Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Versión Estenográfica de la presentación de la colección denominada “Cien ensayos para el Centenario”, a la que convoca el presidente del Instituto Belisario Domínguez, senador Miguel Barbosa Huerta.

DOCTOR GERARDO ESQUIVEL HERNÁNDEZ: La obra tiene una diversidad de temas, está dividida en cuatro grandes volúmenes: Estudios Jurídicos; Históricos; Políticos y Económico-Sociales.

Abordan una diversidad de temas que nos ayudan a entender la Constitución, no sólo en su momento histórico, no sólo en sus fundamentos jurídicos, no sólo en sus implicaciones económico-sociales; sino también nos ayudan a entender temas que el día de hoy están en la agenda nacional.

Si ustedes revisan el volumen de la obra donde participan muy destacados intelectuales, investigadores y académicos mexicanos y mexicanas, encontrarán una gran riqueza y una diversidad de opiniones, una pluralidad en su pensamiento político, en sus posiciones ideológicas, una diversidad de enfoques y de aproximaciones a los temas.

Encontrarán, por ejemplo, una discusión sobre el contexto económico en el que se dio la Constitución, los fundamentos jurídicos que provenían de las constituciones previas; cómo se introdujeron al debate de la Constitución de 1917; las distintas visiones, las críticas por ejemplo, como lo plantea José Antonio Aguilar Rivera en uno de los ensayos.

Podrán encontrar autores que se dedicaron a artículos específicos, por ejemplo, hay trabajos sobre el artículo 3º, como el que hace Aurora Loyo sobre la educación. Ensayos sobre el artículo 27, un estudio de Emilio Kuri, profesor de la Universidad de Chicago. Estudios sobre el artículo 39, como lo hico Ariel Rodríguez Kuri. Estudios sobre el artículo 123, como el de Aurora Gómez Galvarriato y William Suárez-Potts, un profesor norteamericano.

Todos ellos ayudan a entender, no sólo esos artículos específicos, sino que hay trabajos adicionales que, además, discuten la evolución de temas específicos.

Hay, por ejemplo, un estudio sobre el capítulo económico o los temas económicos, de Francisco Suárez Dávila, y su utilidad para su discusión actual.

Hay una discusión muy rica de Rolando Cordera, sobre el contenido social de la Constitución y lo que queda para la discusión política y económica actual.

Hay un artículo de Héctor Aguilar Camín, sobre el espíritu de la Constitución y la dualidad que subsiste.

Hay un artículo sobre liberalismo Versus estatismo, de Carlos Elizondo Mayer-Serra, por ejemplo.

Y así podrán encontrar una gran diversidad de temas.

Yo sólo quiero, antes de proceder con los otros temas, quisiera mencionar brevemente, leer un par de párrafos, quizá, de dos o tres artículos, solamente para que se den una idea de la enorme riqueza que contienen estos trabajos, estos cien ensayos, como decía antes, la mayor parte de ellos inéditos.

Quiero mencionar, por ejemplo, sobre todo en el contexto actual, un trabajo que me pareció sumamente interesante de Alejandro Alday, que es actualmente y que trabaja en la Secretaría de Relaciones Exteriores, y que es sobre la Constitución y las Relaciones Internacionales. Creo que precisamente en este contexto actual, se vuelve relevante y quizá el senador Barbosa pueda aportarnos algo más sobre esta discusión que se plantea en este artículo.

Este artículo repasa el tema de las relaciones internacionales y tiene una sección que habla de las facultades del Senado en materia de política exterior.

Voy a citar el trabajo de Alejandro Alday: “Desde el inicio, el constituyente pretendió que la conducción de la política exterior de México fuera un ejercicio conjunto del Poder Legislativo y el Ejecutivo, en el que el primero tuviera un papel de supervisor y ejerciera cierto control sobre el segundo en la materia.

“Así, en el texto original, se facultó al Presidente de la República para fungir como representante frente a otros estados y ejercer las decisiones primarias en la materia, pero se otorgó al Legislativo las prerrogativas suficientes para limitar y ser copartícipe de alguna de éstas.

“Entre ellas, la de aprobar los tratados internacionales, ratificar a los funcionarios que nos representaran en el exterior, autorizar el despliegue de las tropas en el extranjero, declarar la guerra o incluso otorgar permiso al Presidente para ausentarse del país.

“Sin embargo, lo cierto es que antes de que el Partido Revolucionario Institucional dejara la Presidencia en el año 2000, no existía una auténtica supervisión del papel de éste en la política exterior, y por ende la actividad de los legisladores se redujo la mayor parte del tiempo a revisar someramente los nombramientos diplomáticos e iniciativas que enviara el Ejecutivo en la materia.

“Conforme a los avances en la organización política del país, el legislador fue actualizando el texto constitucional para fortalecer la participación del Senado en la materia, añadiendo la facultad para analizar la política exterior y permitiendo su intervención en los distintos procesos de modificación de un tratado internacional.

“Fue la adición de 1977 la que extendió las facultades del Senado para analizar la política exterior con base en los informes que presentara el Ejecutivo.

“En 2007, se promulgó la reforma a los artículos constitucionales 76 y 89 que extendieron la autorización para que el Senado pudiera participar, además de la aprobación de tratados internacionales, retiro de reservas, modificación y denuncia de estos instrumentos.

“Con estas reformas, la consolidación de la pluralidad en el Congreso y una política exterior que ha pasado a tener un papel más visible en el desarrollo nacional, los miembros de ambas cámaras, en especial los senadores, han mostrado un mayor interés en la verificación y seguimiento de las acciones de política exterior e incrementando sus propias actividades de acercamiento con otras legislaturas del mundo para intercambiar experiencias que puedan traducirse en cambios legislativas o presiones dirigidas al Ejecutivo sobre ciertas posiciones hacia el exterior”.

Este es un ejemplo de uno de los capítulos que me parece que su importancia es central en un momento como este, en donde el Senado tiene estas atribuciones y en donde está empezando a hacer uso de ellas en un contexto tan complicado como el que estamos viviendo en la actualidad.

Además de ese, quiero mencionar sólo para terminar, otro artículo de los que también ya mencioné, el artículo de Rolando Cordera, que me parece que proporciona elementos muy importantes en la discusión.

El artículo de Rolando Cordera se titula “A cien años de la primera constitución social, ¿qué queda de Estado? ¿Qué queda del desarrollo?”

Voy a citar, pero insisto, es sólo una pequeña muestra de los trabajos que se contemplan en esta obra.

“Lo que está en juego, dicho en breve, es la capacidad nacional para admitir que sin garantizar los derechos sociales y darles un horizonte de cumplimiento efectivo, no puede haber cohesión social y nacional, ni legitimidad política democrática autosustentable”

Y aquí Rolando Cordera cita a Jorge Carpizo:

“La fuerza especial del concepto de justicia social se encuentra en que, además de este significado jurídico y constitucional, se impregna de carácter sociológico y en particular de un sentido de equidad”. Cierra la cita.

Reconquistar al Estado como espacio común, público, a partir de cuya acción sea posible volver a colocar como propósitos generales de la nación, temas como el pleno empleo, el bienestar, la inclusión social, la universalización de derechos, el ejercicio de la ciudadanía.

Unos objetivos que, en esencia, no pueden ser sometidos a criterios de estabilidad fiscal y financiera. Recuperar, en suma, el mandato de justicia social de nuestro ordenamiento constitucional en el contexto de una redefinición de la agenda nacional, que recupera lo social como concepto organizador de la acción estatal.

Volver a lo social es fundamental si quieren salvaguardarse las señas de identidad de la historia moderna de México. La equidad y la superación sostenida de la pobreza, deben ser los vectores de los esfuerzos nacionales.

En más de un sentido, debería verse esta reforma como la culminación de la gran transformación mexicana del fin del Siglo XXI y del siglo constitucional abierto en 1917.

Es en lo social, como lo vieron con meridiana claridad los constituyentes del 17, donde radica la posibilidad de consolidar un orden democrático; así como darle consistencia robusta a la inserción de la economía política mexicana en la globalización.

Estos son, pues, dos muestras de las contribuciones de los más de cien autores, porque algunos de ellos tienen coautores, que están en esta obra colectiva.

Como dije antes, es una diversidad de temas, una diversidad de enfoques, una diversidad de visiones. Es muy plural y en ese sentido, espero que este trabajo sea útil, no sólo a los estudiosos de los temas constitucionales, a los investigadores de los temas específicos que se tratan en estos cien ensayos; pero sobre todo que sea útil a la sociedad mexicana en su conjunto.

Esperamos que esta colección aporte elementos para una mejor discusión, insisto, no sólo de la Constitución, no sólo de posibles reformas en el futuro; sino a la discusión de los grandes temas de la agenda nacional.

Eso es lo que hacemos en el Instituto Belisario Domínguez, aportar insumos para las mejores decisiones en materia legislativa y esperamos, pues, que esta obra hecha en colaboración con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, sea un insumo en esa dirección y que sea de utilidad para todos los mexicanos.

Muchas gracias.

Le daremos ahora el uso de la palabra al senador Miguel Barbosa Huerta, presidente del Instituto Belisario Domínguez.

SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: Yo saludo a todos ustedes con mucho gusto, con mucho respeto y nuevamente aquí, en la casona de Xicoténcatl, a donde han concluido los trabajos de la Asamblea Constituyente para este documento para la Ciudad de México.

Iba a cometer el error más garrafal, iba a decir: para el Distrito Federal. Para la Ciudad de México, y me encuentro en este patio, que cuando fui presidente del Senado desarrollamos el proyecto de la recuperación de esta Patio del Federalismo.

Porque recuerdan que había oficinas a ambos lados y cuando se decidió desarrollar este proyecto, con una inversión muy baja, por cierto; quienes desarrollaron este trabajo, gente profesional, encontraron de verdad vestigios hasta del siglo XVII. Esta construcción, esta Casona está sostenida en paredes del siglo XVII en algunas de sus partes.

Y bueno, ya mostró que sí es fuerte, porque resistió a los constituyentes de la Ciudad de México, que no eran fáciles. Aquí estamos y con mucho gusto y por eso les doy la bienvenida.

Y muy honrado para el Senado de la República, para el Instituto Belisario Domínguez, con la presencia del rector de la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México, don Enrique Graue, gracias don Enrique por su presencia.

Con la presencia de Pedro Salazar, el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, el autor y el conceptualizador de esta obra, ahora lo cuento.

Y desde luego, de la doctora Andrea Pozas Loyo, investigadora del Instituto, quien les va a sorprender las reflexiones que va a hacer sobre este asunto. Una filósofa, investigadora jurídica que viene a decirnos por qué las cosas y por qué las leyes. Bienvenida, Andrea.

Y decirles que cuando se acercaba el Centenario de la Promulgación de nuestra Constitución, el 5 de febrero de 1917 al 5 de febrero del 2017, todo el mundo institucional, académico, se volcó para preparar documentos, obras del aniversario del centenario.

El Senado de la República como tal, provocó ediciones muy valiosas sobre ese documento. La Cámara de Diputados, repito, las universidades.

Y cuando platicamos en el Instituto Belisario Domínguez que qué podríamos hacer para este propósito, nuestro director, Coordinador Ejecutivo de Investigación, Gerardo Esquivel, investigador, había platicado y yo mismo lo había hecho con Pedro Salazar de qué podríamos llevar a cabo como un documento con motivo del Centenario. Y el concepto, es un concepto que elaboró Pedro Salazar, por lo menos dos o tres años antes, ahora nos lo podrá decir, que lo presentó a la Junta de Gobierno de la UNAM y que estaba en su enriquecimiento y que decidimos apoyar nosotros.

Le agradezco al Instituto de Investigaciones Jurídicas, a Pedro Salazar, a la Universidad Nacional Autónoma de México, a su rector Enrique Graue, que nos haya permitido colaborar con ellos para poder hacer realidad esta obra.

Esta obra va a ser valorada a lo largo de su conocimiento

Por cierto, el Centenario del 5 de febrero 2017 no concluye los trabajos en relación a una revisión y análisis de nuestra Constitución. Esta obra contiene 100 ensayos para entender, desde una visión constitucional, la realidad de nuestro México hoy.

Ese es el propósito, se va a volver, desde nuestra perspectiva, en un documento, en una colección de cuatro libros que ayudará a que constitucionalistas, que amantes del derecho, que investigadores, que entendedores de la realidad nacional puedan  tener puntos de vista y puedan encontrar alojo ahí a sus inquietudes. Esa es la riqueza de lo que hoy presentamos.

Y decirles nuevamente que en el Instituto Belisario Domínguez estamos desarrollando no solamente investigación legislativa, entregamos no solamente insumos para construir mejores leyes, para generar mejores elementos para la discusión política, jurídica de toda índole, sino estamos llevando a cabo ediciones muy importantes.

Esta es la gran obra del Instituto Belisario Domínguez en materia constitucional, social, económica y política.

Así es que, así como hoy nos reunimos para este fin de la presentación de este libro, ¿cuándo fue, el martes, el lunes? El miércoles, antier, también lo hicimos allá en el Senado, en Reforma e Insurgentes, y presentamos algo que también es un libro de colección. La compilación de las revistas de esa revista que era una revista cultural y política, medio de comunicación oficial del PC, del Partido Comunista, “El Machete”.

Y conseguimos de verdad una impresión muy importante que también será un libro de colección. Digo yo que ese es el Machete segunda época; el Machete primera época será el periódico que el Partido Comunista desde su fundación tuvo y que ya estamos siguiendo, tratando de conseguir la reedición de un libro que en su tiempo lo editó la Universidad Autónoma de Puebla.

Así es que estamos trabajando y estamos trabajando en beneficio de la gente de México, de los enterados, de los conocedores, de los investigadores, de los estudiosos de las materias.

Bienvenidos al Senado de la República a todas y a todos ustedes, qué bueno que sirvan estos patios tan hermosos, este recinto tan hermoso, para poder albergar este tipo de eventos.

Bienvenido, señor Rector, usted es de la casa.

Pedro Salazar, que ni se diga, trabajamos intensamente con ellos y ponemos la infraestructura del Instituto Belisario Domínguez a disposición de la UNAM y de todas las universidades, las del país, las universidades públicas, las universidades privadas y, desde luego, haremos que en los centros de estudio, haremos que en las bibliotecas, haremos que haya acceso a este documento que hoy les entregamos a ustedes.

Gracias por su presencia. Buenos días.

DOCTOR GERARDO ESQUIVEL HERNÁNDEZ: Gracias.

Le daremos ahora el uso de la palabra a la doctora Andrea Pozas Loyo, profesora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

DOCTORA ANDREA POZAS LOYO: Doctor Enrique Graue, rector de la Universidad Autónoma de México.

Senador Miguel Barbosa Huerta. Doctor Pedro Salazar. Doctor Gerardo Esquivel.

Estimados todos:

Es para mí un placer estar aquí para presentar la obra “Cien años para el Centenario”, resultado de la colaboración entre el Instituto de Investigaciones Jurídicas y el Instituto Belisario Domínguez.

Nuestra Constitución es un objeto de estudio sumamente atractivo, pero sin duda intimidante, es una de las constituciones más longevas del mundo y probablemente, una de las más complejas. Como me comentó un connotado especialista de derecho comparado, en un coloquio internacional reciente; la Constitución mexicana es tan amplia que siempre provee los mejores ejemplos.

Es por ello, que todos los que hemos realizado investigación sobre ella, sabemos que si bien el primer paso para aproximarnos a este documento es el jurídico normativo; también para comprender sus causas y sus efectos, sus funciones y sus significados; requerimos de herramientas y perspectivas de diversas disciplinas.

Sin esta asociación multidisciplinaria, estaríamos como los ciegos de la popular parábola hindú, cada uno de los cuales toca sólo una pequeña parte del elefante y trata en vano de descubrir su totalidad.

Sólo cuando se unen las texturas, las formas recopiladas por las distintas perspectivas, es que logramos acercarnos a la realidad que buscamos conocer.

Cada uno de los ensayos que conforman los cuatro volúmenes de Cien ensayos para el Centenario, provee una ventana, alguna de las facetas de nuestra Constitución; y la colección en su conjunto nos da una rica aproximación a ella.

El recorrido de la colección, inicia con un conjunto de investigaciones jurídicas que nos retratan los antecedentes jurídicos y políticos de nuestra Carta Magna o se enfocan en algún aspecto del proceso constituyente.

El segundo tomo, contiene estudios jurídicos que abordan muy diversas temáticas: desde el estudio ambiental hasta la suspensión de garantías; del federalismo a la transparencia gubernamental. Obtenemos así una mirada a la amplitud normativa de nuestra Carta Magna.

Finalmente, el tercer y cuarto tomos, nos encontramos con textos que iluminan distintos aspectos económicos, políticos y sociales de nuestra Constitución. Los partidos políticos, los principios constitucionales de la política exterior, el gobierno judicial, las ideas de libertad e igualdad tal como son desarrolladas en nuestra Constitución, los derechos de los pueblos indígenas, la viabilidad económica de los derechos sociales, la educación los monopolios, la corrupción son sólo algunos de los muchos ámbitos a los que los ensayos nos acercan.

Como me han pedido que sea breve, quiero cerrar esta participación dándoles una reflexión, compartiendo con ustedes una reflexión que hacía hace un par de semanas el doctor Héctor-Fix Fierro. Me decía que, y retomando aquí la parábola que desarrollé en un inicio, a diferencia de ese elefante que es externo y ajeno y que los hombres en la oscuridad tratan de conocer, nosotros cuando nos acercamos a la Constitución nos acercamos a algo que está fuera de nosotros.

Cuando nos acercamos a ella, cuando queremos conocerla, cuando tratamos de enfrentar el reto de comprenderla, en cierta medida estamos tratando de conocernos a nosotros mismos.

¿Por qué? Porque esta Constitución es finalmente nuestra historia. En ella y en su desarrollo se retrata nuestra política y sus dinámicas, nuestra sociedad, nuestras contradicciones y nuestros anhelos.

Muchas gracias.

DOCTOR GERARDO ESQUIVEL HERNÁNDEZ: Ahora le daremos el uso de la palabra al doctor Pedro Salazar Ugarte, Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

DOCTOR PEDRO SALAZAR UGARTE: Muchas gracias, doctor Gerardo Esquivel.

En primer lugar, quiero agradecer al rector de nuestra universidad, al doctor Enrique Graue que nos acompaña el día de hoy, y no sólo eso, sino también todo el apoyo que le ha brindado como a las demás entidades y dependencias universitarias, al Instituto de Investigaciones Jurídicas para emprender una serie de iniciativas, tareas, actividades, de cara al Centenario de la Constitución y a lo largo de todo 2017 porque el Centenario no se agota, digamos, en la fecha emblemática del 5 de febrero.

En segundo lugar, agradecerle, y ahora haré alguna mención del tipo de colaboración que a lo largo del tiempo hemos establecido con el Instituto Belisario Domínguez de este Senado de la República, al senador Barbosa.

En verdad, senador, muchas gracias, porque si bien es cierto, y haré alguna alusión a ello, que esta obra fue concebida como un proyecto académico en un contexto específico de cara a imaginar qué hacer para el Centenario de la Constitución, también lo es que no hubiera sido posible sin su decidido apoyo desde el primer día, usted no estaba acá en el Belisario Domínguez, no en esta etapa, estaba como presidente del Senado cuando platicamos de esta obra, y desde el primer momento me dijo: Esa obra la vamos a hacer juntos.

Las tareas y actividades que usted llevaba a cabo con aquella responsabilidad en concreto, impidieron que se hiciera en lo inmediato, y yo le debo agradecer que usted recordó la iniciativa y cuando asumió de nuevo la dirección del Belisario Domínguez me buscó a través de Onel, del secretario técnico, y me dijo: No he olvidado la obra y la vamos a llevar a cabo.

Así que en verdad le quiero agradecer que no la haya olvidado y que la haya hecho posible, porque el trabajo del Instituto Belisario Domínguez y la aportación del Instituto Belisario Domínguez ha hecho posible esta colección que de otra manera no contaríamos con ella.

A Gerardo Esquivel, porque no solamente adoptó, desde el punto de vista más práctica, la realización de la obra, sino que en su calidad de investigador universitario, de destacado investigador universitario se sumó a la misma como co-coordinador de ella.

Detrás de esta obra y para lograr este resultado hay un esfuerzo intelectual, un esfuerzo académico de conceptualización, de diseño metodológico, de intercambio de ideas, de convocatoria que no hubiera sido posible sin la contribución, el compromiso, la dedicación de Gerardo Esquivel. De verdad, gracias, Gerardo.

Y por supuesto, a Francisco Ibarra Palafox, que en este caso, no en su calidad de Secretario Académico, que lo es del Instituto de Investigaciones Jurídicas, sino en su calidad de investigador, de colega también se sumó con entusiasmo a conceptualizar y a llevar a cabo como proyecto académico la obra.

A Raúl Márquez, lo tengo que decir, ya lo comentaba Gerardo Esquivel, y al Departamento de Publicaciones, a la Secretaría Técnica del Instituto de Investigaciones Jurídicas, porque logró sacar esta obra para dos días antes del 5 de febrero, junto con otros 100 volúmenes que el Instituto de Investigaciones Jurídicas ha dedicado exclusivamente para la celebración del Centenario de la Constitución.

Muchos de ellos en coedición, otros, digamos, en colaboración con otras editoriales, pero el aparato y el programa académico de producción editorial del Instituto de Investigaciones Jurídicas para este año, la verdad es que merece un reconocimiento que quiero hacer públicamente el día de hoy.

A Pamela Rodríguez, que no aparece como coautora, pero debería de serlo, porque en verdad el trabajo técnico que hizo de seguimiento fue espectacular y no fue un trabajo únicamente de gestión administrativa, sino que  un trabajo de conceptualización, de revisión, de los ensayos y de trabajo intelectual.

Y por supuesto, no puedo no agradecer a las autoras y a los autores, muchos de ellos que nos acompañan aquí el día de hoy, en verdad muchas gracias por haberse involucrado, por haberse subido a este proyecto, por haber dedicado tiempo, por haber arrastrado el lápiz y, sobre todo, por haber soportado la presión con la que los tuvimos, yo lo sé, veo caras que dicen sí, sí es verdad, pues con los que les estuvimos recordando que había un plazo, que el plazo era importante, que había que tener la obra en una fecha concreta y que tenía que ser una obra como lo es una obra de mucha calidad.

Lo que hay ahí no son 100 ensayos improvisados, lo que hay ahí no es el resultado de un trabajo realizado en el contexto de tareas con descuido, no; lo que hay ahí son en verdad cien textos muy bien calibrados, muy bien pensados, muy bien enfocados, para celebrar a la Constitución, pero sobre todo para pensar al constitucionalismo mexicano con 4 perspectivas, como ya se ha mencionado, y volveré a decir en unos minutos.

Tiene razón el senador Barbosa, la obra originalmente fue imaginada, al menos en lo que a mí respecta, porque luego las ideas se piensan de manera simultánea en muchas sedes y qué bueno que así sea, pero en lo que a mí respecta fue en septiembre de 2014 cuando aspiraba en ese entonces a ser director del Instituto de Investigaciones Jurídicas y le presenté a la Junta de Gobierno de la Universidad mi plan de trabajo.

Y en ese plan de trabajo, lo leo muy breve, decía lo siguiente: “EL instituto de Investigaciones Jurídicas desde hace décadas edita y coedita obras de gran relevancia para los estudios jurídicos en México y el mundo. Por lo mismo, además de las publicaciones que serán impulsadas en el contexto del proyecto Cien Años de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y como parte complementaria de la misma, propongo encargar al área de Derechos Constitucional del Instituto –en ese momento lo había pensado así— la edición de una obra de 100 ensayos para conmemorar a la Constitución Mexicana de 1917.

“La idea será reunir cien ensayos, algunos inéditos y otros históricos, que son los menos, pero no podía dejar de estar la voz de Jorge Carpizo, no podía dejar de estar la voz de Emilio O. Rabasa y ahí hay obras, textos de ellos, que tienen una enorme actualidad y que recuperamos para esta colección”.

Entonces, decía “algunos inéditos y otros históricos” sobre la Constitución, buscando, en la medida de lo posible, reunir las voces de cien especialistas que a lo largo del siglo transcurrido, desde 1917, hayan analizado el texto constitucional con una visión crítica.

Bueno, pues lo logramos y aquí está la obra y yo en verdad lo agradezco y lo celebro.

Decía ya que la misma forma parte de una serie de actividades y no me voy a extender mucho, de colaboración con el Instituto Belisario Domínguez, de distinta naturaleza y en distintos momentos y sí lo quiero subrayar, porque creo que son el tipo de interacciones entre la Universidad, la universidad pública y las instituciones del Estados, que aportan elementos para mejorar los contextos de convivencia, para reflexionar sobre temas de relevancia y para aportarle a la sociedad mexicana respuestas a problemas relevantes.

Menciono tres ejemplos de colaboración entre el Instituto de Investigaciones Jurídicas y el Instituto Belisario Domínguez. Primero, un estudio muy importante que se hizo ya hace algunos años, yo no era director del Instituto, era el doctor Héctor Fix Fierro, sobre un proyecto de reforma política para el país.

Lo hicimos, lo trabajamos juntos y lo único que quiero advertir es que muchas de las ideas que ahí quedaron plasmadas, hoy son una realidad constitucional.

Figuras como la iniciativa popular, figuras que ya se habían planteado en otros escenarios como la reelección legislativa, figuras como el gobierno de gabinete y otras muchas fueron pensadas en aquél proyecto que después se convirtieron en realidades constitucionales y hoy son realidades institucionales, que están configurando y transformando la realidad política y social de México.

Otro esfuerzo colectivo, el que hicimos también con el senador Barbosa para analizar los alcances de la reforma al artículo primero constitucional en materia de derechos humanos, en junio de 2011. En este mismo espacio organizamos un seminario internacional de gran alcance y elaboramos, a lo largo de varios meses, un documento que se volvió una referencia de reflexión sobre los alcances de la constitucionalidad y de la convencionalidad en materia de derechos humanos.

Finalmente, a propósito del Constituyente de la Ciudad de México, también aquí tuvimos un evento en el que pensamos cómo imaginar la reforma política en ese entonces del Distrito Federal y de nuevo coeditamos algún estudio sobre una temática que en ese momento apenas era una idea y que hoy se ha vuelto una realidad.

Son ejemplos de cómo la colaboración institucional resulta productiva y cómo los recursos humanos, intelectuales y económicos públicos se orientan hacia donde deben orientarse.

Esta obra, ya lo decía yo, es digna de celebrarse por la calidad de sus textos, por la calidad de sus autores, por el cuidadoso trabajo editorial que la hizo posible, y porque conjunta un número difícil de lograr que es el de 100 ensayos.

En algún momento decíamos y qué pasa si llegamos a 95 y ahí logramos 100 ensayos y además quiero decir que a nadie se le dejo de publicar. Entonces llegamos justos y tampoco llegamos sobrados.

Así que eso, créanme, también tuvo su mérito y ya lo decía Gerardo Esquivel y con esto concluyo, y Andrea Pozas por supuesto también. Hay cuatro enfoques acá:

Uno, porque la Constitución de 1917 es un fenómeno histórico, hay que verla en su momento, hay que entenderla en su contexto y hay que visualizarla y estudiarla en su evolución a lo largo de una centuria y por eso hay un volumen dedicado a los estudios históricos a propósito de la Constitución de 1917.

El otro, porque no podía ser de otra manera, la Constitución es un documento jurídico, es un instrumento normativo con vocación de eficacia y con vocación, digamos, de incidencia desde la perspectiva del derecho. Mirar a la Constitución como fenómeno jurídico fue el objetivo del segundo tomo de la colección.

En tercer lugar, porque bien lo dice su título, su nombre, se trata de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. A las constituciones no se les puede entender sin su dimensión política, como expresiones del pacto social de una comunidad compleja y diversa, como lo son todas, y como un instrumento normativo, sin duda, pero también político, para lograr canalizar los desacuerdos de manera pacífica.

Ese es el objeto del tercer volumen de la obra.

Y finalmente, la principal promesa incumplida, la lista más compleja, sin duda alguna el terreno de mayor discusión y disputa: la Constitución Económica y su Vinculación Social.

El cuarto tomo no solamente mira el constitucionalismo económico. Se le agrega Constitución Económica y Social. Y me parece que solamente en su título y en muchos de sus ensayos hay un recordatorio, un recordatorio urgente del que ha sido el principal pendiente desde 1917.

La agenda social hacia un país sin pobreza, hacia un país incluyente, hacia un país igualitario.

Muchas gracias.

PRESENTADOR: Para cerrar esta presentación, le daríamos el uso de la palabra al Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, doctor Enrique Graue.

RECTOR ENRIQUE GRAUE WIECHERS: Muchas gracias.

Muchas gracias senador Miguel Barbosa, Presidente del Instituto Belisario Domínguez.

Y muchas gracias doctor Gerardo Esquivel, Coordinador de Investigación de este Instituto.

Gracias por invitar a la Universidad de la Nación a participar con la Nación.

Porque aquí estamos dos instituciones que son muy importantes para el país.

El Senado de la República es finalmente la estructura que le da posición al Artículo Segundo de la Constitución. Aquí está el federalismo de una Nación única e indivisible.

Y la Universidad en su diversidad, también, tiene este componente nacional.

Así que da muchísimo gusto poder estar aquí, comentar aquí con ustedes muy brevemente, pero no me voy a atrever a comentar jurídicamente esta obra.

Esta obra de “Cien Ensayos”, por cien espléndidos ensayistas, divididos efectivamente en cuatro tomos que contemplan estas dimensiones históricas, socioeconómicas, jurídicas y finalmente sociales de nuestra Constitución.

Es una obra que estuve hojeando, por supuesto no la pude leer, no la terminé para ayer.

Pero es una obra que cuando el doctor Pedro Salazar me comentó de ella me llamó la atención.

El antecedente, déjenme comentárselos, es que manda una lista de 105 textos que va a editar el Instituto de Investigaciones Jurídicas, en relación a este año del centenario.

La temática es muy diversas, como bien comentaba el doctor Salazar, y le pregunté: de todos estos 105 pues cuál te gusta más Pedro. Y me hizo un comentario de dos o tres de ellos. Uno de éstos, estos cuatro tomos de Ensayos sobre la Constitución.

Es un texto, estos volúmenes que tenemos enfrente, es un texto para acercarse a la Constitución o para comprender a la Constitución.

Y venía en el camino pensando qué importante es que el ciudadano se pueda acercar a la Constitución, porque sí necesitamos de ciudadanos comprometidos con los preceptos que en ella están, que se planten firmes a defender nuestra soberanía y nuestros derechos ante extranjeros y de hecho internamente también en el país. Es importante que la conozcan.

Y una forma de acercarse a ello será con textos que no sean de estos articulados, rígidos de los 136 artículos, que es difícil que un ciudadano lea.

Me venía acordando cuándo oí hablar por primera vez de Constitución y debe haber sido ahí en la Primaria –Miguel-, y es un término vago.

Y luego probablemente en la secundaria, ahí tal vez. Y sí recuerdo haber hecho algún ensayo que ha de haber sido aburridísimo sobre el Tercero Constitucional y el 123. No recuerdo haberlo disfrutado.

Es muy difícil pues, que podamos acercarnos a la Constitución desde el punto de vista simplemente en su articulado.

Sí recuerdo, sí recuerdo que yo ya de novio de la que hoy es mi mujer, estando ahí haciendo claramente lo que hace un novio, quedando bien con la familia, quien fuera mi futuro suegro, que era constitucionalista y fue legislador, estaba mi mujer presumiendo algunos libros escritos por él.

Entonces me dijo: “te regalo uno”. Y había de dos opciones: uno que se llamaba Curso de Amparo y otro que decía Mil un Planes, Tres Revoluciones y una Constitución.

Dije, ay, bueno, entre los dos obviamente el de las Revoluciones, ¿no? El Juicio de Amparo no era precisamente un tema que a mí me fuera a atraer. Y tomé ese libro.

El de Amparo estaba empastado en percalina roja, me acuerdo, y el de las Constituciones era simplemente en rústica.

Y leí ese libro para podérselo comentar porque el suegro iba a preguntar en algún momento.

Y ahí entendí esto que decía la doctora Pozas: la Constitución es el fruto de nuestra historia, es el fruto de nuestros anhelos y de las aspiraciones, de las confrontaciones que a lo largo de la historia hemos tenido, de cómo hemos podido conciliar nuestras diferencias y finalmente construimos una norma general superior que es la Constitución y a la que debemos apegarnos.

Así pues yo pienso que algo que tenemos que hacer como país, es acercar las leyes en forma atractiva a los ciudadanos.

Y sirva pues esta obra que contempla estos Cien Ensayos desde distintos ángulos para que podamos acercarnos mejor a la Constitución.

Yo agradezco muchísimo a don Miguel Barbosa, al senador Barbosa, que nos haya permitido participar en esta edición y colaborar efectivamente con esto que es el trabajo del Instituto de Investigaciones Jurídicas y a todos ustedes por su atención.

Muchas gracias.

PRESENTADOR: Pues bien, ya sólo para terminar, quiero mencionar a algunos de los autores que están aquí presentes el día de hoy con nosotros:

Licenciado Arturo González de Aragón, sea bienvenido.

El doctor Roberto Díaz Sáenz.

El doctor Francisco Ibarra Palafox, que no sólo es coautor, sino cocoordinador de esta obra.

El doctor Raúl Trejo. Bienvenido.

El maestro Alejandro Alday, que fue a quien cité sin saber que estaba aquí presente.

A la maestra Julia Flores Dávila.

Y al doctor Sergio Silva Castañeda.

Muchas gracias a todos ellos.

Y otros autores quizá estén, pero no se registraron, no los tengo en la lista.

Pero muchas gracias a ustedes por asistir, a los autores por supuesto, por su disposición y colaboración.

Y una vez más les agradecemos su asistencia y participación a los eventos del Instituto Belisario Domínguez.

Muchas gracias.

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