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MorfinPALABRAS DEL PRESIDENTE DEL SENADO DE LA REPÚBLICA, JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN, DURANTE LA CEREMONIA EN LA QUE EL REINO DE LOS PAÍSES BAJOS LE OTORGÓ AL SENADOR CARLOS NAVARRETE RUIZ LA CONDECORACIÓN DE CABALLERO DE LA GRAN CRUZ DE LA ORDEN ORANGE-NASSAU Y QUE TUVO LUGAR EN EL AUDITORIO OCTAVIO PAZ DE LA NUEVA SEDE DEL SENADO.

Muy buenos días a todas y a todos.

Distinguida señora Laetitia Den Assum, embajadora del Reino de los Países Bajos;

Compañeras y compañeros senadores;

Distinguidos invitados que nos acompañan;

Señoras y señores:

A nombre del Senado mexicano es un gusto darles la bienvenida al auditorio Octavio Paz y muy en especial a este acto en el que nuestro compañero senador Carlos Navarrete Ruiz recibe una condecoración tan importante.

Señora embajadora Van Den Assum: para nosotros constituye un motivo de gran satisfacción que el Reino de los Países Bajos haya acordado otorgarle este reconocimiento de tan alto nivel al senador Carlos Navarrete.

A partir de hoy, el senador Carlos Navarrete formará parte de un distinguido grupo de ciudadanos de diversas nacionalidades a los que el gobierno reconoce con el nombramiento de Caballero Gran Cruz de la Orden Orange-Nassau.

Estoy cierto que su testimonio de vida y sus acciones a favor de la sociedad hacen de Carlos Navarrete un digno portador de tan importante distinción.

El senador Carlos Navarrete Ruiz, a lo largo de más de cinco años de labor senatorial que hemos compartido, se ha caracterizado por ser un líder legislativo capaz de impulsar con firmeza las propuestas y posiciones de su partido y al mismo tiempo negociar y construir acuerdos para fomentar un ambiente de pluralidad y respeto que favorezcan la labor legislativa.

Puedo decirles que Carlos ha actuado siempre con principios firmes y con voluntad para el acuerdo. Su larga militancia en la izquierda, desde su más temprana juventud, su liderazgo y compromiso con México le permitieron ser muy joven diputado local, diputado federal, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional de su partido, y el primer militante de izquierda en la historia del país que ha sido presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en el periodo de septiembre de 2009 a agosto de 2010.

Su periodo al frente de la Directiva permitió que alcanzáramos acuerdos de la mayor importancia y relevancia para nuestro país. Esa voluntad de acuerdo representa el principio de una cultura democrática que debemos promover.

No hace mucho --en septiembre pasado-- expresaba yo en un evento que uno de los grandes retos de México es hacer que nuestra nación viva una segunda ola democratizadora, una segunda victoria cultural que permita avanzar en la construcción de una democracia de mucho mejor calidad.

Nuestra labor en el Senado se nutre de la participación y del esfuerzo de legisladores que, como en el caso del senador Navarrete, han hecho de la búsqueda de coincidencias, de la negociación permanente y del respeto de la palabra libre una práctica cotidiana.

Amigas y amigos: conozco a Carlos desde 1988; me tocó compartir con él el inicio de aquella LIV Legislatura, aquel Colegio Electoral, el último que hubo en donde todos fuimos presuntos diputados, que autocalificamos nuestra elección del 15 de agosto al 30 de agosto de 1988 y que de la calificación y de la integración de la propia Cámara de Diputados también dependía la calificación de la elección presidencial que vendría nueve días después de que instalamos la Legislatura.

Lo cito solamente para que se vea y se pueda, de alguna manera, conocer el momento en que Carlos llega como legislador federal, un momento verdaderamente complicado en la historia del país; esa campaña del 88 que cambió, creo yo, a México para siempre y que nos llevó, sin lugar a dudas a estadios muchísimo más avanzados de democracia en nuestro país.

Y así como me tocó compartir con él esos momentos desde distintas trincheras, también me tocó llegar aquí al Senado de la República en el mismo momento; otro año también difícil, el 2006, donde también el actuar con profesionalismo, el poner nuestras capacidades en beneficio del país, el buscar con visión de futuro qué era lo mejor y qué deberíamos de hacer para que nuestras instituciones, nuestro país, encontraran el camino que mejor conviniera a las futuras generaciones de mexicanos.

También, al igual que lo había hecho en el 88 y lo hizo también el 2006, yo puedo decirles que he visto a Carlos siempre comprometido con las mejores causas de los mexicanos.

Me siento de verdad muy orgulloso de ser tu compañero y tu amigo, Carlos; y yo estoy absolutamente convencido de que la democracia mexicana es un producto del esfuerzo y la valentía de muchos mexicanos que la han defendido aún a costa de su propia vida, y ese es el tipo de política que le ha tocado promover a muchos líderes de nuestro tiempo, entre los que sin duda se encuentra Carlos Navarrete.

Aprovecho también esta ocasión para hacer una extensiva felicitación y todo mi reconocimiento a la esposa de Carlos aquí presente, a Rosa María; felicidades Rosa María.

A sus hijos, a Hugo, a Carlos, a Eréndira, a Sergio, a Sebastián. Estoy seguro de que su apoyo fue decisivo para que Carlos pudiera llegar a donde ha llegado, y yo puedo decirles que se deben de sentir muy orgulloso de su esposo, de su padre, porque de verdad créanme que Carlos es de los mexicanos que visten a nuestras instituciones, en este caso concreto al Senado de la República.

Como compañero senador y como amigo de Carlos, solamente me resta decir que es un orgullo trabajar a tu lado, Carlos, y compartir esta lucha por hacer de México un país de mayores libertades, de justicia y de oportunidades para todos.

Y que estoy verdaderamente contento por este reconocimiento que se te hace, con esta condecoración que se te entrega, porque de verdad,  al vestirte a ti nos viste a todos los senadores que te hemos acompañado en estos casi seis años.

Felicidades Carlos.

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