(Primera parte)

SENADORA MAKI ESTHER OTRIZ DOMÍNGUEZ: Damos la bienvenida a las senadoras que nos acompañan: la senadora Angélica de la Peña, muchas gracias por estar aquí.

La senadora María Elena Barrera; la senadora María Cristina Díaz Salazar, muchas gracias por estar aquí con nosotros.

Quiero pedirle, primero que nada, a la senadora María Elena Barrera Tapia, miembro de la Mesa Directiva del Senado de la República, que nos dirija un mensaje.

Por favor.

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Muchas gracias. Muy buenos días tengan todos ustedes, bienvenidos al Senado de la República y sobre todo, reciban un saludo de nuestro presidente, de Roberto Gil Zuarth, quien como ustedes saben, en conjunto con el Congreso con la Cámara de Diputados, se han planteado realizar esta serie de reuniones de mesas de trabajo que son 11 mesas temáticas en torno a platicar, a buscar las alternativas para la regulación de la marihuana.

El día de hoy, efectivamente, es la sexta mesa de trabajo. El día de hoy estaremos platicando de los efectos de la marihuana en la salud del consumidor y en la salud pública.

Quiero comentarles que existe un consenso general de que estas audiencias públicas entre especialistas, legisladores y sociedad civil; tendrán un efecto fundamental en la integración de la legislación que habremos de producir en la materia; por ello resulta de enorme valor tener con nosotros a los miembros del Consejo Técnico, a quienes también les doy la bienvenida, y a los especialistas que hoy nos acompañan.

Para plantear su posicionamiento desde la perspectiva de efectos de consumo de marihuana en salud, tanto en el consumidor como en la salud pública.

Aquí hemos desdoblado el debate en torno a la naturaleza de las iniciativas vigentes, aquellas que se debaten con la repercusión en términos de seguridad pública y el sistema penitenciario, las que están apegadas al debate que se dio en la Corte sobre los grados de libertad para el consumo.

Y ayer también estuvimos participando sobre su uso medicinal y finalmente, a saber de aquellas que se ocupan del tema de hoy y que nos convoca y estamos presentes.

No es cuestión menor, todos los grupos parlamentarios estamos convencidos de que este es un tema al que debemos darle prioridad; no sólo por su complejidad, sino también porque no puede determinarse en parámetros judiciales; sino porque la realidad mexicana actual así lo exige.

Hasta ahora se ha llevado a cabo un debate técnico, alejado de ideologías y convicciones personales; siendo estas características las que debemos de guiarnos el día de hoy. La discusión sobre el derecho humano que tiene la gente a consumir marihuana o cualquier otro tipo de estupefaciente, ha sido superada.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ya se ha pronunciado sobre la libertad intrínseca que tiene la persona para decidir sobre el libre desarrollo de su personalidad. Como todo derecho, el libre desarrollo de la personalidad no es un derecho absoluto, por lo que puede ser limitado por la Constitución; y ahí es donde reside la discusión que nos ocupa, en el enfoque y los límites que debemos colocar para encuadrar los efectos y consecuencias que debe tener el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad frente a la salud de la población.

Sin lugar a dudas, el límite de un derecho humano sólo puede ser otro derecho humano, por lo que debemos de liberar sobre las alternativas de regulación que permitan el ejercicio de este derecho sin transgredir el derecho a la protección de la salud, derivado de la dignidad humana.

Vivir en el reino de las libertades personales absolutas es una falacia que podría justificar el suicidio o la eutanasia y, como se ha abordado en otras mesas, el uso de otras drogas y estupefacientes más fuertes también se encuentra amparado bajo el libre desarrollo de la personalidad.

Por ello, tenemos que encontrar el modo de empatar este derecho con el artículo 12 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales que obliga a los estados parte a brindar a las personas el más alto nivel posible de salud física y mental.

Ahora que estamos en medio de este abordaje de la marihuana debemos tener muy en cuenta la realidad social traducida en números, en datos duros para entender sus tendencias y comportamiento.

El consumo de marihuana se encuentra relacionado con la disminución del tamaño de las neuronas, muerte celular y fragmentación del DNA en el hipocampo.

Además daña la conectividad axonal en el daño derecho del hipocampo, en el cuerpo calloso y en las frismas comisurales, así como altera las estructuras cerebrales, teniendo repercusiones cognitivas y conductuales.

Fumar marihuana produce 20 veces más el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en comparación a fumar tabaco, incrementando el riesgo un 8 por ciento por cada año de consumo.

Es una sustancia altamente adictiva. Se calcula que el 9 por ciento de los consumidores se vuelven dependientes, los cuales tienen 3.4 veces más de riesgo a presentar un cuadro de depresión.

Nuestros jóvenes son los más afectados por el uso de la cannabis. De consumirse en la adolescencia puede significar la pérdida promedio de ocho puntos de coeficiente intelectual.

Finalmente, se trata de información que no se puede soslayar, y uno de ellos que mucho he insistido en enfatizar, es el tema de los jóvenes.

La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en estudiantes nos ofrece datos preocupantes.

17.2 por ciento de los alumnos de secundaria y bachillerato han consumido alguna vez una droga.

En nuestro país dos tercios de las personas que consumen droga, fuman marihuana.

De acuerdo al estudio, el problema de drogas en las Américas de la Organización de los Estados Americanos, la marihuana es la droga ilícita de mayor consumo en todo el mundo. Se calcula entre 119 y 224 millones de personas de entre 15 y 64 años, lo que equivale al 2.6 y 5 por ciento de la población en ese grupo, han consumido marihuana alguna vez en el último año.

Esto quiere decir que los usuarios de marihuana pueden llegar a representar entre el 75 y el 80 por ciento de los consumidores de drogas ilícitas a nivel mundial.

Desde un enfoque de salud pública estas cifras resultan preocupantes de inicio por la capacidad médica instalada, para hacer frente a un problema que bien puede sugerirse creciente, pues el 60 por ciento de los pacientes que llegan al tratamiento por consumo de marihuana son menores de edad.

Y estos, en el caso de los adolescentes que llegan a consumirla, son 13 veces más propensos a utilizar drogas más peligrosas como la cocaína, la heroína o metanfetaminas.

Vale la pena decir que los problemas de adicciones o alcoholismo causan el 6.9 por ciento de problemas en el hogar y el 16.9 por ciento de los jóvenes identifica el consumo de alguna droga entre sus compañeros, de acuerdo con la encuesta de cohesión social para la prevención de la violencia y la delincuencia 2014.

En cuanto al avance para el mejoramiento de las acciones de la política nacional de prevención de drogas, sólo contamos con 340 centros de atención primaria para la atención de las adicciones y 116 unidades de Centros de Integración Juvenil o mejor conocidos como CIJ.

Hoy por hoy resultan insuficientes. El uso de drogas aumenta 1.5 veces el riesgo de intentar suicidarse y asciende 3.26 veces más si las drogas se usan regularmente.

Asimismo, los síntomas suicidas se incrementan en 18 por ciento si existe consumo de drogas y si es con frecuencia dicho consumo, se eleva hasta a un 22 por ciento.


Los dos temas de esta mesa se encuentran interrelacionados a causa de nuestra naturaleza social. No podemos hablar de la salud de los consumidores de marihuana sin abordarlo como un tema de salud pública, porque cualquier daño a la salud del individuo puede generar el daño a la salud de toda la sociedad.

El principio rector de todos estos trabajos debe ser la protección de la salud. Es importante insistir en esta premisa. La decisión que se tome en torno a la regulación de la marihuana tendrá efectos individuales y sociales que no podemos dejar de fuera de la discusión.

Muchísimas gracias.

SENADORA MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ: Gracias Señora senadora. Ahora quisiera también dar la bienvenida al Consejo Técnico, los que se encuentran aquí, el doctor Wooswiser, que ya dije del CIDE.

El señor Antonio Mazzitelli, de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito; la doctora Deli Álvarez Icaza, de la UNAM; el doctor Víctor Manuel Gulsa Cruz, coordinador de asesores del Comisionado Nacional contra las Adicciones.

Como ya mencioné el doctor Kershenobich, director general del Instituto Nacional de Ciencias Médicas “Salvador Zubirán”. Y también darle la bienvenida a nuestros ponentes, que son el doctor Ricardo Tapia, que es un investigador del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México y doctor de Bioquímica y neuropatología Molecular de la UNAM.

El doctor Gady Zabicky Zirot, espero pronunciarlo bien, médico por la Universidad Nacional Autónoma de México y psiquiatra por el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”, así como especialista en el manejo de adicciones, bienvenido también al Senado de la República.

La doctora Herminia Pasantes Ordóñez, investigadora emérita del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM y una de las especialistas mexicanas más reconocidas en temas de neurobiología.


Muchas gracias a los tres por estar aquí.

Quiero ahora darle la palabra a la senadora María Cristina Díaz Salazar, presidenta de la Comisión de Gobernación, para que nos pueda dar la introducción a este tema y después le daré la palabra al diputado Elías Octavio Íñiguez Mejía, que nos hará el honor de coordinar esta discusión.

SENADORA MARÍA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Muchas gracias senadora Maki Ortiz, presidenta de la Comisión de Salud.

Buenos días a todos y muy reconocida por esta oportunidad de estar en esta mesa. Saludo cordialmente a los ponentes, a la doctora Herminia Pasantes, al doctor Gady Zabicky, el doctor Ricardo Tapia y nuestro estimado amigo el doctor Mauricio Hernández.

También saludo a mis compañeras senadoras y al diputado.

Y creo que la discusión de hoy es prioritaria en el desarrollo de estos debates.

En la mesa de ayer comentamos sobre los beneficios medicinales y terapéuticos que podríamos obtener en un uso responsable, vigilado y controlado del cannabis.

Me parece fundamental analizar las políticas públicas que se deberán crear a partir de la posible regulación ya que para su formulación debemos conocer los efectos que produce el uso problemático de esta substancia.

Sin duda, lo hemos señalado desde hace días, ninguna substancia es inocua, y lo hemos dicho en todas las mesas, todas las substancias generan algún efecto secundario o algún daño a nuestro cuerpo.

Lo más importante en este debate es dejar de lado las preconcepciones y no estigmatizar substancias sólo basadas en el mal uso que un grupo reducido de la población les dé.

Creo que en el caso de la marihuana, me parece indispensable revisar ambos enfoques tanto el daño al consumidor como el impacto en la salud pública.

En cuanto al daño del consumidor cualquier uso prolongado de cualquier substancia genera forzosamente algún tipo de repercusión a la salud, pero esto no implica que cualquier uso sea problemático o dañino.

Un tema que es de mi particular interés, y creo que el doctor Gady Zabicky podrá profundizar más, es el de la marihuana como droga de salida.

Él es un experto en la materia y seguramente nos ilustrará mucho en su participación.

Esto lo menciono por la crisis que hoy vivimos con las drogas y que nos preocupa a todos, sobre todo en nuestros adolescentes, principalmente los solventes como el Resistol, el thinner, o la famosa mona, que tiene efectos desastrosos a nivel neuronal y que nos obligan a revisar otro tipo de medidas para atacar el consumo de estas substancias.

Hace unos días se dio a conocer un estudio de opinión y fue verdaderamente desastroso para quienes estábamos escuchando lo que estaba pasando en nuestros adolescentes y jóvenes.

Es importante ver los efectos inmediatos y los riesgos del uso prolongado en el sistema nervioso, respiratorio, cardiovascular, inmunológico y la interacción que tiene también la marihuana con nuestro cuerpo.

Creo que la calidad de ponentes con los que hoy contamos nos podrá aportar datos altamente relevantes a este debate.

Hay un reto principal que son las implicaciones que tiene para el Estado mexicano regular el uso de la marihuana y esto implicaría que va desde impactos de presupuesto y costosos hasta poder generar programas y políticas públicas de salud, capacidades técnicas y de personal para poder enfrentar este desafío.

Incluso habría que revisar los programas de estudio e investigación para promover alrededor de las propiedades del uso del cannabis más allá de sólo el enfoque de adicciones.

También requiere la creación de infraestructura necesaria para una correcta implementación de los cambios legislativos y regulatorios.

Regular una substancia como el cannabis conlleva a un proceso integral de planeación que debe considerar todos los factores alrededor de su uso, tanto en su aspecto benéfico como el potencialmente dañino.

Debemos encontrar todos, la mejor manera de realizar una regulación eficaz.

Tenemos ejemplos de regulación deficiente y nos preocupa, por ejemplo, el tema del alcohol y del tabaco. Y estos ejemplos que pongo nos deben de servir para tener un mejor marco de regulación en el futuro en caso de que así lo considere el legislador, en el caso del cannabis.

En México, al igual que en Uruguay, como ya se comentó la semana anterior en otras mesas, considero que debemos apuntar la discusión hacia la adopción de un modelo que se centre en regular el consumo y no el mercado.

El Estado debe ejercer controles sobre estas substancias y no dejarlo únicamente a las leyes del mercado, como sucede en otras experiencias internacionales.

Considero que una política pública para que sea eficaz, deben existir indicadores y metas precisas a corto, mediano y largo plazo, así como las evaluaciones constantes de los avances y la calidad de su implementación.

Esto nos permite corregir cuando sea necesario y evitar errores en la medida de lo que es posible. Aquí subrayo que el papel de instituciones como la Secretaría de Salud, sin duda; la Cofepris, el INEGI, que nos aporta elementos de indicadores y mediciones; será fundamental en el éxito de la regulación.

Creo que es urgente abordar este tema y considero que hoy por hoy por eso estamos todos aquí, interesados: la sociedad con sus expertos, sus académicos; la autoridad, desde el Gobierno Ejecutivo Federal; nosotros como legisladores, tanto Cámara de Diputados como Senadores; forma parte ya de este debate que se está dando de manera internacional y en el que México puede tomarse como un ejemplo importante de lo que estamos haciendo.

Para concluir, una vez más nuestro reconocimiento y la profunda gratitud al Consejo Técnico por este esfuerzo que hemos impulsado en conjunto, y las reflexiones que sin duda, serán esenciales para tener una discusión informada para lograr la regulación más adecuada.

Muchas gracias a todos y especialmente a la presidenta de la Comisión de Salud.

SENADORA MAKI ESTHER OTRIZ DOMÍNGUEZ: Gracias, senadora Cristina Díaz.

Ahora sí le pido, por favor, al moderador de esta mesa, al diputado Octavio Íñiguez Mejía, que pueda proceder para darles la palabra a los invitados.

Muchas gracias.

DIPUTADO OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: Muchas gracias, muy buen día a todas y a todos ustedes.

Agradezco la invitación de la senadora Maki Esther, muchas gracias Maki Esther Ortiz, presidenta de la Comisión de Salud.

Agradezco la presencia y el interés a las senadoras. Senadora Angélica de la Peña, Cristina Díaz y María Elena Barrera; porque el trabajo que realicemos entre las dos cámaras, la de Senadores y la de Diputados, viendo por el bienestar y lo mejor posible que salgan todas estas mesas de trabajo; para poder tener en México lo mejor posible y los mejores resultados de todos estos foros y de este trabajo se vean reflejados en una ley que vaya acorde a nuestro país y que vaya acorde a las necesidades de la misma.

El día de hoy, en efecto, toca hablar en la mesa número 6 y es “Efectos de la marihuana en la salud del consumidor y en la salud pública”.

Tenemos invitados de lujo, la verdad conozco a dos de los cuatro, pero considero que todo el currículum que tienen es muy interesante. Iré nombrando de uno en uno y harán una intervención; después de que terminen los cuatro ponentes entraremos al tema de debate y de preguntas y respuestas.

Sin más preámbulo, a quien voy a presentar primero es al doctor Ricardo Tapia. Él es de la UNAM, médico cirujano de la Facultad de Medicina de la UNAM y doctor en Bioquímica. Es investigador emérito en el Instituto de Fisiología Celular de la propia Universidad Autónoma de México.

Su área de trabajo es la neurobiología y la bioética. Ha publicado más de 300 artículos; 164 de investigación original en revistas científicas internacionales, que han sido citados en literatura más de 3 mil 800 veces y más de 180 trabajos de investigación, docencia, bioética y divulgación de la ciencia en periódicos y en revistas nacionales; así como seis libros.

Premio de Ciencias Naturales de la Academia Mexicana, en el 76; Premio de la UNAM en Investigación de Ciencias Naturales, en el 85; Investigador Nacional nivel 3, en el 84; y Emérito, en el 2000.

Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el 2002; Premio Ciudad Capital Heberto Castillo, en el 2011; conferencista magistral en numerosos congresos y simposios nacionales e internacionales.

Miembro de numerosas sociedades científicas, entre ellas la Internacional Sociedad de Neurociencias; la Academia Nacional de Medicina; la Academia Mexicana de Ciencias y el Colegio Bioético, miembro fundador y presidente 2010-2015; y también ha dirigido 26 tesis de licenciatura, 18 de maestría y 14 de doctorado.

Ha impartido numerosos cursos de licenciatura y postgrado, tanto en México como en Argentina, Brasil, Honduras, Uruguay y Venezuela, por nombrar algunos.

Le damos la palabra al doctor Ricardo Tapia.

DOCTOR RICARDO TAPIA: Muchas gracias.

Primero, muchísimas gracias por la invitación para participar en esta importante mesa.

¿De cuánto tiempo dispongo?

DIPUTADO OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: Doctor, habíamos contemplado 15 minutos, pero como tenemos invitados de lujo, adelante. Usted puede comenzar y yo le iré indicando el tiempo.

DOCTOR RICARDO TAPIA: Muy bien, gracias.

Traigo una buena cantidad de diapositivas, y la primera parte de mi ponencia, voy a ir muy rápido por ella para concretarme. Más bien en los daños que se dice que produce la marihuana y cómo estos daños de ninguna manera justifican que la solución al problema del uso de la marihuana sea su prohibición.

Mis primeras diapositivas tienen que ver con la historia de la prohibición.

La marihuana se ha usado por lo menos tres mil años tiene el uso de la marihuana y no es sino hasta el siglo pasado cuando gracias a las oficinas de protección contras las drogas de Estados Unidos en los años 30’s que se empezó a prohibir y no precisamente por razones de salud sino porque se decidió que los hispanos y los negros que eran los que consumían marihuana, era gracias al uso de la marihuana eran violadores, eran ladrones y eran asesinos.

Esto se lo debemos a un señor Anslinger, todo esto está en mis diapositivas, pero bueno, espero que surjan.

Y fue a raíz de esto que se empezó a propagar en todo el mundo la idea de que la marihuana era una droga terriblemente dañina. Pero no fue sino hasta 1961 cuando en una reunión internacional, me parece que fue en la Haya, se declaró que la marihuana debería prohibirse.

Esto me parece importante, porque no es entonces por razones de salud que se empezó a prohibir, de efectos sobre la salud.

En el curso de estos cientos de años, de estos siglos, ha habido muchos cambios en las legislaciones de muchos países. Y en varios de estos países, como sabemos, ya es perfectamente legal el uso, inclusive el lúdico de la marihuana, así como en cinco estados…

SENADORA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Queremos ver las diapositivas, ¿nos permite un segundo? Para que usted pueda seguir.

SENADORA MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ: Discúlpenos doctor. No está funcionando esta pantalla.

Sé que aquellas dos sí están funcionando.

SENADORA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Pero él necesita esta para poder seguir.

SENADORA MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ: Pero necesitamos esta para el doctor.

DIPUTADO OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: A ver, ¿me permite, senadora?

A nuestro ponente, le pedimos al doctor que se espere unos segunditos para ver si podemos tener la televisión conectada y poder estar dándonos cuenta de la ponencia del maestro.

DOCTOR RICARDO TAPIA: Cómo no, con mucho gusto.

DIPUTADO OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: Gracias, maestro.

DOCTOR RICARDO TAPIA: Bueno, mientras se resuelve el problema puedo adelantar, lo voy a mostrar en diapositivas, pero aprovechando que no funciona por lo pronto el sistema quiero usar este tiempo para señalar que los daños que ha señalado que produce, que acaba de señalar la senadora Barrera Tapia no son correctos.

Como voy a demostrar en mis diapositivas una vez que salgan, hay muchísimos trabajos –y precisamente esas son mis diapositivas– que demuestran que el daño que produce la marihuana a la salud se ha exagerado muchísimo, se han inclusive interpretado muy mal los datos de la literatura y que esos daños que produce son mucho menores de los que producen drogas lícitas, desde luego como el alcohol y el tabaco.

Pero además que estos efectos, como muy bien lo dice la sentencia del ministro Saldívar de la Suprema Corte, de ninguna manera, aceptando que sí produce daños, de ninguna manera la solución es prohibir el uso y el encarcelamiento no es proporcional al daño que puede producir a la salud.

Sigue sin aparecer el video. El dato de que produce 20 veces más cáncer que el tabaco es absolutamente falso. En las diapositivas que, insisto, poder mostrarles a ustedes, cito varios trabajos…

INTERVENCIÓN: O ponerle una computadora y ustedes van viendo acá.

(FALLA TÉCNICA)

SENADORA MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ: Aquí vamos a poner una laptop para el doctor, para que él pueda ver sus filminas de cerca. Los que estemos aquí y aquel lado vamos a ver allá y los de acá de este lado.

Disculpen. La tecnología no tiene control.

Aquí está ya el micrófono y va a empezar el doctor. Empezamos de nuevo. Por favor silencio.

Gracias.

DOCTOR RICARDO TAPIA: En mi primera diapositiva, que no se ve, yo hablaba del papel de la ciencia en la construcción de las políticas públicas.

Me parece que al hacer las políticas públicas y al establecer leyes no se puede ya a estas alturas del Siglo XXI dejar de lado a la ciencia.

Yo creo que esto se aplica; todas las leyes rigen a toda la sociedad obviamente y esas leyes rigen la conducta de los seres humanos y de la sociedad.

Cuando estas leyes no se basan en el conocimiento científico, puede haber graves errores en la aplicación de las leyes. Esta era la primera diapositiva. La que sigue ahora sí por favor.

Esta es una tabla obtenida de una revista de neurociencias donde está la historia que estaba yo mencionando del uso de la marihuana.

Los cuadros rojos indican ciertos aspectos importantes en esta historia. La historia empieza en el año 2700 antes de Cristo.

Como se ve ahí en 1937 fue cuando se le ocurrió al señor Harry Anslinger, primer Jefe de Oficina Federal de Narcóticos, que la marihuana producía todo lo que ya mencioné y esto fue lo que dio origen hasta 1961, en que se declaró en la Convención Internacional que la marihuana era una droga que debería prohibirse.

En 1988 es un año muy importante porque entonces se descubrió por un investigador de Israel que la marihuana actuaba sobre ciertos receptores en el sistema nervioso central, sobre todo el tetrahidrocannabinol.

En el año 2000 se encontró que efectivamente había un compuesto endógeno normal dentro del cerebro que actuaba sobre estos receptores y todo esto me parece muy importante porque quiere decir que ahora ya sabemos mucho de cómo actúa la marihuana, cosa que por supuesto no se sabía en los años 30 del siglo pasado, cuando ni siquiera se sabía que la transmisión, la comunicación química, la comunicación entre las neuronas era química.

Este cuadro termina en 2005 cuando en Canadá se empezó a permitir el uso médico de la marihuana.

Estos datos son; hago una encuesta reciente, la de 2014 –la que sigue por favor- acaba de ser publicada, cómo la prohibición no ha disminuido para nada el uso de la marihuana ni de ninguna droga.

En este cuadro, publicado en un libro que editó Alejandro Madrazo se ve, en el cuadro rojo, cómo el consumo de la marihuana en México ha aumentado y según la encuesta de 2014 que acaba de salir publicada, ha aumentado mucho más.

Entonces decía yo –la que sigue-, los nuevos conocimientos sobre la fisiología, la bioquímica de las neuronas nos permiten ya saber diseñar nuevos tratamientos farmacológicos; podemos ahora encontrar nuevas maneras de tratar la adicción de manera farmacológica, porque ya conocemos cómo funciona bastante bien, nos falta mucho por conocer, obviamente, cómo funciona el sistema nervioso.

Este es un ejemplo de la complicación de los circuitos neuronales, esta es la corteza cerebral; pero sí me interesa señalar que realmente ya conocemos mucho.

Este es un esquema del cerebro de la rata. La línea roja de la parte superior indica las regiones del cerebro que se intercomunican para producir la sensación placentera; y el esquema de abajo, la línea roja, señala los circuitos neuronales que tienen que ver con la adicción. Y claro, como era de esperarse, con cierta lógica, el circuito de la adicción es un circuito bastante similar, casi idéntico al de la adicción.

Y esa palabra, dopamina, que dice ahí, es el neurotransmisor… bueno, este es un esquema ya del cerebro humano, equivalente a la rata. Nuestro cerebro sí es muy parecido en términos generales al de cualquier mamífero; son los circuitos en el cerebro humano.

Pero estas comunicaciones, esta comunicación, esta palabra dopamina, habla de un neurotransmisor que es –como voy a explicar en un momento– lo que permite la comunicación entre las neuronas, y ahí es donde actúa la marihuana y prácticamente todas las drogas legales, hoy legales y todas las drogas que se usan en medicina.

Aquí ven ustedes a la izquierda una neurona recibiendo una enorme cantidad de botoncitos, que vienen cada uno de una neurona diferente, como se ve en este esquema.

Esta es una sola neurona, imaginemos las miles de millones de neuronas que tenemos; pues cada uno de esos botoncitos es lo que establece la comunicación.

Como vemos en estas dos diapositivas, ese espacio pequeñísimo de milésimas de milímetro, es el sitio en que una neurona se comunica con otra. Pero lo hace a través de sustancias químicas.

En este esquema ven ustedes esa MT, las esferitas rojas son los neurotransmisores que son liberados desde una terminal que viene de una neurona y actúa sobre la que sigue.

¿Por qué me interesa pasarles todo esto?

Porque ahora ya sabemos que la marihuana, ahí donde dice cannabinoides, son los compuestos activos de la marihuana, actúa precisamente sobre los sistemas de neurotransmisión en los circuitos neuronales que les mostré con la línea roja.

Aquí se ve, por ejemplo, que la dopamina, señalada ahí con letras rojas, es el neurotransmisor que tiene que ver con estos circuitos de placer y de adicción, y cómo los cannabinoides actúan sobre otras neuronas, facilitando la liberación de neurotransmisores.

Así es entonces como la marihuana tiene sus efectos. Ahí no se alcanzan a ver las estructuras químicas el tetrahidrocannabinol y de otros compuestos que tiene la marihuana y que actúan de esta manera.

Es importante tener esto en mente, porque si pensamos entonces que la marihuana tiene efectos muy dañinos sobre el sistema nervioso, en realidad esos efectos son dañinos porque puede causar cambios en la conducta; pero en general esos efectos son los que la sustancia endógena que existe en nuestro cerebro y que se parece a los cannabinoides funcionan. Es decir, no se está produciendo un cambio novedoso con el uso de las derogas en el funcionamiento neuronal sino que se aumentan o disminuyen las funciones normales de distintos circuitos.

Así es como actúa cualquier sustancia que ustedes quieran mencionar que actúa sobre el sistema nervioso: anestésicos, antidepresivos, antiepilépticos, los neurolépticos que se usan en la esquizofrenia. Todas las drogas medicinales ilícitas, lícitas, actúan de esta manera modificando la comunicación entre las neuronas.

Lo que hay que hacer con las drogas es permitir su uso correcto evitando el mayor daño y aprovechando todas las ventajas que producen las drogas. Esas son las medicinas, las drogas que generan un beneficio para la salud y pueden curar enfermedades.

Por eso quise pasarles toda esta manera en cuatro diapositivas, es lo que enseñamos en la universidad en cursos de un año se los acabo de pasar en tres diapositivas y cuatro minutos.

Bueno, las publicaciones sobre marihuana son extensísimas. Ya les mencionaba yo la historia.

Pero estos dos libros, 99 y 2001 del Instituto de Medicina de la National Science Foundation de Estados Unidos tienen una enorme cantidad de información de la cual voy a pasarles algunos datos.

Las publicaciones siguen saliendo. En septiembre del 2015 la revista Nature, una de las más importantes revistas científicas del mundo acaba de publicar un suplemento sobre la cannabis en donde analizan todos estos aspectos.

Y como voy a mostrar a ustedes en un momento, todas estas nos llevan a la conclusión de que la marihuana es la menos dañina de todas las drogas ilícitas y menos dañina de muchas de las drogas lícitas, inclusive de las que se usan clínicamente.

Estos son fragmentos de uno de los artículos de Nature del suplemento de Nature que les acabo de mostrar, en donde dice, como muchas de las publicaciones concluyen, que lo que produce los daños tipo esquizofrenia, que alguna gente dice que produce esquizofrenia, no se puede concluir nunca que hay una correlación entre la causa y el efecto, porque es multifactorial.

Del prefacio del libro este del 2000 sobre la cannabis son libros de 300 páginas con más o menos 400 referencias cada una. Dice aquí: “La marihuana no es una sustancia completamente benigna, es una droga poderosa, pero sus efectos dañinos a los individuales desde el punto de vista de posible uso médico no son necesarios los mismos que los dañinos”.

Este libro tiene un capítulo muy largo que se llama: “Qué tan dañina es la marihuana”. Y para empezar esta gráfica no es de ese libro pero esta gráfica demuestra y este dato se ha repetido muchísimas veces que la barra de hasta la derecha que tiene un cero dice el número de muertes que produce la marihuana por el uso de la marihuana misma. Es cero, no hay casos en que el uso de la marihuana, ni aún con sobredosis, quizá haya por ahí un caso excepcional, haya producido una muerte.

Estas son las cifras en un año: el tabaco produjo –estas son las cifras del 2011– el tabaco produjo 480 mil muertes; el alcohol 26 mil; los analgésicos, los analgésicos que tomamos todos los días con cualquier dolor que tengamos produjeron 17 mil muertes; la marihuana cero, cero.

Aquí está la adicción, la cifra que ya se mencionó. La marihuana no produce más del 9 por ciento de adicción, mientras que el tabaco 32 por ciento –esta sí es una figura de este libro–; la cocaína 17 por ciento y los tranquilizantes, el Valium, todos de ustedes que alguna vez hayan tomado tranquilizantes corren el riesgo de volverse adictos al mismo porcentaje de adicción que produce la marihuana.

Entonces, pensemos entonces en los beneficios que puede producir la marihuana como los producen los tranquilizantes, aceptando que hay un riesgo de 9 por ciento de adicción, si no, tendremos que prohibir los tranquilizantes porque producen adicción.

¿No que me iban a dar más tiempo?

Tres minutos me quedan.

Sigo, gracias.

Bueno, en junio de 2014 el National Institute of Drogadiction publicó en el Journal of Medicine este trabajo firmado por las jefa de este departamento que es Nora Volkow, una mexicana que tiene este puesto desde hace mucho tiempo y que iba a venir a la reunión, estuvo en Cancún en el debate nacional, donde estuvimos varios de nosotros también, invitados por la Cofepris, nos invitó Mikel Arreola nos invitaron a Cancún, Nora Volkow iba a venir a esta reunión de Cancún, desgraciadamente por la tormenta de Nueva York no pudo llegar y yo lo que pienso es que Nora Volkow iba a dar estos datos en su conferencia, porque este trabajo lo publicó en junio de 2014.

Fíjense cómo se llama el artículo: “Efectos adversos sobre la Marihuana”. Esta es una tabla de este trabajo donde dice, efectos a corto plazo, pues sí se afecta un poco la memoria a corto plazo, se hace más difícil aprender, hay cierta incoordinación motora que puede afectar la manera como se maneja y estos efectos son claramente parecidos del alcohol, pero seguramente y sin duda menos intensos y además para gente experimentada con el uso de la marihuana son perfectamente manejables, estos lo dicen todos. Son datos de este trabajo.

Efectos de largo plazo, sí ahí está la adicción del 9 por ciento; si se empieza a usar en la adolescencia, el riesgo es un poco mayor, se puede afectar el desarrollo del cerebro, los cuadritos rojos indican un asterisco y hasta abajo el asterisco quiere decir que estos efectos se ven especialmente durante el uso de la adolescencia, pero no cuando se empieza a usa entre los adultos.

El trabajo, insisto, se llama “Efectos adversos” y a pesar de ese título, la siguiente tabla de este trabajo dice “Los usos medicinales de la marihuana”, son muchos más que los que están aquí, pero aquí los cito: dolor crónico, inflamación, esclerosis múltiple.

Uno de los cuadritos rojos de mi tabla histórica se refería al primer trabajo donde se demostró que podría ser útil en la esclerosis múltiple, para la cual no hay ningún tratamiento efectivo por cierto, que pareció me parece que en 1982.

Epilepsia, y hay este dato interesante de este mismo trabajo de Nora Volkow. Vean por favor el cuadro de abajo, señala en adolescentes como la línea azul marca el consumo de tabaco entre adolescentes y cómo ha ido bajando con los años, el último año de aquí es 2013, mientras que el consumo de la marihuana, que es el rojo, ha subido.


Me parece, según datos que oí en una ocasión de Rafael Camacho Solís, en México sí se ha logrado disminuir el uso del tabaco con la educación y con las prohibiciones del uso público, con el aumento de los impuestos.

Saco tres conclusiones de estas gráficas. El tabaco es legal, pero la educación, la información, la regulación de su venta ha disminuido su consumo.

La marihuana es ilegal y a pesar de eso su uso ha aumentado en los adolescentes, aunque se perciban los efectos dañinos.

Concluyo: la legalización de la marihuana acompañada de una regulación apropiada como la del tabaco, no lleva a aumentar su consumo y sí quizá hasta que disminuya.

Aquí hay muchísimos datos de lo que ha sucedido en Portugal –no tengo tiempo de darlos, además quizá no corresponden a esta mesa-; pero es muy claro que en Portugal y en los países donde se ha legalizado o descriminalizado la marihuana, estos efectos de aumento han sido perfectamente controlados y bueno, vamos a ver qué pasa en Uruguay.

El cáncer vuelvo al libro éste –la siguiente-; aquí dice: el aumento de la frecuencia de los cánceres entre los fumadores de marihuana no pueden ser atribuidos a la marihuana sola, libro éste que acabo de mencionar.

Conclusión: no hay evidencia conclusiva de que la marihuana cause cáncer en humanos incluyendo los cánceres relacionados con el uso del tabaco.

Sigue el libro: a la fecha, el único estudio de gran escala –estoy hablando de 2000- que buscó determinar la frecuencia de producción de marihuana, de cáncer por marihuana, con 65 mil sujetos, la conclusión es que –está en rojo ahí- no se encontró asociación entre la marihuana y el uso con cualquier tipo de cáncer.

Recientemente he leído algún trabajo donde se habla de cáncer testicular.

Los jóvenes: este importante trabajo que se hizo en el 2012, sí demuestra, aquí está, se llama el uso persistente del cannabis, muestra un declive neuropsicológico si se empieza a fumar, a usar en la adolescencia.

La conclusión dice: una disminución del IQ cuando se empezó a usar en la adolescencia, mientras que no se encontró esta disminución en los; cuando se empezó a usar en adultos. La que sigue.

Esta es la gráfica de este trabajo. Efectivamente ven ustedes en la gráfica de en medio, la barra negra, sí es mucho más grande que la barra gris, indicando que sí efectivamente es mayor la disminución del IQ.

Para un científico de todas maneras este dato no es muy impresionante, y digo para un científico porque si una vez la estadística está marcada en un cuadrito rojo abajo, es apenas .02; apenas rebasa la significancia estadística.

Y este es otro trabajo también de 2014, donde efectivamente dice que si se empieza a usar en la adolescencia puede causar cierto daño.

Pero gracias a mi amigo Mauricio Hernández aquí presente, él tuvo la gentileza de enviarme hace unos cuantos días este trabajo que acaba de ser publicado, que se llama –la que sigue- Impacto del Uso de la Marihuana en Adolescentes, resultados de un estudio longitudinal en gemelos.

Subrayo en la línea roja. Se usaron, bueno, los sujetos fueron 789 y 2 mil 200, es un estudio longitudinal muy grande y vean ustedes la conclusión de este trabajo:

No se encontró evidencia de una respuesta, dosis respuesta entre la frecuencia y el uso –es la que sigue por favor- del IQ. Además, entre los gemelos que usaron la marihuana, no mostró una disminución mayor del IQ en relación con su pareja, con su gemelo que no usó la marihuana.

Así este trabajo que ni siquiera tiene todavía la referencia completa porque acaba de ser publicado en línea, pone en duda aún esto del daño en adolescentes.

Ya voy a terminar. Pero quiero terminar refiriéndome a la sentencia del Ministro Zaldívar. La que sigue.

En rojo se señala y se los leo rapidísimo, yo supongo que todos ustedes ya leyeron completa la sentencia que tiene 70 y tantas páginas, y que en mi opinión es un documento extraordinariamente bien hecho.

Resulta más eficaz una política que busca impedir directamente que ocurran estas afectaciones a la salud o atacar los factores sociales que causan el consumo, que una medida que combata el problema indirectamente a través de la prohibición de su consumo.

Todas estas referencias, esta sentencia del ministro tienen más de 100 referencias, creo que son como 200, y para este párrafo que estoy leyendo existen todas estas referencias para fundamentarlas.

Pongo aquí otro fragmento de la sentencia: de la regulación expuesta puede desprenderse una serie de elementos que podrían constituir una medida alternativa a la prohibición absoluta del consumo lúdico y recreativo.

Limitaciones a los lugares de consumo. Prohibición de conducir vehículos o manejar aparatos; prohibiciones de publicitar el producto y restricciones de edad.

Esto es lo que se hace con el alcohol y el tabaco; pues hágase eso, pero legalícese la marihuana.

Todavía de la sentencia: La Primera Sala considera que la prohibición, el consumo personal de marihuana con fines lúdicos es inconstitucional al no superar esta prueba de proporcionalidad.

Y finalmente aquí está la resolución: resultan inconstitucionales dos artículos mencionados ahí. Bueno, si ya la Suprema Corte declara inconstitucional la prohibición que está en la Ley General de Salud, yo pido, solicito atentamente a los legisladores que ya no se esté discutiendo si se legaliza o no: es inconstitucional. Que se regule su uso y que deje de prohibirse.

Bueno, termino nada más con unas conclusiones:

Ahora ya conocemos cómo actúan las drogas, sus efectos benéficos. Ninguna prohibición ha reducido el consumo, la prohibición y los castigos sólo agravan el problema, no lo resuelven. Además, como bien dice la sentencia de la Suprema Corte, no es ético atentar contra la autonomía personal mediante prohibiciones y castigos; sobre todo cuando no está basado en los datos científicos, en este caso del daño que producen y de los beneficios.

¿Cuáles son los beneficios para la sociedad la prohibición?

Pongan, señores legisladores, en la balanza el asunto, hacia dónde se inclina, lean los textos que menciono aquí abajo del The New York Times, de The Economist, lean el libro de Roberto Saviano, de ZeroZeroZero; lean el discurso de César Gaviria en el foro que se organizó en julio del año pasado, de 2014, mejor dicho, en la Cámara de Diputados; lean el libro de Johann Hari, que se llama “Tras el grito”.

Bueno, en Uruguay, en Colorado, en Washington, Oregon y Alaska ya es legal para todos los fines. Es el editorial de The New York Times, no tengo tiempo ya de leerlo.

Concluyo:

La prohibición de la cannabis para mí, con todos estos argumentos, y muchos más que existen en la literatura, hay cientos de trabajos en la literatura; es incomprensible la prohibición, genera exactamente lo contrario de lo que produce. Ha resultado un absoluto fracaso para reducir el consumo de la población de cualquier edad; impide su uso medicinal; bloquea la investigación científica sobre sus potenciales beneficios para la salud.

En contraste, ha logrado un gran éxito para generar narcotráfico, corrupción, criminalidad, muertes y encarcelamientos desproporcionados, que es otro de los argumentos de la sentencia de la Suprema Corte.

Genera desigualdad e inequidad social, convierte en criminales a personas inocentes, sobre todo en las clases sociales más desprotegidas, los estigmatiza y llena las cárceles con ellos.

“La legalización” de los 5 gramos, porque dicen: “es que ya es legal, todo mundo puede tener 5 gramos”; sí, pero no puede comprarla, ni venderla, ni cultivarla. Es una ley absolutamente contradictoria evidentemente y hasta absurda, diría yo.

Por todo lo anterior, la sentencia de la Sala Uno es un enorme avance para corregir esta gravísima situación del país.

De acuerdo con sus conclusiones, la cannabis debe despenalizarse y regularse su uso.

De hecho, ya lo dije, la prohibición ya es inconstitucional. Si se descriminaliza pero se prohíbe su comercio y, por tanto, no se regula, estaremos en la peor situación; los narcotraficantes serán los que la seguirán vendiendo.

Debe hacerse, creo yo, lo que hizo Uruguay.

Bueno, tengo como 20 diapositivas más demostrando que sí hay muy buen uso médico de la marihuana; tengo 20 diapositivas demostrando esto, pero ya me cortaron dos veces.

Muchas gracias.

DIPUTADO OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: Gracias, maestro.

Muchas gracias maestro Ricardo Tapia.

A continuación voy a presentar a otro de los ponentes, el doctor Gady Zabicky de la UNAM.

Se formón como médico cirujano, como psiquiatra, y a la postre como súper-especialista en adictología en la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”.

En este último, fundó la clínica de investigación relacionadas con sustancias, misma que dirigió hasta el año 2006.

Ha fingido como profesor del curso de adictología para psiquiatras por la Universidad Autónoma de México, así como de la Maestría de Ciencias Médicas en la misma casa de estudios, donde actualmente es profesor del curso Cannabis y Salud, así como coautor del reporte sobre la cannabis que se entregará como documento de referencia en la Academia Nacional de Medicina.

También laboró como profesor de psicofarmacología en el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix.

A principios del milenio, dedicó una temporada de su formación al estudio de la genética de las adicciones y al manejo de los sistemas de mantenimientos con metadona en la Universidad de Rockefeller en la ciudad de Nueva York.

Como científico invitado y como investigador colaborador en la clínica de mantenimiento con metadona adelson, entre Labid Israel.

Bienvenido, doctor.

DOCTOR GADY ZABICKY: Gracias.

Buenas tardes a todos, ya son tardes, supongo ¿o son días todavía? Todavía días. Bien, es que me levanté muy temprano, senadora.

Bien, yo quiero empezar por un agradecimiento a las legisladoras, a los legisladores que han tenido a bien invitarme para compartir con ustedes unos cuantos minutos.

Quiero agradecer al Consejo Técnico que se ha reunido también para estos mismos fines, y quiero agradecer también al Senado, como una entidad por haber dado pie a este evento sin censura, sin líneas, sin cortapisas en un ejercicio realmente de democracia.

Quiero decir que, bueno, yo soy psiquiatra y tengo que empezar la plática de hoy diciéndoles que ayer tuve un sueño, y el sueño era que estaba yo con el doctor Almeida en la Paz, Baja California Sur, donde estaba haciendo yo mi internado y estaba yo operando a un paciente. Tiene 20 años que no cojo un bisturí, pero ahí estaba yo con el doctor Almeida que también es psiquiatra y le estábamos haciendo un trasplante de corazón al pobre paciente.

A la mitad del sueño, el doctor Almeida se voltea y me dice: “¿Sabes qué? Ahí te quedas”, y se sale del quirófano. Y yo me despierto y la sensación que me da es que después de 15 años de estar haciendo política de drogas y de tratar de traer este debate a la mesa finalmente está sucediendo y realmente tengo la sensación de que vamos a poder proponer cosas nuevas, que el timón del barco de alguna manera va a cambiar de capitán y que podremos ubicar un curso mejor para él.

Tengo yo una sensación por la temporada que vivimos ahora, pensaba yo ayer que se parece a la primavera de Praga, se parece a la primavera árabe. Yo le voy a llamar “la primavera cannabinoidea mexicana” de la cannabis medicinal en México; porque probablemente para esta primavera ya tengamos algunos acuerdos claros, incluso alguna ley por ahí que se vaya a promulgar.

Y esto resulta ser de esta forma, porque es parte del clamor popular.

Estamos ahora reunidos aquí porque esto es una necesidad de la población, es algo que la población dice.

Yo les quiero comentar que a pesar de que mi trabajo es ser psiquiatra y atender a los pacientes y a sus familiares la medicina en drogas siempre topa con la política de drogas y con este tipo de diálogos.

Y, en ese sentido, este es, como los americanos le llaman, realmente un grassroots movement, en el mejor de los sentidos; es un movimiento popular.

Y el clamor popular implica dos cosas: Primero liberar la medicina, y en segundo lugar terminar con la guerra.


Porque cuando hablamos de la guerra contra las drogas, cuando hablamos de la guerra contra la cannabis, en realidad esto es un eufemismo, compañeros, porque esta es una guerra en contra de las personas que usan cannabis, es una guerra en contra de la gente, porque esto para en arrestos, en privación de la libertad, en vidas destruidas.

Las drogas son objetos inanimados que finalmente no tienen la culpa de nada y es importante decir que en este momento estamos entrando a un diálogo socrático, como decimos también los terapeutas.

Anteriormente, si yo hubiera tenido la oportunidad de platicar aquí con ustedes y les diría yo que hay usos legítimos y médicos para la marihuana, mis compañeros siquiatras pensaban que estaba yo teniendo un cuadro sicótico breve y los compañeros activistas pensaban que trabajaba yo para la secretaría de Gobernación.

Me decía, doctor, qué hace usted aquí, y me costó mucho trabajo hacerles ver que este es un problema en donde la marihuana no es el mensaje sino es el mensajero.

Este es un problema de derechos humanos, es un problema de elección, es un problema de libertades y anteriormente no había nada. El hecho de que el día de hoy se esté reconociendo que cuando menos algunas partes de la planta tienen usos medicinales, implica haber roto el cero matemático, el cero absoluto.

Ahora estamos empezando con este diálogo socrático e iremos viendo cómo este es un ambiente muy fluido en donde nos dirigimos a la medicina basada en evidencias, en donde lo que finalmente va a regir son estas evidencias y a la senadora Barrera muy humilde y respetuosamente le pido que me envíe, por favor, una dirección, yo le voy a mandar mucha información muy actualizada sobre la que usted nos presenta, para que la coteje, porque creo, ciertamente como dice el doctor Tapia, que hay algunos elementos que deben ser revisados en ese sentido.

La marihuana medicinal, la cannabis medicinal es una realidad el día de hoy esta conjunción es un lapsus que me lleva a decirles que, por ejemplo, el nombre del evento que tenemos el día de hoy yo lo modificaría por alternativas de regulación de la cannabis, porque las palabras importan, cuando decimos marihuana a veces estamos juzgando en vez de describir, y si usamos cannabis le damos un animus más científico a la discusión.

Y le voy a hacer un poco como león Felipe, en este poema en donde a veces tiene sombrero de payaso y a veces tiene sombrero de juez, porque en este mundo de la modificación de las reglas a la cannabis hay cierta ubicuidad, hay ciertos claros oscuros.

Hay ocasiones en que tenemos que partir de lo particular e irnos a lo general y ocasiones en los que tiene que ser al revés, tenemos que partir de generalidades y ver qué pasa en situaciones específicas.

El doctor Rodríguez Carranza, que es probablemente uno de los expertos más importantes en marihuana medicinal del país, que contribuyó con un libro que recientemente sacamos al público, él pertenece a la vieja guardia, es un farmacólogo que sigue todos los cánones de la farmacología y yo he visto cómo le ha costado mucho trabajo entender esta situación de que una planta que tiene tantos componentes puede funcionar para tan diversas situaciones.

La farmacología habitualmente nos enseña un fármaco para un efecto y en ese sentido la marihuana medicinal y todo lo que sucede alrededor de ella, está moviendo mucho esta manera de entender las cosas.

¿Qué les quiero decir?

Habrá un omento, por ejemplo, en el que el CBD esté aprobado para el uso medicinal y habrá cultivadores de plantas que obtengan plantas con 10 por ciento CBD y cero por ciento de THC y esas plantas probablemente en algún momento entren al mercado para ser fumadas o vaporizadas, así evitando todos los daños que se generan al pulmón y podrán ser utilizadas también como un medicamento.

Este es el próximo paso en el que estamos, este es el punto del diálogo socrático. En el evento que hubo en Cancún se sostenía de manera muy firme que la Marihuana no es una medicina.

Y yo sostengo que hay que revisar esta declaración porque en algunos casos, en algunas situaciones por supuesto que es una medicina.

Si nosotros nos paramos afuera de una estación de Metro, en la Ciudad de México y preguntamos quiénes están de acuerdo en la legalización del cannabis medicinal, 75 por ciento de la ciudadanía está de acuerdo, pero 25 por ciento nada más a favor de los usos no médicos.

Recientemente en una encuesta que veía yo en la televisión, en CNN, hablaban de que un 60 por ciento de las personas que contestaron a una encuesta televisiva estaban a favor de la legalización para usos no medicinales también y esto nos habla de cómo está cambiando el mundo, hacia dónde nos dirigimos.

Diferenciar ha sido importante de las 10 iniciativas de ley que ha habido el día de hoy, que se han propuesto aproximadamente, todas se han quedado porque no hicimos una diferencia entre lo médico y lo personal.

Porque hablar de marihuana lúdica es simplificar demasiado las cosas, pareciera como que estamos jugando con la marihuana. Hay que llamarle uso personal porque las personas usan el cannabis para muy distintas cuestiones.

Y en ese sentido el hecho de que esta iniciativa, a través del doctor Mancera y con el doctor De la Fuente, vaya a pasar porque yo estoy bastante seguro de que va a haber marihuana medicinal en la Ciudad de México dentro de no mucho tiempo, tiene que ver con que diferenciamos entre lo médico y el uso personal.

También tenemos que distinguir entre adultos y jóvenes, entre niños, esto es muy importante, incluso los que tenemos una postura más anti prohibicionista queremos proteger a los cerebros jóvenes.

Y nosotros de hecho pensamos que debe de ser hasta los 21. Y fíjense, aquí salimos del mundo particular de la marihuana para ver de manera integral el problema de las drogas.

Quizá la edad de tabaco y de alcohol también debiera de ser ajustada hacia arriba, con la misma racional que estamos utilizando estos números.

Nos ha funcionado muy bien el diferenciar al usuario, del usuario problemático. Porque el usuario que paga sus impuestos y se va en el Metrobús todos los días al trabajo, y mantiene a su esposa, y enseña a sus hijos a andar en bicicleta, probablemente haya que dejarlo en paz.

A los chavos jóvenes, que están empezando con substancias, que tienen problemas asociados, es a esa población en la que tenemos que dedicarnos y todo este recurso que va a sobrar de hacer una guerra indiscriminada contra todos los usuarios de la cannabis, será mejor utilizada focalizando nuestros esfuerzos.

Es muy evidente que hay que dividir drogas blandas de drogas duras.

El experimento holandés en ese sentido es muy importante. Como decía el doctor Tapia, no existe en ningún lugar de los anales de la historia de la medicina, una muerte causada por cannabis, y eso no lo podemos decir de ningún otro fármaco que contamos en la farmacopea médica.

Creo que una vez de que empiecen a cambiar las cosas vamos a poder hacer también mejor ciencia, como decía el doctor Tapia, porque los usuarios acudirán a tratarse por razones legítimas.

El día de hoy es muy común encontrarse a alguien que llega a buscar atención y dice: “doctor: yo quiero dejar de fumar marihuana”, y si yo le pregunto por qué, su respuesta va a ser: “porque mi mujer lo odia doctor”. Porque no le gusta a qué huele la marihuana.

El usuario no va a hablar de daños a la salud, no va a hablar de otro tipo de problemas. Va a hablar de situaciones provocadas por la prohibición, no por el consumo per sé.

También creo que nos urge hacer una casuística mexicana, porque lo que tenemos son datos de los americanos, en el mejor de los casos de Latinoamérica, o algunos españoles, en donde si bien tenemos similitudes prevalecen las diferencias.

Y los puntos importantes en los que creo que tenemos que poner atención, una vez más tratando de ver un poco hacia el futuro, tratando de ver qué le voy a hacer a este paciente que tengo que trasplantarle el corazón en el sueño, pues bueno creo que tenemos que meditar muy seriamente sobre el auto cultivo si no podemos resolver este punto inclusive aumentando el gramaje del consumo de la aportación legal beneficiaremos a los narcomenudistas y en esta zona gris es en donde se va a meter el crimen organizado.

Sí quiero decir que tenemos un problema en cómo vamos a resolver el consumo en espacios públicos, por ejemplo, porque hay niños, los parques, la gente que pasea a sus perros.

Tenemos que ver qué vamos a hacer con la situación vehicular; esto preocupa, es algo que dice mucho la gente, que si los pacientes van a estar manejando marihuanos no van a ver más accidentes.

Y tenemos un problema con esto porque supongo que yo estuve en Holanda, o en Uruguay la semana pasada –esto es nada más un ejemplo- y pónganle que yo fumé marihuana allá, y me agarra el marihuanómetro en la calle, pues yo voy a salir positivo 10 días después de haber consumido.

Y el efecto psicoactivo de este residuo de THC en mi sistema es cero y no amerita que se detenga, o que se le retire el vehículo a este sujeto.

Lo que hemos visto en simuladores y la palabra aquí significa incapacidad para manejar, aquí la palabra clave es incapacidad para el manejo; se les debe de someter a un simulador de manejo y si el paciente es positivo y no puede conducir en un simulador, entonces probablemente vaya a referirlo al torito o como sea el proceso habitual.

Debo decir también que urge el empezar a abordar a la población de los profesionales de la ayuda. Los profesionales de la ayuda somos los médicos, psicólogos, enfermeras, trabajadores sociales, odontólogos, que lamentablemente somos un área particularmente mal informada, estigmatizadora y discriminatoria también a la hora de atender a estos pacientes.

Creo que es muy importante desarrollar una ciencia autónoma, ¿qué significa esto?

El día de hoy, como investigador en la materia, siempre he tenido esa sensación de que hay una especie como de mano negra, como una especie de decisión discrecional entre qué proyectos se aprueban, qué proyectos no se aprueban. Pareciera como si mi protocolo de investigación pretendiera justificar la prohibición, rápidamente recibiría yo apoyos y becas.

Pero si lo que yo presento es algo que va en contra de esto, probablemente tenga yo que hacer más esfuerzos para obtener los permisos y obtener los recursos para hacer este estudio.

Quiero hablar un poco de los daños del fumador. La marihuana como tal, la planta, lo que se ha visto, no causa cáncer pulmonar, se asocia en mínimo nivel con el enfisema pulmonar o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica; y esto se va a mejorar por medio de otros medios como la vaporización.

Sí es cierto que hay unos ciertos peligros alrededor de la disminución de la memoria de corto plazo en usuarios: estudiantes, gente que está en carreras académicas, va a sacar peores notas y va a tener problemas de memoria, probablemente. Y básicamente estos son los daños en los que tenemos que focalizarnos, amén o diciendo también –ya para prepararme al final de mi exposición– que en términos de la salud biopsicosocial de nuestra población, no hay ningún daño a la salud que se compare con lo que le sucede a un joven de 16 años que es sorprendido con una dosis mínima de marihuana y es involucrado en el sistema ministerial y judicial.

Tenemos también –ya para terminar, la última intervención– que desarrollar una especie de semáforo, y esta era una idea original de Alejandro Madrazo, el abogado que trabaja en el colectivo al que yo pertenezco; porque por supuesto, los que estamos interesados en esta área tenemos que aprender a reparar, y si nos damos cuenta de que algunas de estas medidas que se están tomando paulatinamente no son las adecuadas y son contraproducentes, yo les apuesto que nosotros por ejemplo, desde el colectivo Por Una Política Integral hacia las Drogas o desde el grupo al que pertenezco de Cáñamo y Salud, con el doctor de la Fuente; seremos los primeros en decir “oigan, aquí hay un problema y tenemos que atenderlo como una situación de salud”.

Supongo que al final, si ustedes tienen alguna inquietud, estaré dispuesto a responderla, y de momento termino aquí y agradezco mucho su atención.

DIPUTADO OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: Muchas gracias, doctor Gady Zabicky.

Es importante mencionar que está aquí el Consejo Técnico, conformado por la doctora Deni Álvarez, que viene de la UNAM; el doctor Víctor Manuel Guisa Cruz, coordinador de Asesores contra las Adicciones de la CONADIC; el doctor Gus Switzer, del CIDE; y el doctor Edgar Vázquez Contreras, de la UAM.

También tenemos la presencia del maestro Patricio Caso Prado, de la Cofepris; Antonio Mazzitelli, de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito; y el doctor David Kershenobich, del Instituto Salvador Zubirán.

Tenemos al jefe de asesores de la Comisión de Salud, doctor Antonio Muñoz Serrano.

A continuación, por otros 15 minutos, vamos a escuchar al doctor Mauricio Hernández Ávila, y me permito presentar algo de él.

Es médico cirujano por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Obtuvo los grados de maestro y doctor en Epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Harvard, en Estados Unidos, del 84 al 88.

Realizó el diplomado de Alta Dirección de Empresa IPADE.

Inició su trayectoria laboral como médico en la división de nutrición en la Comunidad. En el 81, durante su formación doctoral fue invitado a integrarse como epidemiólogo en el Departamento de Medicina del Hospital Brigham and Women’s de Boston, Massachusetts, en Estados Unidos en el 88.

Al término de sus estudios de posgrado se incorporó a la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, donde se desempeñó como director de vigilancia epidemiológica de enfermedades crónicas y accidentes.

En abril del 91 fue nombrado Director del Centro de Investigaciones en Salud Pública.

En agosto del 97 fue invitado a realizar una estancia académica como profesor visitante en la Escuela (…) de Salud Pública de la Universidad Emory en Estados Unidos en el 99.

El doctor Mauricio Hernández Ávila es un investigador de reconocido prestigio, tanto a nivel nacional como internacional, así como autor y coautor de alrededor de 200 artículos y publicaciones.

Desde el 90 es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel tres.

Ha recibido diversos reconocimientos y premios, entre los que destacan el “Miguel Alemán” en el área de salud en el 2006, y el del “Mérito Académico” otorgado por la Universidad de Harvard en el 2005; y en el 2014 el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo cuatro “Ciencias físico-matemáticas y naturales”; y galardón entregado por primera vez en su historia a un salubrista.

Bienvenido, doctor Mauricio Hernández.

DOCTOR MAURICIO HERNÁNDEZ ÁVILA: Muchas gracias.

Yo quisiera iniciar con una observación. Ustedes escucharon que Ricardo Tapia dijo, que además es mi buen amigo, dijo que es absolutamente falso que la marihuana cause cáncer de pulmón.

Eso no se puede decir. O sea, no tenemos evidencia para decir que es absolutamente falso, porque la marihuana tiene compuestos carcinogénicos. Se fuma muy distinto del cigarrillo, que fumamos 20 en promedio; una persona fuma seis cigarrillos de marihuana y no está diseñado para dañar.

Decir eso me parece que es una descortesía a nuestra senadora y me parece que no es apropiado, y por eso lo aclaro.

Y también, bueno, usa la información parcialmente porque usa la que le conviene que yo le envío, porque sí intercambiamos mucha información.

Creo que es importante decirlo.

Yo voy a hablar un poco de los efectos sobre la salud pública y tratar de entender este concepto que tienen los americanos sobre legalización de uso médico, porque es un concepto que a mí en lo particular me parece muy peligroso para México.

Es claro que la marihuana interviene con el aprendizaje y la memoria; reduce la atención y la concentración; nos reduce la habilidad de planear y organizar; resolver problemas analíticos; decisión de analizar hechos; el control emocional; aumenta la imposibilidad y disminuye la coordinación motora. Estos son hechos que se aceptan.

Hay controversia y discutíamos en Cancún, bueno, es que por cada uno que se publica a favor, hay uno en contra. No es cierto, no hay nada en contra; en contra sería que la marihuana nos mejora la memoria, que la marihuana nos reduce el cáncer de pulmón; que la marihuana tiene efectos beneficiosos. O sea, no hay tales artículos.

Hay alguna evidencia para ciertas enfermedades de uso médico, pero no hay nada a favor. Los estudios son neutrales o demuestran cierto daño.

Si los promediamos como normalmente se hace para ir avanzando en la evidencia científica, en general el consumo de marihuana sale mal parado y hay que preocuparnos.

En términos de poblaciones vulnerables, y me gustaría también hablar de esto porque es muy importante.

¿Cuáles son los efectos que se mencionan? No podemos hablar que se demuestran porque no podemos experimentar con humanos. No podemos tener una causalidad científica.

Tenemos una asociación estadística; son datos limitados y nunca los tendremos, porque no va a ser ético exponer a unas mamás a que fumen cannabis durante el embarazo. Estos estudios que se dan cuestiones sociales, algunas madres exponen o exponen a sus bebés a la cannabis durante el embarazo.

¿Qué sabemos de experimentos con animales, con primates no humanos? Bueno, que el THC cruza rapidísimamente la barrera placentaria y se concentra de manera muy importante en el hígado y en el cerebro. Es un cerebro que está en desarrollo y que va a ser afectado por cannabis. Tiene pocos receptores cannabinoides, sí, por eso no se mueren las personas con una sobredosis de cannabis, porque hay muy pocos receptores.

A los 18 meses, si comparamos niños que estuvieron expuestos en el embarazo, con niños que no estuvieron expuestos, tratando de controlar por diferencias socioeconómicas, cosa que es muy difícil, bueno, vemos que aumenta el comportamiento agresivo y se observan déficits de atención.

De tres a seis años hay una disminución de la capacidad verbal, de la percepción, de vigilancia, de razonamiento verbal, aumenta la hiperactividad e impulsividad y hay cierto déficit de atención.

Siguen avanzando los niños edad, llega a los 9, 10 años, los estudios que los van siguiendo a lo largo del tiempo demuestran que sigue habiendo una capacidad verbal disminuida, una capacidad ejecutiva, un aumento de hiperactividad e impulsividad.

De los 14 a los 16 años esta misma corte de niños, comparada con niños similares, desde luego con dificultad para controlar, porque no es un experimento, sino con modelos estadísticos, se sigue observando una disminución en la capacidad cognitiva visual, bajo desempeño académico, esto preocupa muchísimo, mucho preocupa, y un aumento en el riesgo de participar en actividades de delincuencia.

De 17 a 22 años hay una disminución en funciones ejecutivas y de memoria y también aumenta el riesgo de uso de drogas ilegales. Igualmente, en la sesión que estuvimos en Cancún se presentaron datos muy interesantes, de experimentos en ratas, estos sí son experimentos donde se controlan todas las variables y los descendientes de las ratas expuestas a THC tienen un mayor riesgo de iniciar también con otras drogas.

Entonces, sí hay ciertos datos experimentales que apoyan estas acciones. En términos de los jóvenes y adolescentes, es muy difícil estudiar los efectos de la marihuana por la causalidad que se asocia al uso de la marihuana.

Entonces, ¿qué sabemos de esto?

En estudios transversales, que son como fotografías donde comparamos un grupo de estudiantes con otros, bueno, consumen marihuana, hay disminución en la memoria, en habilidad verbal, con problemas de atención.

Vuelvo aquí a recalcar: estos estudios son deficientes, desde el punto de vista de la causalidad, pero no hay ninguno que diga que la marihuana mejora el rendimiento escolar.

O sea, los estudios no demuestran un efecto, pero no son contrarios, son neutrales. Entonces, si los tomamos en promedio estos estudios, nos sugieren que la marihuana está haciendo algo de daño.

Los estudios longitudinales lo mismo, sí hay la mayor parte demuestran que hay deterioro cognitivo, inclusive que disminuye el coeficiente intelectual con el uso temprano.

Los estudios en gemelos que son importantes, como decía el doctor Tapia, nos permiten controlar por la variable genética, porque son gemelos idénticos y porque están creciendo en el mismo hogar y uno de ellos decide usar marihuana y otro no.

Un estudio que es muy interesante, con un tamaño de muestra muy pequeño, no encuentra efectos, pero esto no hace ni puede ser la evidencia concluyente que dice que no hay efectos. Suma la evidencia más no puede ser concluyente.

Y lo mismo sucede con los efectos sobre escolaridad, la mayor parte de los estudios nos dice que los chicos tienen problemas de atención, que tienen mayor deserción escolar y menor desempeño.

Y vuelvo a lo mismo: no hay ningún estudio que diga que la marihuana ayude a los chicos a estudiar. O sea, no va por ese lado el asunto.

Aquí me gustaría hacer también una pausa, porque si lo comparamos con el tabaco nos tardamos 60 años en aceptar que el cigarrillo causaba cáncer, algo que a todos aquí nos parece una verdad. O sea, quién de aquí dice que el cigarrillo no causa cáncer. Pues nadie, ¿verdad? Ya lo aceptamos todos.

Bueno, pasamos por el mismo proceso. No, decía la industria, no causa, no, no causa, no causa. Y finalmente después de 60 años y millones de muertes, como les voy a presentar, ya estamos aceptando que el cigarrillo hace daño. La siguiente.

Ahora, en cuestiones de transmisión sexual, ciertamente no tenemos los datos en México y sería muy bueno que se fortaleciera la investigación.

Pero hay una amplia literatura que vincula el consumo de la marihuana con conductas de riesgo; los usuarios de marihuana inician un año antes su vida sexual, el uso diario de marihuana se asocia también con un mayor número de parejas, especialmente entre las chicas y 7 veces más riesgo de tener una infección de transmisión sexual.

Entonces sí nos está afectando la parte de comportamiento. La siguiente por favor; o la evaluación del riesgo.

En términos de embarazo en adolescentes. Bueno, tiene, si lo comparamos con alcohol, que nos gusta hacer esa comparación a veces, el consumo de cannabis se asocia con 2.29 mayor riesgo cuando el alcohol se asocia con 1.65 mayor riesgo o posibilidad de quedar embarazada.

Entonces también a los jóvenes les está afectando. Desde luego que hay que subir la edad y concuerdo con Gadi, hay que subir la edad a 21, pero queremos realmente en un país en el que el 40 por ciento de sus estudiantes de 14 y 15 años ya experimentaron con cigarrillos subir la edad, va a ser muy difícil regular esto, extraordinariamente difícil proteger a los jóvenes. La siguiente por favor.

Rapidísimamente: marihuana cumple con la función de dependencia: Si lo cumple.

Experimentadores: 9 por ciento de los experimentadores van a desarrollar adicción.

Por qué estamos rectificando estos datos: Porque el contenido de tetrahidro carvaminol en la marihuana ha ido aumentando. La marihuana que se fumaban en mi generación tenía creo que 2 por ciento, la que se vende ahora en dispensarios o se consigue tiene 10 por ciento. O sea, es un incremento muy fuerte del contenido de cannabis.

Y vuelvo a lo mismo: no es un cigarrillo que esté especialmente con una ingeniería para hacerlo adictivo, que es lo que han hecho con el cigarrillo.

Es un cigarrillo que se forja, que no está diseñado para dar un bolo de nicotina a la mayor concentración.

Qué es lo que va a pasar si esto se comercializa: vamos a tener una compañía que nos va a vender cigarrillos, que dan los bolos a la mayor concentración posible para producir la adicción. Finalmente, lo que es el negocio es la adicción. La siguiente por favor.

Rápidamente paso al modelo de Estados Unidos. Y esto es importante un poco ponerlo en perspectiva.

El modelo médico que usamos todos los países es que se prescribe bajo el amparo de una licencia médica. Es un médico el que nos va a recetar un medicamento.

Vamos a una farmacia que está controlada, que tiene una calidad, que tiene que cumplir estándares y ahí nos dan la prescripción que el médico nos ha dado.

Y finalmente nuestra Cofepris hace un buen trabajo vigilando el uso terapéutico y todos los efectos adversos que están asociados a la medicina que nos están dando.

Este es el modelo médico real al cual estamos expuestos.

Ahora, cuál es el uso médico que se da en Estados Unidos, que es muy problemático: 23 estados ya lo tienen. La siguiente por favor.

Esto se inicia en 1996 con California. Pero cada estado tiene un modelo distinto, tiene una lista de enfermedades distintas. Algunos lo hacen para síntomas, ni siquiera enfermedades.

Los más ordenados siguen la lista del Instituto de Medicina para las enfermedades que el Instituto recomienda que pudiera tener un efecto terapéutico. La siguiente por favor.

El registro de variables, de información es muy variable, no se pide residencia, a veces es un personal sanitario, no un médico sino un personal sanitario el que hace la recomendación, porque no es prescripción.

Las cantidades entre los estados que se autorizan es muy variable: entre 200 y 680 gramos. Algunos estados dejan que los pacientes cultiven su cannabis; eso ya le da toda una serie de regularidades y difícil de controlar.

Entonces, la cadena de distribución es extraordinariamente complicada. Entonces, si estamos pensando en regular, habría que pensar cómo va a ser esa cadena.

¿Qué problemas puede haber con esto?

Primero, aumento de la oferta y la demanda; segundo, hay una reducción del precio porque se eliminan los costos del narcotráfico; hay mejoras del proceso productivo; hay protección a proveedores y consumidores; entonces hay una disminución de sanciones legales; disminución en el costo de obtención, entonces se vuelve más accesible.

Y no podemos controlar de manera muy adecuada qué lo que se autoriza para los pacientes, tenga una salida hacia los no pacientes, o sea, una salida hacia adolescentes y adultos.

Tomando esto en cuenta, tratemos de evaluar un poco qué ha pasado en Estados Unidos después de esta legalización, esta legalización de uso médico, en un país que es el que tiene más personas en la cárcel por posesión de marihuana.

Un poco las gráficas tienen esta ilustración, que es dónde se usa el inicio médico y cómo va variando antes y después. No podemos hacer un estudio experimental, porque no hay tal; es cómo estaba antes de la legalización y qué pasó después.

En esta primera gráfica se veía algo que preocupa, que es que los jóvenes van cambiando su percepción de lo que son los peligros de uso regular de marihuana, y pueden ver en los tres puntos: octavo, décimo y doceavo grado, que la percepción va disminuyendo y esto ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo.

Sin embargo, la mayoría de los estudiantes, 80 por ciento, reprueba el uso regular. Pero sí estamos viendo un cambio cultural en Estados Unidos.

¿Qué pasa con el uso?

La legalización, por un lado, se asoció con una reducción del precio de 9.8 a 26.2 por ciento, depende dónde se mida. Y se asoció con la marihuana de alta calidad, alta calidad quiere decir un alto contenido de tetrahidrocannabinol, que es la que se produce en los dispensarios; quiere decir que esa marihuana está saliendo.

En términos de potencia, podemos decir que la marihuana aumentó en promedio 1 por ciento.

Sin embargo, de 96 al 2014 el porcentaje de estudiantes que dicen que es bastante conseguir marihuana, disminuyó. O sea, aumenta la percepción de disminuir el riesgo, pero se mantiene la percepción de que es accesible.

En términos del consumo, no hay una sensación de alarma de que pudiera haber aumentado de manera importante en los jóvenes. Ustedes ven, después de la línea azul se ha mantenido estable el consumo en los jóvenes, no hay evidencia de que haya aumentado.

Ahora, ¿qué pasa con el riesgo de accidentes?

Esta primera diapositiva nos muestra la asociación que hay entre estar ya en un accidente y haber consumido marihuana, es como un factor de riesgo, y ustedes pueden ver que ahí los estudios, el 1 marca el que no hay asociación. Entonces, de todos los estudios reportados hay sólo dos que dicen que disminuyó el riesgo de tener un accidente conduciendo bajo los efectos.

Pero el resto de los estudios, todos, indican un mayor riesgo. Y esto es a lo que yo me refiero, o sea, no podemos hacer un experimento y darle a los jóvenes un toque y órale, vete a manejar y ver si se estrellan o no, es impensable, igual que con el alcohol; pero la evidencia cuando la ponemos en contexto nos dice que manejar bajo la influencia es riesgoso.

¿Qué vemos en términos de accidentes?

Bueno, igual, y aquí esta gráfica le va a encantar a Ricardo Tapia. No se ve un efecto de accidentes en los estados que han legalizado. Quiere decir que los jóvenes ajustan; quiere decir qué sé yo, pero no hay ese efecto que se esperaba que la legalización de uso médico tuviera externalidades de un aumento en los jóvenes. Ahí están los datos, en ningún lado se observa de los estados ese efecto.

¿Qué pasa en términos estadísticos poniendo todos los estados?

Bueno, los accidentes van bajando y van bajando. El punto negro es uso médico y la crucecita es la que no tiene uso médico. Pueden ver que las tendencias van parejas, ¿verdad? Inclusive en accidentes entre 20 y 39 años bajó más que la tendencia en los otros estados.

Ahí están los datos, no hay una externalidad en términos de accidentes.

En Colorado no aumentaron los accidentes, pero sí aumentó –y ahí se ve en la flechita azul– la proporción de accidentes fatales en los cuales se documentó consumo de cannabis previo al accidente, en el post mortem. Hay una asociación en términos de gravedad, más no en los jóvenes como tal.

¿Qué pasa en Colorado? Bueno, pues con esto de la legalización hay otras externalidades y es que los niños se comen los pasteles de los papás y acaban en la sala de urgencias.

Pues sí hay accidentes y están aumentando, y se ve cada vez más niños que llegan intoxicados por cannabis a las salas de urgencia y este es un hecho que se observa ya en Colorado.

De Holanda, me lo voy a saltar rápido porque no tiene caso y me voy a pasar porque ya me sacaron la tarjeta roja.

Yo quisiera dejar un mensaje, a reserva de que participe en la siguiente mesa sobre regulación, en donde el Instituto tiene unas ideas qué proponerles. Bueno, tenemos que aprender del mercado legal de cigarrillos, o sea, tenemos que aprender.

Este mercado legal nos costó seis millones de personas, muertes prematuras cada año. No es chiste, es un holocausto asociado al tabaco que nos ha costado mucho trabajo ir controlando.

Ricardo dice que ya está controlado. ¡Para nada! O sea, el tabaco apenas estamos empezando a controlarlo.

En el siglo XX cien millones de muertes prematuras; en el Siglo XXI actualmente pudieran ser mil millones de personas.

Hay un convenio marco de la Organización Mundial de la Salud destinado a esto. Todos los países estamos trabajando para echar fuera el cigarrillo.

¿Qué acciones –y con esta termino– podríamos hacer? Bueno, tendría que haber una regulación del mercado.

Yo sí expreso mi preocupación. A mí no me gustaría que hubiera uso legal de la marihuana, pero si se diera ese paso tendríamos que hablar de una regulación del mercado. Y ojo, una industria sin fines de lucro.

Esto es muy complicado porque lo que está detrás del lado de la legalización de la marihuana son los intereses financieros y no lo podemos negar.

Una industria sin fines de lucro comprometida con objetivos de salud pública.

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que tendremos que estar monitoreando la prevalencia de consumo en jóvenes, en poblaciones vulnerables y estar haciendo controles, poniendo multas, qué sé yo, para que esos objetivos se mantengan como tal.

Es muy difícil, es una regulación basada en desempeño, como le llaman los economistas.

El Estado debe implementar medidas de control para prevenir fallas de mercado; debería de controlar muy bien el precio y las ganancias como tal.

Un cigarrillo menos dañino con concentración de THC medido, porque si vamos escalando va a ser terrible, y bueno, el número de licencias se podría fijar.

Son algunas de las cosas que hemos estado trabajando en el instituto y que, senadoras, compartiremos en la siguiente presentación.

Les agradezco mucho su atención.

DIPUTADO OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: Muchas gracias, doctor Mauricio Hernández.

A continuación presentaré a nuestra cuarta ponente y ella es la doctora Herminia Pasantes.

La doctora es bióloga egresada de la facultad de Ciencias de la UNAM, con una maestría en Bioquímica por la Facultad de Química de la UNAM y un doctorado en ciencias por la Universidad de Estrasburgo, Francia.

Es investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, con una labor de casi 50 años en la investigación y docencia en temas de neurobiología. Actualmente es investigadora de mérito por la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores.

Las investigaciones de la doctora versan sobre los mecanismos que generan el edema cerebral y la respuesta de las células nerviosas a esta condición.

Su vasta obra científica tiene un amplio reconocimiento nacional e internacional y se documenta en cerca de 200 artículos que han recibido más de 5 mil citas.

Ha sido conferencista invitada en 30 reuniones internacionales sobre el tema de su investigación en más de 10 países y su laboratorio es líder en temas de regulación del volumen celular.

Tiene una larga trayectoria docente en cursos de grado y postgrado y ha participado también activamente en la difusión y promoción de la ciencia.

Ha escrito artículos y libros a través de casi un centenar de conferencias. Su trayectoria le ha hecho merecedora de numerosas distinciones. Entre las más importantes el Premio de la Universidad Nacional Autónoma de México en Investigación en Ciencias Naturales, así como el Premio Nacional de Ciencias y Artes; el Premio Juchiman de Plata de la Universidad de Tabasco y el Premio Nacional de Investigación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Dejo con ustedes a la doctora Herminia Pasantes.

DOCTORA HERMINIA PASANTES ORDÓÑEZ: Gracias, no voy a perder mucho tiempo en agradecer la invitación.

Voy a presentar las mismas gráficas que acaba de presentar el doctor Hernández Ávila, pero yo les voy a dar otra interpretación. Este es un estudio que se hizo en estudiantes de secundaria y preparatoria en Estados Unidos y la siguiente grafica que ya presentó el doctor Hernández Ávila nos muestra cómo en la parte del panel superior derecho nos muestra la percepción que tienen los estudiantes del riesgo, cómo va bajando la percepción de riesgo del consumo de la marihuana.

En la siguiente les voy a mostrar que los estudiantes mexicanos tienen exactamente la misma percepción de que el uso de la marihuana no es tan lesivo, tan dañino como el uso de otras drogas.


Esto nos indica que los estudiantes tienen más inteligencia y más honestidad que los burócratas internacionales que ponen en la misma bolsa la heroína, las anfetaminas y la marihuana.

También quiero poner énfasis en la gráfica que está abajo a la izquierda, en donde dice que los estudiantes consideran que es malo fumar marihuana, es decir, no les parece que sea algo que les va a mejorar su salud o que les va a mejorar su aprendizaje, en fin.

Y la gráfica que está a la derecha, abajo, que ya también presentó el doctor Hernández Ávila, nos muestra la facilidad que tienen los estudiantes para obtener la marihuana, ¿de dónde la obtienen? De los criminales.

Ahí vemos, como les decía, la encuesta de adicciones entre los estudiantes y vemos cómo los estudiantes mexicanos tienen esa misma percepción del riesgo. La siguiente por favor.

Vuelvo un poco al cerebro y a la investigación científica y a los efectos de marihuana en el cerebro:

Pocas investigaciones de las que hacemos en el cerebro han sido tan difícil de interpretar como las que se refieren a la marihuana.

Lo que queremos saber es qué pasa con las neuronas, qué pasa en la forma en que las neuronas se conectan que, como ya mostró el doctor Tapia, es una conexión complicada y múltiple con las otras neuronas.

Queremos saber si los cambios que hay en las neuronas o en la conectividad de las neuronas tienen consecuencias funcionales.

Y queremos saber si esos cambios son permanentes o son reversibles. Esas son las preguntas.

Los estudios en los animales de los que se derivan conclusiones con que se mueren las neuronas y se afecta el DNA no son comparables en los humanos.

¿Por qué? Porque son experimentos perfectamente controlados en donde los animales no, al mismo tiempo que consumen marihuana; no, al mismo tiempo que se les administra la marihuana de manera perfectamente controlada, no están consumiendo tabaco, no están bebiendo alcohol, no están teniendo problemas, historias psicológicas, no tienen diferencias en el estatus socioeconómico.

Es decir, es una población perfectamente homogénea la de los animales, no así en el caso de los humanos. La siguiente por favor.

En el caso de los humanos, como ya también mencionó el doctor Tapia, las áreas del cerebro en las que tiene sus efectos la marihuana, son las áreas del cerebro en donde tienen sus efectos el maltrato psicológico, toda clase de problemas emocionales, tienen los efectos en las mismas áreas del cerebro. Las influencias del entorno van a afectar esas mismas áreas. La siguiente por favor.

En donde se han encontrado algunos problemas, algunas alteraciones en el cerebro son en estas zonas.

Las zonas que tienen que ver desde luego con la percepción del placer pero también con las zonas que tienen que ver, las zonas cerebrales que manejan la percepción de riesgo y la toma de decisiones.

Uno de los primeros efectos que se menciona es sobre la memoria y se ven en efecto disminuciones, lo que se dice en los artículo, disminución en el volumen de zonas como el hipocampo y la corteza insular que tienen que ver con la memoria.

Entonces en efecto sí se ha visto una disminución en esas áreas. Esa disminución implica posiblemente pérdida de neuronas y posiblemente pérdidas de conexiones entre las neuronas.

Todos esos estudios marcan las limitaciones que tienen porque son estudios transversales.

¿Qué quiere decir? Que es un grupo de personas que se están comparando, las que no fuman marihuana y las que fuman marihuana, o consumen marihuana, pero que van a tener muy distinta historia psicológica, van a tener muy distinto patrón de consumo de alcohol y de tabaco.

Van a tener muy distintos antecedentes sobre los circuitos que tienen que ver con el manejo de las emociones; van a tener diferencias de carácter.

Todos sabemos que la percepción de un riesgo y la toma de decisiones son completamente diferentes entre una persona y otra, independientemente de que fume tabaco o de que consuma alcohol.

Así se ha formado nuestro carácter. Hay personas que naturalmente van a tomar más riesgos y personas que naturalmente van a considerar los riesgos en relación con la toma de decisiones.

Es decir, la diferencia individual en relación con esa función cerebral es enorme, cada cerebro es distinto.

Por eso los estudios que se llaman transversales, que toman a grupos de individuos distintos, tienen esa gran limitante.

Vamos al asunto de los adolescentes. En efecto, se conoce que el cerebro de los adolescentes no madura sino hasta alrededor de los 20 años, es más vulnerable al consumo de las drogas; pero también es más vulnerable a la influencia del entorno. El entorno puede ser agresivo, lesivo para el estudiante; es decir, su cerebro inmaduro lo hace ser más sensible a la aceptación de grupo, lo hace ser más proclive a minimizar los riesgos y a no dejar que su parte racional influya sobre la parte emocional.

Los adolescentes son inmaduros, ya lo sabemos, los adolescentes están sometidos a una turbulencia emocional enorme; son más vulnerables a la marihuana, sí, pero son más vulnerables a todas las influencias del entorno. Entonces, hay diferencias individuales derivadas de la genética, de la epigenética y del ambiente social en el que ha vivido el adolescente.

Ahora, ¿qué sucede en el cerebro humano, que es distinto del de los animales?

Esta propiedad del cerebro, que es la neuroplasticidad, va a generar mecanismos compensatorios para compensar justamente, las pérdidas que pueden haber ocurrido. Entonces, hay estudios en los consumidores adultos en los que se ve que en efecto, hay disminución en las neuronas, posiblemente disminución en el número de las neuronas, muy poco; posiblemente disminución en las conexiones entre las neuronas, ¿pero qué hace el cerebro?

Lo que hace, y esto está bien demostrado por estudios con técnicas muy eficientes, que son las de resonancia magnética funcional, en donde dice que el cerebro adulto de los consumidores de marihuana que, efectivamente, pudieron haber perdido conexiones, lo que hacen es que se adaptan a esa pérdida haciendo que las conexiones remanentes se vuelvan más eficientes.

Y el resultado es que no hay ninguna diferencia en los procesos, en las pruebas cognoscitivas en la capacidad intelectual en los consumidores adultos. Eso está demostrado, entonces en el caso de los consumidores adultos, el cerebro se organizó a través de su neuroplasticidad para compensar las pérdidas debidas a los principios activos en la marihuana.

Se habla mucho de qué es lo que está pasando en los adolescentes. En efecto, los adolescentes pueden tener todo este tipo de vulnerabilidad a la que ya hice referencia antes; pero otra vez, los estudios de resonancia magnética funcional indican que tienen también esta capacidad de compensar los efectos nocivos del consumo de la marihuana, haciendo sus conexiones. Vean ustedes, en la zona frontal, en donde está la toma de decisiones, ahí las conexiones de los adolescentes consumidores de marihuana han aumentado su efectividad como un mecanismo compensatorio de defensa del cerebro.

Voy a hablar un poco de la irreversibilidad de los cambios. Este es un estudio que acaba de salir, en enero de este año, otra vez, todavía no está en el papel, está nada más en línea; y aquí se ve en las áreas rojas, son los controles en relación con la conectividad.

Nada más quiero que pongan su atención en la parte roja y en la parte azul. Es en la conectividad. Vean ustedes cómo después de la abstinencia, la zona azul corresponde a la abstinencia, cómo se ve en los consumidores de marihuana que en efecto habían tenido una disminución en su conectividad con después de la abstinencia recuperan perfectamente y son similares a los controles.

La segunda gráfica, la de en medio, muestra las observaciones. Otra vez los controles en rojo y los de después de la abstinencia en azul, en cuanto a número de neuronas. Vean ustedes, bueno, no número de neuronas sino integridad de neuronas y vean ustedes cómo la abstinencia permite recuperar perfectamente la integridad neuronal.

Y finalmente, la fuerza de la conectividad. Las conexiones que quedaron qué tan más eficientes son.

Ahí vean ustedes que no hay diferencia entre los controles, que son los rojos, y los consumidores. Son dos grupos de consumidores en los que no voy a entrar en detalle, es un grupo muy interesante, pero vean ustedes cómo ahí no hay absolutamente ninguna diferencia entre la eficiencia de las conexiones entre los consumidores, los controles y los consumidores después de la abstinencia.

Este es un estudio interesante del que podremos hablar más adelante.

Estamos hablando en la zona del hipocampo, que es la relacionada con la memoria.

Los estudios longitudinales son mucho más confiables que los estudios transversales.

¿Qué quiere decir “los estudios longitudinales? Que se hacen las observaciones en el mismo individuo. Entonces esos estudios sí están de alguna manera compensando por todos esos elementos que pueden confundir el examen de la variable que estamos examinando.

Es decir, si estamos viendo el efecto de la marihuana en un grupo de personas que ha tenido una historia psicológica personal, individual, que ha tenido una influencia del entorno personal, individual y estamos midiendo los cambios que pudo haber producido la marihuana en ese individuo, tenemos más posibilidades de que los resultados sean más eficientes que cuando estamos comparando individuos con cerebros muy distintos desde el punto de vista del entorno y de la historia psicológica de cada quien.

Estos estudios longitudinales, me refiero al primero del cual ya ha hablado la senadora Barrera y el doctor Tapia, fue un estudio que tuvo mucho impacto que se hizo en 2012 en una población muy grande en personas en la ciudad de Dunedin, no sé cómo se pronuncie correctamente en Nueva Zelanda, y que decía que efectivamente bajaba el coeficiente intelectual de las personas que consumen marihuana.

Ese efecto se tomó como gran apoyo a que tenía efectos sobre la actividad cognitiva del cerebro. Sin embargo, un año después hay otro estudio, este que está marcado como “Rockper” y colaboradores en donde cuestiona ese estudio de Dunedin, y dice que no tomaron en cuenta el estatus socioeconómico y otros confusores, como son básicamente el alcohol y el tabaco; porque es muy difícil en jóvenes y en adultos, particularmente en jóvenes que haya simplemente consumo de marihuana, siempre va asociado a consumo de alcohol y a consumo de tabaco. Y aunque estadísticamente se pueden hacer algunas consideraciones, algunas correcciones, siempre existe esta limitante.

En este estudio de “Rockper” le critica al estudio de Myers que no tomó en cuenta el estado socioeconómico para estudiar los efectos de la marihuana.

Un año después, dos años después, el año pasado le vuelve a contestar el grupo de Melinda Myers diciendo que ahora sí tomó el estado socioeconómico de los grupos estudiados, pero que de todos modos los efectos de la marihuana persisten, pero ahí corrige en ese estudio que ya no persisten, ya no se ven los efectos sobre el IQ que habían reportado y al que hicieron referencia nuestros anteriores ponentes., ya nos e ve si se elimina el efecto del tabaco y el alcohol.

Acaba de salir un estudios en enero de 2016 con 2 mil 200 estudiantes de secundaria de 15 años en el Reino Unido, en donde se está midiendo el efecto sobre el IQ y sobre el desempeño escolar; son 2 mil 200 estudiantes de 15 años, se les mide su desempeño escolar, se les mide su IQ y un año después se vuelve a hacer el mismo estudio.

Lo que encuentran es que un año después no hay ningún efecto sobre el valor del IQ, ningún efecto sobre el desempeño escolar. Entonces, vean ustedes cómo el análisis de los artículos científicos, los resultados de los artículos científicos están abusando muy rápidamente y tenemos que estar muy atentos a este tipo de resultados de las investigaciones.

Yo quisiera entonces hacer un exhorto a las personas que nos acompañan sobre todo a los senadores que, en efecto, tenemos que dejar a los adultos que hagan con su vida lo que quieran, en tanto no afecten la de los demás; que tenemos que proteger a los adolescentes del abandono social, del bullying, de la violencia intrafamiliar, del uso de drogas legales o ilegales, del acceso a las drogas por la vía criminal; tenemos que protegerlos de la policía; tenemos que protegerlos del Ministerio Público.

Considero que es obligación de la sociedad informar a la población de los riesgos del uso de las drogas legales o ilegales y tratar el problema de las adicciones en el que todos estamos de acuerdo que la marihuana tiene un efecto adictivo, como un problema de salud pública y no un problema de delincuencia.

Muchas gracias.

DIPUTADO ELÍAS OCTAVIO ÍÑIGUEZ MEJÍA: Gracias doctora.

Concluimos nuestro cuatro ponentes y entraremos a lo de preguntas y respuestas, pero antes le cedemos el uso de la voz, que lo ha pedido, a la senadora Angélica de la Peña.

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