Manlio_Fabio_Beltrones AUDIO

Versión de la intervención del Senador Manlio Fabio Beltrones R., Coordinador del Grupo Parlamentario del PRI y Presidente de la Junta de Coordinación Política, en la presentación del libro “El Fuero Constitucional”. Patio Central de la vieja casona de Xicoténcatl, el 21 de septiembre de 2011.

Muy buenos días a todas y todos ustedes;

Con el permiso del señor presidente de la Mesa Directiva. Y saludando con el respeto de siempre a nuestro amigo el senador Luis Walton y al senador Melquiades Morales, quisiera referirme a Ricardo Monreal, senador de la República, legislador, ex gobernador y político sobre todo, con una enorme perseverancia que para muchos de nosotros es un ejemplo.

Y referirme en específico a lo que es su última obra publicada en el Senado de la República, que es en la materia del estudio sobre el fuero constitucional. Y no nada más en la parte esencial que se refiere a los legisladores, sino también a los gobernantes y al fuero militar en específico, que se encuentra sujeto a muchas de las opiniones y revisiones que son necesarias, sobre todo en esta época moderna.

Insisto en referirme a la manera como el senador Ricardo Monreal, con su ya muy conocida fina inteligencia, que se privilegia sobre todo por el estudio constante y el conocimiento de los temas que aborda sobre muchas de las materias que son de interés en México, tan atribulado por la falta de adecuación de buena parte de nuestras instituciones hoy en desgaste y que nos generan problemas de distinta índole.

El día de hoy, al dar la bienvenida a este libro sobre el fuero constitucional, también hablamos sobre lo que es la fortaleza de la tradición jurídica constitucional, que hace surgir esta figura. Y al analizarla y sobre todo hacerla materia de estudio, reconocemos --todos y cada uno de los que hemos hecho uso de la palabra aquí-- la forma como se ha venido desvirtuando el fuero constitucional desde sus orígenes.

Ese es el punto clave que nos podría llevar entonces a concluir si el fuero debe seguirse conservando, pero como una garantía para la expresión libre en la parte correspondiente a lo que es el uso de la palabra por los legisladores federales o locales.

Hoy, aquí, lo hacemos frente a la figura señera de Belisario Domínguez, a quien honramos año con año por el valor con el que pudo expresar lo que él pensaba, en el momento que teníamos un gobierno instalado en la ilegitimidad y de orden espurio. Y la forma como él mismo respondió, quitándole la vida, pero nunca la libertad de poder seguir expresando lo que pensaba.

Si es hoy conveniente que nosotros --haciendo un alto en el camino-- suprimamos el mismo o lo adecuemos y lo modernicemos, como muchos de nosotros --legisladores federales, al igual que Ricardo Monreal-- lo hemos propuesto en distintas ocasiones.

La verdad es que si ustedes escuchan a cada uno de los que han intervenido --y estoy convencido porque lo he platicado con el Presidente de la Mesa Directiva, quien intervendrá posteriormente--, la mayoría coincidimos en la necesidad de adecuarlo para que este instrumento verdaderamente sea una figura que evite los abusos, pero que mejore en buena parte, ante la modernidad, su carácter obsoleto, que ha permitido que los abusos por parte de quien es poseedor del fuero, se estén dando frecuentemente y que ahí empiecen los signos de impunidad que debemos proscribir en cualquier lugar en donde nos encontremos.

Hace un momento el mismo senador Monreal --que cuando hace uso de la palabra no evita nada más referirse a muchos asuntos de importancia y de interés para todos los mexicanos, y no nada más al que nos convoca hoy en día-- tocaba la parte medular y yo quiero acompañarlo en ello.

Estoy convencido que desde hace tiempo debimos haber repensado, en buena parte, las instituciones de la gobernabilidad en México.

Tenemos un compromiso, pero al mismo tiempo una deuda con la modernización de estas instituciones y la creación de las nuevas instituciones, que nos faciliten en buena parte la toma de las decisiones, que tanto está requiriendo la población, los mexicanos en sí, para resolver los problemas que hoy se viven en México.

Sí, los graves problemas de la inseguridad y la violencia que hoy, aquí, son relatados, después de retomados en los medios de comunicación, de lo que acontece en Veracruz o lo que ha sucedido en algunas otras entidades, como Chihuahua, Tamaulipas, Durango, Guerrero.

La verdad es que cada vez van quedando menos estados en donde no se estén presentando estos eventos, y que nos hagan a nosotros coincidir en la necesidad que en la revisión de las instituciones o en la creación de las nuevas instituciones del Estado mexicano, encontremos la mejor manera no nada más hacer diagnósticos correctos sobre lo que está aconteciendo en México, sino también tomar las decisiones en los acuerdos necesarios entre quienes militamos en distintas fuerzas políticas, pero tenemos objetivos comunes.

Yo creo que es la hora en que al crear las nuevas instituciones y modernizar las que tenemos, encontremos que la apuesta no está en la habilidad de los gobernantes --de los hombres o mujeres que se encuentran encargados de la tarea de gobernar--, sino en lo que puede ser una circunstancia que nosotros mismos provoquemos, para que todos aquellos que participen alrededor de un objetivo común, formando parte de un gobierno, sean tomados en cuenta y sobre todo puedan estar presentes en lo que es la firma de los acuerdos para que México salga adelante.

No podemos dejar esto a la suerte de las circunstancias, al valor o no de los hombres, sino que las instituciones deben darnos las garantías de que vamos a salir adelante.

Es así como regreso al tema del fuero. En distintas ocasiones hemos visto cómo en la tribuna se ha debatido sobre el fuero militar; sobre la importancia de conservarlo, pero también definir con especificidad cuáles son sus alcances, sobre todo en épocas en las cuales hemos logrado transformaciones que nos han llevado a reformar la Constitución, para darle todavía más valor a los derechos humanos y cómo honrar lo que la Constitución señala.

También la tribuna ha servido para que nosotros mismos fustiguemos el abuso del fuero por parte de los legisladores, que en ocasiones aparece como impunidad, como un privilegio, y no como una garantía para poder nosotros expresar nuestras opiniones.

Y también la tribuna ha sido utilizada para que nosotros veamos que el fuero alcanza también a gobernantes, incluido el Presidente de la República. Y de qué manera vamos entonces a encontrar que esta figura señera de la libertad de expresión, de las garantías para un buen gobierno, quede inscrita dentro de las nuevas instituciones del Estado mexicano.

Hoy en día el senador Ricardo Monreal, con su característica principal que es la honestidad y los principios que él siempre defiende, después de habernos entregado en anteriores ocasiones algunas otras obras que buscan sobre todo poner en manos de nosotros un pensamiento alrededor de los acontecimientos en el México de los últimos años, pone a nuestra disposición un magnífico estudio que nos permite apoyarnos en lo que es la historia de la construcción de este instrumento, de esta institución del Estado mexicano, su evolución y sobre todo el futuro sobre el cuál deberá de girar, para que las modificaciones verdaderamente le den la calidad de instrumento idóneo de la democracia moderna, que nos permita actuar en consecuencia.

Quiero solamente felicitar al autor de la obra, a nuestro amigo el senador Ricardo Monreal. Decirle que --como siempre-- lleva a cabo su trabajo con enorme dedicación, talento y profundidad. Y que al Senado de la República en estas horas de la revisión de las instituciones del Estado mexicano y la creación de las nuevas instituciones del Estado moderno en México, le va a ser sumamente importante su lectura y sobre todo su atención.

¡ Felicidades, senador Ricardo Monreal !

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