Versión Estenográfica de la presentación del Informe regional sobre desarrollo humano para América Latina y El Caribe y C-PNUD, a la que convoca el presidente del Instituto Belisario Domínguez, senador Miguel Barbosa Huerta.

PRESENTADOR: Muy buenos días. La LXIII Legislatura les da la más cordial bienvenida a la presentación del Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, titulado “Progreso multidimensional. Bienestar más allá del ingreso”, que organiza el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, en coordinación con el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en este recinto que es la Torre de Comisiones del mismo Senado.

Y para este importante informe, contamos con la presencia en el presídium del senador Miguel Barbosa Huerta, presidente del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.

Contamos con la presencia del doctor Gerardo Esquivel, Coordinador Ejecutivo de Investigación del Instituto Belisario Domínguez.

Asimismo, contamos con la presencia de Antonio Molpeceres, Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas y Representante Residente del Programa de Naciones Unidas.

Asimismo, contamos con la presencia de George Gray Molina, Coordinador del Informe de Desarrollo Humano y economista y jefe del Programa de Naciones Unidas.

Contamos con la presencia de Luis René Martínez Souvervielle, presidente del Comité Técnico Especializado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

Agradecemos la presencia de Gonzalo Hernández, Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Finalmente, para conformar a este presídium, contamos con la presencia de Eduardo Calderón, Coordinador de Asesores del Secretario de Desarrollo Social.

Desde luego, agradecemos la presencia de todas y todos ustedes dentro de este informe, así como a quienes nos siguen a través de la señal del Canal del Congreso de la Unión.

Señoras y señores, sin más preámbulos para dar la bienvenida a este informe, escucharemos el mensaje por parte del doctor Gerardo Esquivel, coordinador ejecutivo de investigación del Instituto Belisario Domínguez.

DOCTOR GERARDO ESQUIVEL: Buenos días tengan todas y todos ustedes. Sean muy bienvenidos al Senado de la República. 

Distinguidos miembros del presídium, buenos días.

Simplemente para decirles que el Instituto Belisario Domínguez, que es un instituto de asistencia y asesoría legislativa, organiza estos foros y organiza en particular este foro con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, porque consideramos que este tema, el tema que aborda el Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe es muy importante. Es muy importante para México. México es uno de los pioneros en la medición de la pobreza multidimensional.

Próximamente también deberá revisarse, de acuerdo a la Ley General de Desarrollo Social el tema de cómo se mide la pobreza multidimensional, si es que así se considera, y en ese sentido creo que es una discusión muy interesante la que plantea el día de hoy el Informe Regional sobre Desarrollo Humano.

También recordemos que los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, en particular el objetivo 1.1, precisamente habla de lo que hay que hacer en términos de la pobreza. 

En sus dos dimensiones, uno de ellos es erradicar la pobreza extrema, de acuerdo a una línea mínima de ingreso mundial. Y el segundo es reducir a la mitad la pobreza de acuerdo a las características multidimensionales en aquellos países donde así se mida, como es el caso de México.

Otros países apenas están avanzando en esa dirección, y en ese sentido creemos que es muy importante, y por eso cuando recibimos la propuesta del PNUD para presentar este informe precisamente aquí en el Senado, fue una invitación que atendimos con mucho gusto y les agradecemos nuevamente a todos su presencia.

Creemos que esta presentación sobre estos resultados que son muy interesantes, ya los verán, ya los comentarán los expertos, pero abonará justo a esta discusión sobre cómo entender mejor el bienestar en México y en el mundo, y en particular en este caso en la región de América Latina y el Caribe.

Muchas gracias a todos ustedes. Bienvenidos todos al Senado de la República.

PRESENTADOR: Agradecemos el mensaje de bienvenida por parte del doctor Gerardo Esquivel, coordinador ejecutivo de investigación del Instituto Belisario Domínguez.

Bien, señoras y señores, a continuación escucharemos las palabras por parte de Antonio Molpeceres, Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas y Representante Residente del Programa de Naciones Unidas en México.

ANTONIO MOLPECERES: Muy buenos días a todas y todas, señor senador Barbosa, Gerardo Esquivel, coordinador ejecutivo de Investigación del Instituto Belisario Domínguez; amigo Luis René Martínez; Gonzalo Hernández Licona, de CONEVAL; Eduardo Calderón de SEDESOL; amigo George Gray, no sé si es economista en jefe de toda América Latina y del Caribe o economista en jefe dentro de PNUD.

El hecho de que va a ser una presentación, yo creo que todos aquí lo vamos a apreciar y un saludo muy cordial a todos los colegas de Naciones Unidas aquí presentes. Yo sé que hay muchos colegas de la oficina que han venido para estar aquí presentes y a los medios de comunicación.

Quisiera primero agradecer al Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República por haber abierto este espacio para presentar el Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, en el marco de su destacada agenda de discusión sobre pobreza y desigualdad.

Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estamos muy emocionados por presentar este informe, producto de nuestro compromiso, un compromiso de varias décadas por lograr un desarrollo y un progreso que trascienda el bienestar económico.

En este informe se reflexiona sobre una serie de interrogantes cruciales para los años que vienen: ¿Cómo hacemos para que en un mundo tan dependiente de los vaivenes e incertidumbres globales, las personas que salieron de la pobreza no vuelvan a caer en ella?

Y más aún importante ¿qué hacemos con todos los grupos vulnerables que a pesar de todos los esfuerzos continúan viviendo en condiciones de pobreza o pobreza extrema?

La respuesta por supuesto no es sencilla. Sin embargo, el informe apunta ya algunas respuestas. Apunta soluciones diferenciadas, pero al mismo tiempo integrales, intersectoriales, con enfoque en los territorios y que consideran el ciclo de vida de las personas, soluciones que vislumbran que en estos tiempos de fragilidad económica global y de grandes desafíos para la región, el crecimiento económico es una condición necesaria, pero no suficiente para alcanzar los objetivos plasmados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Hoy más que nunca es indispensable que las estrategias de desarrollo social parten de un concepto central: la resiliencia, que más que reducir vulnerabilidades, empodere a las personas y reduzca las restricciones a las que se enfrentan a la hora de actuar. Sólo así construiremos sociedades preparadas para hacer frente a los retos de esta nueva era.

No podemos dejar de reconocer que México se ha sumado de forma destacada a los esfuerzos globales con un desempeño favorable en los objetivos de desarrollo del milenio, siendo pionero en el desarrollo de una metodología multidimensional para la medición de la pobreza, impulsando el enfoque de pobreza multidimensional en la agenda 2030 y trabajando mano a mano con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en distintos proyectos, para poner en marcha la Agenda 2030 en México.

Conociendo el compromiso de México, estamos ciertos que este informe será un valioso insumo al ofrecer un diagnóstico preciso, pero sobre todo recomendaciones de política que permitan dar seguimiento y continuidad a estos esfuerzos.

Finalmente queremos reafirmar nuestro compromiso y voluntad para continuar colaborando con el gobierno mexicano y la sociedad civil en la búsqueda de construir sociedades resilientes, inclusivas, para alcanzar así los objetivos tratados en la Agenda 2030.

Y por último agradecer a George Gray, mi amigo George Gray, con quien tuve el gran lujo de trabajar durante tres años en un área anterior, cuando estábamos juntos los dos en Bolivia. No tengo la menor duda que la presentación que va a hacer esta mañana será de gran utilidad, además de su forma tan simpática de hacer esta presentación de temas tan complejos y tan importantes para la región.

Muchísimas gracias a todos.

PRESENTADOR: Desde luego que agradecemos todas y cada una de las palabras por parte del coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas, Antonio Molpeceres.

Bien, señoras y señores, a continuación solicitamos al senador Miguel Barbosa Huerta, presidente del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, sea tan amable de dirigir su mensaje y realice la declaratoria inaugural de este informe.

SENADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA: Gracias.

Saludo a todas, a todos, con mucho respeto, bienvenidos al Senado de la República; saludo a las personalidades que integran este presídium, en especial al señor Antonio Molpeceres, coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas SMU y representante residente del PNUD en México; bienvenido don Antonio.

Bienvenidos todos los funcionarios de las dependencias.

Y decirles que quiero comprometer al instituto Belisario Domínguez como aliado de la difusión de esta herramienta, que es el Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016, para que se cumpla el propósito de este estudio tan importante.

Una herramienta para construir políticas públicas en una región del mundo donde la desigualdad es mucho más marcada que en otras regiones de nuestra Orbe, necesitamos instrumentos así que orienten las decisiones de los gobiernos.

Yo preguntaba si había necesidad de poder hacer una impresión de ejemplares y me dicen que hay los suficientes para poder hacerlos llegar, diría yo, a gobiernos estatales, a congresos locales, a ayuntamientos, ayuntamientos de todo el país y formar un equipo interdisciplinario que pudiera asesorar de qué debe de desprenderse de este Informe para ser aplicado en cada municipio, en cada región, en cada Estado.

Esa es la forma como podemos volvernos sus aliados.

El Instituto Belisario Domínguez es el órgano, el Instituto más importante de investigación legislativa en México y tiene convenios de colaboración con todos los institutos de investigación legislativa de los congresos locales.

Así es que vamos nosotros a accionar. Le he pedido eso a nuestro coordinador ejecutivo de investigación, el doctor Gerardo Esquivel, por cierto académico, investigador que ha tenido estudios específicos en esta materia, en materia de la pobreza.

Creo que los estudios más importantes recientemente hechos en México le corresponden a Gerardo Esquivel. Nuestro reconocimiento, nuestra felicitación. Por eso lo tenemos en el Instituto, ¿eh?, porque sabe de esto.

Así es que decirles que me comprometo para que hagamos esas vinculaciones, esas vinculaciones y que el Senado sea útil para poder difundir esta importante herramienta para poder entender la desigualdad, la pobreza, sus causas y poder, poder diseñar políticas públicas útiles para poder combatir este flagelo.

Sabemos perfectamente que la pobreza es algo estructural, es algo que tiene que ver con muchas cosas, no es un asunto de decisión para resolverse de un día para otro, ni en un año ni en seis años, tiene que ser un proceso, un proceso de desarrollo económico, desarrollo democrático, desarrollo educativo, de toda índole.

Así es que conocemos esas causas y por eso celebramos que el Senado sirva, sirva para difundir este Informe y tomarlo como debe ser asumido: una herramienta de trabajo que debe ser conocida en los gobiernos para poder diseñar y ayudarnos a diseñar políticas públicas.

Aspiremos a eso juntos. Seamos aliados en ese propósito. Admítannos como sus aliados en este propósito.

Les agradezco esto y por tanto sin mayor formalidad, porque esta va a ser una reunión de trabajo.

Yo declaro inaugurado este Foro y estoy seguro que ya, si ya tuvo éxito con la presentación de este documento, será más con los planteamientos que se hagan desde los expertos que tenemos aquí en esta Mesa.

Gracias y buenos días.

PRESENTADOR: En este momento se realiza la foto conmemorativa de este Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe.

Señoras y señores:

El Senado de la República agradece su presencia dentro de este Informe.

Solicitamos sean tan amables de permanecer en sus lugares, ya que en breve daremos inicio con la ponencia por parte de George Gray Molina, Coordinador del Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe.

GEORGE GRAY MOLINA: Buenos días a todos. Es un inmenso privilegio, un honor presentar este informe en el Senado de México.

Quiero saludar las palabras del senador que acaba de salir, el senador Miguel Barbosa.

Quiero hacer un saludo especial a nuestros colegas Luis René Martínez Souvervielle, presidente del Comité Técnico de las ODS de México.

A un amigo, querido colega, Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo de CONEVAL. Un placer tenerte, Gonzalo.

Eduardo Calderón, jefe de la Oficina del Secretario de Desarrollo Social, de SEDESOL.

A dos amigos, a Gerardo Esquivel y también a mi jefe y amigo, Antonio Molpeceres. Es un verdadero privilegio estar acá.

Como ustedes saben, este es un momento crítico para América Latina. Este informe trata de tender un puente entre este momento, que es un momento incierto y difícil y la Agenda 2030, una agenda de ambición y que tiene una mirada más grandes sobre temas ambientales, sociales y económicos.

En la región se encuentra el quinto año de desaceleración económica. Vamos en el segundo año de contracción regional y vamos apenas a dos semanas de la elección de Donald Trump. Entonces, todos estos son factores de incertidumbre, son factores que generan un espacio difícil para las economías de la región.

Desde el PNUD, sin embargo, lo que hemos tratado de pensar es no detenernos en el tema del crecimiento económico, sino en los frutos del crecimiento económico. Y también en las ausencias del crecimiento económico.

El informe que voy a presentar a continuación va a hablar un poco de qué aprendimos de la mejor década latinoamericana, del mejor momento de crecimiento económico, de lo mejor en la reducción de desigualdad, de lo mejor en la reducción de pobreza. Y los resultados, pues, son una de cal y una de arena: cosas buenas y cosas muy difíciles y duras por delante.

Algunos mensajes claves, que son regionales, y voy a hablar un poco de México, pero voy a empezar, si me permiten, hablando de América Latina.

Un tema importante y para nosotros el mayor reto de la región gira en torno a exclusiones y vulnerabilidades y transiciones estructurales. Temas que nosotros sostenemos, no se resolvieron ni se van a resolver con sólo crecimiento económico. El crecimiento económico es importante, pero se requieren otras miradas, tanto en lo analítico, y por eso muy importante el enfoque multidimensional como en la propuesta de política pública y por eso la importancia de un enfoque intersectorial.

Subsisten múltiples exclusiones duras en nuestras sociedades, discriminaciones por color de piel, por identidad étnica, por género, por identidad sexual. Temas que no se han resuelto en la última década y que no se resuelven si no las ataca uno de frente; y hay lecciones aprendidas en América Latina sobre cómo tratar exclusiones duras.

Segundo. Uno de los mensajes que agarró más fuerza en este informe ha sido el tema de 70 millones de personas que salieron de la pobreza, pero nosotros estimamos que entre 25 y 30 millones de ellas están en proceso de recaer o en peligro de recaer en condiciones de pobreza por ingresos. Esto es, una de cada tres personas que salieron de la pobreza, en peligro de recaer.

Este es un tema importante, el centro de gravedad ahí es el mercado laboral y la protección social, y vamos a hablar en detalle sobre eso.

Segundo. Un mensaje importante en la región es que nosotros simulamos en este informe lo que llamamos “más de lo mismo”, y miramos los próximos diez años de América Latina creciendo un 4 por ciento, con las mismas transferencias sociales y nos preguntamos ¿cómo nos va? Y la respuesta es que encontramos techos laborales y techos fiscales importantes, y más de lo mismo no nos ayudará a seguir reduciendo y acelerando la reducción de pobreza y desigualdad en nuestros países y eso significa un cambio, un golpe de timón en la manera de hacer política, en la manera de hacer política pública. Y de eso hablamos en el informe.

Tercero. Terminamos con la mirada de la Agenda 2030, un enfoque multidimensional y esto ya se ha vuelto un tema de Perogrullo para los que siguen la agenda; pero una agenda que tiene 17 objetivos, que tiene 169 metas, es una agenda multidimensional por excelencia y nosotros creemos que a problemas multidimensionales, debemos soluciones multidimensionales, sin fragmentar la acción, concentrándonos en dos o tres puntos estructurales, grandes, que pueden tener un impacto sobre la economía, la sociedad, el medio ambiente en nuestros países.

Les invito a ver el contenido en extenso del informe, yo sólo voy a hablar de tres mensajes en esta presentación. Voy a mirar un poquito los análisis de transformaciones de los últimos 20 años. Segundo, las respuestas de política pública de los últimos tres años en América Latina. Y tercero, mirar un poco sobre la agenda futura, ¿cuál es nuestra propuesta desde Naciones Unidas para esto?

Estas pirámides son importantes:

La pirámide de la derecha representa 610 millones de personas en América Latina. Es una pirámide de ingresos, clásica, análisis unidimensional.

Lo interesante del análisis en el tiempo y la mirada de 20 años, es que vemos que hay logros significativos en la transformación social latinoamericana.

Salieron cerca de 72 millones de personas de la pobreza, que es el color rosa o rojo, en los últimos 10 años.

Entraron 94 millones de personas a la clase media, que es el color azul.

Pero este informe nosotros lo dedicamos al color amarillo, al sector de vulnerabilidad, gente que salió de la pobreza pero que no ingresó a la clase media de su sociedad. Y ese conjunto poblacional es enorme en América Latina, es 224 millones de personas en América Latina y en nuestra estimación, 53 millones de personas en México.

Vamos a concentrarnos un poco en ese foco, en ese grupo de la población, no porque la pobreza no sea importante analizarla; sino porque es importante mirar todas las discriminaciones, todas las exclusiones que trascienden un umbral de pobreza.

Esta es una representación que es un poco difícil de leer, pero se las voy a contar. Son matrices de transición. Aquí lo que estamos midiendo para 18 países, en azul, es el porcentaje de la población que en los últimos 10 años tuvo ingresos ascendentes, pasando ya sea de la pobreza a la vulnerabilidad o de la vulnerabilidad a la clase media. 

Y luego, el grupo en amarillo y rosado es el grupo de la población que tiene ingresos descendentes. En el mismo año, la gente está saliendo de la pobreza y está recayendo en situación de pobreza; y este gráfico lo que captura es el número para cada país.

El número para América Latina, en la mejor década, del 2003 al 2013, fue 49 de cada 100 personas saliendo con ingresos ascendentes; y 19 cayendo, en el mismo momento: 49 ascendiendo, 19 cayendo.

En México lo que encontramos es 40 saliendo, 16 cayendo. Patrón bastante latinoamericano, un mercado laboral bastante dinámico; pero los retos futuros que giran en torno precisamente a la resiliencia, la protección social en torno a ese grupo de vulnerabilidad.

Pero vamos con un poco más de detalle.

Esto nos lleva a un análisis un poco más detallado, más econométrico de los determinantes de salida y recaída a la pobreza. En muchos de nuestros análisis en el pasado, mirábamos el número neto de reducción de pobreza en muchos países; por ejemplo, cuando vemos un país donde se redujo la pobreza en 1 millón de personas, eso puede significar diferentes modelos de reducción de pobreza.

Un modelo de reducción de pobreza puede ser sacar a 1.5 millones de la pobreza, pero recaen 500 mil. Entonces, es un modelo muy dinámico en lo laboral, pero muy estático en resiliencia y protección social, porque se está cayendo mucha gente.

En otro modelo, podríamos tener 1 millón 100 mil personas saliendo de la pobreza; pero sólo 100 mil personas cayendo. Eso significa un modelo de no mucho dinamismo laboral, pero sí bastante protección social.

En América Latina encontramos los dos modelos y algunos países son más del primero y otros son más del segundo. Lo interesante para nosotros es descomponer eso, porque lo que encontramos mirando 18 países es que lo determinante de salida de la pobreza, que están muy orientados hacia educación y mercado laboral; son distintos a los que previenen la recaída, que están más bien vinculados a los siguientes cuatro factores, y estos son temas de hogar y de gestión de riesgo.

Primero, la existencia o no de sistemas de protección social, ya sea transferencias, ya sea seguros de desempleo, ya sea pensiones no contributivas. Los sistemas de protección social son el punto número uno de amortiguamiento.

Segundo, un tema importante es la presencia de activos, de que los hogares pobres y vulnerables sean dueños de su propia motocicleta, de su propio vehículo, de su propia vivienda, si es posible; porque ese activo se vuelve, es la manera de transformar ingresos en capitalización, en bienes activos y duraderos.

La construcción de activos toma 10, 15 o 20 años, y es un tema importante y difícil de construir y es un segundo freno a recaer en pobreza.

Tercero y este es un tema de género muy importante y lo hemos destacado por eso, es la ausencia de sistemas de cuidado. La ausencia de sistemas de cuidado hace que la mujer tenga una doble carga laboral en América Latina, una dentro del hogar en trabajo no remunerado y una brecha importante salarial fuera del hogar, en el mercado laboral.

Esas dos brechas, nosotros creemos que están muy influenciadas sobre políticas de cuidado: cuidado de niños, cuidado de personas con discapacidad, personas mayores de edad. Los sistemas de cuidado son incipientes en América Latina, recién estamos empezando a trabajar de manera en serio en el cambio de comportamiento y en la construcción de incentivos para sistemas de cuidado.

Creemos que el retorno de tener sistemas de cuidado es altísimo en la reducción de la pobreza a futuro y por eso hablamos de eso en el informe.

Y cuarto, hablamos de calificación laboral, sobre todo para gente joven. Este es un mercado laboral dinámico, abierto a mercados globales, sin calificación laboral, permanente; vamos a tener un problema en el match entre cambios de empleo entre gente joven.

Esto quizá no era un problema hace 30 años, cuando la gente se quedaba estancada en un mercado laboral, ya sea en áreas rurales o urbanas. Hoy en día, la rotación laboral es altísima y eso afecta sobre todo a la población joven.

De aquí viene un poco nuestro enfoque conceptual. No me voy a meter muchísimo en esto, porque les invito a ver lo que hemos tratado de producir con colegas y en colaboración con Sabina Alkire, de la Universidad de Oxford. Lo que pensamos es: pensar el enfoque multidimensional por encima y por debajo de la línea de la pobreza.

Por debajo de la línea de pobreza tenemos maravillosos ejemplos, uno de ellos, uno de los más destacados es el de México y es el de CONEVAL, el trabajo sobre pobreza multidimensional de verdad ha sido destacado y nosotros hemos trabajado con ese enfoque en muchos países.

Pero encima de la línea de la pobreza, también queda la pregunta de cuáles son dimensiones ausentes en el desarrollo, más allá del ingreso; ¿cuáles son esas canastas de bienes y de bienestar que debieran estar presentes para gente que está transitando hacia la clase media?

Cada vez más proporción de la población está por encima de la línea de la pobreza. Cuando miramos pobreza extrema en América Latina, apenas 5.5 por ciento de la población está debajo de 1.25 dólares al día; y apenas 6 por ciento de la población está por debajo de la canasta de pobreza multidimensional global.

Como ustedes verán, 94 por ciento de la población latinoamericana está por encima de las líneas globales que usa Naciones Unidas para medir pobreza multidimensional y pobreza por ingresos.

Para ese 94 por ciento de la población necesitamos indicadores, y no sólo indicadores sino acción.

Lo que tratamos de hacer en este informe es rescatar lo mejor de las canastas de pobreza multidimensional, luego nosotros lanzarnos a construir una canasta de indicadores de vulnerabilidad multidimensional, le llamamos, que son temas de una manera minimalista, pensar en los factores que evitan la recaída a la pobreza, como acabo de mencionar.

Uno podría tener un debate filosófico sobre esto importante y normativo sobre qué debiera estar en esa canasta; es seguridad ciudadana, es paridad de género, es tener seguridad social en el mercado laboral, etcétera. Hay un debate importantísimo que se debe dar. 

Nosotros por lo pronto en el informe de desarrollo humano decimos: Acceso a protección social, acceso a activos, calificación laboral y sistemas de cuidado. Esos son cuatro factores que explican para nosotros el 70 por ciento de la recaída de la pobreza, entonces son importantes.

Finalmente, un trabajo que queda pendiente y que lo hacen otras agencias de naciones unidas y otros grupos de trabajo, es el enfoque ambiental y de desarrollo sostenible, pensar en sostenibilidad multidimensional.

La transformación de nuestras matrices de producción y consumo, el cambio de matriz energética, la descarbonización profunda en nuestras economías va a requerir de transformaciones no sólo en palabras sino en conducta y transformación en instituciones.

En esas canastas todavía estamos con hipótesis sobre qué sería una canasta de desarrollo sostenible multidimensional. Es una agenda grande, es una agenda de 30, 40, 50 años.

Esas tres canastas para nosotros hablan de una mirada normativa vinculada a desarrollo humano, de decir que el progreso no puede ser algo que disminuya los derechos de los individuos y comunidades. Es un enfoque de derechos, pero tampoco puede ser algo que dañe al medio ambiente, que es el derecho superior, supremo en el planeta.

En medio de esos derechos hay mucha libertad y hay 100 o mil maneras de ser libre, y nosotros creemos que esa libertad se debe ejercer y es parte de un enfoque de desarrollo humano latinoamericano. 

Freno ahí, porque esta discusión se pone filosófica e interesante, pero prefiero que tengamos esa charla más tarde, con un tequila. 

Entramos al tema de México. Algo importante de decir es que en este informe simplemente analizamos el momento del “Boom” latinoamericano, que va del 2003 al 2014.

En el caso de México sólo miramos datos de 2002 a 2012. Lo interesante que emerge de esta lectura es el patrón típicamente latinoamericano además, amplia reducción de pobreza, aumento de las clases medias, pero sobre todo ensanchamiento de ese grupo de la población vulnerable, de entre cuatro dólares y diez dólares día.

El grupo que está en amarillo por la franja a la izquierda es población rural; población urbana a la derecha. 80 por ciento de la población vulnerable en México está en las ciudades, ya sea D.F. o en ciudades grandes o en ciudades intermedias. 20 por ciento está en áreas rurales.

Esto es distinto al perfil de pobreza más extremo, más rural, digamos, el perfil de pobreza extrema.

Lo que nos ocupa, ese grupo de población de la franja amarilla son 53 millones de personas, sobre todo insertas en el mercado laboral, sobre todo con carencias en cuanto a protección social y pensiones en ese mercado laboral informal.

Ese es, digamos, en pocas palabras el perfil que encontramos. Aquí están algunos datos. Tenemos un análisis de unos 16 datos sobre cada pirámide, les invito a ver el apéndice y lo que queremos en nuestro website. 

Dos temas que nos han llamado la atención en el caso específicamente mexicano, es que la transición laboral en esa franja vulnerable muestra una altísima brecha de participación laboral entre mujeres y hombres.

Esa brecha es de más de 30 puntos porcentuales. De hecho es la más alta de toda América Latina hoy, con los datos actuales en esa franja de población vulnerable.

Ahora, uno debe preguntarse, ya que es un número tan grande de la población, estamos hablando de millones de personas que no ingresan al mercado laboral, ¿qué es lo que está sucediendo ahí?

Y esa es una pregunta más que dejo a mis colegas. Nosotros tenemos algunas intuiciones que tienen que ver con informalidad, que tienen que ver con sistemas de cuidado, que tienen que ver también con cambios en patrones de género, con machismo y con resabios de otro sistema, de otra manera de pensar el mercado laboral.

Esta agenda pendiente, nosotros creemos que puede ser un acelerador muy importante en el caso mexicano. De hecho es uno de los indicadores que más salta a la vista, es el que más salta a la vista a nivel latinoamericano. 

Lo que ustedes conocen bien, la composición del mercado laboral en México, esto simplemente dividido por estratos. Vemos la composición de personas que están en pobreza extrema, en pobreza moderada, en vulnerabilidad en clase media, y este es un patrón típicamente latinoamericano.

En las clases medias tenemos gente trabajando en todos los sectores: un pie en el sector formal, un pie en el sector informal, un pie en el área rural, un pie en los servicios. El sector de servicios en particular ha generado mucho empleo en las clases medias.

Cuando miramos poblaciones más pobres, y de pobreza extrema, vemos más bien una historia más monolítica. Estamos hablando de pequeños emprendimientos, ya sea hogares rurales, viviendas de agricultura o servicios en el sector informal de la economía urbana.

Tenemos todavía un reto importante en la composición del mercado laboral, pero este es típicamente latinoamericano, es un tema estructural pendiente.

Este es un gráfico que ha dado mucha discusión. Vengo de 12 presentaciones en las últimas semanas en América Latina. Y este gráfico nos muestra quiénes son los que más han reducido la pobreza en los últimos 15 años en América Latina.

Y se vienen algunos datos interesantes que al parecer han generado un buen debate:

En primer lugar Perú, en segundo lugar Bolivia, en tercer lugar Ecuador, en cuarto Paraguay. Esos cuatro países, como ustedes se imaginarán, representan diferentes modelos sociales y económicos muy distintos.

El modelo boliviano –yo soy boliviano– el modelo ecuatoriano tiran más hacia protección social, un sistema de estatización, control de precios, control macroeconómico bastante estricto, nacionalización de empresas. Una mirada, si quieren, socialista del siglo XXI, es así como está definido.

Ellos han tenido mucho éxito en la reducción de la pobreza en los últimos 15 años. 

Pero dos países bastante liberales, muy abiertos al mercado, con mucho dinamismo al mercado laboral, son Paraguay y Perú, que son, digamos, casi polos opuestos de Ecuador y Bolivia en América Latina. Y dos esos países también han tenido niveles de reducción iguales o mayores que Ecuador y Perú.

La pregunta que tenemos en diferentes países: ¿Por qué? ¿Cuáles son los factores que explican que algunos países tienen más éxito y otros no?

La historia corta tiene que ver con el punto de partida de muchos de estos países. Son países que han partido con mucho nivel de pobreza, con niveles de 60-70 por ciento de pobreza, y entre comillas es más rápido, más fácil reducir la pobreza en países que tienen mucha pobreza, porque sólo un incremento de un dólar ya significa mucho en un hogar.

A medida que nos volvemos países de renta media-alta, se vuelve mucho más difícil ganar cada unidad de logro social y económico, tanto en esfuerzo fiscal como en esfuerzo institucional.

Pero esa historia, esa respuesta corta también tiene una historia más larga, que es ¿cómo se transfiere el boom, el auge latinoamericano dentro de los mercados laborales? Y eso es parte de una discusión que creemos que es importante en América Latina.

Algo que sí disminuyó de manera pareja en la región es la desigualdad. La desigualdad por ingresos definió, como nunca en los últimos 10 años a nivel regional, en los años 80 y 90 habíamos visto aumentos más bien de desigualdad, en los años 2000 una reducción significativa.

Los análisis de descomposición y determinantes de por qué reduce la desigualdad, apuntan a tres factores comunes en América Latina. 

Primero: aumento de ingresos en el mercado laboral, es el tema número uno, 60 por ciento de la desigualdad está siendo reducida en el mercado laboral.

Segundo: transferencias sociales, buenas políticas sociales, pensiones no contributivas, mecanismos de re inclusión desde el Estado.

Y tercero: cambios demográficos que están detrás de esto. Inserción laboral de jóvenes y aprovechar mejor el boom demográfico en el cual estamos casi todos los países de América Latina.

Esa es la mirada de los últimos 15 o 20 años, son las pirámides del último tiempo. Vamos un poco a la coyuntura actual.

Nosotros nos asociamos con el profesor José Antonio Campo para hacer unas simulaciones para toda América Latina. Y claro, antes de iniciar el informe la pregunta era: ¿Qué pasa si sólo con crecimiento económico se resuelve el asunto de pobreza? 

Si fuera así, no hubiéramos escrito este informe. Entonces teníamos que probar esa hipótesis. Tendríamos que hacer la simulación y ver cómo sería el perfil de salida de reducción de pobreza y desigualdad con más de lo mismo. Y no en un sentido peyorativo por favor, no es una discusión de qué mal lo hicieron sino qué bien que lo hicieron muchos gobiernos.

¿Pero haciendo lo mismo cómo nos iría? Y lo que encontramos en esos papers con José Antonio y con Eduardo Ortiz, es que existen unos puntos de saturación. El punto de saturación en el mercado laboral, primero, significa que hay un límite de personas con baja calificación ingresando al sector de servicios que puede absorber una economía dinámica abierta al mercado. 

Hay un límite. Uno puede tener uno o dos taxistas por cada manzana, pero tener diez taxistas ya no funciona. Tener dos peluqueros puede ser, pero diez peluqueros no funciona. 

El mercado laboral que tenemos de baja calificación, sobre todo en los servicios, está generando un techo real. Esta respuesta requiere de respuestas en productividad, en transformación de la matriz productiva de diversificación económica.

Segundo, encontramos techos fiscales. Todos los países de la región encuentran un techo fiscal normalmente de vacas flacas pero también existen techos en los momentos de vacas altas, hay presión fiscal que varía desde 13 por ciento del PIB en Guatemala, hasta 34 por ciento en Brasil.

Entremedio tenemos una variedad de perfiles de países de la región e invariablemente en el corto plazo existe un techo fiscal en la manera en la cual podemos ampliar transferencias sociales, pensiones no contributivas o cualquier nuevo programa social.

Entonces, los temas fiscales pasan por pactos políticos intergeneracionales y ese es un tema del mundo real con el cual tenemos que lidiar y es parte de la Confederación Latinoamericana actualmente.

Algo importante que vimos en el informe y lo rescatamos, es que emerge una nueva arquitectura de políticas públicas, ya no sólo de política social, porque se van hilvanando temas económicos, sociales, laborales en nuestro país.

Ya no estamos en un modelo de política en el cual tenemos un montón de crecimiento económico y luego un poquito de resarcimiento a través de transferencias sociales; no estamos en ese modelo, estamos en este modelo que quiero describir ahora.

Primero, mucha más articulación intersectorial, cada vez se definen más los problemas de política pública como problemas intersectoriales, temas como seguridad ciudadana, temas como pobreza multidimensional van aglutinando a 10, 15 agencias de trabajo, 100 municipios, dos gobernaciones, etcétera.

Entonces tenemos un trabajo muy importante de articulación intersectorial que ya va emergiendo en la región.

Segundo, mucha más articulación territorial, porque los lugares, los territorios rurales, las áreas semiurbanas de comunas o municipios son áreas en las cuales la presencia del estado está ausente o donde todavía no hemos podido construir las bases de bienestar o de protección social.

La articulación territorial se ha vuelto cada vez más importante ye s parte de esa conversación.

Tercero, lo que se inició como un programa de transferencias sociales en México y en Brasil hace más de 20 años, hoy es más una mirada de protección social a lo largo del ciclo de vida, no tanto un sistema a nivel bienestar, no es un sistema comprensivo, sino más bien es una acupuntura que va entendiendo los incentivos que enfrentamos en el mercado laboral, porque en el mercado laboral, como mencioné un par de veces ya, es el motor más importante de reducción de pobreza.

Entonces, en torno al mercado laboral se va haciendo acupuntura; antes de llegar al mercado laboral, piensen en incentivos a la primera infancia, que los niños no salgan a la escuela, problemas de embarazo adolescente, que en México y en muchos países de la región son importantes, inserción laboral de los jóvenes entre 18 y 25 años de edad; inserción laboral de las mujeres y sistemas de cuidado y luego sistemas de pensiones contributivas y no contributivas.

Ese ciclo de vida ya es parte del arsenal del vocabulario latinoamericano, ya estamos hablando de esa manera desde Argentina hasta México y es, creemos un aporte importante.

Cuarto, mucha más participación ciudadana en el debate de políticas públicas, en particular a través de redes sociales, twitter, facebook; esto parecía un chiste cuando lo pensábamos hace dos o tres años, pero en realidad hemos encontrado mucha acción en el uso de data, evidencias, antes éramos un grupo de tecnócratas que hablábamos de la política pública basada en evidencia, ahora son miles de ciudadanos que se expresan y dicen sí.

Queremos un sistema de política pública basada en evidencia, donde podamos monitorear el cambio en el tiempo, que hace comparable la data y eso es gracias a redes sociales y a un ejército de gente trabajando desde la sociedad civil y la academia.

Rápidamente voy a hablar de las tres políticas que hemos encontrado en la región, que están en boga en los últimos tres años. Desde hace tres años que la región está creciendo o decreciente. México ha tenido un bajón, pero un bajón tan fuerte como ha vivido Brasil, como ha vivido Argentina o como ha vivido Venezuela, que hoy están en su segundo o tercer año en rojo.

Casi todos los países de la región están en cero o cerca del cero por ciento de crecimiento actualmente y lo primero que emerge en la agenda política de los países son las políticas para no perder lo ganado, porque hemos ganado 72 millones de personas saliendo de la pobreza.

Cuatro temas que son comunes son los que hemos destacado en la canasta, políticas de protección social, ya hablamos de eso, políticas de cuidado, políticas de acceso activos y políticas de calificación laboral.

Me detengo; para el caso mexicano la discusión interesante, creo yo, tiene que ver con protección social, en particular pensiones. Las pensiones en México tienen una cobertura relativamente baja, pero los cotizantes entre 33 y 34 por ciento de la población promedio latinoamericana está en torno más bien al 50, 49 por ciento y hay algunos países que tienen cobertura universal, gracias a pensiones no contributivas.

Ahora, el tema de pensiones es un debate importante porque implica esfuerzo fiscal y es un tema que nos remite al pacto fiscal del que les hablaba antes y no es algo que se resuelve de la noche a la mañana, es una agenda intergeneracional y de varias coaliciones políticas si quieren.

Segundo, lo que encontramos en el informe es cada vez políticas para nivelar el piso. Les hablaba de exclusiones duras, aprendimos mucho de la agenda de género, en particular durante los últimos 20 años. 

La agenda de género entendió con mucha lucidez, hace 15, 20 años, que no se puede avanzar en la agenda de discriminación si no se visibiliza y se enfrenta a la discriminación de frente. No es sólo mecanismos de protección social y mecanismos de inserción laboral, no son suficientes esos para discriminación; se requiere visibilizarlos y generar políticas antidiscriminación.

Este es el caso para temas de discriminación por vía sexual, por color de piel, por discriminación contra pueblos indígenas y afrodescendientes y todavía discriminación contra la mujer.

Estos conjuntos de discriminaciones que les llamamos nosotros exclusiones duras, no se han resuelto esas brechas en América Latina con un crecimiento económico de 4.5 por ciento.

Entonces, creemos que esas brechas hay que atacarlas y hemos visto cómo países han ido tratando temas LGBTI o temas de discriminación por género o temas de empoderamiento de pueblos indígenas de frente, hablando de políticas para nivelar el piso, no sólo insertar a la gente en la economía, sino quitar los obstáculos a la discriminación.

El tema que les hablaba de economía del cuidado, existe la regla actualmente en América Latina, las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres al trabajo de cuidado que significa limpieza en el hogar, preparación de alimentos, trabajo con los niños.

En México, los datos para el 2014 yo veía que eso era dos a uno, la relación, está mejor que el promedio, pero sigue siendo un reto tremendo a nivel regional tener esa disparidad.

Esto nos remite a lo que sucede fuera del mercado laboral. Existe, en este gráfico pueden ver la brecha salarial para mujeres universitarias en América Latina; este es el nivel más alto terciario de educación; nos encontramos en una brecha latinoamericana del 16 por ciento; ahí, en el caso de México está cercano al promedio, cerca de 18 por ciento.

Significa que aun haciendo lo que decimos que tenemos que hacer, educarnos y acercarnos al mercado laboral, hacer las tareas, etcétera y llegamos al nivel terciario, 18 por ciento en la brecha salarial. Eso no es posible, esa es una agenda pendiente evidente, como también la es la de trabajo no remunerado en el hogar. 

Creemos que estos son temas de políticas importantes para nivelar el piso.

Tercero, un tema espinoso en toda la región es la fiscalidad. Nosotros analizamos incidencia fiscal, trabajamos con una colega, Nora Lustig, e hicimos aproximaciones en varios países.

Lo que emerge de esos estudios, emergen varias cosas, pero una de las cosas que emerge es que el estado también puede empobrecer, es el mensaje fuerte. 

¿Y por qué puede empobrecer?

Porque lo que un brazo da, que es transferencias sociales y subsidios, que es muy bueno y puede tener un efecto progresivo, el otro brazo lo quita a través de impuestos, impuestos directos o indirectos.

A veces esos dos brazos del estado no se hablan el uno al otro y cuando eso nos sucede tenemos un gráfico como este, que dice que el punto ciego fiscal, que es el punto en el cual las gráficas de los países pasan a negativo, sucede en el segundo o tercer decil de la población, quiere decir la gente más pobre, en el primer y segundo decil todavía es beneficiaria neta del fisco, pero desde el tercer decil, cuarto decil quinto decil, estamos pagándole nosotros como ciudadanos, más al fisco de lo que recibimos del fisco.

Esto en países OCDE, está más tirando hacia el séptimo decil. Entonces, este punto ciego fiscal, y esto es común a todos los países, México es uno de los perfiles, es uno de los mejores perfiles progresivos en la región y con Argentina, pero en todos los países de la región tenemos este rezago, esta diferencia y el punto fiscal se trabaja visibilizando precisamente la integración intersectorial de políticas económicas.

Voy a pasar rápidamente a la tercera parte del informe, que es algo que ustedes conocen, la agenda futura, en septiembre de 2015 se firmó un compromiso que es extraordinario, que nosotros lo vimos, yo sé que se habla con muchas palabras sobre 17 objetivos, 169 metas, nosotros lo vemos como un paso global para erradicar la pobreza en un marco de sociabilidad ambiental para el planeta, así de sencillo.

Significa reducir todas las brechas que existen, brechas de desigualdad por diferentes tipos de factores, exclusiones duras en algunos casos y también por ingresos y por dimensiones carentes.

En el PNUD hemos estado haciendo una reflexión de cómo trabajar esta mirada y no fragmentar la acción. Nos hemos inventado esta idea, esas amebas que ustedes ven ahí en ese gráfico, representan lo que nosotros llamamos combos.

Un combo es, uno entra a un restaurante y si yo quiero una papa frita, dos pollos y una coca-cola, ese es un combo; otro puede tener una canasta de seis papas fritas, etcétera. Lo interesante del combo es que se va adecuando a las necesidades territoriales del país y uno puede ir ahorrando si uno sabe dónde apretar. Un combo, por ejemplo, es la pobreza multidimensional.

Si fuéramos brecha por brecha con la pobreza multidimensional, creo que nos iría mal. ¿Por qué? Porque tendríamos sólo una línea de acciones sobre educación, divorciada de la línea de acción sobre salud, divorciada de la línea de acción sobre vivienda, divorciada de la línea de acción sobre ingresos, etcétera.

Cuando miramos el combo de pobreza multidimensional vemos que un espacio territorial, en área rural, en un municipio, en una comuna, tenemos esta proporción, 60 por ciento de la gente carente en estas dimensiones y trabajamos como equipo ante esa carencia.

Los tres tipos de combos que nosotros creemos que están muy emergentes en la región, son los siguientes: uno es pobreza multidimensional, una gran demanda por construir combos de progreso multidimensional territoriales.

Segundo. Seguridad ciudadana. Temas que están relacionados a empleo juvenil, inserción laboral de los jóvenes, educación, reformas de policía y justicia, temas que atañen desde un punto de vista de desarrollo humano a la seguridad ciudadana.

Y, tercero. Todos los temas de exclusiones duras, todos los temas de discriminaciones, por identidad sexual, contra la mujer, contra pueblos indígenas, contra migrantes o afrodescendientes.

Esos son temas propicios para un combo de intervención.

¿Por qué creemos que esto es importante? Porque si no la predilección de todos nuestros gobiernos va a ser de un poco más de lo mismo, de fragmentar la acción, reportar sobre 169 indicadores, hablar sobre 17 objetivos, es demasiado, es demasiado para un gobierno trabajar la agenda sin reducirlo con cierta línea de acción conjunta.

Entonces creemos que los combos es un punto de partida interesante.

Ya estamos trabajando en varios países de la Región. Por ejemplo, en Argentina estamos trabajando un combo de embarazo adolescente en el país, porque el nivel de embarazo adolescente es endémico en Argentina.

En El Salvador estamos trabajando un combo de seguridad ciudadana.

En Bolivia estamos trabajando un combo de inclusión al mercado laboral de personas de pueblos indígenas.

Es decir, en cada lugar el combo tiene una cara distinta pero siempre multidimensional.

Este es un ejercicio que hicimos para pobreza multidimensional y pobreza por ingresos.

Así se representaría el combo, utilizando las metas del informe del objetivo de desarrollo sostenible.

Esto no es sólo una infografía, en realidad detrás de esto hay trabajo icono métrico y probabilístico de cómo están relacionados todos estos factores.

Finalmente quiero hablar de la data un poco.

Un tema muy importante en la agenda latinoamericana es que estamos viviendo en salto en el uso de información.

Hace 10 o 15 años trabajamos un censo de vez en cuando una encuesta eventual y encuestas especializadas de vez en cuando.

Hoy estamos viviendo un momento de big data y países como República Dominicana, países como Honduras, países como Chile, México, Brasil, están creando registros administrativos, registros de beneficiarios a través de sus programas sociales que son gigantes, de millones de personas, que generan una capacidad de mirar en mucho detalle esta fotografía que les represento acá, tanto por carencias pero también por oportunidades porque la pobreza no es monocromática.

Más bien en ese barrio, que es una favela en Río de Janeiro, tienes muchas oportunidades, tienes historias buenas y positivas y también tienes historias negativas y de necesidad de cambio de conducta.

Lo que nosotros creemos es que el futuro pasa por ir integrando estas fuentes de información, generando información confiable, que sea comparable en el tiempo, que nos genere en la balanza de los economistas un panel de información en el tiempo, observaciones cada año sobre millones de hogares que generan esa capacidad que hoy tenemos los que entramos a amazon.com, podemos ver con mucha alegría cómo refleja amazon.com nuestras preferencias cuando entramos a su red.

Pero los pobres no tienen un amazon.com para la política pública y éste debiera ser el futuro, ir pensando cómo ir construyendo la política social, económica y laboral en torno a las necesidades de barrios diferenciados.

Finalmente en este Informe, nosotros hicimos también trabajo en grupos focales.

Fuimos a hablar con la gente, qué significa pobreza, qué significa progreso y tratar de pensar también en las dimensiones subjetivas de bienestar, que son tan importantes.

Yo soy antropólogo de formación y es, digamos, mi primer punto de llegada es hablar con la gente en la calle, entender cómo la gente se refiere a lo que está sucediendo, cómo es el ánimo.

Y lo que encontramos en América Latina es que las nociones de progreso giran mucho en torno al binomio trabajo-educación.

Ahora, ese binomio trabajo-educación, la gente lo relaciona no a esfuerzo propio sino más bien al esfuerzo de la mamá y papá, esfuerzo de la comunidad inclusive de intervenciones estatales.

Es visto como un bien colectivo, como algo social. Así es como lo vemos los latinoamericanos. Esto no es así en otros países donde se ve mucho más una escalera individual.

En América Latina todavía tenemos esta mirada un poco más social de esta escalera.

Analizamos también los temas de cómo ve la gente recaer en la pobreza y a qué lo asocia. Y la gente lo asocia casi como lo vemos nosotros en los datos, por shocks: pérdida de empleo, desastre natural, enfermedad en la familia.

Esos shocks generan desequilibrios en un hogar pobre o vulnerable y la necesidad de respuesta. Y por ello también esa sensación de no poder tomar su propio destino en sus propias manos, donde dependemos de otros para salir de la vulnerabilidad.  Ok.

Voy cerrando en una primera conclusión el informe es que el crecimiento económico es importante pero por más dinámico no resuelve algunos de los problemas estructurales de la región.

Generalmente los economistas hemos hablado de reformas estructurales como girando en torno a productividad, tecnología, innovación, globalización. Eso está muy bien.

Pero en este informe invitamos a pensar cuáles son los problemas estructurales de la sociedad, de los mercados laborales y de las relaciones de género, cuáles son esos temas estructurales.

Porque esos temas estructurales también debemos visibilizarlos y trabajarlos en épocas de vacas flacas y en épocas de vacas gordas.

Nosotros vemos dos transiciones inconclusas: una inconclusa es ciudadanía. En la medida en que todavía no podamos nivelar el piso para migrantes, para gente de pueblos indígenas, para mujeres, todavía no podemos hablar de más de lo mismo.

Y, segundo, una transición pendiente de sostenibilidad.

No he hablado mucho de eso en este informe pero sí tenemos, invito a mirar el informe, cómo pensamos la des carbonización, las transiciones a fuentes de energía renovables a futuro.

Esa es una, la transición, fuera del extractivismo es una tarea pendiente para muchos países, es un tema que recién lo discutimos generalmente cuando se deprecia la moneda y se hacen competitivas un montón de nuevas industrias que son parte de la diversificación productiva de nuestras economías, pero debiera ser un tema de permanente reflexión cómo ir tendiendo ese puente.

Segundo. Para países de renta media y renta media alta se acabaron los logros fáciles. En inglés, terminaron; fue millones de personas emigrando a áreas rurales, áreas urbanas, teniendo contacto con sistemas educativos, sociales, vivienda y una transformación subida en el mercado laboral.

Por precario que sea ese fue dínamo de transformación. Hoy en día eso es insuficiente. Los siguientes logros ya no dependen de estos logros fáciles, dependen de buenas políticas públicas, de más esfuerzo fiscal y más esfuerzo institucional.

Es decir, cada unidad adicional de progreso tiene retornos de crecientes ahora para nuestros países y requerimos focalizar mejor, entender mejor la dinámica, dónde aprieta el zapato y dónde construir masa crítica y no fragmentar la acción pública.

Finalmente, nosotros creemos desde el PNUD que el puente entre la coyuntura y la Agenda 20-30 es específica a cada país. No existe una receta, no consiste un consenso de Washington, no existe un consenso de New York sobre la Agenda 20-30.

Cada país va a ir construyendo su camino, nosotros invitamos a ustedes a pensar en combos, 2 o 3 combos, temas estructurales que los van a llevar al año 2030 a transformar su sociedad, su economía, su medio ambiente de una manera libre, abierta, con una transformación que todos los ciudadanos apoyamos.

Quiero cerrar este informe simplemente agradeciendo a mis colegas del informe del PNUD de México que nos han acompañado y que han trabajado también en este Informe con nosotros y que son parte de nuestro trabajo día a día.

Quiero también agradecer a Alfredo González, que es coautor de este Informe. Él trabajo hoy en OXFAM. Es un colega mexicano del cual aprendimos y trabajamos la agenda de exclusiones duras.

Les invito a mirar un poco más en detalle el Informe y por supuesto estoy encantado de estar acá y feliz de escuchar los comentarios de mis colegas y amigos.

Gracias.

MODERADOR: Muchas gracias al doctor George Gray Molina, quien por cierto tomó uso de la palabra y me robó el papel de moderador.

Ya no dio tiempo de presentarlo; aprovechó la confusión para hacerse del micrófono.

George Gray Molina, nada más para complementar la información es, evidentemente como ustedes se dieron cuenta, es el autor principal del Informe Regional de Desarrollo Humano, éste que acabamos de presentar, y es licenciado en antropología y economía por la Universidad de Cornell.

Tiene una maestría en políticas públicas por la John F. Kennedy School, de la Universidad de Harvard y un doctorado en política por la Universidad de Oxford.

Tiene una larga trayectoria en diversos ámbitos, particularmente en esto del desarrollo humano, donde estuvo en la oficina en Nueva York, si no me equivoco, en algún momento.

Ahora pasaremos a la siguiente sección, que es la participación de los expertos invitados.

Le daré primero el uso de la palabra a Luis René Martínez.

Luis René Martínez es Presidente del Comité Técnico Especializados de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es abogado por la Escuela Libre de Derecho y cursó un programa ejecutivo en análisis político.

Tiene especialización en políticas públicas en la CEPAL.

Tiene una larga trayectoria también en el sector primero privado y ahora recientemente en el sector público.

Fue coordinador de asesores de la Jefatura de la Oficina de la Presidencia.

Y desde marzo de 2016 es Presidente de este Comité Técnico Especializado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la propia Presidencia.

Así es que, Luis René, por favor.

LUIS RENÉ MARTÍNEZ: Debo iniciar agradeciendo la invitación al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

Desde luego al Senado de la República, y en particular al Instituto Belisario Domínguez.

Es evidentemente un evento relevante. Me parece que esta presentación y el esfuerzo que hagamos en las siguientes semanas porque este trabajo pueda ser conocido, pueda ser desmenuzado, pueda ser presentado, pueda ser cuestionado, sin duda contribuirá al propósito que tenemos en México, que tenemos en la Región, por tratar de abordar el tema del progreso multidimensional como la nueva respuesta que ofrece la Región para resolver los problemas de pobreza, sin comprometer la sustentabilidad ambiental, sin comprometer la sustentabilidad económica de nuestros pueblos.

Hace algunos años, en una publicación que se llamaba “La América que queremos”, se preguntaban de algunos especialistas si era suficiente enfocarnos en el tema del ingreso, en el tema del Producto Interno Bruto, en el tema de los ingresos percápita o si teníamos que abrir nuestras mentes, ensanchar nuestro campo de comprensión y voltear a ver lo que estaba ocurriendo en el medio ambiente, lo que estaba ocurriendo en nuestro medio de producción, lo que estaba ocurriendo en la transformación, en la inserción global de nuestras economías, en el retorno o los efectos que estaba generando el retorno a la vida democrática en muchos de nuestros países.

En esta época en la que podemos definir nuestro entorno como un entorno de incertidumbre, en donde hay mercados financieros volátiles, en donde las externalidades positivas y negativas, en donde las elecciones en las potencias, en donde la propia disputa por el poder van adquiriendo cada vez más relevancia; me parece que esta discusión sobre las políticas públicas y sobre el enfoque multidimensional de ellas tiene una enorme validez en este momento en México.

Los retos de América Latina frente a otros países, frente a otras regiones, son importantes. En el periodo entre 1960 y 2014, Asia tuvo crecimientos promedio del 7.5 por ciento; mientras América Latina lo tuvo un poco arriba del 3.5 por ciento. 

El crecimiento percápita en la región oriente es cercana al 6 por ciento, mientras el ingreso en la región latinoamericana sólo se movió cerca de un 2 por ciento.

Esto se traduce en el concepto de que vivimos en una región enormemente desigual y caracterizada por una enorme concentración de la riqueza. Nuestra región además, enfrenta como pocas, riesgos asociados al cambio climático o a la posibilidad de presentarse eventos o desastres naturales.

México juega en estas ligas, es un país de ingreso medio, es un país que ha venido tratando de ofrecer algunas respuestas desde el punto de vista institucional, desde el punto de vista de la articulación de programas. Sin embargo, creemos que todavía los retos son insuficientes.

Mencionaba hace un momento George el tema del embarazo adolescente y yo siempre pongo esto como un ejemplo típico: una de cada cinco mujeres que se embarazan en este país, lo hace antes de los 19 años. Esto nos refleja con un enorme dramatismo, el tamaño de los retos que tenemos todavía desde el punto de vista social en el país.

Y en ese sentido, la suscripción de la Agenda 2030, de esta posibilidad de que 193 países se hayan reunido a tratar de darle trascendencia, a tratar de darle continuidad, a tratar de darle integralidad, a tratar de darle universalidad, a tratar de trabajar con principios de solidaridad en nuestros países, resulta fundamental.

La Agenda es eso, es una posibilidad de trabajar en el diseño de objetivos comunes, de objetivos que sean relevantes para todos los países, que sean relevantes para todas las personas, que sean iguales para todas las regiones.

Es una Agenda que trabaja en las tres dimensiones, que trabaja en la dimensión social, en la dimensión económica y en la agenda medioambiental.

Como ha mencionado la administradora del Programa de Naciones Unidas, Helen Clark, América Latina se encuentra en un proceso de transformación histórica. Los números son muy importantes, el esfuerzo que han hecho algunos de estos 18 países que se concentran en el informe, es fundamental en términos del proceso de emergencia, del proceso ascendente que han tenido en términos de la medición multidimensional, en términos de los satisfactorios a su alcance; pero también es importante subrayar la enorme vulnerabilidad que tienen los países de la región frente a los fenómenos de desaceleración o frente a la poca sostenibilidad de algunas políticas, particularmente en términos de protección o de seguridad social.

Tenemos una mala integración regional, tenemos que atender integralmente las desigualdades, la discriminación y las exclusiones; y en ese sentido favorecer una visión multidimensional puede ayudarnos a ir generando nuevos esquemas para el mercado laboral, que reconozcan la complejidad a la que se refería George en términos de México.

No hay soluciones fáciles, tenemos que aprender a ofrecer dinámicas en términos laborales, en términos de seguridad que reconozcan el momento por el que está pasando México.

El informe es, además de un buen recuento de datos, un buen elemento para ayudarnos a encontrar algunas políticas que nos sirvan en el debate, que nos sirvan en la posibilidad de diseñar nuevas políticas públicas.

Necesitamos trabajar en la construcción de esquemas de protección social, de transferencias sociales y de pensiones, diferentes a los que tenemos en el país.

Tenemos además –dice el Informe– que trabajar en términos de reducir la pobreza, generando esquemas que tengan o favorezcan la resiliencia, que fortalezcan las capacidades de los individuos y que generen un proceso de visibilidad y empoderamiento de aquellas minorías y de aquellas personas que han sido excluidas del desarrollo del país.

Son muchos los temas que vamos a tener que trabajar en los siguientes 15 años. Tenemos que generar esquemas de mayor productividad, generar esquemas de reforma en términos fiscales, en términos laborales, en términos monetarios. Tenemos que consolidar las reformas estructurales que se generaron en los últimos años en México. Tenemos –y lo subrayo como un tema fundamental– que trabajar en términos de la construcción de un Estado de Derecho mucho más sólido y mucho más duradero del que tenemos.

México tiene un muy pobre desempeño desde el punto de vista de Estado de Derecho y solidez institucional, y ese es un tema sobre el que todos tendríamos que trabajar.

La Agenda 2030 es una Agenda de Estado, es una Agenda que convoca al sector privado, que convoca al sector social, que convoca a las agencias del Sistema de Naciones Unidas, que convoca a los países con los que tenemos acuerdos de carácter comercial, a construir un frente en términos de avanzar en todas las dimensiones.

Creo que en el caso además de México, tenemos que ir a un tema básico, que es volver a repetir el principio de que en el centro de las políticas públicas, tienen que estar las personas; tienen que estar los hombres y mujeres de México. Y en ese sentido, reconocer que tenemos un sector muy importante de población que hoy transfiere recursos desde el exterior y que en los siguientes meses puede ser clave, en términos de los enormes desafíos que tiene el país.

¿Qué ha ocurrido desde septiembre del año pasado con la Agenda 2030?

Transformamos el Comité Técnico de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en un esfuerzo más amplio, en un esfuerzo que convocara a un mayor número de dependencias y entidades de la administración a construir indicadores y a reportarlos periódicamente.

Estamos trabajando en una agenda para la sostenibilidad con el sector privado, que convoque a las grandes y medianas empresas de México a adoptar la Agenda 2030 dentro de sus modelos de desarrollo.

Estamos trabajando en términos de construir mecanismos diferentes de coordinación entre las entidades de gobierno, pero también entre los municipios y los estados. Una buena parte de los desafíos que tiene la Agenda, tiene que ver con las capacidades locales y tiene que ver con que rediscutamos estas competencias que tienen los municipios y los estados; y que planteemos si estos esquemas de transferencia y algunos de los mecanismos de política social que tenemos en el país, podrían eventualmente conllevar una mayor responsabilidad para los entes locales.

Hace unos días, el viernes pasado durante la Quincuagésima Primera Reunión de la CONAGO, se tomó una decisión importante: se creó al interior de la Conferencia Nacional de Gobernadores una comisión que trabaje sobre este proceso de implementación y de articulación de la Agenda 2030. Creemos que ahí podremos trabajar no sólo en términos de cooperación, no sólo en términos de coordinación, no sólo en temas de concertación con el sector privado y social; sino en términos de anclaje institucional.

En la medida en que los gobiernos municipales, con la posibilidad de ser reelectos, que les abrió la reforma del 2013, en la medida en que los estados se comprometan a esta discusión de un modelo fiscal diferente, en la medida en que los estados tengan la posibilidad de ir adoptando algunos de los compromisos y algunos de los objetivos específicos de la Agenda dentro de su propio ejercicio de planeación; en esa medida –nos parece– podremos estar construyendo –lo digo con toda responsabilidad– por primera vez una Agenda que trascienda los términos sexenales o trienales de gobierno.

Vamos a trabajar en las siguientes semanas en términos de un esfuerzo importante, y aquí la participación del PNUD ha sido fundamental, en términos de trabajar en un ejercicio de alineación presupuestal. Y vamos a salir en los primeros dos meses del año que entra, a presentar a la sociedad dónde están los objetivos y dónde están las decisiones de carácter presupuestal, en dónde estamos colocando los recursos fiscales y a dónde estamos poniendo el énfasis desde el punto de vista de la asignación de recursos desde el Gobierno Federal y desde los gobiernos de las entidades.

Vamos a instalar un consejo nacional, un consejo de alto nivel que permita y favorezca el diálogo con el sector privado y con el sector social. Vamos a invitar al sector privado y vamos a invitar a las organizaciones de la sociedad civil, a los académicos, a las universidades, a los expertos en los diferentes temas, a las agencias de Naciones Unidas; a que establezcan este diálogo con el Gobierno de México para poder asesorar, para poder recomendar, para poder evaluar; pero también para rendir cuentas, para que podamos sentarnos un par de veces al año a escuchar cómo vamos, qué estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo y hacia dónde tendríamos que trabajar.

Creo que este es el momento en el que salir a hablar de la Agenda 2030, salir a hablar de este informe, conlleva también un ejercicio diferente de comunicación, un ejercicio diferente de relacionamiento con la sociedad.

Y en ese sentido, 2017 es para el Gobierno del presidente Peña Nieto el año en el que tenemos que hacer de la Agenda 2030 un año de enorme visibilidad respecto a lo que el Estado Mexicano se ha comprometido y respecto al Estado, respecto a la línea base a partir de la cual estamos partiendo.

Es el momento en el que tenemos que convocar a los mexicanos y a las mexicanas a preguntarnos qué posición queremos tener en el mundo. Si estamos conformes con estar en una situación de media tabla, en una situación de desempeños sobresalientes en algunos aspectos; pero de franca insuficiencia en otros.

La región tiene retos relacionados con la inclusión laboral de los jóvenes, de las mujeres, de los indígenas. Quiero subrayar el enorme esfuerzo que tendremos que hacer en México en términos de la dignificación y el reconocimiento por ejemplo, de los trabajadores domésticos, esos trabajadores que tienen hoy esa triple característica: 95 por ciento de los trabajadores domésticos de este país son mujeres y reúnen tres condiciones de enorme vulnerabilidad: Son mujeres, muchas de ellas son indígenas y desde luego son pobres.

Tenemos que resolver esto bajo un modelo diferente, bajo un modelo totalmente multidimensional.

Saber dónde estamos es importante, pero no es lo único. Es muy importante que tengamos esta ruta y en ese sentido, este esfuerzo, el trabajo que ha venido haciendo el Senado de la República, que ha venido haciendo la Cámara de Diputados en término de dar seguimiento a la Agenda, puede resultar fundamental.

Quiero concluir –ya me pasaron la tarjeta roja– solamente pidiendo a quienes hoy están aquí, nos ayuden en este ejercicio de difusión y nos ayuden a hacer de la Agenda, una de las rutas por las cuales pueda transitar este gran reto de la erradicación de la pobreza y la sostenibilidad ambiental.

Muchas gracias.

GERARDO ESQUIVEL: Le daremos ahora el uso de la palabra al doctor Gonzalo Hernández Licona, quien como quizá todos ustedes sepan, es Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el CONEVAL.

El doctor Hernández Licona es licenciado en Economía por el ITAM. Y es maestro en Economía por la Universidad de Essex y doctor en Economía por la Universidad de Oxford.

Tiene una larga trayectoria en el sector público, ya no la menciono, es muy conocida.

Gonzalo, por favor.

DOCTOR GONZALO HERNÁNDEZ LICONA: Mil gracias, muy buenos días. Es un gusto siempre estar aquí en el Senado.

Gracias por la invitación del Instituto, gracias a ustedes por estar. Gracias por compartir la mesa con gente que lleva muchos años pensando en estos temas, Luis René, Gerardo, George, Antonio y Eduardo.

Tenemos un amigo en común con el PNUD, que de hecho trabajó en el PNUD en México, Luis Felipe López Calva, que cuando le preguntas ¿cómo estás? ¿Cómo estás, Luis Felipe?; te contesta “Bien, en promedio”; lo cual, a diferencia de “bien”, a secas, “bien en promedio” tiene atrás de ello una concepción realista y multidimensional de cómo está uno.

Porque eso es cierto, hoy amanecí con gripe, pero tengo un trabajo, pero tengo este problema. Entonces, en promedio estoy bien, pero tengo broncas.

Y me da mucho gusto este informe del PNUD porque está resaltando lo que de hecho el propio PNUD empezó a trabajar hace algunos años, desde 1990; el hecho de reconocer que la realidad es compleja y tiene muchas dimensiones, como se pueden explicar y como se puede responder a ella.

Qué bueno fuera que el desarrollo fuera solamente una sola variable, que dijéramos: Mira, nada más hay que pegarle por acá, hay que hacer tal cosa y ya. La realidad es mucho más compleja que eso y cuando uno habla de un progreso multidimensional, le está dando uno al clavo en la forma –me parece– en la que hay que hacer política pública.

Entonces, este trabajo del PNUD hoy en día retoma el propio trabajo del PNUD de hacer un índice de desarrollo humano, con varias dimensiones, tres dimensiones. Este trabajo también refleja de alguna manera el hecho de que hace unos años ya América Latina, México como líder, empezó a pensar la pobreza en términos multidimensionales.

Y también la propia Comisión Stiglitz-Sen de hace unos años también propone y refleja y reflexiona sobre el tema de multidimensional.

Entonces, qué bueno que estemos hablando de este tema, porque no podemos ir muy lejos si solamente hablamos de un solo factor.

Y el de ingreso sigue siendo importante, el ingreso sin duda es importante. El PIB per cápita sigue siendo importante. Incluso en la política pública todavía el propio ingreso de los hogares puede ser una buena herramienta de identificación de algunas familias u objetivos que a partir de ellos hay que trabajar multidimensionalmente, pero por el reconocimiento del ingreso puede facilitar la identificación.

Qué bueno que este informe destaca la medición del progreso multidimensional.

Y yo, todo el documento es muy interesante, ojalá tengan tiempo de leerlo, aunque sea el resumen ejecutivo, pero algunas de las cosas interesantes, déjame mencionar tres de ellas y al final retomo la última, que es que hay una especie de definición ahí que va más o menos así: “Definir el espacio de la pobreza multidimensional, espacio de desarrollo con límites normativos -que esa parte es muy importante- nada que reduzca derechos ni avances en sostenibilidad es progreso”.

Está incluyendo ya el tema de los derechos como una parte fundamental. De hecho el segundo plano de las políticas retoma el tema de derechos al cual me voy a referir después, pero es una interesante forma de ver el progreso.

Segundo. Reconoce la existencia ya de trabajos de pobreza multidimensional, pero también reconoce que en este progreso multidimensional uno tiene que trascender el tema básico de los pisos básicos de pobreza y con mucha enjundia hablar y trabajar de temas de inclusión. Se necesita el documento, la transformación inconclusa de ciudadanía.

No es posible que países de renta media den ese paso a ser países desarrollados si no terminamos, en América Latina sobre todo, el tema de inclusión al cual me voy a referir después.

Y, por supuesto, el tercer enfoque que reúne todo el informe, tiene que ver con las soluciones integrales de desarrollo. No es solamente el piso firme acá y tal cosa por allá; el tema es mucho más de integralidad.

Y, por lo tanto, la visión multidimensional tiene una cuarta referencia importante que es: es muy probable que la referencia multidimensional pueda ser más útil para la política pública, y yo completo, siempre y cuando no nos hagamos bolas en el proceso multidimensional.

Decía George, y lo decía con razón, en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, hay cerca de 250 indicadores. Va a ser muy difícil que un país y un Presidente de la República tenga en su totalidad el control 250 indicadores prioritarios, porque no son prioritarios. 250 indicadores ya no son prioritarios por definición.

¿De qué manera logramos generar los incentivos políticos adecuados para que el progreso multidimensional se retome en el día a día de un gobierno?

Porque a los que hemos trabajado en el gobierno, lo que hace trabajar a un gobierno es el operador que está día a día sabiendo dar cuenta de una instrucción muy precisa. 

Por ejemplo, lo que tienes que hacer todos los días es conseguir dinero para poner pisos firmes en Chiapas o poner drenaje en Guerrero. Lo que el operador hace es eso.

El operador difícilmente reflexiona cada semana sobre el curso que tiene que hacer la multidimensionalidad y, por lo tanto, la instrucción tiene que ser muy clara, muy precisa desde el principio de preferencia de cualquier gobierno.

Lo que hay que hacer en materia de operación de desarrollo social o de política pública, son estas cuatro, cinco, ocho, diez cosas que hay que hacer; no 273.

Un reto interesante va a ser ese, y por lo tanto déjame hablar del ejemplo mexicano en una parte concreta, que es la pobreza multidimensional que ya conoces, pero déjame retomar una parte interesante, porque efectivamente como George lo dice, y hay que reconocerlo en México, podemos estar orgullosos de este México es que el Congreso Mexicano decidió medir la pobreza de un manera multidimensional en el año 2004 y sentó un precedente para que hoy en el mundo en buena parte de este precedente hoy se hable de medición de pobreza multidimensional.

¿Qué pensó el Congreso Mexicano en el año 2004? Lo que pensó el Congreso Mexicano y hay que reconocérselo, es: El ingreso es importante para las familias, seguro, pero los derechos sociales son igualmente importantes. Y si la guía de la Constitución Mexicana, artículo 1º y 4º son los derechos, pues qué mejor que la medición de pobreza incluya elementos de derechos porque son importantes en sí mismos.

A los economistas nos gusta tener el ingreso como un elemento fundamental, y nos gusta decir: La educación es importante porque mañana este niño y este joven van a tener más ingresos por la educación. Es cierto, esa relación es cierta, pero lo que los derechos hacen es que dicen: La educación es en sí misma importante, independientemente en su relación con el ingreso. El mejor ciudadano tiene una educación de calidad básica. El mejor ciudadano tiene acceso a la salud de calidad, independientemente de su relación con el ingreso.

Por lo tanto, el Senado Mexicano y el Congreso Mexicano en su conjunto decidió que la pobreza tuviera en México esa inclusión del ingreso y algunos de los derechos sociales.

Y, a partir de ese fenómeno, lo que hoy tenemos es una medición de pobreza con esos principios del Congreso, multidimensional, con transparencia. Cualquiera de ustedes puede tomar las fórmulas de medición de pobreza y le tienen que dar exactamente el mismo dato que le da el CONEVAL, ni más ni menos.

Es decir, la medición de pobreza se hace con lo que la realidad nos menciona. No lo que quisiera un político, sino lo que la realidad dice. Por lo tanto, la pobreza solamente va a reducirse a partir de buena política pública.

Y segundo, algo bien interesante. La discusión técnica en su momento en el CONEVAL fue, a partir de lo que el Congreso nos dijo, es: Podemos presentar la pensión de pobreza con varios indicadores o los podemos agrupar en uno solo. 

Decidimos agruparlo en uno solo con la facilidad después de desagregar. Fue la facilidad de agregar uno solo, la facilidad es que el hacedor de política pública y el político se pone una meta de un indicador.

Para mejorarlo hay que adentrarse en ello y hay que mejorar la educación, la salud, el acceso a la seguridad social, el ingreso, la vivienda, la alimentación, que son parte de la medición de pobreza: Pero el incentivo político muy claro para el gobernador, para el Secretario de Desarrollo Social es: Yo quiero reducir ese número en vez de reducir 273 indicadores que pueden ser complejos.

Esto que está acá, esto que están viendo ustedes, ha sido la gráfica que más hemos platicado con los gobiernos desde el año 2009 para decirles: Mira, la pobreza en México que nos dice el Congreso se refleja en este cuadrante. 

¿Ese cuadrante qué quiere decir? Lo que quiere decir es: Queremos como mexicanos reducir la pobreza y la pobreza extrema -ese recuadro que está abajo a la izquierda- y que mientras pase el tiempo haya más mexicanas y mexicanos en ese cuadro verde. 

¿Ese cuadro verde qué quiere decir? Población sin ingresos bajos y sin carencias sociales como las definí. 

Y, por lo tanto, hoy por hoy la instrucción al operador en la SEP y en SEDESOL y en Salud y en SAGARPA y en el Banco de México, aunque sea autónomo, es: Señores, ¿para qué andamos buscando cosas si hay una guía muy clara que es en la que hay que incidir?

Ahora pongo los retos de esa visión, pero una ventaja innegable es que en el caso mexicano, al menos por estos últimos años, quién sabe si mañana siga este tema, pero al menos por hoy buena parte de la administración pública federal y de muchos gobiernos estatales, no todos pero de muchos, están abocados a un quehacer multidimensional de operación política, de política pública a partir de una misión muy clara y muy concreta que tiene un indicador de resumen y que adentro tiene siete dimensiones. 

Ese es un elemento que ha hecho modificaciones de la operación del día a día y modificaciones de los presupuestos, porque la pregunta que sigue que nos hace el gobierno y Hacienda y los gobiernos locales es: ¿Y cómo le hago yo para reducir la pobreza en Puebla, en Chihuahua, en Oaxaca? ¿Con qué programas lo hago?

Y, por lo tanto, la respuesta no es tan sencilla pero es: Tenemos un conjunto de evaluaciones que nos dicen qué programas inciden más en reducir la pobreza en varias dimensiones y qué programas no reducen la pobreza para nada, porque son programas que se hicieron por proyectos políticos.

Tenemos seis mil y tantos programas sociales en México, entre nacionales y federales. Muchos de ellos no tienen una razón de ser muy clara, y lo hemos dicho así, y otros sí; otros sí inciden.

Por lo tanto, cuando George nos decía con mucha claridad lo que buscamos en las políticas modernas, sobre todo en las democráticas, es tener más evidencia para tomar decisiones. Esa combinación me parece hasta el momento de una medición de pobreza muy clara y evaluación de programas es una conjunción que nos hace un círculo virtuoso por el momento.

¿Qué se ha visto? 

Bueno, si desagregamos la pobreza y sus dimensiones, tenemos aquí un conjunto de reducciones de carencias sociales desde hace algunos años, especialmente en el caso de salud y también en vivienda; incluso muy poco, pero en seguridad social. Entonces hay cierta incidencia en algunas de las carencias.

¿Y por qué entonces la pobreza en México no ha caído tanto, como nos decía en la gráfica de George? Bueno, pues por el ingreso.

El ingreso desafortunadamente en los últimos años, 92-2014 que es la gráfica que tenemos de la Encuesta de Ingreso sobre el Gasto de los Hogares, esa gráfica del ingreso real con vaivenes no es una gráfica que va subiendo, subiendo y subiendo, como seguramente en Perú lo tuvieron los últimos 10 años.

El reto del ingreso en México es un reto muy importante. El reto de mejorar los ingresos en México en el largo plazo sigue siendo un reto muy importante.

George decía: Bueno, es que el crecimiento no va a ser más de lo mismo. En México necesitamos crecimiento económico pero hace mucho no lo tenemos. O sea, quisiéramos un fin de semana el crecimiento de Perú, el que tuvo, 6 por ciento. Hace mucho que México no tiene un crecimiento del 6 por ciento.

Si México creciera al 5-6 por ciento, claramente esta gráfica del ingreso iría más para arriba y la pobreza iría más para abajo, ¿no?

¿Qué pasa en la coyuntura? Tengo que decirlo, en la coyuntura afortunadamente, espero que esta sea una tendencia que pueda continuar más años, es que a pesar de la caída en el ingreso real del 2007 al 2014, como decía en esta gráfica, a partir de una encuesta trimestral del INEGI, a partir del 2015 podemos ver un crecimiento del ingreso real del poder adquisitivo del ingreso laboral, todavía no compensa el 2007 pero al menos la tendencia va ascendente, y ojalá que los procesos tanto de inflación a la baja como de generación de ingreso, que estamos viendo al menos en el corto plazo, continúen así.

Por cierto, esta gráfica va a estar disponible en dos días, entonces es una primicia que les traje. Esta es una gráfica que vamos a poner en el CONEVAL en dos días cuando saquemos el famoso ITLP, pero se los quería traer.

El ingreso es un reto en el largo plazo, pero en 2015-2016 es un ingreso que ha ido mejorando.

¿Qué retos tenemos? Bueno, varios retos en política pública, a pesar de esta mejor coordinación para la reducción a la pobreza en todas las secretarías de estado y en los estados.

Una bien importante, y es que un indicador por mejor indicador que tengas no dice todo lo que hay que hacer. Es imposible que un indicador te diga todo lo que tienes que hacer y es imposible que 273 indicadores te digan todo lo que tienes que hacer.

¿Qué hay que hacer más allá de esta medición de pobreza? 

Por ejemplo, calidad. La calidad no está incluida en esta medición y es claro que las coberturas en salud, en educación, han crecido más rápido que lo que ha crecido la calidad de los servicios educativos y de salud. 

Por lo tanto, un reto fundamental para el desarrollo social mexicano es mejorar la calidad de los servicios de salud y de educación. Que, por cierto, es un tema muy compartido con los estados.

¿Qué otras cosas? Muchas otras. 

Pero una fundamental que es de hecho el segundo conjunto de sugerencias que hace el PNUD en el informe, es el tema de nivelar el piso. 

México sigue siendo un país súper desigual; no importa con qué variable la generes, la identifiques, México es un país bien desigual, es un país con pisos que no son parejos. 

Para hacer ciudadanos, y no solamente para eso, para tener mejor ciudadanía, pero incluso, y aquí está la apuesta, para tener en el futuro un mayor crecimiento económico, liberar los pisos es fundamental para América Latina y para México.

Liberar los pisos, como decía George, es ni más ni menos que igualar oportunidades de grupos que históricamente han tenido oportunidades diferentes, mujeres, indígenas, discapacitados.

Ese es, me parece, un gran reto de México y general para América Latina, el tema de inclusión.

Y ojo, está medio mencionado en el informe, pero yo lo mencionaría con más fuerza: mejorar el piso parejo para todos, tener un enfoque de inclusión que implica hacer más parejo el poder; y tú puedes dar pisos firmes y puedes dar aguas potables, lo que es más difícil para cualquiera es dar el poder.

Entonces, me parece que en el centro de la transformación de México y de América Latina tenemos que pasar, en muchos grupos y en muchas dimensiones, por una repartición diferente del poder.

Muchas gracias.

PRESENTADOR: Muchas gracias Gonzalo.

Le daremos ahora el uso de la palabra a Eduardo Calderón Cuevas; es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey; maestro en economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona; tiene una larga trayectoria en el sector público, en donde ha trabajado en la SEDESOL, en la SEP, en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Relaciones Exteriores y actualmente es coordinador de asesores del secretario de Desarrollo Social.

Eduardo, por favor.

MAESTRO EDUARDO CALDERÓN CUEVAS: Muy buenas tardes a todas y todos.

Es un placer compartir presídium y hablar sobre el tema del Informe de Desarrollo Humano. Gracias por la invitación tanto al Poder Legislativo, al Senado, como al PNUD.

Yo quiero ahcer una reflexión en torno a los temas que precisamente aborda este informe, que van muy en sintonía a lo que estaban planteando tanto Gerardo en su explicación muy detallada y también muy estimulante para seguir analizando los resultados del informe y Gonzalo también.

Creo que a mí me toca, como SEDESOL, venirles a platicar qué es lo que ha pasado. Una vez que ya tenemos una definición de pobreza multidimensional.

Esa definición, ese mapa, esa hoja de ruta, cómo se ha venido evolucionando en los últimos años en nuestro país y actualmente cuál ha sido esta estrategia nacional de inclusión que se viene impulsando.

Bueno, como mencionaba aquí Gonzalo, este es la hoja de ruta que ha sido trabajada por diferentes partidos políticos, viene este tema desde el 2008, se ha planteado y analizado desde los poderes Legislativo, el Ejecutivo, pero también se han venido impulsando diferentes programas sociales para incidir precisamente en los derechos que aquí se determinan en esta pobreza multidimensional.

Diferentes partidos políticos han creado sus programas, le han venido dando continuidad, diferentes actores los han analizado y yo creo vale la pena destacar como tres cosas que han sucedido en estos últimos años.

La primera es que cada vez más en México tenemos como una política de estado alrededor de la intervención de la policía social. En la SEDESOL, particularmente el objetivo es precisamente ampliar los derechos sociales y reducir las brechas.

Qué pasa si vemos este cuadrante que mencionaba Gonzalo que ha sido ampliamente difundido entre todos los estados, los municipios, organizaciones de la sociedad civil, cómo se mueve en términos de si viéramos que cada punto representa 20 mil individuos que estuvieron en ese cuadrante en 2008, en 2010, en 2012, en 2014, pues vemos claramente lo que se menciona, que ha habido avances en el acceso a los derechos sociales de nuestro país y que cada vez más se ha ido como, la población en México centrando en los cuadrantes superiores.

En este cuadrante verde que sería el reto que nos gustaría que pudiéramos seguir alcanzando mejores resultados, en el cuadrante no existe una condición de pobreza y tampoco de vulnerabilidad. Podemos verlo como la gráfica que traía ahí Gonzalo, pero un poco más desagregada por tipo de carencia.

Los resultados en México es que ya ha habido una generación en donde se han reducido todas estas carencias sociales. Lo podemos ver en salud, con un gran resultado, de 58.6 por ciento de la pobreza en México no tenía acceso en salud en 1990 y ahora la brecha que todavía tenemos que reducir es de un 16.7 por ciento.

En temas de drenaje también es un resultado muy interesante, destacarlo en términos de reducción de la brecha del 40.3 por ciento al 7.9 por ciento; agua también tiene un tema fundamental de reducción de puntos porcentuales y así lo podemos ir desglosando en cada una de las querencias, sociedades que determina esta pobreza multidimensional.

Destaca obviamente y saltan a la vista los problemas que tenemos todavía en nuestro para reducir la brecha en términos de seguridad social, que eso tiene que ser vía la generación de empleos, nuevos empleos, empleos formales y se relaciona mucho esta dimensión con el reto que plantea Gonzalo de cómo distribuir más los beneficios en términos, desde el punto de vista del ingreso, de los precios, del poder adquisitivo de las personas y también ahí se ve claramente una reducción pero muy marginal en temas de educación en cuanto al acceso y, bueno, también ahí tendríamos mucho que poder platicar en términos de calidad.

Pero con este panorama, o sea, no es un panorama triunfalista, es un panorama que pone las cosas en su clara también dimensión. O sea, no podemos decir que como país no hemos tenido avances alrededor de esta hoja de ruta que plantea la pobreza multidimensional.

Hay que ver que sí hay resultados claros, tangibles, que precisamente esos resultados han sido por el énfasis de poner un indicador, una meta, un objetivo y que se ha trabajado desde el gobierno federal, los gobiernos estatales para poder obtener esos resultados.

Eso no podría hacerse si no hubiera detrás una política clara de intervención para poder tener resultados en esos indicadores; pero en nuestro país es claro que prevalece el reto de construir un solo México, un México incluyente.

Qué pasa si por ejemplo vemos a nuestro país como porcentaje de población con tres o más carencias sociales. Podemos ver cómo sí se va pintando nuestro país con una reducción de los estados que concentran esa población que podríamos considerar que está en la situación más vulnerable, que tiene más de tres carencias o más de tres derechos sociales no cumplidos, que si lo combinamos con la dimensión del ingreso, pues entonces estaríamos hablando más de ese grupo de pobreza extrema.

Pudimos ver cómo evolucionaba este indicador en términos regionales y claramente vemos que todavía en 2014 los estados donde hay mayor reto, pues siguen siendo Chiapas, Guerrero y Oaxaca, que por cierto son los estados que, precisamente cuando empezó la administración del presidente Enrique Peña Nieto, distribuyó en términos de representación federal a la SEDESOL, se distribuyó el país de a qué estado le tocaba cada secretaría de Estado poder estar rebajando y teniendo ahí una intervención como gobierno federal.

La SEDESOL es responsable en Chiapas, Guerrero y Oaxaca y bueno, claramente se ve, porque todavía tenemos muchos retos de inclusión y muchos temas que poder trabajar coordinadamente con los gobiernos estatales y municipales para esta estrategia de inclusión.

¿Pero qué es esta estrategia?

La estrategia es muy similar a lo que plantean las conclusiones y recomendaciones del informe del PNUD. Es una estrategia intersecretarial, con un enfoque territorial, con indicadores y metas claras y que me gustó mucho el concepto que manejaba George, de decir bueno, hay que crear como combos de intervención para poder tener resultados concretos e ir avanzando y dando pasos firmes para resolver la problemática de reducción de retos sociales que tenemos.

Precisamente esa fue la Estrategia Nacional de Inclusión que se impulsó al máximo nivel político desde hace un año, en donde se sentó a todos los titulares del gabinete, se sentaron con los gobernadores estatales y se crearon óptimos de intervención, con un diagnóstico muy claro, que surge precisamente de la información de la pobreza multidimensional con representatividad estatal y el análisis a su vez municipal.

Se trabajó muy de la mano con cada uno de los gobiernos y los municipios para decir, a ver, cuál va a ser tu combo, a qué le vas a querer pegar tú como gobierno. Si te planteamos que este es tu diagnóstico, estos son tus principales, territorialmente dónde se concentra, en qué municipios, tu diagnóstico, y vamos juntos, pensemos en incentivos comunes, por ejemplo creando mecanismos de coinversión en donde el gobierno federal ponía un peso, el gobierno estatal podría poner otro y poder incentivar a los municipios que también se comprometieran, por ejemplo, a través del Fondo de Aportaciones a la Infraestructura Social, el FAIS, para crear esa bolsa que multiplique los resultados y todos estemos yendo hacia un mismo ejercicio de planeación, de seguimiento, de operación y de tener un resultado.

Porque si no, caeríamos precisamente con lo que se mencionaba, de intervenciones dispersas y de intervenciones que no jalan o no están basadas también en evidencias científica que a los tecnócratas nos gusta estar dándole vueltas desde hace años, en poder recomendar intervenciones que valgan la pena, que tengan resultados y eso es lo que tenemos.

Tenemos muy buenos resultados este año, pero existe claramente el reto de poderlos seguir trabajando como una política de estado y no nada más como una política de una administración.

Voy a compartir rápido algunos de estos resultados que claramente se ve no necesariamente que tenga que canalizar demasiados recursos alrededor de una intervención, sino cuando lo haces coordinadamente se ve al efectividad de esas intervenciones.

En términos de alimentación, en la pobreza multidimensional el indicador nos dice que en el país hay 7.1 millones de pobres extremos alimentarios, es decir, cuando combinas la dimensión entre pobreza extrema y combinas la dimensión de la carencia alimentaria.

Esa intersección son 7.1 millones de personas en pobreza en nuestro país, pero el indicador que sale de la “ENIC” no nos dice dónde están y cómo vas a tener que ir a buscarlos e intervenir en ellos.

Precisamente alrededor de eso viene trabajando la SEDESOL desde hace cuatro años para ubicar a esas personas; tenemos ya mapeados en este sistema que no sé si ustedes conozcan, se llama el SIFODE, este Sistema de Focalización, tenemos ya bien ubicados, con las intervenciones que se están haciendo a nivel del hogar, de 6.1 millones de familias en México.

Entonces, esa es como al focalización de la focalización en términos de combatir la carencia alimentaria, pero también con un enfoque integral.

Esa es la población objetivo de la Cruzada Nacional contra el Hambre, pero la Estrategia Nacional de Inclusión va más allá de eso, no nada más a esa intervención, sino busca de manera creativa poder estar trabajando coordinadamente para otras dimensiones de inclusión.

Por ejemplo, les comparto en educación, los resultados de que se creó el programa más ambicioso de certificación de primaria y secundaria para un mejor empleo, tanto en jóvenes como adultos mayores.

En un año se lograron 1.5 millones de jóvenes y adultos mayores que pudieran tener ese certificado. Ahí trabajamos muy de la mano la Secretaría de Educación Pública con la SEDESOL y el Instituto Nacional de las Personas Adultas, para poder buscar esas equivalencias.

Y si comparan este resultado con el promedio anual que se venía haciendo en nuestro país desde hace 15 años, pues en un año se logró 2.8 veces más de resultados de lo que se tenía antes.

Entonces, eso se logra cuando te pones de acuerdo con los actores, cuando tienes un objetivo claro y un indicador y una meta a la cual perseguir.

Entonces, claro que se pueden hacer estos combos que recomienda el informe y nada más que sí cuesta su trabajo, pero se tiene que hacer con buena voluntad política y con buena coordinación operativa.

En el tema de preescolar también estas dos dimensiones lo que hacen es precisamente es pegarle al rezago educativo. Entonces, en el tema de preescolar se concentraba mucho del rezago en los menores de cinco años y particularmente había como inconsistencias dentro de los propios programas de desarrollo social.

Porque el Programa de Estancias Infantiles, aunque originalmente se había diseñado como un mecanismo de inserción laboral en términos de género, cada vez más ya, después de tantos años de la operación del programa, tenía que ir evolucionando para que también desde ahí se pudiera estar fortaleciendo el desarrollo infantil temprano y poder estar también siendo congruentes de no tener un programa que te genere un propio indicador de rezago social.

Por eso es que se trabajó para poder generar las equivalencias dentro de las estancias infantiles de nivel educativo escolarizado de preescolar para el cuarto año de escolar.

Entonces, se estuvo trabajando, se resolvieron problemas y cuellos de botella que pueden ser desde el punto de vista normativo, en términos de incongruencias que existían entre el gobierno federal, alrededor de la normatividad que regula este nivel educativo y resolviendo cuellos de botella para poder generar escalas de intervención, en donde no necesariamente a lo mejor la Secretaría de Educación Pública tenía a los promotores o a los actores para capacitar y transformar el producto que se generaba alrededor de una estancia infantil, pero de la mano, por ejemplo, con los promotores de Prospera, que tienen una gran presencia territorial y de campo, pues pudieron hacerse las alianzas para generar este tipo de resultados.

En términos de salud creo que hay, pues ustedes vieron cómo ha evolucionado en los últimos 15 años este indicador y básicamente es por el tema de accesos.

Había también una incongruencia en que, por ejemplo, todas las beneficiarias de Prospera o todos los beneficiarios de Adultos Mayores pues no tenían garantizado el acceso a salud.

Entonces, se les creó esta cobertura universal a esta población objetivo que es población objetivo de la SEDESOL, y se tuvieron resultados como de 10.2 millones de afiliaciones y reafiliaciones en tan solamente un año, cuando “CREASE”, que esa era una prioridad, una política pública para poder generar ese acceso a esa población vulnerable y reducir su brecha en términos de acceso a salud.

Y seguridad social, como les decía, este es un resultado también del tipo de economía que tenemos, de la dinámica de nuestro mercado laboral, en donde es muy difícil poder estar moviendo este indicador.

Sin embargo, en los últimos cuatro años hemos visto un gran comportamiento, un gran dinamismo en términos de creación de empleos.

El último indicador que tenemos es que se han creado 2.5 millones de empleos formales y que eso va acompañado de todas las prestaciones que implica tener seguridad social.

Particularmente también en esta administración se hizo un reto muy fuerte del tema de protección social no contributiva, al ampliar el Programa de Pensión de Adultos Mayores para los adultos de 75 y más y actualmente tenemos un padrón de 5.5 millones de adultos. Es decir, uno de cada cuatro personas adultas en México es atendido por este programa en la SEDESOL.

Vivienda, ya se vieron diferentes acciones. Básicamente lo que se busca es reducir la brecha entre hogares que no tengan hacinamiento, que puedan tenerse acceso a créditos y acciones de vivienda a través de la coordinación también entre SEDESOL, SEDATU, INFONAVIT y poder estar resolviendo los problemas de servicio básico que todavía tenemos sobre todo en la parte rural, en términos de biodigestores, en términos de acceso a drenaje y poder estar mejorando estos servicios en la población más necesitada.

Creo que vale la pena discutir esta sección también porque por lo general desde la política social luego no se pensaba mucho en términos de ingresos, nada más se pensaba alrededor de este tipo de programas y de intervenciones.

Pero alrededor de la estrategia nacional de inclusión se creó un grupo de trabajo como mencionaba Gonzalo, donde está Banco de México, está Hacienda, está PROFECO, está Secretaría de Economía y lo que está haciendo ese grupo es estar monitoreando los precios de la canasta básica para entender qué es lo que está detrás de ese movimiento o de esa alza por ejemplo en el precio del frijol, en el precio de la carne, en el precio de la papa y si hay detrás de esa alta una causa estacional o es una causa de una falla de mercado, es una externalidad o es una causa en donde a lo mejor tendrías que estar trabajando junto con SAGARPA, junto con Economía y flexibilizando ciertas normatividades a lo mejor para hacer más ágil el poder abrir una cuota de importación o dónde está siendo más competitivo el precio del mercado para poder también estar incidiendo en el cuidado del poder adquisitivo de las personas más vulnerables que se reflejan alrededor de un indicador de una canasta básica alimentaria.

Como veían en la evolución del ingreso laboral que presentó Gonzalo en su gráfica del CONEVAL, hay una recuperación en el último trimestre y eso nos lleva a pensar que esa recuperación nos pone positivos en términos de los resultados que van a haber de pobreza cuando se publique en 2016 porque claramente se ve que la tasa de crecimiento del ingreso laboral ha sido superior, 10.6 por ciento versus el crecimiento de los precios en la canasta básica alimentaria de 2.4 por ciento.

Asimismo la estrategia basada en el principio del derecho a la información y que también sin información adecuada no puedes ejercer tus derechos sociales, generó diferentes estrategias de difusión de información de derechos y uno de ellos es precisamente el tema de la cartilla social que se distribuyó a 8.1 millones de personas en donde es un ejercicio de rendición de cuentas sin precedentes porque imagínense ustedes darle a una persona beneficiaria de PROSPERA que pueda saber que es beneficiaria de PROSPERA pero también de qué otros programas sociales es beneficiaria.

Y si esa persona dice: “Oye: pues a mí nunca me llegó, por ejemplo, el programa de Adultos Mayores”, pues eso está generando un ejercicio también de rendición de cuentas de ver que los padrones tengan información más actualizada que los padrones.

Existe un padrón único de beneficiarios en donde se pueda estar dando un seguimiento a esa intervención y que pueda haber también las denuncias correspondientes a través de los órganos de contraloría social en casos de los hogares en donde no se haya terminado de aterrizar ese ingreso que supuestamente de acuerdo al padrón debía de haberlo recibido.

Entonces este es un ejercicio de transparencia que se va a estar replicando cada año; no fue un ejercicio de un solo año en un mes determinado.

Queremos arrancar el próximo año en el primero o segundo trimestre con una nueva distribución de las cartillas sociales y que éste sea un documento de rendición de cuentas donde cada vez los beneficiarios puedan tener más claro ese derecho que tienen y el beneficio que representan.

Termino precisamente con las lecciones que se dieron alrededor de este trabajo de la Estrategia Nacional de Inclusión.-

Son lecciones donde claramente hemos incidido en cerrar las brechas en diferentes derechos sociales.

Pero todavía tenemos el pendiente de fortalecer la acción y en las dimensiones más transversales de la inclusión que son la dimensión productiva, laboral y de grupos vulnerables.

Si analizan los padrones de intervención de la SEDESOL, 4 de cada 10 mujeres en México es atendida por un programa de la SEDESOL, 4 de cada 10 mujeres en México es atendida por un programa de la SEDESOL.

Cuatro de cada 10 niños menores de 12 años también son acompañados por programas de la SEDESOL.

Y uno de cada tres jóvenes en nuestro país de 12 a 29 años tiene también una intervención a través del INJUVE, PROSPERA o diferentes programas de la SEDESOL.

Claramente el reto productivo es enorme, con la resectorización del INAES a la SEDESOL –del Instituto Nacional de la Economía Social- tenemos una gran oportunidad de poder transformar el tema de inclusión productiva sobre todo de estos grupos vulnerables, combinando y ahí estamos analizando los mejores resultados de intervenciones alrededor de PROSPERA, potenciando los recursos de créditos con Financiera Rural.

Ese reto es impresionante pero muy estimulante poder saber qué es lo que se ha hecho en nuestro país.

Entiendo que el PNUD también tiene ganas de acompañarnos en este reto de inclusión productiva.

Y por otro lado tenemos la vertiente de la inclusión laboral, esa de incorporación de la transición del mundo educativo al mundo laboral, sobre todo el reto en los jóvenes.

Creo que también como actores que nos venimos acompañando en diferentes iniciativas en la parte de la inclusión laboral, estamos desarrollando cosas muy interesantes en nuestro país, en México, sobre todo por ejemplo en el desarrollo de habilidades socio emocionales a través del programa Constrúyete, porque queremos que no solamente el acceso a la educación es suficiente sino que el desarrollo de las habilidades adecuadas que a su vez se traducen en una historia de vida, de ciclo de vida de éxito de las personas, pues parte de las investigaciones recientes, de la combinación de las disciplinas de neurociencia, de psicología y de economía te dicen que ese es el camino.

Entonces hay que seguir viendo y evaluando esos resultados para ver cómo potenciar mejor y la formación de esa calidad de ese tipo de habilidades.

Con la última termino. Que coincidimos precisamente con los resultados del informe en donde una política social para el desarrollo tiene que ver más allá de las redes de protección social.

En nuestro país hemos avanzado en estos pisos mínimos, como pudimos ver a lo largo de ciertos indicadores su comportamiento, pero tener que tener más claro mecanismos de transición en una red de protección social y una política social de desarrollo del Siglo XXI que permita graduar a las personas de su condición de vulnerabilidad, que permita generar mejores resultados en la parte productiva y en la parte laboral.

Muchas gracias.

MODERADOR: Muchas gracias Eduardo.

Ya estamos sobre el tiempo. Entonces quisiera nada más hacer dos preguntas del público. Hay otras preguntas dirigidas a otros participantes en el panel, pero como la idea era presentar el programa, voy a hacer sólo las que vienen dirigidas a George Gray Molina y una que me voy a permitir hacer yo aprovechando que tengo el micrófono.

La primera es: ¿Qué papel ha jugado el financiamiento en la reducción de la pobreza y cómo contribuye éste a la no caída en la pobreza?

Sobre eso me parece una pregunta interesante. Creo que más o menos se abordó algo pero me gustaría escuchar algo más.

Luego una pregunta muy concreta. Dice: Hay análisis similares con variación de enfoques dentro de Naciones Unidas: CEPAL, OIT, PNUD, etcétera.

¿Cómo hacer para evitar redundancias y lograr sinergias y articulación o alineación para el análisis y medición de los sistemas, dentro del Sistema de Naciones Unidas?

Y la tercera, que yo me gustaría hacer, es: Es interesante estas últimas presentaciones en el caso de México, porque lo que sugieren han mostrado un avance muy importante en los indicadores de bienestar: salud, cobertura de derechos, educación, salud, etcétera.

Pero paradójicamente, como también se sabe, no ha habido necesariamente un avance significativo en la medición de la pobreza, en la tasa de pobreza.

Tenemos una tasa de pobreza que hoy es 46.2 por ciento cuando hace cuatro años era 46.1 por ciento la medición multidimensional.

Entonces, ¿no será que eventualmente en lugar de un informe que hoy dice progreso multidimensional, bienestar más allá del ingreso, eventualmente tendremos un informe que sea progreso multidimensional, ingreso más allá del bienestar?

Es decir, donde el ingreso también cobra relevancia de nuevo porque lo que hemos avanzado me parece es en el tema multidimensional, el tema de bienestar, pero en el caso de México en particular creo que no es necesariamente el caso de otros países.

Se ha avanzado en ciertas dimensiones sin avanzar necesariamente en esta otra dimensión y eso nos tiene estancados en la medición de la pobreza.

Entonces esas serían las tres preguntas, fáciles, para George Gray Molina.

GEORGE GRAY MOLINA: Gracias y 30 segundos para cada una.

Muchísimas gracias por las reflexiones y a todos mis colegas panelistas por sus contribuciones.

En el tema de financiamiento la pregunta es muy buena porque si seguimos un poco la lógica de nuestro análisis existen determinantes de salida de la pobreza que están vinculados a educación y mercado laboral y otros que tienen que ver con la recaída, que son protección social, sistemas de cuidado, acceso a activos.

Y cada uno de ellos tiene una combinación distinta de fiscalidad. Entonces educación pesa bastante en el proceso de salida.

Como ustedes saben, en política laboral o en política de injerencia sobre el mercado laboral se trabaja sobre todo regulaciones, salarios mínimos, posesiones, ya sea de políticas laborales activas, de compensación directa o de incentivos a más participación laboral.

El mercado laboral ya es un proceso trabajado por millones de unidades del sector privado, generando empleo, etcétera.

Entonces las regulaciones en torno a esas son un factor importante, no financiera, pero regulatoria muy importante.

Yo diría que el peso sobre todo cae en la segunda parte de resiliencia. Es decir, el peso del Estado cobra más fuerza ahí porque protección social, sistemas de activos, sistemas de cuidados, calificación laboral, son temas que requieren en pensar en una red en torno al mercado laboral y eso no es sólo para proteger –entre comillas- es para asegurarnos que los derechos que tiene la gente de seguir prosperando, transformándose e ir cambiando lo pueden hacer asumiendo el riesgo que es debido y no más que ese riesgo.

Actualmente son personas pobres, vulnerables, sobre todo mujeres las que cargan sobre sí el riesgo en la transformación laboral, tanto de salida de la pobreza como de recaída.

Entonces ese tema de riesgo es un tema muy, muy importante. Los ciclos económicos no se van a desvanecer, van a seguir existiendo.

Estamos ahorita en una doble B bastante difícil para América Latina, va a haber un ciclo seguro de boom de nuevo de auge y también va a haber una caída a futuro.

Esto es predecible y nuestras políticas públicas también deben tener ese tipo de ancla, de tratar de amortiguar ese ciclo. De hecho las políticas mexicanas que acabamos de ver tienen ese carisma.

La segunda pregunta es más difícil para mí. El tema de cómo combinamos nosotros: CEPAL, OIT, PNUD, en diferentes en foques.

De hecho tenemos espacios conjuntos. Compartimos con la CEPAL un foro social, cada año lo hacemos, lo hicimos hace dos años acá en México, acabamos de hacer uno en República Dominicana.

No es sólo un foro para desfilar y dar Power Point. Es un espacio en el cual hablamos en nuestra agenda programática donde pensamos cómo hablar de manera común sobre la agenda 20-30, sobre la agenda futura.

Yo coincido: actualmente con nuestros colegas de la CEPAL que lo que nosotros debemos hacer es trabajar sobre los temas donde aprieta el zapato.

Muchas de las brechas de desigualdad que hemos visto, que hemos discutido hoy tienen esa naturaleza.

Y sin embargo nosotros tratamos de aportar un enfoque más de terreno.

El PNUD trabaja en 24 oficinas en América Latina. Estamos muy cercanos a diferentes contextos. Somos muy prestos a mirar la especificidad de cada situación. Argentina, distinto de Ecuador, distinto de El Salvador, distinto de México.

Y eso hace que nuestra reflexión sea muy aterrizad. Es acompañar a los países en acelerar los ritmos que ya están en pie y creo que nos complementamos bastante bien y también con los colegas de la OIT en la medida de protección social.

Donde todos estamos muy de acuerdo, sin embargo, es en que nacemos desde un enfoque de derechos. Todo lo que hacemos es un enfoque de derechos y trabajamos por eso desde el año 48 y creo que es una agenda común de todo el sistema de Naciones Unidas.

Lo tercero, me encanta la reflexión que acaba de hacer Gerardo porque sí, eso es común en algunos países de la región, donde tenemos avances tremen dos en dimensiones multidimensionales de bienestar y más bien estamos rezagados en el ingreso.

Pero aún esos rezagos en ingreso son multidimensionales cuando los desempacamos, cuando analizamos qué significa la administración laboral de jóvenes, de mujeres.

Entonces las intervenciones seguramente van a ser intersectoriales y van a tener una mirada intersectorial.

Nuestro mantra, digamos, que no es un eslogan de marketing sino es más bien lectura de política pública es: a problemas multidimensionales, soluciones multidimensionales.

Pero quiero decir lo último que dijo Gonzalo, que es: no volvernos locos con la mirada de fragmentar en 231 indicadores o 231 brechas nuestra agenda de acción.

Está muy bien eso para la reflexión analítica pero que existan analistas sociólogos, economistas, ambientalistas que analicen todas estas brechas, las 231, pero tienen que existir gestores de política pública y políticos que puedan entender 3 o 4 conjuntos de 50 de esas brechas y que marcan un norte para cada país.

Esa agenda, es una agenda que está en manos de los tecnócratas que están en esta Mesa y que es una agenda muy importante.

Entonces nosotros queremos acompañar en buen sentido, yo soy antropólogo, tecnócrata y somos muy poco comunes.

Entonces creo que en eso sí podemos acompañar no sólo a México sino a todos los países de la Región, en prensar en ese proceso de integración.

Lo que acabamos de ver del plan de inclusión social es precisamente eso creo, es un ejercicio de combos, no tiene ese nombre, no importa.

Lo importante es la sinergia entre diferentes intersecciones con un solo objetivo: inclusión social.

Es algo que entendemos y es una agenda importante, futura de política pública.

Nada más agradecerles a todos ustedes por las preguntas también por estas reflexiones.

MODERADOR: Con eso terminamos esta sesión.

Muchas gracias a todos ustedes por su participación y asistencia.

Buenas tardes. Gracias.