Versión estenográfica del mensaje del senador Pío García-Escudero Márquez, presidente del Senado de España, durante la inauguración de la XV Reunión Interparlamentaria España-México, celebrada en el Hotel Parador Baiona de esta ciudad.

SENADOR PÍO GARCÍA-ESCUDERO MÁRQUEZ: Excelentísima señora presidenta del Congreso de los Diputados.

Excelentísima señora presidenta de la Cámara de Diputados de México.

Excelentísimo señor presidente del Senado Mexicano.

Señores miembros de las mesas de la Cámara de Diputados de México, del Congreso de los Diputados de España, de los senados de España en México.

Diputados, senadores, españoles y mexicanos.

Querido Marcelino Oreja, embajador.

Queridas amigas y amigos:

Permítanme que me sume a las palabras de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para que expresar en nombre del Senado de la España nuestra más solidaria bienvenida a todos los parlamentarios y al conjunto de las federaciones de la Cámara de Diputados y del Senado de la República de México.

Como todos recordamos, fue hace casi tres años cuando tuvimos la anterior oportunidad de reunirnos en San Miguel de Allende, en un encuentro perfectamente organizado por nuestros anfitriones mexicanos. Fue un trabajo fructífero en el que yo personalmente guardo (inaudible)….

Las recientes circunstancias políticas españolas, dos elecciones en apenas seis meses, han motivado que este nuevo encuentro interparlamentario se haya retrasado más de lo deseable, pero al cabo volvemos a reunirnos aquí en Baiona, a orillas de este Océano Atlántico que no separa sino que une a nuestros dos países.

Y pienso que todos concurrimos con el ánimo de seguir trabajando en común y de contribuir de ese modo a un estrechamiento aún mayor de las excelentes relaciones entre México y España. Dos naciones indisolublemente vinculadas por nuestra historia, nuestra cultura, por el acervo de los valores democráticos que compartimos.

Las circunstancias, en efecto, han dado lugar a que esta Décimo Quinta reunión de nuestra cita interparlamentaria tenga lugar en 2017, un año –como todos sabemos– que posee un gran valor simbólico para los españoles por cumplirse el cuadragésimo aniversario de las primeras elecciones democráticas de nuestra historia reciente el 15 de junio de 1977.

(Inaudible)… sin duda, un año decisivo para la historia de España. El año en el que dimos paso a (inaudible) para la recuperación de una democracia durante un proceso pacífico y ordenado de transición política que culminaría 18 meses después con la aprobación de nuestra vigente Constitución.

Nuestra normalización política supuso también que España saliera al exterior para situarse en el lugar que le correspondía ante las naciones democráticas de su entorno geográfico e histórico.

Por eso, fue también en 1977 cuando España ingresó como miembro del pleno (inaudible) Europa, o cuando dimos un fuerte impulso a las negociaciones que en 1986 culminarían con nuestra incorporación a las (inaudible) del Siglo XX.

Y por supuesto, fue también en ese intenso año 77 cuando España restableció sus relaciones diplomáticas con México, una efeméride que hoy, transcurridos 40 años, tendrá una enorme satisfacción y que esta tarde vamos a (inaudible)

¿Qué quiere decir eso?

(Inaudible)…la cultura de las relaciones diplomáticas que durante 30 años, es verdad, que los dos estados, al ver interrumpidas sus relaciones diplomáticas (inaudible) para nosotros los españoles la transición política (inaudible) sellada con el pacto constitucional de 1978, significó el cierre de la brecha histórica entre las llamadas dos Españas y supuso también un acto de reconciliación y de superación de los viejos fantasmas de los dictadores pasados.

En realidad esa constancia de conspiración fue determinante para que el proceso se llevara a cabo con México, hicieron ese juego posible de la convivencia en paz y libertad, del apego (inaudible) los españoles.

Yo hoy quisiera especialmente otorgar un gran valor simbólico, tanto para sellar esa reconciliación, como para el (inaudible) de convivencia democrática que los españoles necesitábamos construir y me refiero concretamente al regreso de los españoles que tuvieron que (inaudible).

A este respecto, creo que nunca se ensalzará lo suficiente la admirada generosidad demostrada por México, por su pueblo, en la acogida de los 30 mil españoles que entre los años 39 y 42, se estima que buscaron allí un refugio donde pudieran vivir sus vidas en una atmósfera de libertad.

Ya que estamos recordando efemérides, yo quisiera traer a colación otra que tuvo lugar (inaudible) y que fue llevada a México en junio de 1937, de un primer contingente de 442 niños y niñas españolas entre 4 y 15 años, acompañados de un grupo de docentes, mejor conocidos como “Niños Españoles de Morelia”, pues fue ahí donde se instalaron, en una escuela auspiciada por doña Amalia Solórzano, esposa del presidente Cárdenas.

Aquellos niños fueron los primeros de nuestros muchos compatriotas que en México encontraron el calor humano necesario, para al menos mitigar la siempre amarga experiencia del exilio.

Y entre ellos también hubo una importante representación de intelectuales españoles, de nombres tan destacados como Luis (Inaudible), Max Sauro, León Felipe, María Zambrano o Luis Buñuel, todos encontraron en tierras mexicanas una hospitalidad a la que respondieron contribuyendo al esplendor del panorama cultural del país hermano de los años posteriores.

De ese modo, trascendiendo el doloroso trauma que me motivó, el exilio español, sirvió para entrelazar aún más la historia de España con la de México.

Por tanto tiempo hemos decidido que el homenaje es debido a todos los hombres y mujeres del exilio español; se entreveran con el eterno agradecimiento que España siempre deberá a México, por la generosidad que nos demostró en un trance tan difícil.

Señorías:

Después de la formalización de nuestras relaciones diplomáticas, México y España tenemos sobrados motivos para congratularnos por el excelente nivel de las relaciones de ambos países, que nuestras autoridades y nuestras sociedades civiles mantenemos en muy distintos ámbitos.

Contamos para ello, con un marco de relación estratégica, institucionalizado y actualizado, que en los últimos años nos ha permitido avanzar en numerosos campos de cooperación.

Sobre esos diferentes espacios de cooperación, vamos a trabajar, concretamente, durante estos días, sobre cómo profundizar y mejorar nuestra sintonía en materia económica y comercial, educativa y cultural, o de seguridad y defensa.

Los grandes retos que hoy hemos de afrontar en el escenario donde todos convivimos, hacen que esa colaboración sea particularmente valiosa.

Debemos seguir progresando por ese buen camino, pues no en vano nuestros dos países comparten similares valores, y también similares prioridades y modos de abordar los problemas.

México y España, estamos lejos de las posturas aislacionistas, o de las (Inaudible) centrípetas por desgracia en el (Inaudible)

Ambos países, coincidimos en la idea de que el diálogo, la multilateralidad y el aperturismo, son siempre las mejores referencias.

Para propiciar el progreso económico y social, para solucionar los conflictos, para lograr los grandes desafíos de nuestro tiempo, como son los relativos a la seguridad, el medioambiente, o la garantía universal de los derechos humanos.

Y coincidimos, también, en la visión de una política como instrumento al servicio de los intereses generales de los ciudadanos, así como en la valoración de la democracia parlamentaria, como el sistema idóneo para la defensa de esos intereses y la mejor garantía de la convivencia (Inaudible)…

Es esa sintonía la que, en suma, alienta este Foro de Cooperación Interparlamentaria, cuya Décimo Quinta edición arranca hoy.

Y en nombre de la Delegación Parlamentaria del Senado de España, quiero expresar mi deseo, más ahora, mi convicción, de que este Encuentro resaltará de un modo tan fructífero, como los que lo han precedido.

Y que de ese modo, contribuirá a nuestro gran objetivo común, que no es otro, que el del fortalecimiento de los lazos de hermandad entre México y España.

Muchas gracias.