Versión del discurso del senador Ricardo García Cervantes, durante la inauguración de la Conferencia Permanente de Congresos Locales, realizado en el Senado de la República

Muy buenos días a todas y todos ustedes.

Mi muy querido amigo y Presidente del Belisario Domínguez, Don Carlos Navarrete y no menos querido amigo el presidente del grupo promotor. Esta manera de empezar una presidencia, luego verán, Don Eduardo Andrade, me da mucho gusto saludarlos a todos.

Ya el senador Don Carlos Navarrete anunciaba que un momento más, el Presidente del Senado, el senador Don José González Morfín estará con ustedes para darles un saludo y un mensaje institucional de compromiso.

Esta idea, es de esas ideas que cuando les llega su tiempo no hay forma de detenerla, es --creo yo--, producto de que ya han pasado cuando menos tres lustros de que el debate político, el debate nacional ha tomado al Congreso Federal y a los congresos de los estados como el punto central y nodal de ese debate que se traduce posteriormente en uno de los productos que los ciudadanos esperan de la democracia.

Los acuerdos, los consensos o el disenso civilizado plateando los argumentos de frente a los ciudadanos, me parece que esta es una de esas ideas a las que pues llega su tiempo y que podemos empezar  a generar expectativas de que pronto empezará a rendir frutos generando bienes públicos, creando para la República un contexto de debate político, de debate ideológico, de acuerdo político, de acuerdos legislativos, de diseño de políticas públicas, de control, de supervisión y por supuesto de rendición de cuentas de la gestión de los congresos.

Yo estoy muy contento, recuerdo que Eduardo sentado por ahí, y yo sentado por acá esperando que empezara la reunión del Belisario Domínguez, plantea él la posibilidad de que esto fuera más permanente, yo creo que, bueno no creo estoy seguro, le digo: bueno esa idea es muy buena Eduardo, hay que verla. No, no, si no venía preparado pero y ya traía él muy clara esa idea que surge como digo, en el ánimo de todos como una idea para que ya le llegó su tiempo y no habrá forma de evadir esa responsabilidad, de reunirse para construir, de reunirse para producir, de reunirse para servir.

Yo creo que esa es la intención de los congresos, cada uno desde sus diferentes orígenes partidarios, pero todos también con la misma legitimidad de ser representantes populares. Pueden estar seguros de que será un instrumento para que se cumpla a cabalidad más y mejor la responsabilidad de representar a los ciudadanos.

Yo estoy seguro que el Instituto Belisario Domínguez en la próxima Legislatura tendrá en sus archivos, en sus expedientes, muchos asuntos que deberán continuar, que por el mérito mismo de los temas y de los asuntos que hemos venido tratando en el Belisario Domínguez continuarán, éste seguramente será uno de ellos y el Senado de la República en términos institucionales cambia de Legislatura, pero sus responsabilidades son las mismas y los próximos senadoras y senadores, estoy seguro que acometerán esta grave responsabilidad, esta seria responsabilidad, esta importante responsabilidad de contribuir con los congresos de las entidades federativas, a su fortalecimiento, a su crecimiento y a la generación de bienes públicos que nos demandan por igual los ciudadanos.

Yo quiero simplemente decir que me siento muy satisfecho, muy orgulloso, muy contento de haber sido testigo de la génesis de esta idea y de este esfuerzo, y si Eduardo o cualquiera de ustedes llega a tener alguna duda de mi deseo de contribuir y de ayudar, me van a ofender, la duda me ofende, esta es una idea que vale la pena, es una idea que más allá, dice Don Carlos Navarrete que estamos en la última etapa, ojalá nos quedara la última etapa, ya no nos queda nada.

Si algo podemos hacer los aun senadores, cuenten con ello, pero si lo podemos hacer como ex parlamentarios, también cuenten con ello.

Muchas gracias.

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