Senado de la República

COORDINACIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL

060911_MorfnPalabras de José González Morfín, presidente del Senado, al participar en la inauguración del Segundo Foro Nacional 2011 sobre la Iniciativa de Nueva Ley de Amparo.

Distinguida ministra Olga Sánchez Cordero; es un gusto y un honor tenerla aquí en el Senado de la República. Bienvenida.

Saludo también con respeto al magistrado Osmar Cruz Quiroz, presidente de la Academia de Justicia Constitucional y también al magistrado Pedro Antonio Enríquez, presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado de Nayarit.

Por su puesto, saludo con afecto a mis tres compañeros senadores: el senador Jesús Murillo Karam, presidente de la Comisión de Gobernación; el senador Alejandro Zapata Perogordo, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos y al senador Alejandro González Alcocer, presidente de la Comisión de Justicia.

Señoras y señores, sean ustedes bienvenidos a esta sede del Senado de la República, casa de todos los mexicanos.

Agradezco sinceramente la invitación que me hicieron para asistir a la inauguración de este Segundo Foro Nacional 2011, el cual tiene como objeto analizar el alcance de una de las reformas más importantes que hemos aprobado en esta LXI Legislatura: analizar la Ley Reglamentaria de la reforma Constitucional que hicimos en materia de amparo.

El juicio de amparo es la máxima aportación del derecho mexicano para el resto del mundo. Se trata de una institución que está a la vanguardia de cualquier medio de defensa de los derechos humanos y de las garantías individuales.

Durante las distintas etapas del proceso legislativo de la reforma Constitucional se destacó que la misma perseguía dos objetivos fundamentales: el primero era realizar una reforma integral al juicio de amparo, fortalecerlo mediante la eliminación de tecnicismos y formalismos extremos que dificultaban su accesibilidad y su ámbito de protección.

El segundo gran objetivo de la reforma fue fortalecer al Poder Judicial de la Federación, consolidar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación como un tribunal Constitucional y, paralelamente, facultar a los tribunales colegiados de circuito para atender los asuntos de legalidad en nuestro país.

Como parte de las reformas a la figura del amparo, merece una mención especial el cambio sustancial que se le da al objeto de protección del juicio de amparo, limitado anteriormente a las garantías individuales.

Acorde con la tendencia internacional, el amparo ahora tutela también los derechos humanos reconocidos por los tratados internacionales en la materia, suscritos por México y ratificados por el Senado de la República.

Sin duda alguna, este cambio representa una de las reformas más importantes aprobadas en los últimos años y marcará un cambio trascendental en la forma en que se conducen las relaciones entre la autoridad y los ciudadanos en nuestro país.

Yo me siento, como parte de estas LX y LXI legislaturas, muy satisfecho por el trabajo que hemos hecho. Creo que ha sido un Senado reformador.

Pero me siento especialmente orgulloso por tres reformas constitucionales: con la reforma en materia de amparo, por la reforma en materia de derechos humanos y por la reforma en materia de acciones colectivas.

Ésta especialmente, la reforma en materia de acciones colectivas, que si bien no es materia de amparo, sin duda fortalece el acceso a la justicia.

Gracias a esta reforma, los miembros de una colectividad o de un grupo dentro de la sociedad podremos defender y proteger nuestros derechos e intereses, a través de una representación jurídica colectiva.

Éste y otros avances permiten afirmar que existe un compromiso real de los legisladores y de la sociedad en general por fortalecer nuestro marco jurídico y tenerlo al día.

Amigas y amigos. El Senado de la República ratifica su voluntad de hacer lo necesario para que México se consolide como un Estado de derecho moderno y fuerte.

Veo en este proceso de cambio una oportunidad inigualable para lograr la suma de esfuerzos y de talento entre poderes. Se ha logrado un gran avance en la tutela de los derechos fundamentales con independencia de su carácter individual o social, por medio del juicio de amparo.

Sin duda alguna, las autoridades de los tres niveles de gobierno deberán modificar por completo su forma de conducirse ante las personas.

Los legisladores tenemos ahora la enorme responsabilidad de expedir la Ley Reglamentaria de Amparo, que perfeccione la aplicación de los principios establecidos en la Constitución, mediante disposiciones que hagan viable la reforma constitucional.

Por nuestra parte, reitero la voluntad de un servidor y del Senado para impulsar las reformas necesarias que pongan al día nuestro marco legal y que en suma logremos la consolidación de un país con mayores fortalezas institucionales y con un rumbo claro.

Deseo sinceramente que los trabajos de este foro resulten productivos y nos ayuden a darle a nuestro país una muy buena Ley de Amparo.

Muchísimas gracias.

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