Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: (Falla de audio de origen)…Francisco Zea, José Yuste, María Marván, Alejandro (falla de audio de origen)…

Grupos parlamentarios y aprovecho para saludarlos, a don Manuel Bartlett, al senador Carlos Puente Salas, a la senadora María Dolores Padierna, al senador Fernando Herrera, presidente de la Junta de Coordinación Política, y a don Emilio Gamboa Patrón.

Después una intervención a cargo del licenciado Olegario Vázquez Aldir.

La entrega del periódico conmemorativo por parte de don Olegario, y luego una pequeña intervención de mi parte, hacer un ajuste de tiempo y luego pasar a la inauguración de la exposición.

Dicho lo anterior, sean todos ustedes bienvenidos y le doy el uso de la palabra al licenciado Pascal Beltrán del Río.

LICENCIADO PASCAL BELTRÁN DEL RÍO: Muy buenos días a todos.

Esta ceremonia, mucho honra a Excélsior, por eso es de agradecer y de saludar a nuestro Senado de la República.

Estamos a cien años de la fundación del periódico de la vida nacional. En aquel tiempo era impredecible e inimaginable lo que le deparaba el porvenir.

En ese entonces no se adivinaba que se convertiría en el periódico más ligado a la historia mexicana del Siglo XX, y que durante muchos de sus primeros cien años de vida sería el diario insignia del mundo hispanoparlante.

Para nuestra fortuna, pero para también la del pueblo de México, el milagro que sucede todos los días en la redacción de un periódico, donde al principio de la jornada todo hace presumir que al final todo saldrá mal; ese milagro diario se haya repetido más de 36 mil veces consecutivas.

Pero este Centenario debe ir más allá de festejos. Es momento de tratar de pensar en los próximos cien años mexicanos y dentro de ellos, también los de Excélsior.

Casualmente los tiempos actuales también tienen una gran dosis de incertidumbre. La velocidad de los cambios tecnológicos, los síntomas de deterioro de la democracia, la desesperanza con que miran el horizonte muchos jóvenes, es decir, los adultos y los viejos de mañana; y la profundización de la desigualdad vuelven casi irrelevante cualquier intento de pronóstico serio. Por eso estamos obligados a embarcarnos en el navío idóneo para que esos cien años del futuro, sean mejores que los cien años del pasado.

Lo contrario sería terrible. No sería fácil aceptar la posibilidad de que para el futuro nuestros hijos consideren que fue mejor el México que tuvieron sus padres y sus abuelos, que el que tienen ellos y el que tendrán nuestros nietos.

Es difícil describir a México, ya no se diga definirlo. No sabemos si vendrá un México infalible o un México inefable. No es fácil adivinar las ideas en las que pensarán esos quizá 150 millones de mexicanos, entre los cuales puede haber 100 millones de lectores a los que ya no les gustará el reparto mexicano del poder; 80 millones de pobres a los que ya no les gustará el reparto mexicano de la riqueza; y 90 millones de jóvenes a los que ya no les gustará el reparto mexicano de las oportunidades.

En fin, no es fácil presagiar el futuro de los nuestros, no sabemos si México será más soberano o más sometido; si tendrá más libertad o más endurecimiento; más democracia o más partidocracia; más descentralización o más centralismo.

No sabemos si los mexicanos de mañana tendrán un país seguro o inseguro; estable o inestable; rico o pobre; limpio o corrupto; feliz o triste.

No es fácil resolver si este será un país de la justicia o de la venganza; de la equidad o de la concentración; de la gobernabilidad o de la anarquía; del desarrollo o del retroceso; de la guerra o de la paz.

Al poner la vista en los próximos cien años de México, queremos tener mayor esperanza en los jóvenes que en nuestros contemporáneos. Creer que a ellos ya no les gustará nuestra corrupción, nuestra irresponsabilidad, nuestra inconsciencia, nuestras equivocaciones, nuestra debilidad, nuestras ideas y nuestro cinismo.

Pero el mismo tiempo tenemos el desasosiego de que para entonces tampoco le guste nuestra raigambre, nuestra cuna, nuestra estirpe, nuestra esperanza, nuestra gente y nuestra nación. Vamos, que nos aparezca la zozobra de que no les guste México.

Por eso a veces nos asalta el presagio de tener un México inexplicable por nuestra equivocación, indescriptible por nuestra culpa e inconfesable por nuestra vergüenza.

Para enfrentar los desafíos del futuro nos puede servir tener en cuenta lo que nos puede surtir la política y lo que nos puede contribuir el periodismo.

El mejor sistema político se forma de dos elementos inseparables e ineludibles, en mi opinión. 

El primero lo constituye la gobernanza en su forma de instituciones bien cimentadas, de clases políticas bien formadas y de actividad política bien desarrollada.

El segundo lo constituye la opinión nacional, en su forma de opinión pública bien informada, de opinión periodística bien intencionada y de opinión técnica bien especializada. Esa es la pareja ideal formada por el periodismo y la política.

Los tiempos serían muchos, y los ejemplos por supuesto, pero me quedo con uno solo muy notable en la historia de la política y del periodismo. Los artículos escritos por Hamilton, Madison y Gay, que hoy conocemos como el federalista y que sirvieron para generar una nación.

En estos países complejos y modernos como el nuestro, lo ideal es tener buena política y buena opinión pública. Lo catastrófico es que ambos sean pésimos. Lo intermedio es que sólo sirva uno de ellos.

Si el gobierno es muy eficiente, no es tan grave la impotencia de la prensa; pero si el impotente es el gobierno, la única salvación reside en el periodismo que equilibra correctamente a la difusión de los datos duros que son tercos por naturaleza, y una opinión que sea justa, informada, juiciosa e implacable.

El periodismo es, incluso, de lo mejor que puede tener un sistema político. Él lo impulsa ante sus negligencias, lo contiene ante sus excesos y lo guía en sus extravíos. Es el mejor motor, el mejor freno y la mejor contraloría del gobernante.

Le da lo que muchas veces no le surten ni los leales ni los serviles. Le informa de lo que él no advierte o de lo que no previene. Es el vigía del mástil que le avisa si viene la tormenta, el iceberg o el enemigo.

El periodismo falla cuando actúa como grupo de poder y pretende sustituir a la política, cuando es capaz de distinguir la frontera entre la información y la opinión, sus dos brazos infaltables, y cuando cede su timón al entretenimiento o al chisme.

En su interacción, el binomio que forman política y periodismo tiene dos amenazas que lo ponen en riesgo: Una es que el sistema político quiera someter al sistema de medios, que pretenda acuerdos para transformarlo en simple colaborador, privándolo de informar y opinar con independencia. La otra es que la prensa no sea recia o inteligente, bien por dispersión, por desorganización o por distracción.

El peligro es que al mal sistema de gobierno se sume el mal sistema de información y de opinión. En este sentido, la alarma de cualquier pueblo es que esté al borde de un abismo o por lo menos de una zanja, y que en ese momento su gobierno acuse fuertes dosis de impotencia y que el periodismo revele grandes cuotas de ineficiencia. Que la prensa sólo siembre el reproche y la desilusión y que a ello el gobierno sólo conteste con el enojo y la desconfianza.

Quizá por eso Miguel de Unamuno decía que la verdadera revolución es el tiempo. Este pensador auténtico que vivió en la intersección de dos épocas, 36 años en el siglo XIX y 36 en el siglo XX, nos previno de querer vencer sin convencer.

“Podéis vencer si tenéis de sobra fuerza bruta, pero no por eso convenceréis, porque convencer significa persuadir, y para persuadir necesitáis algo más: la razón y el derecho”.

La mejor esperanza que podemos poner en el futuro de México es justamente esa, que en la política y en el periodismo jamás nos falte la razón y jamás nos falte el derecho.

Muchas gracias.

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias a usted, licenciado Pascal Beltrán del Río, Director Editorial del periódico Excélsior.

Tiene ahora el uso de la palabra el senador don Manuel Bartlett.

SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ: Bienvenidos, don Olegario Vázquez Raña, Olegario Vázquez Aldir, Pascal Beltrán. Bienvenidos al Senado de la República, un órgano plural que representa a los estados de la República.

Nos complace tenerlos presentes el día de hoy y celebrar con ustedes y el pueblo de México, el cumplimiento de un centenarios, cien años de vida del periódico Excélsior, con el que hemos transitado diversas en ese siglo.

Y sin duda alguna, quienes hemos estado vinculados con la opinión pública, con la política, hemos acudido siempre al periódico Excélsior y hemos vivido muchos años juntos.

Son ustedes responsables de esa institución, una institución que ha pasado por diversas etapas, dramáticas, graves, de bonanza, en este país, en sus momentos difíciles y en sus mejores etapas y ahí ha estado siempre el periódico Excélsior.

Para nosotros, ciudadanos políticos, senadores, el periodismo y las instituciones como el Excélsior representan dos ideas fundamentales de la Constitución de la República, dos valores fundamentales de la Constitución:

Uno, el derecho a la libertad, es decir la necesidad de garantizarles a los medios de comunicación, a su periódico, la libertad de expresión, sin ninguna limitación. Es una garantía constitucional, es una institución fundamental para el ejercicio de sus tareas.

La otra virtud o el otro valor que se involucra en ese ejercicio es la responsabilidad y la obligación, si bien está el derecho a la información que debe garantizarse por el Estado Mexicano y la sociedad en su conjunto.

El otro valor constitucional es la obligación de informar, es una garantía constitucional. El pueblo de México requiere información, el pueblo de México requiere ese trabajo cotidiano sin fin que es acopiar la información, analizar las situaciones e informar de una manera práctica, útil al pueblo y desde luego con una visión social.

Esa función para nosotros es fundamental y por eso podemos señalar con satisfacción que el Excélsior la ha venido realizando durante estos cien años.

Esa responsabilidad de informar debe mantenerse sin ninguna presión, sin someterse nunca ni al poder ni al dinero, para poder garantizar al pueblo de México lo que requiere: información, actualización, para poder seguir su vida en los diferentes aspectos del desarrollo nacional.

Por eso no es altamente satisfactorio y agradecemos su presencia en el Senado, para mantener esa relación que debe existir entre la política y la información, que se ha desarrollado en estos años y para nosotros el Senado de la República con gran satisfacción, estos últimos periodos de nuestra vida como institución.

Muchísimas gracias.

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias don Manuel Bartlett Díaz, coordinador del Partido del Trabajo.

Tiene uso de la palabra el senador Carlos Puente Salas del Partido Verde.

SENADOR CARLOS ALBERTO PUENTE SALAS: Muy buenos días compañeras y compañeros senadores.

Muy buenos días a todas y a todos los amigos que nos siguen a través del Canal del Congreso, a través de las redes sociales y los diversos medios de comunicación.

Es para mí un honor poder saludar esta mañana aquí en el Senado de la República y darle la más cordial bienvenida al licenciado Olegario Vázquez Raña, Presidente del Consejo de Administración, y al licenciado Alejandro Vázquez Aldir, Director General, ambos de Grupo Empresarial Ángeles.

Muy buenos días y sean ustedes muy bienvenidos a este Senado de la República.

Saludo también a Pascal Beltrán del Río, Director Editorial de Excélsior, así como a varios amigos de esta gran familia de Excélsior:

A Mario Pintos, a Nacho Anaya, a Francisco Zea, Roberto Miles, a todos y cada uno de los líderes de opinión y por supuesto también a nuestra compañera Lety Robles.

A nombre de los compañeros senadores y senadoras del Grupo Parlamentario del Partido Verde, aprovecho esta ocasión para saludar y felicitar a todo el personal que labora en el Periódico de la Vida Nacional por estos primeros cien años de vida.

Gracias a ese trabajo en equipo, este Diario cumple su primer centenario informando a la sociedad mexicana.

El 18 de marzo de 1917 se publicó el primer ejemplar de Excélsior el cual fue impreso por una máquina rotativa bautizada como “La Chancla”.

A esta rotativa le siguieron “La Rápida”, “La Pancha”, “La Juana”, “La Lupita”, “La Margarita”, “La María Luisa”, “La Alducin”, “La 18 de Marzo”, “La Olímpica”, “La Roja”, “La Colorman” y “La Harris”.

Estas rotativas son las que han impreso los miles y miles de ejemplares con los que se han informado las grandes noticias de México y del Siglo XX y los albores del XXI. Estas rotativas son el corazón mismo del Excélsior.

Ese 18 de marzo la portada tenía el título siguiente: “Vientos republicanos soplan sobre el imperio moscovita”.

Así, desde su inicio Excélsior mostró su interés por los acontecimientos mundiales y que hoy llamamos globales.

En estos 100 años de vida, Excélsior no sólo ha publicado los acontecimientos que han marcado a México y el mundo, como los resultados de la elección del 11 de marzo de 1917 en nuestro país.

El fin de la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Segunda; la llegada del hombre a la luna, el golpe de Estado en Chile y la muerte del Presidente Salvador Allende.

Las guerras civiles en el mundo, la transición democrática en México, la aparición y los severos efectos del crimen organizado y el terrorismo.

Además de las notas, crónicas, entrevistas y reportajes, Excélsior también ha sido un espacio para la expresión de las grandes mentes de nuestro país y del mundo.

En este periódico han escrito personajes como Octavio Paz, Vicente Leñero, Jaime Torres Bodet, Luis Spota, José Emilio Pacheco, Jorge Ibargüengoitia, Daniel Cosío Villegas, Salvador Elizondo, Gabriel Zaid, por mencionar sólo algunos.

Pero también en este Diario se han publicado artículos de grandes pensadores mundiales, como: Claude Lévi-Strauss, Lewis Carrol, Emil Cioran, André Bretón, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa.

La caricatura, la caricatura también ha estado presente con grandes moneros como: Ruiz y Rogelio Naranjo, quienes han dado vida al humor político.

Por eso es más que merecido este homenaje y reconocimiento que el día de hoy el Senado de la República le da a Excélsior.

Compañeras y compañeros senadores.

Licenciado Vázquez Raña.

Licenciado Vázquez Aldir.

Pascal Beltrán del Río.

Y a toda la gran familia del Excélsior.

El Periódico de la Vida Nacional es un Diario que se moderniza, es un Diario que innova para adaptarse a los nuevos cambios sociales y tecnológicos.

El Internet y las redes sociales han provocado un cambio en la forma en que se genera, procesa, difunde y consume el día de hoy la información.

Ante esta nueva realidad y como parte de Grupo Imagen Multimedia, y con el slogan “cambiemos la página”, Excélsior inició una nueva etapa en el 2006, con ocasión del 89 aniversario.

Además de la edición impresa, el periódico de la vida nacional converge ahora con plataformas digitales, como Excélsior Televisión, Imagen Radio y recientemente con Imagen Televisión.

De esta manera, el anhelo de los fundadores de Excélsior de ver en lo más alto a su diario, hoy es una realidad. En su primer Centenario, Excélsior sigue estando a la vanguardia del periodismo nacional.

El periódico de la vida nacional, que fue referente mundial de la prensa mexicana en el siglo XX, amplifica su valor histórico y sus contenidos son consumidos hoy, actualmente en tiempo real, a través de computadoras, teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas.

Por ello, es un honor para mí como coordinador del grupo parlamentario del Partido Verde, felicitar y reconocer a Excélsior en sus primeros cien años de vida. Estamos seguros de que vendrán muchos más, llenos de éxitos.

Muchas felicidades Excélsior y muchas gracias por su contribución a seguir construyendo un gran país y va por México.

Muchas gracias. Es cuánto.

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias, senador Carlos Puente.

Tiene el uso de la palabra la senadora Dolores Padierna.

SENADORA DOLORES PADIERNA LUNA: Con su venia, señor presidente, senador Pablo Escudero.

Senador Fernando Herrera, presidente de la Junta de Coordinación Política.

Coordinadores parlamentarios, senador Emilio Gamboa; senador Carlos Puente Salas; senador Manuel Bartlett Díaz.

Compañeras y compañeros senadores.

Damos la bienvenida el día de hoy a don Olegario Vázquez Raña, a don Olegario Vázquez Aldir, a don Pascal Beltrán del Río, altos directivos de este gran periódico Excélsior.

Saludo con mucho cariño, reconocimiento a su gran labor y trabajo, a la reportera Leticia Robles. Gracias.

El 18 de marzo de 1917, apareció en las calles de la Ciudad de México el primer número de Excélsior. Desde entonces, el periódico de la vida nacional informaba sobre los movimientos bélicos en Europa, el ascenso de la rebelión contra el zarismo ruso y los esfuerzos por la paz del gobierno mexicano.

Hace cien años, como ahora, surgía también una nueva Constitución a nivel federal, promulgada por Venustiano Carranza, que no le gustó nada a ciertos sectores que veían afectados sus viejos privilegios.

Una centuria después, observamos algo similar con la Constitución de la Ciudad de México, que gracias a las controversias constitucionales, ahora será más conocida y reconocida por todas y todos.

Hace un siglo, México salía apenas de una revolución social y política, que cambió el rostro del viejo régimen porfirista. Ahora, estamos en la discusión intensa de cómo articular un nuevo régimen sin necesidad de violencia o enfrentamientos armados.

En fin, los cien años de Excélsior constituyen una oportunidad única para analizar y comparar lo que sucedió entonces y está ocurriendo ahora. La evolución del periodismo y de los medios, está presente también en sus páginas actuales.

Excélsior forma parte desde 2006 del Grupo Imagen, que lo ha convertido en el motor de un nuevo y dinámico grupo multimediático, que está a la vanguardia como medio impreso, una tercera cadena televisiva, estaciones de radio y un vigoroso portal digital.

Con ese mismo vigor, estos primeros cien años de Excélsior nos obligan a hacer de nuevo una reflexión y un llamado para el respeto al trabajo periodístico y en especial bajo las circunstancias muy lamentables de agresiones, amenazas y asesinatos a reporteros y reporteras de todo el país.

Excélsior puede acompañar en esta batalla para defender los derechos de los periodistas, elevarlos a rango constitucional con el objetivo de que el Estado garantice la integridad y la vida de los profesionales de la información.

Por esta misma razón, hemos presentado una iniciativa en el Senado de la República para modificar la Constitución Federal y reproducir uno de los avances importantes que logramos en la Constitución de la Ciudad de México al establecer en esta ciudad del país, la capital del país también como una ciudad santuario para las y los trabajadores de la prensa y los medios en general que se vean amenazados en su vida.

Son circunstancias difíciles para el gremio periodístico y de alerta para quienes somos responsables de legislar.

Los cien años de Excélsior nos demuestran que el vigor de un medio está en su capacidad de estar al frente de las demandas más sentidas de la sociedad mexicana.

El día de hoy me enorgullezco de brindarle una enorme y sincera felicitación al periódico Excélsior como coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.

Muchísimas gracias.

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias, senadora Dolores Padierna, coordinadora del PRD.

Tiene el uso de la palabra el senador Fernando Herrera, presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.

SENADOR FERNANDO HERRERA ÁVILA: Muy buenos días, ciudadanas y ciudadanos senadores de la República.

Don Olegario Vázquez Raña, presidente del periódico Excélsior;

Ciudadano Ernesto Rivera Aguilar, Director General del mismo diario;

Amigo Pascal Beltrán del Río;

Estimados amigos, distinguidos invitados, las senadoras y los senadores del Partido Acción Nacional queremos compartir con ustedes las siguientes reflexiones:

En muchos aspectos los cien años de vida del periódico Excélsior que estamos festejando, se parecen mucho al último siglo de la historia nacional, una historia vigorosa, intensa, llena de hazañas, de elecciones, esfuerzos de hombres y mujeres, y sobre todo cargada de esperanza y de expectativas de futuro.

Ha sido un siglo en el cual Excélsior se vino abriendo paso para ganarse el título del periódico de la vida nacional.

Le correspondió cumplir un gran papel como constructor de la opinión pública moderna en un país en el que la inmensa mayoría de la población no sabía aún leer ni tampoco escribir.

Cuando la comunicación más moderna era el telégrafo y el cable, y el medio de información indispensable era la prensa escrita, con la función y el deber social de comunicar, entretener, e incluso como luego definía Excélsior, informar y formar opinión.

Y fue un hecho venturoso, pues para un país como el nuestro que estaba en pleno proceso de refundación de la tercera república, era imprescindible contar con una ciudadanía cada vez más enterada de los asuntos de la esfera pública, pues la democracia y la reconstrucción nacional, entonces como ahora sólo puede realizarse con vigorosos instrumentos de socialización de la información.

Para las páginas de Excélsior y por las páginas de Excélsior se divulgaron las noticias del siglo XX que transformaban al mundo; y se informó al país de la vigorosa energía social que emergía del México profundo, con la idea de construir un país moderno y justo y así como el país, entre cambios y turbulencias, desde la iniciativa fundadora de Rafael Alducin, hasta la audacia empresarial de Olegario Vázquez Raña, este periódico ha sabido navegar entre las olas de las vicisitudes.

Las ideas y los hechos que envolvieron a nuestro país han pasado por las páginas de Excélsior, desde las voces de los siete sabios que el ilustre Gómez Morín llamaba la Generación del 15, la de los contemporáneos, hasta los opositores políticos y militantes demócratas que lucharon por transformar el país y que finalmente lograron la transición democrática y la alternancia política.

En la herencia histórica de Excélsior están las huellas de diversos personajes a los que hizo referencia mi compañero Carlos Puente, personajes como Julio Scherer, Manuel Becerra Acosta, Manuel Buendía, entre muchos otros más.

A Excélsior también le tocó vivir el auge del proyecto social ideologizado de los años treinta y tomó la forma de empresa cooperativa para recorrer así casi tres cuartos de su historia y siendo una institución de sólida presencia en la sociedad mexicana, ante la disyuntiva de transformarse o fenecer, la casa Excélsior supo reinventarse para seguir su existencia como empresa periodística capaz de enfrentar los nuevos retos de la globalización y la digitalización.

Grandes directores de prensa han dejado ahí su sello indeleble e ineludible, pues a fin de cuentas, en su intenso devenir en la dialéctica de su desarrollo, un gran mérito de Excélsior es haber sido y seguir siendo cuna y génesis de periodistas y de publicaciones.

Y aquí está Excélsior con cien años vigorosos de experiencia y juventud, renovándose y adoptándose para cumplir un papel social y cultural de informar, ahora combinando las formas tradicionales con las nuevas tecnologías.

Tal vez una de las enseñanzas que hay que extraer del Centenario del Excélsior es que las instituciones sólo se consolidan cuando éstas responden a las necesidades de la sociedad y cumplen eficientemente con su función.

Y eso es una gran verdad que los legisladores debemos asumir, una institución que pretende dar respuesta a un problema nacional debe ser vigorosa y fuerte para cumplir con su cometido.

Por eso, cuando estamos por completar el Sistema Nacional Anticorrupción debemos de cuidarnos de no entregar al país una institución débil desde su origen, sino garantizar que la Fiscalía especializada sea sólida, autónoma, fuerte, para que en breve periodo le rinda buenas cuentas al país.

Una Fiscalía Anticorrupción sin autonomía garantizada sería un fraude a la nación.

Por eso, sin duda, el principal motivo de la celebración es que con sus cien años de vida, la Casa Excélsior nos está dejando constancia de que hay instituciones, medios de información y periodismo con capacidad, compromiso, para continuar aportando al desarrollo de México.

Celebremos pues el Primer Centenario del Periódico de la Vida Nacional, participando, teniendo en el ejemplo de la vida cotidiana, en el actuar de cada senador, en el actuar de cada representante popular, que lleve a su tarea el auténtico mandato de la población, hacer lo que el sentimiento, la exigencia colectiva llama a plasmar en estas grandes modificaciones legislativas.

Es ahí donde a través de la historia, siempre el Excélsior ha estado presente y no tenemos duda de que seguirá cumpliendo años informando y formando opinión.

Muchas gracias y felicidades.

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias senador Fernando Herrera Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política.

Tiene el uso de la palabra don Emilio Gamboa Patrón, coordinador del Partido Revolucionario Institucional.

SENADOR EMILIO GAMBOA PATRÓN: Muy buenos días, con su permiso señor presidente.

Señor Presidente de la Junta de Coordinación Política, bienvenido.

Buenos días compañeras y compañeros senadores que el día de hoy nos acompañan.

Saludo a la señora Coordinadora del Grupo Parlamentario del PRD y a mis compañeros de los diversos grupos parlamentarios.

Hoy es un día importante para el Senado de la República:

Recibir con gran alegría y gran distinción a hombres que han venido forjando este país a través de los años.

No hay la menor duda que la familia Vázquez Raña se ha caracterizado a través de los años por creer en México.

Sin duda –y lo digo de verdad– su padre, don Venancio Vázquez Álvarez, que vino a México en 1925, don Olegario, les trajo un ejemplo de disciplina, de trabajo, de lealtad y de algo muy importante: de creer en su país.

Por eso le damos la más cordial bienvenida, como lo han hecho quienes han hecho el uso de la palabra antes que yo, a don Olegario Vázquez Raña, Presidente del Consejo de Excélsior, pero también Presidente del Grupo Empresarial Ángeles, que hoy no es una empresa ni son unas empresas, son una institución que los mexicanos y las mexicanas tenemos que cuidar todos los días.

Saludo con mucho cariño y respeto a Olegario Vázquez Aldir, Director General del Excélsior. Bienvenido.

A Pascal Beltrán del Río, Director Editorial del Excélsior, y a toda la familia del Excélsior que se encuentra aquí, entre ellos Leti Robles, su corresponsal, que así como la ven ahí calladita y escondidita, hace su chamba todos los días con gran profesionalismo y gran seriedad.

Bienvenida mi querida Leti.

Hablar del Excélsior es hablar del periodismo, y hablar del periodismo es hablar del Periódico de la Vida Nacional.

Se dice fácil, pero se concibe con esfuerzo, con trabajo, con dedicación, con honestidad, con honorabilidad y con algo que tiene, sin duda alguna, la familia Vázquez Raña y Vázquez Aldir.

Son gentes que forman a sus colaboradores, los capacitan, los enseñan, los estimulan.

Y tengo el privilegio, y lo digo de verdad, y me da la oportunidad esta Tribuna el día de hoy, de tener de vecinos durante más de 15 años a los Vázquez Raña, puerta con puerta:

A don Olegario Vázquez Raña, a Gela, a sus hijas, y a Olegario, que salía a jugar fútbol, no digo de short sino de pantalón largo con sus amigos y ver cómo iba esta familia buscando, primero, la unión familiar, y la ha logrado Olegario Vázquez Raña, porque es un hombre de principios, es un hombre que cree en México, es un hombre sin duda alguna que se la va a seguir jugando por este país para que hoy que cumple 100 años este periódico que compraron en el 2006, siga cumpliendo muchos más años, en un México distinto, en un México que viva paz y tranquilidad, como así lo requiere toda la sociedad, en un México de justicia,

México no puede seguir tolerando la injusticia que hay todavía.

Tenemos que esforzarnos el Gobierno, los empresarios, los campesinos, los maestros, los trabajadores, de hacer y buscar un México más justo y más igualitario.

Y eso es lo que busca siempre, sin duda alguna, la familia Vázquez Raña, de la que es orgullosamente el pilar Olegario Vázquez Raña.

Este Periódico de la Vida Nacional nace junto con la Constitución Política de México, en 1917.

Páginas de este periódico, han retratado sin duda alguna la evolución de cómo ha venido transitando México.

Para nosotros, para las compañeras senadoras aquí presentes y para mis compañeros senadores, es lectura obligada, todos los días, todos los días que sale el periódico tenemos que agarrar sus páginas, sentirlas. Hay mucha gente que está acostumbrada a leer la síntesis, entre ellas yo, hace muchos años. Pero después de la síntesis, que trato de leerla muy rápido; agarro los periódicos, necesito sentir los periódicos.

Los jóvenes quizá ya no, necesitan ver su teléfono y bajar todas las noticias o la noticia que les interesa. Es la evolución que vive nuestro país y de eso debemos sentirnos orgullosos.

Uno, hacer del Excélsior una institución, festejar estos cien años, sin duda alguna; pero seguir promoviendo a que siga trabajando con libertad de expresión, que hoy se garantiza en este país. Seguir trabajando con profesionalismo, con honorabilidad y honestidad y con gran seriedad.

Creo que, aquí lo han dicho mi compañera y mis compañeros, este Senado de la República es un Senado profundamente plural. Lo configuramos 128 senadoras y senadores, de cinco grupos parlamentarios, y hemos podido transitar cuatro años, siete meses, buscando consensos, buscando acuerdos, llegando a negociaciones; jamás imponiendo o tratando de imponer a ningún grupo mayorías. Cuando se vota, y aquí hay un testigo y soy testigo de la vida del senador Manuel Bartlett: cree en sus convicciones, las manifiesta y cree y dice: “no me dan oportunidad de hablar”; habla 15 o 20 veces en un debate y lo dejamos, y sigue, y dice: “espéreme, señor presidente, tengo todavía que decir”.

Y así lo hacemos aquí en el Senado de la República, porque creemos en nosotros mismos. Y estoy seguro de que hago un común denominador; el común denominador es: queremos que a México le vaya bien. Ninguna de las 128 senadoras y senadores queremos que le vaya mal a nuestro país, al contrario.

Por eso, don Olegario, bienvenido. Bienvenido a la casa del pueblo, a la casa del pacto nacional, bienvenido sin duda alguna a un órgano del Estado mexicano que representa esperanza, que representa democracia, que representa pluralidad y representa algo fundamental: el deseo de hacer leyes que se traduzcan siempre en el bienestar de las grandes mayorías de nuestro país.

México, lo digo de verdad, no podría ser sin la presencia de un periódico que nace en 1917, como es el Excélsior. Con problemas, con dificultades, pero sin embargo siempre anunciando las buenas o malas noticias que tiene nuestro país.

México transita por momentos difíciles, no es el único, es el mundo quien transita por momentos difíciles; pero hemos tenido un Presidente valiente que ha, junto con el Congreso de la Unión, diputadas y diputados federales, senadoras y senadores, modificado dentro de muchas leyes, 14 reformas estructurales que sin duda van a darle un cambio sustancial a nuestro país.

Estoy seguro, y lo digo de verdad hoy, frente a un grupo de empresarios importantes de mi país, frente a un periodista de un calado y de un reconocimiento enorme; que México antes de cinco u ocho años, seremos la décima economía de nuestro país.

Creo en lo que hemos hecho y creo que le va a mejorar el nivel de vida a los mexicanos, y esa es la tarea del Senado de la República. Ese es el trabajo que hacen todos los días mis compañeras y mis compañeros senadores, en todos los rubros: en derechos humanos, en economía, en energía, en hacienda, en cualquier rubro, en ecología.

Todos estamos pensando siempre cómo podemos mejorar al país; y hacerlo de la mano, junto con un periódico serio, como es el Excélsior, es un deber de los senadores y de las senadoras y estoy seguro de que es un compromiso de los dueños de este periódico, que lo adquirieron en el 2006 y que han hecho de él lectura obligada de todo México.

Muchísimas gracias.

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias, don Emilio Gamboa Patrón.

Tiene el uso de la palabra el licenciado Olegario Vázquez Aldir, Director General del grupo empresarial.

LICENCIADO OLEGARIO VÁZQUEZ ALDIR: Muy buenos días a todas y a todos.

Senador Pablo Escudero Morales, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República;

Senador Fernando Herrera Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República;

Coordinadores de los grupos parlamentarios del Senado de la República, senadora María Dolores Padierna Luna, del Partido de la Revolución Democrática; senador Manuel Bartlett Díaz, del Partido del Trabajo; senador Carlos Puente Salas, del Partido Verde Ecologista y senador Emilio Gamboa Patrón del Partido Revolucionario Institucional.

Quiero, en primer término, agradecer a todos sus cálidas participaciones que nos llenan de orgullo.

Al senador Bartlett, le hago saber que sin duda somos responsables de este tiempo por lo que respecta al periódico Excélsior y que trabajamos todos los días con pasión para hacer y entregar buenas cuentas a las siguientes generaciones.

Le agradezco también al senador Carlos Puente su puntual reseña sobre los últimos cien años de esta institución.

Agradezco a la senadora Dolores Padierna sus palabras y el compromiso con los periodistas y obviamente resaltando la importante labor que desempeñan para nuestra sociedad.

Al senador Emilio Gamboa agradezco la forma de referirse a mi familia, y de manera muy especial la forma de referirse a mi padre.

Hago también un reconocimiento aquí a Leticia Robles de la Rosa, quien nos hace todos los días dar nuestra mejor cara para con nuestros lectores.

Es un honor para mi padre y para mí que el Senado de la República brinde este homenaje a Excélsior, el periódico de la vida nacional.

Excélsior ha sido un testigo fundamental de la vida pública de México de los últimos cien años.

A través de la pluma de sus reporteros y de la mirada de sus fotógrafos, ha registrado los acontecimientos más importantes de la historia moderna de nuestra nación, pero también aquellos sucesos de interés mundial que han afectado la marcha de la humanidad.

El periodismo es un trabajo de creación que no admite descanso ni vacíos por parte de quienes lo ejercen. Bien dicen que los periodistas lo son las 24 horas del día los 365 días del año.

Pero esta labor incesante y vertiginosa va dejando como legado un archivo que bien mantenido llega a convertirse en la memoria de una colectividad.

Si uno vuelve sobre los pasos de los periodistas y relee sus crónicas, sus notas informativas, sus entrevistas, sus reportajes, y mira las fotografías en que se quedó congelado un instante, puede hacerse una idea precisa de lo que pasó, y entender con mayor facilidad también lo que está pasando.

Por eso no es raro que el periodismo sea la materia prima predilecta de los historiadores. El archivo de Excélsior se construyó y se sigue construyendo todos los días gracias al esfuerzo de sus periodistas, tanto de quienes han informado de los hechos como de quienes lo han interpretado en las páginas del diario.

Los mexicanos de hoy pueden encontrar en él luces para entender su pasado y presente. Los mexicanos de mañana, estoy absolutamente convencido, seguirán contando con él con ese mismo propósito.

Un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia ni comprensión de sí mismo.

Mi padre y yo estamos conscientes de la importancia que ha tenido Excélsior en la vida de la República. Hemos tenido la fortuna de acompañar el trayecto de este diario durante los últimos 11 años. La principal motivación que hemos tenido es ayudar a que esta institución siga siendo y haciendo lo que sabe hacer: tomar el pulso del país, realizar el registro de los hechos de interés público, fomentar el necesario debate sobre los dilemas sociales y preservar para todos los mexicanos del futuro, la memoria de lo que le ha dado identidad a la nación.

Sabemos que la el logro de esos objetivos el trabajo de los periodistas es indispensable y lo que nosotros hemos hecho es facilitar los recursos para que lo puedan seguir realizando.

En estos tiempos en que la búsqueda de la verdad ha sido puesta a prueba, nuestra función como empresarios ha sido, es y seguirá siendo que Excélsior haga periodismo, sabedor de que este oficio es fundamental para la salud de nuestra democracia.

Nuevamente agradezco la alta distinción que significa para todos los que formamos parte de la familia Excélsior, mi Grupo Imagen, este homenaje que el Senado de la República lleva a cabo por el centenario de Excélsior, el Periódico de la Vida Nacional.

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias licenciado Olegario Vázquez Aldir.

Muchas gracias, muy buenos días tengan todos ustedes, bienvenidos nuevamente al Senado de la República y permítanme hablar a nombre de la Mesa Directiva, de mi vicepresidente, de mis secretarios que están aquí, con nosotros, el vicepresidente César Octavio Pedroza, que está aquí con nosotros; nuestra secretaria Itzel, María Elena, Adriana y Ana Guevara; déjenme hablar a nombre de esta Mesa Directiva.

Hablar del Excélsior es hablar de la historia del periodismo nacional. Excélsior nació el 18 de marzo de 1917, cuando al nueva vida constitucional de México llevaba apenas 40 días de haber sido instaurada.

A partir de esto, Excélsior ha sido testigo de la construcción de muchas de nuestras instituciones democráticas, consolidándose ellos también como una institución del periodismo nacional.

Como lo decía mi amigo Carlos Puente, desde su primer encabezado, “Vientos republicanos soplan sobre el imperio moscovita”, un grupo de jóvenes periodistas encabezados por Rafael Alducin, inició un proyecto para renovar los esquemas informativos de la época.

De ese modo, Excélsior fue precursor en la incorporación de técnicas modernas y en tener un enfoque global en su contenido. Desde su inicio, este diario fue pionero en contar con información directa de fuentes internacionales, enviar a sus propios corresponsales, publicar en México algunas columnas y trabajos periodísticos de los mejores diarios del mundo y crear inclusive una sección que ene se momento se encontraba en el idioma inglés.

Desde sus primeras décadas Excélsior se logró establecer, como uno de los principales periódicos en este país, de eso no hay ninguna duda; verdadero diario de referencia para miles de hogares y de mexicanos que se enteraban y que se enteran del acontecer nacional y mundial a través de sus páginas.

En tiempos en que no existía la diversidad de fuentes informativas con las que ahora contamos, este diario era el medio de confianza para numerosas familias, con su información y análisis político, pero también hay que decirlo:

Con sus notas deportivas, artísticas, de espectáculos, incluso con sus tiras cómicas y avisos de clasificados, hemos crecido varias generaciones de mexicanos.

En sus páginas se ha escrito la crónica de nuestros tiempos.

Las decenas de miles de páginas que Excélsior ha publicado en estos primeros 100 años de vida han dado cuenta de profundos cambios en la vida política y social.

De momentos tan obscuros como guerras y asesinatos, pero también de acontecimientos esperanzadores, de hazañas como el primer vuelo trasatlántico de Charles Lindbergh, o la llegada del hombre a la luna.

La libertad de expresión es uno de los pilares fundamentales de la democracia, un medio informativa de la trascendencia de este diario es un vehículo privilegiado, pero también con la mayor de las responsabilidades de ejercer esta libertad.

En distintos momentos de su primer siglo de vida, Excélsior ha juntado a las mejores plumas del periodismo y de la cultura que ha tenido nuestro país.

Nombres como Rodrigo de Llano, Manuel Becerra Acosta, Julio Scherer, Daniel Cosío, Gastón García, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Vicente Leñero, Miguel Ángel Granados Chapa, Abel Quezada y muchos de los que nos acompañan el día de hoy aquí, son parte de la historia del periodismo nacional.

En ese contexto, el Grupo Empresarial Ángeles decidió apostar por Excélsior y brindarle a este medio su visión empresarial y su visión de liderazgo para transformarlo plenamente en lo que es hoy: una plataforma de medios moderna, perfectamente integrada a los nuevos paradigmas tecnológicos con un rumbo claro hacia el futuro.

Desde aquí, deseo expresar mi reconocimiento a don Olegario Vázquez Raña, Olegario Vázquez Aldir, a Ernesto Rivera, Pascal Beltrán, a todos los que forman parte de este Grupo –ya lo hemos dicho, también a nuestra amiga Leti– que a través de sus diversas unidades de negocios impulsan la economía del país, crean y sostienen oportunidades de trabajo para miles de mexicanos que mediante este Diario, sus estaciones radiofónicas, su recién estrenada cadena de televisión, contribuyen en enriquecer la pluralidad de voces y de perspectivas, fortaleciendo nuestra vida democrática.

El periodismo actual, enfrenta importantes retos. Sin duda nos duele y nos afectan a todos los embates que se han sufrido por parte del crimen organizado contra el ejercicio periodístico.

Ante esto, deseo expresar al periodismo en México, que el Senado de la República es un aliado.

Desde el Senado seguiremos trabajando para fortalecer los mecanismos de protección y defensa a los periodistas y para promover que los marcos jurídicos del país castiguen con la mayor severidad a quienes intentes comprometer la libertad de expresión y pongan en riesgo la seguridad de quienes ejercen la labor periodística, a que no exista impunidad en estos crímenes.

Como mexicano, es un orgullo tener empresarios en nuestro país como don Olegario y Olegario Vázquez Aldir, que han consolidado un diario que mira al futuro y encara una nueva revolución informativa, colocando al Excélsior a la vanguardia en estos primeros 100 años y conservando siempre su tradición periodística.

Felicidades Excélsior.

Felicidades a la familia Vázquez, a todos sus colaboradores y directivos por estos primeros 100 años de vida.

Sigan manteniendo su esfuerzo comprometido por informar a los mexicanos para que así continúen siendo el Periódico de la Vida Nacional.

Vamos a proceder a la entrega del periódico conmemorativo, por parte del Presidente del Grupo Empresarial Ángeles, don Olegario Vázquez Raña.

(Entrega del periódico conmemorativo)

SENADOR PABLO ESCUDERO MORALES: Muchas gracias.

Si nos acompañan a la muestra de fotografías.

 

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