Versión estenográfica de la participación del senador Ernesto Cordero Arroyo, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la inauguración de la XXI Reunión Interparlamentaria México-Canadá, llevada a cabo en la sede de la Cámara de Diputados. 

SENADOR ERNESTO CORDERO ARROYO: Gracias. Muy buenos días a todos.

Saludo con respeto al diputado Edgar Romo García, presidente de la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión.

Al honorable Geoff Regan, presidente de la Cámara de los Comunes de Canadá.

Y al senador George Furey, presidente del Senado de Canadá.

Saludo al señor Embajador, me da mucho gusto saludarlo Embajador.

Al señor subsecretario Carlos Sada.

Y a todos mis compañeros legisladores canadienses y mexicanos. Me da mucho gusto saludarlos.

Es para mí un enorme gusto participar en esta Reunión Interparlamentaria, que tiene una larga tradición. Son ya 74 años de relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos; y son 30 años de compartir el futuro a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Somos amigos y nos encontramos frecuentemente. Nuestras inquietudes son comunes. El acercamiento en todos los ámbitos es prueba de la disposición de ambos gobiernos de construir cada vez mayores puentes de entendimiento; tan altos y robustos como para atravesar muros, como lo refirió el speaker Regan.

De una manera muy especial quiero agradecerles el apoyo que nos dieron como vecinos, como amigos en los sismos del pasado septiembre, en los cuales mi país y muchas familias mexicanas perdieron su hogar; y la ayuda y la solidaridad del pueblo canadiense estuvo ahí y se los agradecemos entrañablemente.

Me gustaría, brevemente, platicarles la transformación de México desde que somos parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Hace 35 años, México era un país cerrado, sin vínculos con el exterior en términos comerciales, que tenía una política exterior también autárquica, no nos metíamos con nadie porque no nos gustaba que se metieran con nosotros; donde las crisis económicas eran recurrentes; donde nuestra moneda se devaluaba de manera consistente; donde teníamos inflaciones de hasta tres dígitos y donde las familias mexicanas perdían su patrimonio cada seis años, como consecuencias de estas crisis.

México tomó la decisión correcta, en aquellos años, y decidimos abrirnos al mundo y ordenar nuestra economía. Y desde entonces ha sido un largo camino, son 35 años; pero podemos decir que la economía mexicana hoy es una economía emergente potente, reconocida en el mundo; cuya opinión es escuchada en todos los foros internacionales.

Y hoy tenemos uno de los sistemas financieros mejor capitalizados, mejor supervisados y mejor regulados del mundo. Nuestra economía pasó de ser exportadora de petróleo en un 80 por ciento; y hoy el 80 por ciento de nuestras exportaciones son manufacturas de alta tecnología y de media tecnología. Fuimos capaces de darle la vuelta y eso gracias al Tratado de Libre Comercio con América del Norte.

Hoy México, esa prosperidad económica que hemos generado, fuimos capaz de traducirla en mejores condiciones de vida para todos. No hay un solo indicador de política pública en mi país, en México, que no haya mejorado en los últimos 35 años.

Cualquier indicador de educación, de salud, de dotación de servicios básicos, ha mejorado notablemente en México. Fuimos capaces de poner en orden la casa, poner en orden la economía; pero además, mejorar las condiciones de vida de los mexicanos en estos últimos 35 años.

De acuerdo a las Naciones Unidas, México tiene un nivel de desarrollo humano alto, superior al que tienen otras economías emergentes que tradicionalmente se comparan con nosotros. Y no sólo eso, no sólo tenemos una economía estable y sólida que se ha traducido en mejores niveles de vida para muchos mexicanos; sino que también en estos 35 años construimos una democracia efectiva.

Hace 35 años, un solo partido gobernaba México y tenía control absoluto en ambas cámaras de Diputados y Senadores. Hoy no es así. Desde 1997 ningún presidente en México ha tenido mayoría en las dos cámaras. Eso nos ha obligado a hacer política, a platicar y a construir mayorías, como todas las democracias modernas.

Hoy México tiene una democracia estable, una democracia respetada y somos un país que en los foros internacionales lucha y defiende las libertades igual que ustedes: libertad política, libertad económica y la libertad de que todo ser humano salga adelante con su propio esfuerzo.

En mi país también hemos dado fuertes batallas y estamos avanzando en temas de inclusión, de igualdad de género, de defensa de los derechos humanos.

Hoy México es un aliado confiable y es un país respetado, cosa que no era hace 35 años y eso, en buena medida, es por decidir plantear un futuro común con Canadá y con Estados Unidos hace 35 años.

Para nuestro país, la negociación del Tratado de Libre Comercio es más allá de un acuerdo comercial, es compartir un futuro con la región de la cual somos parte y en la cual nos ha ido muy bien y estamos muy orgullosos de ser vecinos y más que vecinos, amigos, como dijo el Primer Ministro Trudeau, cuando vino a México.

Será responsabilidad nuestra si hay algún Tratado de Libre Comercio de la región, ratificar lo de ustedes y de nosotros.

Decirles que, para México, no vemos una negociación bilateral con Estados Unidos; para nosotros es un acuerdo trilateral y yo los invito a que ustedes tampoco caigan en la tentación y en la trampa de negociar bilateralmente un tratado con Estados Unidos.

Esto es un asunto de tres y nos ha ido bien a los tres.

Les quiero agradecer su presencia. Estoy seguro de que van a ser sesiones muy productivas; estoy seguro de que se fortalecerá la cooperación, los vínculos, la amistad y el cariño que se tienen canadienses y mexicanos.

Sean ustedes bienvenidos.

Gracias.