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Carlos Navarrete Ruiz (CNR). Es un enorme gusto para el Senado de la República tenerlos aquí en sus nuevas instalaciones de aquí de Reforma. El Senado de la República nuevamente abre sus puertas para que organizaciones del más diverso tipo acudan a los salones de trabajo, a los salones de comisiones del Senado para tratar muy diversos temas; y hoy en particular, me satisface mucho contar con la presencia  de todos ustedes en un tema de la mayor importancia.

De verdad, bienvenidos todos, espero que este diálogo para construir propuestas sobre el reglamento de la Ley de Migración se exitoso, y estoy seguro que lo será por la calidad, la trayectoria, la experiencia y el interés de quienes están aquí sentados en este día en la sala de reuniones de la comisiones del Senado de la República.

Muchas gracias por su asistencia a la Embajadora de Guatemala, a los cónsules del Ecuador, de Guatemala, de El Salvador; a los representantes de la (inaudible), de las Naciones Unidas que están aquí presentes; a nuestro querido padre, Alejandro, que ya conoce el caminito del Senado, ya lo vamos a nombrar senador honorario para que esté aquí al pendiente… El senador 129, efectivamente, (inaudible), padre, así que no hay problema, ya se puede participar.

¿Cómo no alegrarse de que estén ustedes aquí presentes para tratar un tema de la mayor importancia? Déjenme decirles que el senador Rubén Velázquez, tal vez por su condición de senador de un estado fronterizo en el sur, sureste, en Chiapas, junto con otros senadores de los diversos grupos parlamentarios, uno de los principales impulsores de la Ley de Migración.

Debo reconocer que nos hubiera gustado ir mucho más allá, que  hicimos propuestas para ir mucho más allá  en la ley, pero en el acuerdo parlamentario hay que ir construyendo mayoría poco a poco en un Congreso en donde nadie tiene mayoría por sí mismo; y por lo tanto, muchas propuestas nuestras mucho más avanzadas quedaron a la mitad o solamente inducidas, y sin embargo, no es poco lo que logramos en varios aspectos de esta ley.

Déjenme decirles simplemente, que en el Senado privó mucho una reflexión que creo que fue útil para vencer resistencias y haber podido avanzar en lo que avanzamos en esta Ley de Migración.

Hemos dicho que nosotros durante muchos años nos hemos concentrado en la relación con el vecino del norte en el tema migratorio, y cómo no si es el país más poderoso del mundo, si tenemos una frontera tan grande, si es la frontera donde más personas pasan diariamente en el mundo. Cómo no, si desde el siglo XIX seguimos teniendo abierta la herida de esta difícil relación con el destino norteño; cómo no si cada años las cifras se llenan de mexicanos y mexicanas que fallecen, que son ultrajados, que son maltratados en su tránsito hacia el mercado laboral norteamericano; y cómo no si cada año surgen nuevas visiones de persecución, de hostigamiento, de agresión, de liquidaciones lesivas para los migrantes en Estados Unidos.

Pero, México no tiene solamente la frontera con Estados Unidos, tiene también la frontera con los vecinos del sur, con Centroamérica, y ahí hay todo un mundo que nuestro querido padre Solalinde conoce muy bien, y muchas organizaciones defensoras de derechos humanos conocen muy bien diariamente; viven el drama de la  migración de Centroamérica hacia México.

Y se dijo en el Senado y se dijo bien: México no puede ignorar la situación de los migrantes en sus fronteras, México no puede repetir ni el trato ni el comportamiento que en los Estados Unidos (inaudible) migrantes o los migrantes (inaudible).

Nosotros para tener autoridad moral para poder levantar la voz frente a lo que ocurre en Estados Unidos, debemos atender adecuadamente, con una visión diferente la frontera sur y por lo tanto, tener una concepción diferente, porque nosotros sí entendemos lo que es la necesidad de trabajo, la necesidad de tener que ir a buscar el ingreso propio, la desesperación de hombres y mujeres, a veces familias completas que deben migrar en búsqueda de mejores condiciones de vida, frente a situaciones precarias en sus lugares de origen.

Y por eso, en la Ley de Migración hay nuevas figuras que, sin duda alguna, hay que celebrar; pero que pueden quedar simplemente en letra muerta si no se reglamenta adecuadamente, si no damos el siguiente paso conveniente para hacerlos exigibles los derechos que han pesado a los migrantes de Centroamérica.

Con esta Ley, México se reconcilia con sus vecinos del sur, lo digo con mucho orgullo; México muestra que se puede tener una concepción diferente respecto a la migración, respetando derechos humanos, comprendiendo el fenómeno, entendiendo que no son delincuentes por más que los delincuentes pretendan meterse en el tema de la inmigración para afectar a los migrantes. Que no son personas o seres humanos que nos agreden ni como país ni como mexicanos, que no pueden ser tratados con hostigamiento, con agresión, que tienen que ser respetados sus derechos elementales, porque queremos que esos derechos también sean respetados para los mexicanos que van diariamente hacia los Estados Unidos.

Por eso la legislación que se ha aprobado en el Distrito Federal, en la ciudad de México, para nosotros es un orgullo. Hay que subrayar que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal le ha dado un estatus especial a los migrantes que llegan a la ciudad de México por el solo hecho de tocar el territorio de la capital de la República, y qué bueno que así sea.

Me gustaría más que lo que aquí establece la ley para el Distrito Federal, se pudiera ampliar a todo el país, esta lucha hay que mantenerla viva para seguir avanzando en reformas posteriores. No sé si nos toque a nosotros como senadores, porque nos falta menos de un año para culminar nuestra tarea; pero creo que sí podemos avanzar en el tema de reglamento, en el tema de normar lo que  la ley que aprobamos aquí establece.

Por eso, muchas gracias por su presencia, muchas gracias por su interés, qué bueno que mi amigo Rubén esté sorprendido de la convocatoria, quiere decir que hay mucho interés en participar, en opinar, en proponer, en aportar elementos, y aquí hay materia suficiente, y para nosotros es un gusto tener asesores de la calidad de los que están aquí sentados para que nos propongan, si existieran, nos entreguen textos, nos digan qué es lo que tenemos que precisar, qué es lo que tenemos que cuidar en el texto del reglamento, de manera particular.

Muchas gracias por su presencia, que sea muy exitoso, y si me permiten, le doy la palabra al padre para que nos dirija un mensaje también sobre el tema.

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