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Discurso del Senador Carlos Navarrete Ruiz, presidente del Instituto Belisario Domínguez, con motivo de su nombramiento como Caballero Gran Cruz de la Orden Orange – Nassau que le otorga el Reino de los Países Bajos.
Carlos Navarrete Ruiz (CNR). Muy buenos días a todos ustedes.
Senador José González Morfín, presidente de la Mesa Directiva del Sanado de la República.
Excelentísima señora Leticia Van Den Assum, embajadora extraordinaria y plenipotenciaria del Reino de los Países Bajos en México.
Estimadas senadoras, senadores de la República de las bancadas del Partido de la Revolución Democrática, del Partido Acción Nacional, del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Nueva… perdón, no está nuestra amiga de Nueva Alianza, de Movimiento Ciudadano que nos acompañan, (inaudible) presidente.
Muchas gracias por su presencia, por su calidez, por asistir a este evento y aceptar la invitación para participar en esta ceremonia.
Debo decir con una gran sinceridad que me siento profundamente honrado de que el Reino de los Países Bajos me haya otorgado este alto reconocimiento. Agradezco infinitamente esta distinción y también la presencia de la distinguida embajadora.
Ella ha recordado la visita que a México hizo la Reina Beatriz en 2009, la recepción que tuvo en el Senado de la República, la conversación extraordinaria que tuvimos con ella y con su comitiva, la calidez en el trato con la Reina Beatriz y la exitosa visita de los encuentros que tuvo con el Presidente de la República y con distinguidos funcionarios del gobierno mexicano.
Me correspondió recibirla en mi calidad de Presidente del Senado de la República y es altamente satisfactorio para mí haber conocido a su majestad, a la cual envío a través de usted un afectuoso saludo del Senado de la República de México, recordando alegremente su enorme bonhomía, su gran estatura y su autoridad en su país.
La relación entre Holanda y México adquiere cada día mayor relevancia, sobre todo a partir de esta visita, sin duda alguna. Es un hecho irrefutable que las relaciones entre ambos países se han ido ampliando y consolidando de manera satisfactoria.
En estos momentos, por cierto, en los que Europa atraviesa por circunstancias difíciles, no solamente por el clima que hoy es más crudo que nunca sino también por su situación económica que esperamos desde México, sin duda alguna, pronto superen de la mejor manera.
Lo que en Europa está ocurriendo va a definir sin duda alguna el destino de la Unión Europea en el futuro inmediato.
Recibir esta medalla me compromete doblemente para seguir contribuyendo en el entendimiento de nuestras naciones en los meses que aún estaré como senador de la República y en el futuro desde el espacio en que me encuentre.
Quienes me conocen saben lo difícil que para mí resulta hablar en primera persona, pues mi trayectoria política y pública siempre ha sido a través del trabajo colectivo.
Soy un hombre de 56 años, de los cuales 36 de ellos los he dedicado a la actividad política como líder estudiantil, como fundador, militante y dirigente de partidos de oposición; como legislador local y federal.
Estas tres décadas y media me han servido para conocer a mucha gente, recorrer la totalidad de mi país y conocer a pueblos hermanos, a sus dirigentes parlamentarios, a sus ejecutivos, en varias regiones del mundo.
Por cierto, permítanme aprovechar la oportunidad para agradecer la calidez de las palabras del Presidente del Senado de la República y amigo personal que mucho me honra su amistad, al igual que senadoras y senadores de las diversas bancadas representadas en el Senado que en estos años hemos construido una relación de respeto y de reconocimiento mutuo, de respeto a las posiciones políticas que cada quien defendemos, con verticalidad, con honestidad, pero también he aprendido a reconocer el valor, el talento, el carácter, el patriotismo de quienes militando en otros partidos diferentes al mío son hombres patriotas, mujeres comprometidas con México y ese respeto mutuo es lo que ha permitido un diálogo constructivo en las diferencias y en las coincidencias.
Mis compañeras y compañeros senadores y senadoras del PRD estoy seguro que han sido parte de esta experiencia fundamental desde septiembre del 2006 que asumimos nuestros cargos de senadores.
Debo decir también que desde muy joven comprendí y acepté mi vocación por la política, mi participación en las luchas sociales fue una participación natural y también desde muy joven comprendí por la vía de la realidad social del país y luego por la vía de la teoría que mi adscripción política estaba en el amplio mundo de la izquierda mexicana y ahora lo sé en el amplio mundo de las izquierdas en el mundo.
Tuve muchas inquietudes y afortunadamente, y ahora lo recuerdo, conté con buenos maestros que me orientaron en momentos precisos sobre lo que pasaba en mi patria y mi vocación.
He participado en el proceso de unificación de la izquierda mexicana desde la década de los ochenta y he sido un testigo privilegiado y actor, también, de momentos importantes en la historia de nuestro país.
Quiero decirles que a mí, como a ustedes y a muchos mexicanos, me lastima la situación que vive nuestra patria, que a pesar del esfuerzo de varias generaciones aún persisten problemas añejos de pobreza y desigualdad, junto con otros como la violencia y la inseguridad generada por acciones del crimen organizado en diversas partes de nuestro territorio.
Observo con preocupación y también con insatisfacción como la democracia mexicana, después de veinte años de haberse iniciado la transición y a más de una década de haberse logrado la alternancia, aún no produce todos los beneficios esperados y eso nos compromete a todos los que estamos aquí presentes a seguir luchando por las transformaciones que el país requiere.
Quiero pedirles que me permitan un minuto de sinceridad, quizá extrema, la política ha sido mi vocación de vida. La dedicación al trabajo que he realizado es por y para la gente que me ha entregado diversas responsabilidades en estos años, todas ellas de una gran satisfacción.
Por ello, hoy es un buen lugar y un buen momento para agradecer a quienes hicieron posible que yo los representara en el Senado de la Republica y también para gradecer a los senadores y senadoras de todos los Grupos Parlamentarios, en particular mis compañeros del Grupo Parlamentario del PRD por su acompañamiento, por su apoyo y por su solidaridad.
Hoy, a pocos meses de que culminen sus funciones esta legislatura puedo decir, con las senadoras y senadores aquí presentes de todos los Grupos Parlamentarios, que en lo que nos resta de nuestras vidas nunca olvidaremos el gran honor que ha significado haber formado parte del Senado de la República y haber representado a tantos millones de mexicanos, haber actuado con convicciones propias, haber representado a los que votaron por nosotros para que estuviéramos aquí y haber sido participes de momentos tan intensos desde el primero de septiembre del 2006 a la fecha y la responsabilidad aun no culmina, lo haremos al terminar abril en nuestro periodo ordinario y lo haremos en agosto al terminar esta legislatura con la enorme satisfacción, sin duda, del deber cumplido.
Por ello, señora embajadora, agradezco nuevamente al Reino de los Países Bajos, a la Reina Beatriz la gran distinción que me hacen objeto y con ello lo asumo como una distinción personal pero también al Senado mexicano que recibió a la Reina como a una gran soberana que dirige un gran país con el que México quiere seguir teniendo relaciones y acercarnos aun más en nuestras coincidencias.
Muchas gracias por su presencia, muchas gracias a todos.
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