracias a los años que pasamos con nuestros padres, madres, abuelos, hermanos, tíos y primos, que desarrollamos una capacidad de relacionarnos afectivamente y construir comunidad, y así fortalecer la vida de nuestro país. En ese tiempo, también aprendemos a satisfacer nuestra necesidad de subsistencia.

Sin embargo, en los últimos años, nuestra sociedad ha atravesado importantes transformaciones a causa del desarrollo tecnológico, la integración regional, la disminución de las tasas de natalidad y la mayor participación de la mujer en el mercado laboral, la necesidad de conjugar la asistencia, la universidad con el trabajo y extender la edad para la jubilación.

Todo ello, ha repercutido directamente en la sociedad e introducido cambios importantes en las dinámicas familiares.

Lo anterior, nos obliga a prestar más atención en lo que ocurre, analizar las transformaciones y causas, y estar atentos a los efectos que traen en cada persona, así como la necesidad de hacer adecuaciones en nuestro orden jurídico con pleno respeto a los derechos humanos, pues son ya parte de los principios en que está fundada nuestra nación.

Hablar de la realidad familiar, implica también un enfoque económico y de desarrollo.

Ante el logro de una estabilidad económica, debemos fortalecer el ingreso familiar y su patrimonio financiero neto, con el fin de acercarnos al nivel de otros países de la OCDE.

Asimismo, debemos responder de mejor manera, a la manera en que se gasta en las familias, pues de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, el 35 por ciento de los recursos familiares se destinan a alimentos, bebidas y tabaco, en tanto que el segundo concepto es el transporte, con un 19 por ciento y, en tercer lugar, se encuentran los servicios de educación con un 12 por ciento.

Esta realidad debe ser uno de los retos a estudiar por esta Comisión.

Sin embargo, el enfoque de este análisis debe ser acorde con la Agenda 20-30 y los objetivos de desarrollo sostenible, toda vez que es justo, desde la perspectiva familiar, que mejor podemos atender las causas de la pobreza, la desigualdad entre hombres y mujeres, o la difícil situación que viven personas con discapacidad y personas mayores, así como la necesidad de lograr un desarrollo que beneficie a todas las personas.

Este Congreso debe ser, por tanto, una iniciativa para incentivar el diálogo entre poderes y órdenes de Gobierno, para elevar los estándares de protección a las familias mexicanas en favor del desarrollo sostenible.

Debe ser un espacio de diálogo e intercambio de ideas, que permitan vislumbrar los retos que enfrentarán las familias mexicanas en el futuro próximo, como es el mejoramiento de los mecanismos para resolver los conflictos que derivan de las relaciones familiares con la próxima discusión del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, y la necesidad de adoptar políticas públicas a nivel municipal, con un enfoque transversal e integral en el desarrollo de las familias y sus integrantes.

Sigamos discutiendo estos temas. Seamos objetivos, claros y precisos.

Sólo con el diálogo y el esfuerzo compartido, podremos construir las condiciones que requieren todas las familias de nuestro país.

Muchísimas gracias.